Dirección: Emir Kusturica
País: Yugoslavia/Francia/Alemania
Duración: 130 minutos
Año: 1998
Protagonistas: Florijan Ajdini, Bajram Severdzan, Jasar Destani, Salija Ibraimova, Branka Katic, Srdjan Todorovic
Siempre me han gustado las películas con un toque personal y de carácter independiente, independencia que hace que temáticas y experimentaciones no habituales se puedan llevar a cabo, y que consigue por otra parte librarse de intromisiones no deseadas que acaban por distorsionar el resultado final que ciertos sectores del cine sufren tan habitualmente. Aunque esto tampoco asegura ni mucho menos el nivel de calidad de la obra, sí que podemos tener bien claro que sin duda cuando hay talento y posibilidades de desarrollarlo, éste acaba por producir obras espléndidas o cuanto menos curiosas e interesantes.
No voy a entrar en la polémica sobre si realmente suele estar un poco sobrevolado este tipo de cine, lo que sí puedo afirmar es que a mi personalmente siempre me da a conocer un tipo de historias sobre las cuales nunca suelo quedarme indiferente, y eso es algo que asegura que por lo menos siempre veas con ilusión historias que sabes que te van a aportar algo nuevo, que no es poco. Quizás esta película no entre en la calificación de espléndida, pero sin duda interesante y curiosa sí que es, aunque no para todo tipo de paladares, pues no es de extrañar que a más de uno le cause indiferencia y aburrimiento.
Historia en tono de comedia salvaje y desmadrada, localizada en una zona de la ex-Yugoslavia después de un periodo de guerra, contándonos la vida de un abuelo octogenario amigo de juventud de un mafioso al que le salvo la vida, y de su hijo el cual vive del contrabando a orillas de Danubio, donde el regateo, la picaresca y las penurias están a la orden del día, teniendo todo tipo de tratos con gente de dudosa reputación, que le acabarán arrastrando a situaciones límite e incluso surrealistas.
Kusturica (Underground, Tiempo de gitanos) sobretodo nos quiere dar a conocer ese mundo tan particular que él conoce, mostrándonos tres generaciones distintas, una primera generación con unos valores bien cimentados aunque de forma muy particular, una generación intermedia que muestra una ausencia de valores coincidiendo con esa generación que ha vivido la guerra en primera persona, y una tercera generación que demuestra cierto ansia de liberación de las ataduras tradicionales arraigadas a las anteriores generaciones.
Veremos un desfile de imágenes y situaciones donde todo puede ocurrir, matrimonios de inconveniencia para poder pagar una deuda, una novia de poco más de un metro de altura y que además se llama Afrodita, cientos de gitanos pululando por la película, un cerdo comiéndose poco a poco un coche desguazado, mafiosos cocainómanos que bailan música disco como si de “Priscila, reina del desierto” se tratara, timadores timados, gansos saliendo cuando menos te esperas, barcos que navegan por el Danubio acompañado de música de Strauss como si estuviéramos viendo “2001, Odisea de espacio”, cagaderos situados encima de un estercolero convertidos en trampas mortales, y por supuesto gatos blancos y gatos negros.
Por último, destacar sobretodo el buen trabajo que hacen los actores, desconocidos para el gran público y con los que se ha conseguido una caracterización muy marcada en una especie de homenaje a Fellini, que incluso en algún caso llega a lo exagerado, con esa especie de sobreactuación que roza lo ridículo y lo dramático, estilo por cierto muy utilizado por los hermanos Cohen, que además, al igual que el conjunto de sensaciones que se producen al ver la película, o se nos quedarán grabadas, o pasarán de largo como si de un telefilme se tratara ¿Valdrá la pena arriesgarse a ello?.
Querido Ximo
ResponderEliminar¿Para cuando el post sobre SIN PERDON?
PD. Villa al Barça el año que viene.
JUR, JUR, JUR.