lunes, enero 22, 2007

LA ILUSIÓN DE UN NIÑO: LOS DON MIKIS

Siempre hay momentos en nuestra vida que, sin poder evitarlo, uno echa vistazos constantes a su pasado.

A veces son hechos que uno no desearía recordar por las situaciones amargas que uno ha sufrido en carnes, pero que inevitablemente nos visitan de tanto en tanto para recordarnos que la vida, a veces, no es un camino de rosas, o para hacernos ver que de los errores también se aprende.

Otras veces son hechos que, sin ser importantes en sí mismo, los recordamos por acontecimientos puntuales que nos ocurren en nuestro quehacer diario o porque la vida diaria nos los hace representar en nuestra mente.

Y otras, afortunadamente, son recuerdos que llenan de placer y felicidad, buenos momentos de la vida de uno que provoca una sonrisa que te gustaría que siempre se mantuviera.

Y uno de esos recuerdos que no cambiaría por nada en el mundo (y, ojalá, en según que momentos, uno pudiera desandar lo ya caminado) es cuando acudía a mi cita semanal, en el quiosco del barrio, para la compra del número de Don Miki correspondiente.


Recuerdo, como si fuera ayer (y de eso hace ya unos 30 años), cuando esperaba en la esquina de mi calle a mi padre, que salía de trabajar al mediodía, para abalanzarme sobre él para que me comprase mi Don Miki en el quiosco de la otra esquina. Era un momento mágico e irrepetible (bueno, no del todo, porque la semana siguiente salía ¡¡¡OTRO NÚMERO DE DON MIKI!!!) el cuál yo esperaba con la ilusión de un niño que acababa de estrenar zapatitos nuevos. Nos íbamos a casa (yo más feliz que unas pascuas), comíamos y, raudo y veloz, me iba a mi habitación a devorar, sí, devorar una y otra vez, las aventuras de mis personajes favoritos de Walt Disney.


Quien no recuerda las aventuras del buenazo, ingenuo y despistado del Pato Donald (aunque a veces malhumorado) junto a sus traviesos e inteligentes sobrinos, que aquí se llamaban Jorgito, Juanito y Jaimito, que le sacaban de más de un lío en muchas ocasiones. De Daisy, su cariñosa y eterna novia. Del Tío Gilito, ese tacaño multimillonario que a veces demostraba tener un tierno corazón. Y para finalizar, y éste era uno de mis personajes favoritos, el alter ego de Donald, Patomas, donde ya, desde mi más tierna infancia, tenía nociones, más o menos, de lo que era un superhéroe al uso, sin olvidarnos de otro ¿¡superperro!? como era el desternillante Super-Goofy (¿eran estos adalides de la justicia premonición de algo?).


Luego estaba la otra gran familia, la del inteligente, sagaz y reflexivo ratón Miki, con su cariñosa novia Minnie, su inseparable y despistado amigo Goofy, y con su no menos importante, inseparable y fiel perro Pluto. Y qué decir del malo maloso por antonomasia, Pete Patapalo, que siempre intentaba hacérselas pasar canutas al bueno de Miki. ¿Y qué me decís de los Golfos Apandadores?

Todos estos personajes eran el núcleo principal de todas las aventuras y desventuras que sucedían en las 100 páginas de que constaba cada uno de los números de la revista. Una serie de historietas más o menos cortas, algunas con continuación en varios números, que te hacían vivir las peripecias de los diferentes personajes Disney.


No me gustaría dejar pasar la oportunidad de comentar un arco argumental al uso que me gustó muchísimo que fue el de “Historia y gloria de la Dinastía de los Patos”, donde a través de varios momentos de la historia conocimos los antepasados de nuestra familia ánade. Era emocionante zambullirte en momentos puntuales de la historia universal leyendo las peripecias que les pasaban a nuestros simpáticos protagonistas (¿y os acordáis de las monedas, con las efigies de los patos, que regalaban en los Don Mikis con su serialización?).


Algunas monedas de "La Dinastía de los Patos" cedidas para la ocasión por la Familia Chover-Pitarch


También habían otros personajes secundarios que salían, de tanto en tanto, como el loco inventor Eugenio, Horacio, Clarabella, Narciso, etc., pero me gustaría hacer mención de dos personajes antropomorfos (como los de la serie) pero que tenían el papel de verdaderos animales en las historietas, eso sí, con la facultad también de poder hablar: me refiero a las geniales, extraordinarias, simpáticas, traviesas y divertidísimas ardillas Chip y Chop. Era ese simpático dueto que siempre ha existido cuando de humor hablamos: un componente de la pareja siempre resulta ser el inteligente, reflexivo, digamos el líder de los dos y el que siempre sabe qué hacer; en cambio el otro componente del binomio era el que era más bobalicón, más despreocupado, más torpe, que complicaba la existencia a su pareja, la antítesis, pero con el que siempre uno se divierte más con sus travesuras.

Toda esta retahíla de personajes (y me dejo muchos en el tintero) protagonizaban historias cortas (algunas más extensas que otras) que hacían que mi imaginación rezumara de historias imposibles en lugares, a veces, inhóspitos y fantásticos.

Las leía una y otra vez, y nunca me cansaba. Recuerdo que había historias que me las sabía de pe a pa, cosa que ahora seguro que sería incapaz de memorizar (la edad no perdona). Pero que se podía esperar de un chaval de unos cinco años cuando su mayor ilusión era disfrutar, semana tras semana, de las aventuras de Don Miki.


Unos Don Mikis que además eran “fuente de cultura”, donde aprendías con cada número multitud de cosas en sus diferentes secciones como aprender a esquiar, a realizar diferentes experimentos con Tarconi, a conocer personajes famosos, a hacer nudos, a conocer trucos de magia, a hacer bricolaje, a saber cómo eres según como escribes... Y donde también podías intercambiar cosas con el “Cambalache”, participar en multitud de concursos, enviar cartas, conseguir regalos, formar parte del Club Don Miki, etc.

Don Miki era una revista que, aquí en nuestro país, prácticamente la publicó la Editorial Montena (más de 600 números), la cual publicaba material proveniente de Italia, donde la producción de personajes de la Disney tuvo mucho auge con legión de dibujantes italianos que cubrían la carencia de material proveniente de la Disney, a suministrar en dicho país y el resto del mundo (ahí tenemos maestros como Scarpa, Cavazzano, Carpi, etc.), que no sabemos el por qué se mantenía sus nombres en el anonimato.

También recuerdo, pero más vagamente, otras revistitas que publicaba la Editorial Montena que giraban en torno a todo el universo Disney, y que eran resultado del éxito aplastante que para la época fue la publicación del Don Miki. Nos referimos a Don Donald, Dumbo, etc. Revistas que tenían la misma razón de ser y misión que la revista-padre: entretener y hacer pasar un buen rato a los más pequeños de la casa, y de paso fomentar un hábito a la lectura que, tristemente hoy en día parece que está mermado por la desaparición de estas cabeceras en los quioscos y la sustitución que han tenido por videojuegos, televisión a mansalva y la propia internet, pero que parece que podemos vislumbrar un pequeño rayo de esperanza con nuevas publicaciones dirigidas a esta franja de edad, entre lo 5 y los 10 años, en formato revista que intentan cubrir el hueco dejado durante años por la desaparición de títulos como era nuestro querido Don Miki. Esperemos que los niños de ahora tengan la misma ilusión e inocencia que teníamos los niños de entonces.


Y, viniendo a cuento, que me decís de esos libros editados en cartoné que podías conseguir en los quioscos de tanto en tanto (o completarlos pidiéndolos por contrareembolso por medio de un cupón a rellenar en al revista), como eran los Manuales de Los Jóvenes Castores, en los cuales podías convertirte en un Joven Castor y aprender todo tipo de trucos para salir de cualquier situación, como verdaderos manuales de supervivencia, o aprender cosas que luego te servían para pasar un buen rato. O el Manual de la Abuela Pato, donde se podían conseguir recetas exquisitas. O el Manual de Tarconi, con sus locos y divertidos inventos. O el Manual de Patomas, con sus trucos de magia. Hasta el curioso Manual del Oso Yogui, que aunque fuera de contexto, aprendías con él a amar la naturaleza. Yo los tenía casi todos.


Que buenos momentos me hicieron pasar todas estas publicaciones, que nos transportaban a otra realidad en momentos concretos, donde la imaginación era la verdadera dueña de nuestros actos y donde las pequeñas cosas que podíamos aprender y descubrir nos hacían ser verdaderamente unos niños inocentes y felices. Momentos de nuestra vida realmente irrepetibles, ¿no creéis?

Un cordial saludo.

20 comentarios:

  1. Ains, qué nostálgico me has puesto...

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  2. Hace unos 25 - 30 años uno entraba en un quiosco con 100 pesetas (0,60 euros) y salía cargado porque la mayoría de publicaciones (Vértice aparte) no solían superar los 50-60 ptas. Tenías para un Don Miki, un Corsario de Hierro y un Super Mortadelo (+ o -)

    Hoy en día para salir del quiosco con un par de cómics ya se necesitan unos 10 euros (1.663,86 ptas).

    Inflación y la guasa del euro aparte, los tebeos de nuestra infancia (para los de treinta y muchos) eran más asequibles para los siempre sufridos bolsillos.

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  3. Pues yo recuerdo, lo que más, un artículo sobre La Patagonia que me tiene loca desde entonces... y que lo contaba el bigotudo marido de Teresa Rabal!!!

    Maldita memoria

    Besitos

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  4. Ah... aquellos maravillosos años...

    Mis favoritas eran las historias con "continuará" protagonizadas por el Tío Gilito y sus sobrinos, sobre todo si el malo era Rockerduck.

    En realidad la receta era muy sencilla: grandes dosis de aventura de la buena + grandes dosis de humor. Ya se que parezco el abuelo Cebolleta pero ¿por qué ahora cuesta tanto encontrar algo así?

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  5. Pues sí, una manera de hacer historias de una forma muy sencilla, lectura ideal y amena para cualquier “mocosillo” de entonces, a buen precio (y más si casi siempre eran pagados por otros) y aprendiendo un montón de cosas que, prácticamente, era la primera vez que oíamos hablar de ellas y que, aún hoy en día, perduran en nuestros recuerdos más entrañables.

    ¡¡¡AQUELLOS MARAVILLOSOS AÑOS!!!

    Sniff, sniff, sniff…

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  6. Vuestro blog es magnífico, y se ha convertido en cabecera de mi vida.
    A la edad de 6 años, me regalaron mi primer "Don Miki", hablo de los años 70, y cada semana creo no equivocarme, mis tias, me compraban el número correspondiente.
    Alucinaba todo el mundo, que un niño que empezaba a leer, se obsesionara de tal manera con un tebeo. Me acuerdo incluso de la colección de monedas, de los tomos recopilatorios, del single de plástico de "Silbando al Trabajar" cantado por el impresentable Enrique (je, je, es más antiguo que Sara Montiel).
    Con vuestro permiso, voy a copiarlo en una hoja, imprimirlo y leerselo a mi hijo.
    Gracias, por recordar mi infancia.
    Un saludo,
    José Andrés

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  7. Ha sido un placer José Andrés. Yo también he disfrutado mucho recordando viejos tiempos y haciendo este post. Espero que tu hijo disfrute tanto como tú disfrutaste en su momento con los Don Miki.

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  8. :O)
    ....pues todavía se me están cayendo las lágrimillas de la emoción....recordando todo lo que decis...y es que tengo a un metro de distancia los "Manuales" y encuadernados por un conocido de mi padre, todos los primeros números (el resto los "mal vendí" siendo ya jovenzuelo para comprarme un libro de "Snow white and the seven...." con los fotogramas de la película....mi gusto habia madurado hacia el cine de Disney.
    Y tengo las monedas....algunas hasta re-pintadas de lo usadas que quedaron en su época, y el carnet de socio, y el "dominó de señales" que te regalaban al hacerte socio y con el que aprendí las señales de conducir...y un boli-plátano de "el libro de la selva".....ains.....fueron mucho y buenos años y momentos.
    Gracias por recordarmelo.
    Mariano.

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  9. Tenia unos 30 Don Mikis y los leia una y otra vez en mi pais no llegaban de forma muy regular(Peru)pero aun asi cada vez que veia uno en el quiosko lo compraba y lo devoraba..
    Ahoar con mis 35 años a cuestas solo tengo esos recuerdos pero encontre un blog donde estan en descarga y ya tengo casi 100 numeros.. lo que hace la tecnologia actual... a proposito mis nenes de 4 y 5 estan gozando conmigo con lo que tambien leo por primera vez.

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  10. si quieren que les pase alguno escribanme scrabbihard@gmail.com

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  11. Gracias por el ofrecimiento, pero aquí, en su momento, se publicaron una gran cantidad de ellos, parte de los cuales conservo (como buenamente puedo), y otros siempre están en poder de gente conocida, por lo que no habría problema en conseguirlos. Además, tenemos la suerte que aquí, la Editorial Planeta DeAgostini, va a empezar a volver a publicar material antiguo y también inédito, por lo que seguro que recupero historias que en su momento disfruté cuando era niño. De todas formas, si alguna vez busco y no encuentro alguna de esas historietas se lo haré saber por si hay suerte y la tiene.
    Un saludo cordial.

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  12. a estas alturas ya engrose mi coleccion con 200 Don Mikis y por alli descubri algunas cosillas mas como Don Donald y algunos manuales de los castores....

    creo que es hora de pensar en crear algo especializado para compartir todo esto.

    Antonio
    scrabbihard@gmail.com

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  13. Ays!!! Yo tenía un libro de los jóvenes castores y me lo robaron en una mudanza (junto con bastantes cosas más... :-( )

    ¡Me encantaba aquel libro!

    Si alguien sabe dónde lo puedo descargar o comprar le agradecería que me lo dijera.

    Gracias!!

    Neko
    neko81@gmail.com

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  14. Antonio:
    Buenísima tu idea de hacer algo con el material Disney que posees. Ya me dirás dónde lo has hecho para echarle una ojeada.

    Neko:
    Lo siento, pero no sé dónde podrías conseguir ese manual tan preciado de los Jóvenes Castores. Para mí fueron libros de consulta imprescindibles cuando era nano. Los leía y releía una y otra vez.

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  15. Chicos (os llamo chicos porque todos demostrais tener el corazón de un chaval, igual que yo que tengo los 40 recién cumplidos) gracias a todos por demostrarme que no soy el único que recuerdo esas sensaciones tan especiales al esperar y devorar como bien decis el don miki semanal con el que pasamos tan buenos ratos.

    Hace poco que Planeta Agostini ha sacado unos 3 nuevos don mikis especiales y aún ahora con mis 40 tacos siento lo mismo que cuando era un niño de 9 añitos. Os recomiendo la experiencia.

    Un abrazo a todos.

    O O
    ·

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  16. Recordar viejos y buenos tiempos es una cosa que cíclicamente todos tendríamos que realizar como terapia. Ahora Planeta parece que tiene la sana intención de recuperar las mejores aventuras clásicas Disney (junto a especiales de los más grandes autores) y publicar el nuevo material venido desde Italia.
    Y también te recomiendo, aunque a lo mejor un poco tarde, que te hagas el nuevo coleccionable del periódico El Mundo, que recupera algunas de las historias que en su momento se publicaron en la revista Don Miki.

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  17. hola, estoy buscando una de las revistas de don micki que dentro trae una publicidad de la casa vicma, en azul es la pagina, aparece un spiderman con ropa y debajo unos niños jugando al gauante magico de marioneta. si me haces el favor y me buscas un numero que tenga esa publicidad en buen estado, o alguna otra donde este esa publicidad o el muñeco de spiderman grande, tambien me interesa. y como no, si algun dia tienes ese spiderman, te lo compro. es un spiderman con la cabeza de goma dura, el cuerpo articulado y mide como 70 centimetros con ropa.

    gracias

    mundomadelman@hotmail.com

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  18. hola, estoy buscando una de las revistas de don micki que dentro trae una publicidad de la casa vicma, en azul es la pagina, aparece un spiderman con ropa y debajo unos niños jugando al gauante magico de marioneta. si me haces el favor y me buscas un numero que tenga esa publicidad en buen estado, o alguna otra donde este esa publicidad o el muñeco de spiderman grande, tambien me interesa. y como no, si algun dia tienes ese spiderman, te lo compro. es un spiderman con la cabeza de goma dura, el cuerpo articulado y mide como 70 centimetros con ropa.

    gracias

    mundomadelman@hotmail.com

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  19. Suscribo las mismas sensaciones que tu, esperar cada semana, etc, etc.... Los mal vendi hara como 20 años, pero conservo todos los manuales. No recordaba las monedas, recuerdo que las tenia todas, yo creo que no las incluí en el lote, quizas las tengo por casa. Que buenos recuerdos....

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  20. Todavía guardo algunos manuales... otros se perdieron... Los tenía casi todos.
    Eran, son como libros sagrados...

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