viernes, septiembre 30, 2011

TAMBIÉN PELIGRA LA CELEBRACIÓN DEL X SALÓN DEL CÓMIC DE ZARAGOZA

Otro salón del cómic que peligra: la X edición del Salón de Cómic de Zaragoza (a celebrarse del 16 al 18 de diciembre de 2011) se encuentra en un tris de ser cancelada por el Ayuntamiento de Zaragoza de Juan Alberto Belloch. Para más información podéis entrar en la web del Colectivo Malavida y también os dejamos con parte de la noticia que apareció ayer en el Heraldo de Aragón.



"La celebración del Salón del Cómic de Zaragoza está en el aire. En una reunión celebrada este miércoles, el Consistorio municipal comunicó a las asociaciones que organizan el evento sobre las dificultades económicas para financiar la X Edición, prevista para el mes de diciembre.

El presupuesto ya se redujo un 60%, de 65.000 euros a 30.000, pero a pesar de este recorte tampoco había disponibilidad económica. Desde el Ayuntamiento informan de que se planteo la posibilidad de cobrar entrada, pero aún así no era viable.

El cartel había sido presentado y las asociaciones y colectivos del sector del cómic llevan tiempo trabajando para esta edición. Además, la Sala Multiusos del Auditorio continúa reservada los días 16, 17 y 18 de diciembre. Carlos Pérez, de la Asociación Malavida, dice que “estabamos dispuestos a continuar a pesar de los recortes y que todavía hay tiempo para sacarlo adelante”.

El consejero de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, Jerónimo Blasco, ha hablado con la Diputación Provincial de Zaragoza para “intentar llevar a cabo el salón”, aunque de momento no pueden asegurar nada, según indican fuentes del Consistorio".

Para continuar leyendo el resto de la noticia, pichad aquí.

Esperemos que esta especie de virus no se vaya extendiendo por nuestra piel de toro y finalmente se solucione el tema y se pueda celebrar, más o menos con normalidad y a pesar de los previsibles recortes, esta 10º edición.

Un saludo cordial.

ALAN LEE: EL ARTE DE LA SUTILEZA (I)

¡Hay tantos ilustradores interesantes tanto antiguos como modernos! En realidad la Ilustración, el Arte, es atemporal pues no importa la fecha si la ilustración tiene calidad y nos gusta. Alan Lee es uno de esos ilustradores que traspasará los tiempos, por calidad y sensibilidad, por llevarnos a mundos fantásticos y hacernos “ver” lo que él ve y siente. Siento debilidad por él. Sus paisajes, sus personajes (fantásticos o reales), la atmósfera que consigue en toda circunstancia, me gustan, me llegan al corazón y tocan una fibra que no puedo explicar: simplemente me llena. Ha hecho muchos trabajos pero su dedicación a la obra de Tolkien es la que más fama le ha dado. Toda su interpretación de la Tierra Media, paisajes, personajes, escenas o situaciones, tiene la maestría y el bien hacer de todo un artista. Y lo vuelvo a repetir, junto con John Howe (leer post), es el artista que mejor ha sabido darnos un mundo nuevo, el mundo de la Tierra Media.



Alan Lee nació el 20 de agosto de 1947 en Middlesex, Inglaterra, y estudió en la Ealing Art College, una de las Escuelas de Arte más prestigiosas de Londres. Comenzó su carrera en los años setenta, trasladándose a Dartmoor en 1975 y, ya tres años más tarde, publicó su primer trabajo relevante. Publica en 1978, junto con Brian Fround, el libro “Hadas” (“Faeries”). Es un magnífico libro sobre las hadas que nos explica cómo son, cómo es su país… pero que, a mi entender, su gran impacto estuvo, y está, en las ilustraciones, en el tratamiento que hizo de estos seres etéreos y terrenales Alan Lee. Hasta entonces Lee había realizado ilustraciones para portadas de obras de ficción ademas de arte comercial y publicitario, como por ejemplo la edición de 1971 de “La importancia de llamarse Ernesto” de Oscar Wilde. En 1976 publica “The golden book of the mysterious”, muy interesante para sus seguidores pues dejó volar su imaginación y realizó increíbles naves espaciales, aviones y alienígenas, temas que no ha vuelto a tocar. En estos años construyó su estilo influido por las obras de los años cincuenta y sesenta. Ilustradores como Arthur Rackman (leer post) y Charles Robison, desempeñan un papel fundamental en su evolución como ilustrador. Se decanta principalmente por la acuarelas, con un estilo clásicamente romántico.



Ilustró “Lavondys” de Robert Holdstock, así como la cubierta de una primera impresión de este libro. La Editorial Dragon`s Dream decide publicar en 1972 “The Mabinogion” que es una colección de historias en prosa procedentes de manuscritos medievales galeses. Se basan en parte en acontecimientos históricos de la Alta Edad Media pero algunos de sus elementos se remontan a tradiciones anteriores. Se acepta hoy en día una datación de la escritura entre 1060 y 1200 y la fecha es importante pues algunos relatos relacionados con el rey Arturo, nos darían testimonios válidos para el desarrollo de la leyenda artúrica. En esta edición Lee nos ofrece una asombrosa visión del mundo medieval, con reyes, caballeros y doncellas.



Este éxito propició que en 1984 se publicara “Castles” con texto de David Day, publicándose en España en 1993 por la Editorial Timun Mas bajo el título “Castillos de leyenda”. En él tenemos las leyendas sobre los castillos de dioses, gigantes, monstruos o reyes de la Literatura. Toda una serie de fabulosos personajes pueblan estos castillos. Y las ilustraciones de Alan Lee nos trasladan al mundo del castillo, como centro de la vida cotidiana o de la vida maravillosa.



En el portafolio “The Drawings of Alan Lee” (1983), recoge una edición firmada y numerada con ocho ilustraciones ya publicadas pero presentadas en un magnífico formato, reproducidas directamente de los originales, con las mejores técnicas del momento.



Ilustrador reconocido en el Reino Unido, entra de lleno en Estados Unidos con las ilustraciones de las portadas de la trilogía “Iron tower” de Dennis L. McKiernan y con “The eye of the heron” y “Orsinian tales”, ambos de Ursula K. Leguin. En 1985 ilustra “The mirrorstone” de Michael Palin, primer libro donde aparecen hologramas, por los que gana un premio a la innovación;“The moon's revenge” de Joan Aitken en 1986 y “Merlin dreams” de Peter Dickinson en 1988.





Por estas épocas empieza a interesarse por la obra de J.R.R. Tolkien y es el “Calendario Tolkien” de 1987 el que le marca y le da a conocer a nivel mundial. Este “Calendario Tolkien” de 1987 marca un punto de inflexión en el mundo Tolkien, el que da conocer a grandes ilustradores y señalará el rumbo a seguir en la Tierra Media con ilustradores como Alan Lee, John Howe o Ted Nasmith. Realiza las ilustraciones de portada de los cuatro volúmenes de la historia de la Tierra Media: “La historia de El Señor de los Anillos”: “El retorno de la Sombra” (1988), “La traición de Isengard” (1989), “La guerra del anillo” (1990) y “El fin de la Tercera Edad” (1992).




Para celebrar el centenario de Tolkien, la Editorial Harper-Collins edita un lujoso tomo que incluye “La comunidad del anillo”, “Las dos torres”, “El retorno del rey” y “Apéndices”, al que Alan Lee contribuyó con 50 ilustraciones inéditas. Realiza el “Calendario Tolkien” de 1993, ilustra “El anillo de Tolkien” de David Day en 1994 que es una aproximación a los orígenes de la obra de Tolkien y en 1997 ilustra la nueva edición de “El hobbit”, que incluye 26 ilustraciones a color y otras 38 en blanco y negro (Editorial Minotauro, 2008).




A mediados de los noventa, realizó las ilustraciones para las adaptaciones de La Ilíada y La Odisea que realizo la escritora Rosemary Sutcliff: “Naves negras ante Troya” (Editorial Vicens Vives, 1997), con el que gana la Medalla Kate Greenawqy en 1993, y “Las aventuras de Ulises” (Editorial Vicens Vives, 1998). También en 1998 recibe el premio mejor Artista en los World Fantasy Awards. Colabora con otros ocho autores en “El mundo de Tolkien. Pinturas de la Tierra Media” (Editorial Minotauro, 2001) y Christopher Tolkien le elige como ilustrador para “Los hijos de Hurin” (Minotauro, 2007).




Comenzado en 1918 “Los hijos de Hurin” fue una de las tres grandes historias en las que J.R.R. Tolkien trabajó toda su vida. Algunas partes del texto resultan familiares porque aparecen versiones o fragmentos en otros trabajos, pero ésta es una nueva remodelación de la historia completa. Desde los esbozos de J.R.R. Tolkien, su hijo Christopher ha editado la obra completa, como una narrativa completa. Alan Lee ha contribuido con las sobrecubiertas, ocho ilustraciones a color y veinticinco dibujos que abarcan toda la historia: guerreros, los bosques de Doriath, los proscritos, enanos, Glaurung, Nargothrond... (leer post).

Ilustra el “Calendario Tolkien” de 2007 y en 2008 publica “Cuentos desde el Reino Peligroso” (Minotauro, 2008) que recoge una serie de relatos cortos de J.R.R. Tolkien con unas maravillosas ilustraciones (leer post).



Este ilustrador también ha trabajado en el cine. En 1985 trabajó como diseñador conceptual en “Legend” de Ridley Scott y en 1989 para “Erik el Vikingo” de Terry Jones. Para televisión trabajó como diseñador en “Merlin and the dragons” (1991) y como ilustrador en la serie “Merlin” (1998). Cuando Peter Jackson puso en marcha la adaptación cinematográfica de “El Señor de los Anillos”, tenía muy claro que quería contar con Alan Lee como diseñador conceptual, junto con John Howe. Estos dos artistas se conocieron en enero de 1998 en vuelo hacia Nueva Zelanda comenzando así su amistad y su trabajo para Jackson. Howe y Lee se repartieron el trabajo de forma casi natural, con Howe concentrado en los aspectos oscuros de la Tierra Media (Bestias aladas, el Balrog, Barad-Dûr, Minas Morgul, la Puerta Negra,...) y Lee trabajando, según él mismo lo define, en “la parte más segura del Anduin”, aunque hubo excepciones ya que Howe diseñó Bolsón Cerrado, Gamoburgo o la Posada del Dragón Verde.

Con la trilogía Alan Lee consiguió diversos premios: con “La comunidad del anillo” (2001) ganó el premio al mejor diseño de producción (Dirección Artística del National Board of Review), con “Las dos torres” (2002) fue el ganador del premio a la Mejor Dirección Artística de los Efectos Visuales de la Sociedad de Efectos Visuales de Estados Unidos y es nominado al Óscar a la Mejor Dirección Artística, Óscar que sí consigue en 2003 con “El retorno del rey” y además es el ganador del Premio Satellite a la Mejor Dirección Artística. Como curiosidad señalaremos que Lee tiene dos cameos en la trilogía: en el prólogo de “La comunidad del anillo” es uno de los nueve reyes de los hombres (junto con John Howe) y en “Las dos torres” aparece en la escena de la armería en el Abismo de Helm.



Sigue colaborando con Peter Jackson en 2005 como diseñador conceptual con “King-Kong”. Y también en 2005 es diseñador conceptual de los efectos visuales en “Las crónicas de Narnia: El león, la bruja y el armario” de Andrew Adamson. Y por supuesto, sigue colaborando con Peter Jackson en su rodaje de la adaptación de “El hobbit” como diseñador conceptual (2012-2013).

Volviendo a su obra gráfica, publicó en 2005 “El Señor de los Anillos: cuadernos de bocetos” (Editorial Minotauro, 2010).



Vive con su esposa Marja Lee Kruÿt, también ilustradora, con la que se casó en 1970 en Devon. Sus hijos Owen y Virginia también son artistas.

(Continuará...)

jueves, septiembre 29, 2011

HOY PRESENTACIÓN DE "BORRA" DE LuisD EN BARCELONA

Hoy jueves 29 de septiembre, a las 19:30, se presentará Borra de LuisD, publicado por Ediciones La Cúpula, en la Librería Pictogràfics (C/ Bertrellans, 5) de Barcelona.



Un saludo cordial.

TALLER DE CÒMIC 2011/2012 EN EL MUSEU LA MASSANA CÒMIC

El próximo 6 de octubre da comienzo El Taller de Còmic 2011/2012 en el Museu La Massana Còmic de Andorra a cargo de Jordi Planellas.



Un saludo cordial.

CANCELAN LA XXXIII MOSTRA DE VALÈNCIA... Y, ¿QUÉ PASARÁ AHORA CON LA III MOSTRA CÒMIC DE VALÈNCIA?

Según leemos aquí, aquí, aquí y aquí, la 33ª edición de la Mostra de Valencia no se celebrará en marzo de 2012 según ha anunciado la propia alcaldesa de la ciudad Rita Barberá, por los recortes que el ayuntamiento de la Capital del Turia realizará en el departamento de cultura a causa de la crisis (aparte de por otras razones/problemas de índole político/personales con el director de la Mostra que creemos no son suficientes ni excusa para fulminar un certamen como éste).



Como es la tónica habitual de siempre, una de las primeras áreas que siempre sufre el 'tijeretazo' en época de 'vacas flacas' es la de Cultura, y lo que parece inconcebible es que hayan eliminado de golpe y porrazo un festival de cine de solera como el de la Mostra con más de tres décadas de existencia, sin medias tintas, sin buscar una solución intermedia y factible en los tiempos que corren, así, sin más, y más teniendo en cuenta la nueva orientación del mismo en ofrecer una programación enfocada al cine de acción y aventura, y donde tenía también cabida el 'boom' de las series de TV (y también fuera dejaremos ahora las polémicas surgidas en su momento por el cambio de orientación del certamen o el de las fechas de celebración del mismo).

Y, a todo esto, recordar que desde hace dos años (y por fin para alegría de los amantes del noveno arte) está vinculado a este festival la Mostra de Còmic de València que con tan buen pie y buenos augurios había arrancado, magníficamente dirigida por Borja Crespo. Ahora todos nos preguntamos también (porque en ninguna parte se comenta) si la Mostra Còmic se verá arrastrada de igual forma por este 'radical recorte' o, por ser medios diferentes y, ésta última, de reciente creación, podrá tener vida propia sin estar vinculada a la Mostra de València y celebrarse, por tanto, su 3ª edición en 2012.



Fuera de todas las opiniones que se puedan verter a partir de ahora en los weblogs y foros a raíz de tan draconiana medida, y teniendo claro que parece no hay marcha atrás respecto a la no celebración de la Mostra de Cine, esperemos pronto tener noticias de la cuestión de si celebra o no la Mostra Còmic, que aún consideramos que está en el aire, a través de algún medio de comunicación que otro o que su director, Borja Crespo, se pronuncie pronto al respecto y no nos tenga sobre ascuas.

Crucemos los dedos y que sepan reflexionar y dar marcha atrás a tan frustrante y equivocada solución, en perjuicio claramente del mundo de la Cultura que, insistiremos siempre, es de todos.

Un saludo cordial.

miércoles, septiembre 28, 2011

CRÍTICA: ESTELA PLATEADA: PARÁBOLA de Stan Lee & Moebius

Curiosa es esta ya mítica obra que acabo de leer por primera vez... una verdadera 'rara avis' en este tan encorsetado mundillo que es el de los superhéroes, no solo por el tándem que es elegido para que vea la luz esta curiosa historia provenientes ambos autores de mercados tan diferentes uno del otro, si no por la forma tan curiosa de mostrarnos un guión, clásico donde los haya de un veterano ya Stan Lee, a través de los visionarios ojos de un gran Jean Giraud en su versión más 'adelantada a su tiempo' de 'Moebius'.



La historia de “Parábola” no es que aporta mucho al mundillo, ni ahora ni , si me apuráis, cuando fue creada hace ya más de dos décadas, donde podríamos definirla posiblemente como 'hija de su tiempo', tanto por su idea central de la lucha entre el bien y el mal, ya muy trillada desde siempre, como por su revolucionario aporte si lo vemos desde la perspectiva de ser obra de un autor ya consagrado proveniente desde el otro lado del charco, un tipo de concepción de la Bande Dessinée tan radicalmente diferente en cuanto a contenidos y formas, y que podía tener su gracia y aporte novedoso en un tipo de temática, la de los superhéroes, tan desconocida por nuestro artista, pero no tanto por los lectores norteamericanos donde autores como el británico Barry Windsor-Smith podían caminar en la misma dirección del maestro francés, si del estilo y la representación gráfica nos referimos.

Según el diccionario, la definición de parábola es “narración de un suceso fingido, del que se deduce, por comparación o semejanza, una verdad importante o una enseñanza moral”. Y esto es lo que Lee nos quiere mostrar con esta historia atípica por su concepción como por su inclusión dentro de un Universo Marvel paralelo: una situación improbable por ser sus protagonistas los que son pero perfectamente también factible por ser una historia más como muchas de las posibles ideadas para ser protagonizadas por seres fantásticos superpoderosos, donde se nos quiere mostrar y demostrar diferentes conceptos como son las determinaciones morales que pueden conducir a la gente a tomar según qué decisiones, así como la aparición de los oportunistas que se hacen abanderados de una situación brindada en bandeja sin ser ellos los idóneos para predicar con el ejemplo. Utilizando lo que es un triangulo de concepciones morales que son la causa para lograr un fin, Estela Plateada-Galactus-Humanidad, todo puede ser cambiado cuando la finalidad buscada no es la, en un primer momento, ideada, demostrando que diferentes hechos ocasionales o fortuitos pueden variar la ecuación final enseñando de paso una lección a los que no quieren ver o están ofuscados y, por tanto, equivocados.



Nos encontramos con un Estela Plateada lleno de dudas respecto de su opinión de la raza humana, de su desprecio-incomprensión por ella, merecedora de todos los males que le sucedan por ganárselo a pulso y obtenerlos por méritos propios, como, de repente, surgir como su defensor, su paladín, ante la irrupción de su antiguo amo y señor Galactus, que aparece en su gigantesca nave para, no devorar este mundo manteniendo su promesa anterior de no hacerlo, sino convertirse en el nuevo Dios de los hombres, y erradicar bajo su venia todas las lacras que asolan la humanidad. Y, como ha ocurrido demasiadas veces en la Historia de la humanidad, alrededor de su figura todopoderosa surge una religión, y con ella los oportunistas profetas/charlatanes que se quieren convertir en la voz del 'Verbo' en su propio beneficio final. Pero al anular la ley del hombre lo que busca Galactus es provocar la anarquía más absoluta y destructiva entre los humanos... en definitiva, ¡el caos!



La lucha del bien (Estela Plateada) contra el mal (Galactus), la pelea de los insignificante contra lo grandioso, de la sencillez de la naturaleza humana contra la deidad personificada. Silver Surfer, antiguo heraldo del gran Galactus, se enfrenta con todo su poder contra la omnipotencia del más grande y temible 'devorador de mundos'... pero aunque prometió en su momento no devorar nuestro planeta Tierra, sus ansias de infringir el mal y castigar a seres inferiores que en su momento se revelaron contra él, la vuelta de éste para condenarlos por sus 'errores humanos' por ser una raza destructiva, encontrará en el 'heraldo plateado' el defensor de su causa por ver en ellos algo que aún los pueda salvar de su condenación, “bondad y amabilidad”, y se opondrá hasta sus últimas consecuencias a su antiguo dueño para que éste deje de vengarse, de la forma que sea, de la raza humana y deje en paz el planeta Tierra.



Con todo, Stan Lee intenta mostrarnos una historia que, dentro de su sencillez narrativa, contrapone a dos de los personajes más conocidos del Universo Marvel, siempre desde un concepto anti-superheroico de los mismos por su propia naturaleza: Galactus vs. Estera Plateada. Y para conseguir este nuevo enfrentamiento que al mismo tiempo nos resulte atemporal y fuera del contexto canónico que conocemos del Universo Marvel, nos transportamos a uno momento 'neutro' de un futuro cercano, apropiadísimo para que un Jean Giraud ejerza de Moebius y nos evoque un escenario que nos recuerda más a cualquiera de sus obras conocidas como El Incal o El Garaje Hermético, con sus características construcciones de 'otro tiempo', que a un Nueva York presente donde este tipo de construcciones serían impensables en tiempo real y actual. La implicación de Moebius en este proyecto fue total, y sin mencionar la, digamos, ilusión que le producía publicar un comic-book en los USA, se implicó en todas las facetas que le tocaban como artista, desde el dibujo y su correspondiente entintado (y la cantidad de viñetas que redibujó sobre la marcha), pasando por el color (que luego fue recoloreado en posteriores reediciones), y la propia rotulación de la obra, que para Moebius era fundamental realizarla él mismo. Y, como muy bien nos apunta Raimon Fonseca en el texto introductorio de este volumen publicado por la Editorial Panini, “... Stan Lee decidió con buen criterio que la acción debería transcurrir en una dimensión alternativa […] su elección fue retomar el universo inaugurado con la novela gráfica que él y Kirby realizaron en 1978 […] siendo conocida como Tierra-7888 (el número surge al unir el 78 y el 88, los años en que se publicaron cada uno de estos proyectos); aunque también recibe el nombre de Tierra-M o Tierra-Moebius”.

Pero eso sí, encuadrado dentro de una miniserie de dos números, de 24 páginas cada uno, dentro del sello Epic Comics, que en esta nueva reedición se han retomado los colores posteriormente recoloreados (pero modificando algunos aspectos, como los verdes con que se remasterizó esta obra en el 2001 para representar a Galactus), como muy bien nos apunta Raimon Fonseca, y por tanto dar una caracterización más actualizada al producto como lo requieren los nuevos tiempos (aunque, a veces, a mi entender esto es un error, ya que puede que se 'contamine' de alguna manera la idea original). El mismo Fonseca también nos apunta que fue expreso deseo de Moebius el que se publicara en un primer momento esta obra en dos comic-books, para inmediatamente ser recopilado en un único volumen con las mismas páginas que un álbum francés.



Una historia curiosa que, aunque no aporta nada que no sepamos ya a estas alturas, sí que es digna de formar parte de nuestras bibliotecas, por que una rareza como ésta, la conjunción de dos grandes talentos del noveno arte de manera casual, que tantos cambios y 'revoluciones conceptuales' aportaron en su momento, fundamentales en este mundillo para ser lo que es hoy en día, difícilmente la veremos nuevamente, por lo que aún debemos valorar más y en su justa medida una obra que es única y especial en su concepción.

Un saludo cordial.

martes, septiembre 27, 2011

¡CARAMBA! PEGA EL ESTIRÓN

Os pasamos el siguiente comunicado acerca del nacimiento de una nueva editorial especializada en cómic de humor, Caramba Comics.



"Manuel Bartual y Alba Diethelm ponen en marcha una editorial independiente especializada en cómic de humor.

Si nos lo preguntáis no sabríamos decir cuándo tomamos exactamente la decisión, pero seguramente fue en algún momento entre la publicación del primer número de ¡Caramba! y el día en que agotamos sus dos ediciones, justo un mes después de su lanzamiento. La buena acogida que ha tenido el proyecto nos ha animado a seguir adelante, y ya de paso, a dejarlo crecer un poco. De esta manera ¡Caramba! el fanzine se convierte hoy en ¡Caramba! la editorial. Publicaremos más números de ¡Caramba!, sí, pero también títulos de diferentes autores y productos relacionados con nuestras publicaciones, siempre con el humor como coartada y con Internet como principal canal de venta y promoción.

Estrenamos hoy nuestra aventura editorial con la publicación de Reunión, una libreta de 180 páginas para la que hemos seleccionado material de los cuadernos de bocetos de Manel Fontdevila. En Reunión encontraréis dibujos inéditos de Manel garabateados a boli, por placer, apuntes del natural y de fotos de la prensa que se maneja en las reuniones de El Jueves, donde Manel llenaba de chistes, apuntes e ideas los cuadernos que han servido de base para esta edición. Un objeto curioso y diferente que desde hoy tenéis a la venta en nuestra tienda online.



A Reunión le seguirá en diciembre la publicación de Let’s Pacheco! Una semana en familia, un cómic de 72 páginas escrito y dibujado por las hermanas Carmen y Laura Pacheco. Let’s Pacheco! es un webcómic que Laura puso en marcha el 1 de abril, y que desde entonces ha llenado de tiras, chistes e historietas protagonizadas principalmente por ella y su familia, con la aportación de su hermana Carmen en algunos de sus guiones. Para Let’s Pacheco! Una semana en familia están preparando una historia inédita llena de locuras cotidianas, anécdotas navideñas y guiños a las diferentes series que van publicando en la versión online, un libro a color que podrás comprar en nuestra web a finales de este año.

Tras el título de las hermanas Pacheco estrenaremos 2012 con la publicación del segundo número de ¡Caramba!, en el que llevamos trabajando desde hace un par de meses. De momento no queremos dar muchos detalles al respecto. Tan sólo diremos que su formato va a ser muy diferente al que tuvo el primero, que contamos con la participación de autores de varios países, y que aparte de las viñetas de muchos de los que ya colaboraron en el primer ¡Caramba!, podréis leer aportaciones de gente como Carlos Vermut, Mireia Pérez, José Domingo, Paco Roca, Max, Miguel B. Núñez o Darío Adanti.

De lo que sí que podemos dar detalles es del póster, del juego de láminas y de la camiseta que ya se encuentran disponibles en nuestro catálogo, obra de Albert Monteys, David Sánchez y Puño, respectivamente. Un póster con la sobrecubierta del primer número de ¡Caramba!, un juego de láminas que hemos preparado a partir de las ilustraciones que David Sánchez dibujó para el álbum de cromos Holocausto Australopithecus y una camiseta para que podáis llevar hasta vuestro armario el chiste del perro Mistetas. Son los tres primeros productos que ponemos a la venta relacionados con nuestras publicaciones, y no serán los únicos.

Os invitamos a dar una vuelta por nuestra recién estrenada web, donde encontraréis más información acerca de nuestro proyecto editorial y de quiénes estamos trabajando en él. Nos tenéis en info@carambacomics.com para cualquier duda o consulta que queráis hacernos".

Un saludo cordial.

lunes, septiembre 26, 2011

MIS PRIMEROS AUTORES DE BD (III): André-René Jolly 'Erik' (y II)

La historieta protagonizada por Megalito (y que vimos en el anterior post dedicado a este autor) no fue el único trabajo de Erik, el dibujante y guionista francés que conocimos a través de la Colección Mensajero Juvenil. De hecho, casi sentíamos predilección por aquella otra de sus colaboraciones con la revista francesa Record, aquellas ilustraciones de gran formato que narraban escenas de la vida cotidiana de los hombres y mujeres en la Edad de Piedra, desde algo tan básico como el problema del abastecimiento de agua o del transporte escolar a algo tan trivial en apariencia como los viajes y el turismo, las vacaciones en la playa, los deportes de competición o la pesca submarina. En ellas los personajes debían enfrentarse en ocasiones a situaciones imprevistas y caóticas y a problemas de difícil solución. Estos dibujos -a excepción de “Felices vacaciones en la playa de la Prehistoria”- aparecerían publicados en la revista francesa entre 1962 y 1965.

El anacronismo y la falta absoluta de rigor se daba por sentado y se suplía con los divertidos guiños en que acababan convertidas las situaciones más absurdas. Las dibujos a doble página atesoraban un cúmulo de información y detalles que uno no debía pasar por alto y en las que debía buscar -como en Dónde está Wally- todos esos detalles que era mejor no perderse. Siguiendo las indicaciones perfectamente ordenadas y numeradas, una asistía al proceso casi mágico de ver cómo se movían las piezas de aquellas sofisticadas máquinas confeccionadas con troncos, grandes huesos y cuerdas trenzadas o el deambular caótico de los personajes creados con el inconfundible trazo de Erik en sus quehaceres habituales, mujeres elegantes en cualquier circunstancia y hombres desaliñados y barbudos, ataviados, sin embargo, con los más distinguidos modelos de la alta costura prehistórica que podían confeccionarse con pieles de animales, tocados con graciosos sombreros de paja o con el cabello estéticamente recogido con un hueso, todos ellos calzados con unos peculiares patucos.

Con La pesca submarina (“Les hommes de Crô-Magnon avaient dejà mis au point la machine à plonger”) nuestros veranos no eran más refrescantes, pero al menos sí tenían más color, el de toda la variedad de especies marinas que Erik dibujó entre alocados humanos que en la Edad de Piedra ya practicaban la pesca submarina sin que la falta de aire les planteara problema alguno a la hora de sumergirse en el fondo del mar. Vean si no las diferentes modalidades de máquinas capaces de llevar oxígeno a sus pulmones: desde una gran estación de servicio para abastecer de aire puro a varios aficionados al mismo tiempo -al estar provista de diversas tomas submarinas-, a la escafandra alimentada por un “compresor de aire” situado sobre una base flotante, pasando por los depósitos de aire individuales que los expertos llevan consigo y los que aparecen asociados a revolucionarias máquinas lanzadoras de arpones a propulsión. Junto a todos ellos, los pescadores tradicionales con caña o con red, y los que utilizaban métodos poco ortodoxos, como los de los rodeos en el oeste americano.


En Un viaje aéreo en la prehistoria (“On voyageait déjà beaucoup dans la préhistoire”) nos dimos cuenta de que ya existían aeropuertos y líneas aéreas en la Edad de Piedra, como ésta que unía Grô-Kayou con Kazoar. En cierto que no había aviones, sino cabinas volantes a modo de grandes cestas circulares en las que se hacinaban los viajeros impacientes por llegar a su lugar de destino. Una vez ya situados en el interior de la cabina, el Jefe de la Base daba la orden de despegar. El peso del mamut al caer era suficiente para proyectar la cabina llena de pasajeros hacia la base de destino. Erik nos mostró además el ajetreo que este medio de transporte lleva consigo, el trajín apresurado de los viajeros que llegan tarde, el transporte de las cabinas a la pista para ser lanzadas de nuevo, la expectación de la llegada de nuevos vuelos y más de una situación inesperada que sin duda hacía peligrar la futura viabilidad del servicio.


La Ida al colegio en le prehistoria (“Le ramassage des écoliers dans les villages de la préhistoire”) era uno de mis dibujos favoritos, aunque no acababa de entender por qué era necesario tomarse tantas molestias para llevarnos al cole. Dinosaurios, tortugas y pájaros gigantescos cargaban a los escolares desde los lugares más recónditos atravesando puentes y circulando por caminos impracticables, mientras sus padres se ocupaban de sus quehaceres cotidianos, tan distintos según los sexos. Claro que no todos los niños conseguían llegar a tiempo; los había que perdían al “dinosaurio” o tenían pataletas por no querer ir al cole. Era fácil observar entonces los originales métodos que eran capaces de idear sus progenitores para conseguir que subieran “a bordo”, con el vehículo en marcha, o hacer oídos sordos a la negativa de más de un pequeño tirano a aceptar su destino.


El problema del agua en la prehistoria (“Le problème de l'eau dans la préhistoire”) ya era una cuestión acuciante en aquella época tanto como lo es en la actualidad. La necesidad había hecho posible la invención de prototipos tan sofisticados como la bombaaspirante-impelente” -cuyo funcionamiento corría a cargo de un único operario fuertemente vigilado para que su labor no se viera interrumpida por las más adversas circunstancias-; un espectacular recogedor de lluvia; un depósito de gran tamaño que garantizaba la distribución a la población a través de una densa e intrincada red de tuberías; un tanque auxiliar de menor cabida en cuyo interior se acumulaba el agua, elevada gracias a la acción de una noria movida por un práctico molino de viento, sin menospreciar la labor de recogida del “servicio obligatorio de recuperación” del agua garantizado gracias al “trabajo comunitario”. Un servicio de duchas calientes era también posible gracias a “mamuts cisterna”, mientras que el abastecimiento de agua a menor escala se aseguraba con la inestimable labor del aguador y del tanque municipal ambulante. El número de encargados de inspeccionar era realmente notable, claro que su labor de vigilancia era fácilmente obviada por desalmados ladrones de agua que habían ideado, a su vez, las tácticas más variadas para agenciarse el preciado líquido.


El turismo en la prehistoria (“Le tourisme dans la préhistoire”) era sinónimo de viajar, de visitar lugares en los que admirar un espectacular castillo con puente levadizo -eso sí, abarrotado de turistas- o comer en restaurantes selectos a precios desorbitados; lugares en los que no podían faltar las consabidas excavaciones arqueológicas -en las que llegan a descubrirse los objetos más inesperados e incluso desconocidos me atrevería a decir-, ni las cuevas llenas de estalagmitas y estalactitas, con pinturas rupestres y un río subterráneo, seguramente navegable -como el de una cueva cercana a nuestra ciudad que habíamos visitado de pequeños-; lugares en los que no podían faltar los monumentos -dólmenes y menhires-, con puntos estratégicos desde los que deleitarse en la contemplación de las hermosas vistas panorámicas, mientras irresponsables disfrutaban de su “pique nique”, haciendo caso omiso de las prohibiciones, y vehículos de los más variados modelos y procedencias -incluso turistas llegados de Gran Bretaña- se enfrentan a las largas colas y a los odiosos atascos. Al parecer, nada ha cambiado demasiado desde entonces.


Aunque el Complejo deportivo en la Edad de Piedra (Dernier entrainement avant les 74e Jeux d'Olympie (480 av. J.C.)) no fue dibujado para la ocasión, la revista Mensajero Juvenil lo publicó en 1968 con motivo de las Olimpiadas que aquel año se celebraron en México. Los Juegos Olímpicos merecieron la atención de Erik, quien, con su particular estilo y más humor que rigor, hizo un repaso de algunas de las disciplinas deportivas que, al parecer, tuvieron su representación en la 74ª edición de los juegos, desde el ciclismo al lanzamiento de pesos, pasando por el boxeo, los 100 metros, el salto de pértiga o la de natación, junto a otros deportes que difícilmente podían haber llegado a ser olímpicos, como la luchaKatchamor”, el duelo de porras o la lucha con fieras, eso sí, no demasiado terribles. Un dibujo un tanto “costumizado” para dar más énfasis al momento con el lema de una campaña para promover la práctica del deporte que los de mi generación conocíamos bien, “Contamos contigo”.


Con La edición del Mensajero en la Edad de Piedra (“La fabrication de “Record” à l'àge de pierre”) comprobamos el despliegue de medios que lleva consigo la edición de cualquier revista, desde la llegada de la noticia, utilizando los canales más diversos (en esta ocasión un “telégrafo óptico”), a la sala de redacción donde los periodistas elaboran el texto que será enviado, junto con los dibujos y las tiras de prensa, a la imprenta, una sofisticada rotativa de gran tamaño en la que ya está en marcha la preparación de las cilindros de piedra en los que se dispondrán las bobinas de pergamino, admirablemente cosido por expertos, que se estampará y guillotinará antes de ser plegado para su distribución.


Para dar por terminado este verano en la prehistoria qué mejor que Felices vacaciones en la playa de la prehistoria, precisamente lo que espero que hayáis tenido. Quizás el trozo de playa que soléis ocupar no sea tan caótico como el que nos dibujó Erik, pero claro, el suyo tenía una escuela de natación, un profesor particular para enseñarnos a nadar, un espectacular trampolín de alta competición y un submarinista dispuesto a salir de pesca con su recién estrenado invento. Ahora, como en toda playa de la prehistoria que se precie, no podían faltar las “golondrinas” que nos llevan a dar un paseo por mar -con gran riesgo de marearse, todo hay que decirlo-, ni los ostentosos “guaperas” propietarios del “velero” último modelo, ni el solarium especial para broncearse en el menor tiempo posible, ni los ligones de playa, ni los sempiternos jugadores de petaca, ni las tiendas de souvenirs, ni los chiringuitos en los que comprar “fanta y coca cola”, ni... la playa ideal, vaya.


Otras páginas humorísticas de Erik se desarrollaban en otro de los escenarios recurrentes y favoritos de Erik -además de la Prehistoria y la ciencia ficción-: la Edad Media. Sus ilustraciones eran representaciones de la vida militar en esa época, con referencias a las máquinas de guerra, al asalto al castillo o a los desfiles militares. Los dos que vimos de niños habían sido publicados en la revista juvenil francesa Record en 1962 y 1965, respectivamente.

El primero de ellos fue Máquinas de guerra de ayer para el asalto de un castillo construido en la Edad Media (“Machines de siège”). Las únicas torres de asalto que habíamos visto hasta entonces eran las que salían en las películas en blanco y negro de la tele. Ahora por fin podíamos inspeccionar minuciosamente a todo color su funcionamiento y el efecto devastador que producían en el castillo asediado, la cantidad de soldados empleados en la ingente tarea de limpiar las almenas con un artilugio conducido por un carro móvil, de arrojar aceite hirviendo al interior del castillo gracias a un ingenioso distribuidor, de perforar las murallas o de lanzar a los componentes de las patrullas de asalto montados sobre flechas cabalgantes lanzadas gracias a un complejo sistema de ruedas dentadas que se movía por la esforzada acción del hombre. Por no faltar, no faltaba ni el arengador dando ánimos para que la misión fuera un éxito ni un Estado Mayor dedicado al detenido estudio de los planes de ataque.


En Un gran desfile militar en la Edad Media (“La grande parade militaire du 14 juillet 1365”), un ejército había iniciado su marcha desde el lejano castillo ubicado en una cima imposible. El señor del castillo, acompañado por el condestable responsable del desfile y su invitado, el senescal, -a cual portador de una espada de tamaño más colosal- parten a caballo llevando consigo un gran despliegue de medios y todo su aparato militar -los petarderos, los porteadores del grupo “aerotransportado” y los de las enormes balas de cañón, los maceros, el trompeta, los botafuegos encargados de dosificar la pólvora-, destacando los ingenios que harán posible el éxito del ataque a las murallas del castillo enemigo, como la máquina de asedio o la “desfondeadora” de puertas. La celebración del día de la fiesta nacional francesa era totalmente anacrónica, ya que la toma de la Bastilla no tendría lugar hasta el 14 de julio de muchos años después, claro que entonces no lo sabíamos. En todo caso, cualquier excusa era buena para mostrarnos con todo lujo de detalles cómo podía ser de divertido un desfile militar en aquella época.


Después de pasar un verano como los de antes, con las Horas Juveniles entre las manos, parece mentira que haya trascurrido esa enorme pila de años desde entonces.

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