Como en
todas las ciudades grandes, se puede encontrar mucho de todo. Y en las
capitales aún mucho más. Es aquí donde se encuentran los grandes centros de
negocios de los países; lugares donde se mueve mucho dinero y donde el sistema
capitalista se muestra en todo su esplendor y con toda su crudeza. Pasamos de
un barrio a otro y las diferencias de nivel son muy marcadas; pasamos de las
calles repletas de gente y de tiendas de lujo a calles sin rastro de ese
glamour y con una mezcla de gente de muchos países diferentes que subsisten
como pueden. Esas son las grandezas y las miserias de las grandes urbes… y
París no es una excepción. Pero no voy a entrar en consideraciones morales ya
que no creo que pueda cambiar ni el mundo ni la condición humana.
Para mí
como turista, me gustan las grandes ciudades porque su mezcolanza me permite
descubrir muchas culturas en una sola; como aficionado al noveno arte, allí me
ofrecen la oportunidad de encontrar, aunque sólo sea para recrearme, mucho de
lo que me gusta.
En
París se encuentran numerosas galerías de arte de todo tipo, de todos los
tamaños y también, para todos los bolsillos de aquellos a los que les guste
coleccionar, sea lo que sea. Y como no sería menos y como tal empieza a ser
considerado, los originales de tebeos son una forma de entender el arte. Hay
varias de estas galerías que como meta de mi viaje me propuse visitar; conocía
las webs de todas ellas y sabía del género que allí tenían, pero me apetecía
mucho verlas en directo y sobre todo disfrutar viendo las páginas delante de
mis ojos, tal y como las concibió el artista, de la manera en que podemos tener
una idea de lo grandioso del dibujo… o de las chapucillas del dibujante.
El
objetivo del viaje era visitar principalmente, pero quizás me podría regalar
alguna cosita para mi colección, quién sabe, si encontraba algo asequible para
mi presupuesto; Aprovechando mi estancia, tenía que buscar algunos encargos
para mi amigo y colega de blog Eduard, ya que las visitas las iba a hacer de
todas maneras. Esta fórmula de compra en directo y a distancia es muy
entretenida aprovechando lo bueno que ofrecen de sí las nuevas tecnologías… que
quieres saber si le puede interesar éste o aquel original, pues foto al canto,
se pregunta por el precio y “guasap” enviado. A partir de aquí, ya veremos qué
me dice. Estuve cinco días dando vueltas hasta pasar por todas las galerías de
mi lista, pero el tiempo se me pasó volando.
Galería ZIC & BUL situada en la Av. De
la République.
Voy a
ir describiendo cada una de las galerías visitadas y al final de mi periplo,
citaré también algunas otras direcciones que por una u otra razón, tengo
pendientes para el futuro. Las distancias son grandes en París, así que para
poder ver todas las que tenía en mi lista, me planificaba cada día dos o tres
direcciones que estuviesen o bien dentro de un área determinada o que la
comunicación para ir de una a la otra fuese directa en metro. No cabe duda que
para desplazarse y ahorrar tiempo en ir de un lugar a otro, ese medio de
transporte es la mejor opción.
Mi
primera parada fue en ZIC & BUL, situada en el 76 de la Av. De la
République; salí andando desde la Place de la République dando un agradable
paseo hasta encontrarme con ella. Es un lugar curioso ya que no es una galería
propiamente dicha; el negocio está regentado por dos socios que comparten aficiones
y cada uno de ellos se encarga de gestionar su parte. Uno de ellos es un apasionado
de la música, sobre todo en formato de vinilo, y el otro lo es de los tebeos y de
su arte original.
Galería ZIC & BUL; mitad de BD y mitad
de música.
Claramente
ambas ofertas se complementan en forma de tienda en la planta a nivel de calle,
dejando la parte de galería y venta de originales en el sótano del local. Como
podéis ver en las fotos que ilustran este artículo, el recinto dedicado a la
venta de vinilos y tebeos está lleno por todas partes, muy bien organizado en
estanterías. Algunas carátulas están enmarcadas y forman la decoración que
cubre todas las paredes; a estas se unen algunas serigrafías de comics, algún
que otro original enmarcado y ya tenemos un espacio que invita a quedarse y a rebuscar
por todas las esquinas.
Galería ZIC & BUL; vinilos por todas
partes.
Es un
local totalmente bohemio, para todo tipo de público interesado en cualquiera de
las dos materias allí presentes y de trato agradable. Fui recibido por Stephane,
uno de los propietarios y casualmente de los dos socios el que se dedica al
mundo de los originales. Acompañado por él, accedimos a través de una pequeña
escalera al sótano donde se encuentra la galería. Como inciso, decir que en
Francia casi todas las escaleras de los locales y las casas suelen ser pequeñas
y muchas de ellas de caracol, para aprovechar el espacio al máximo.
Galería ZIC & BUL; Stephane, el
apasionado de la BD.
Ya en
la galería pude contemplar los originales expuestos en sus paredes; no es mucho
el espacio del que dispone, pero suficiente para una pequeña exposición. El
resto del material estaba distribuido en carpetas en los laterales de las
paredes debajo de lo expuesto y en una mesa central. La variedad de autores del
material expuesto es notable y se pueden encontrar nombres importantes dentro
de lo que es la BD contemporánea, además de algún que otro clásico menos
conocido en España. Me interesaba ver las planchas del suizo Frederik Peeters,
uno de los autores actuales con más proyección de futuro en mi opinión. Obras
como “Píldoras Azules”, “Koma” o “Paquidermo” tenían originales que contemple
con gran curiosidad y con la admiración de uno de sus fieles lectores. Cuando
se contempla un original, se está mirando una entidad única, desconexa del
conjunto de la obra y como tal debe ser considerada. Su tamaño, el dibujo, la
técnica, la distribución de viñetas, los bocadillos, la limpieza de la página,
los arreglos si los hubiera…son los detalles que permiten acercarse a la
concepción, al trabajo y de alguna manera al carácter del artista. Viendo la
página original se ven detalles que en ciertos casos son difíciles de apreciar
cuando la vemos impresa. Sólo puedo añadir que es un deleite para los ojos y
que me encanta mirar dibujos originales.
Galería ZIC & BUL; la galería de
originales en el sótano.
Una vez
que se han visto ya todos los originales que le pueden interesar a uno y si se
está decidido a adquirir alguno de ellos, llega el momento de tomar una
decisión. Hay parámetros muy claros en cuanto a la parte económica, o entra en
nuestro presupuesto o no; de ahí poco más se puede decir. En cuanto a la elección
de la página o ilustración, o se tienen muy claras las cosas desde el principio
o la elección puede ser larga y penosa. Un consejo que me proporcionó Stéphan
fue que a la hora de elegir, se debe mirar el original pensando en cómo
quedaría enmarcado en la pared, cuál sería su aspecto y la impresión que daría
al mirarlo. Quizás nos pueda parecer que el trabajo de otra página entre las
que estamos indecisos sea más complejo, pero al mirarla de lejos nos diga menos
que otra que en principio pueda ser menos elaborada. Es una forma que puede o
no ayudarnos a tomar una decisión; cada uno tendrá sus propios métodos. Con
todo lo dicho anteriormente y delante de aquellos preciosos originales no me
puede resistir y al final, me decanté por llevarme una plancha de “Koma” de
Peeters, elegida de la forma descrita anteriormente.
Terminado
lo mío, los encargos de Eduard fueron mucho más fáciles de cumplir; aunque
había algunas otras opciones, su elección estaba clara desde el principio, un original Disney firmado por Sergio Asteritti.
Y
así con los originales bajo el brazo, bien protegidos en su carpeta de cartón
rígido, se terminaba mi visita a esta galería. Antes de marchar, mantuve una
larga charla con Stephane sobre todo lo que supone el coleccionismo de
originales y, sobre todo, acerca de cómo está cambiando el perfil del
coleccionista con la entrada de compradores que se dedican sólo a invertir y
que pagan en ocasiones mucho más de lo que puede valer el original; de los
galeristas y coleccionistas que sólo se dedican a especular y del cambio que
está experimentando el original de tebeo que se convierte en valor refugio para
los inversores, al igual que ocurre con el arte contemporáneo; a raíz de esto
último, de la entrada de las grandes casa de subastas que se añaden a las que
tradicionalmente se dedicaban al tebeo y de cómo toda esta situación está
haciendo que los precios aumenten de forma desproporcionada. Al final llegamos
a la conclusión de que toda esta situación lo que va a hacer es perjudicar al
pequeño coleccionista que lo hace por amor al arte (y nunca mejor dicho) y lo
que adquiere es porque le gusta.
En definitiva, aparte de unas
estupendas adquisiciones, pase una estupenda mañana disfrutando de esta
galería. Os la recomiendo si tenéis oportunidad.
Más París para los amantes de los tebeos: