Parece mentira que un autor de tanta calidad como es Tony Millionaire, calidad avalada entre otras cosas, por su trayectoria como ilustrador en el The New York Times, The New Yorker o el The Wall Street Journal, además de los premios Harvey y Eisner que ya posee, premios conseguidos por dos series tan peculiares como son Sock Monkey y Maakies, ambas en formato de tira de prensa, y publicadas en unos pocos semanarios estadounidenses por tocar abiertamente temas bastante particulares y controvertidos, y que increíblemente no han sido publicadas aun en nuestro país, para desgracia de los que gustan sobretodo de historias distintas, experimentales, desquiciadas y fuera de lo común.
Por fin La Cúpula ha decidido darnos una alegría, y publicar algo de este sorprendente autor -espero que mientras prepara la publicación de sus dos obras fundamentales, que además están siendo editadas en su país de origen en bonitos recopilatorios- y nos ha sorprendido con su última obra, en este caso, saltando de las tiras de prensa a la novela gráfica, su primera novela gráfica.
Billy Avellanas es un ser con forma humana, como si de una especie de Golem se tratara, fabricado por ratones a partir de sebo y restos de comida sacada de la basura, y rellenado por moscas introducidas en su cabeza para dotarle de vida. El objeto de su creación no es otro, que el de poder vengarse de la dueña vieja de la casa, por dificultarles su aprovisionamiento de queso, casa en la que por cierto también vive nuestro otro personaje protagonista de la historia, Becky, una chica de poca paciencia, y gran aficionada a la astronomía, y a esos maravillosos mundos aún por descubrir. Todo se precipitará cuando nuestro impulsivo Billy Avellanas, mostrando una cierta curiosidad infantil por todo lo que ve en el cielo, quedará deslumbrado por la aparición de la luna, a la que buscará junto con su amiga Becky, una vez ésta desaparezca de su vista al terminar la noche, y así poder descubrir a dónde diablos ha ido a parar inexplicablemente esta maravilla descubierta ante sus ojos.
La historia está construida como si de un cuento clásico se tratara, eso sí, contado con cierta mala leche, y con una base donde prima principalmente la aventura, en el fondo claramente influenciado por un clásico como es Moby Dick, pero no en la forma, pues aquí utilizará recursos más típicos de la fantasía y el terror, dando en algunos momentos una sensación de repulsión tan bien conseguida, que parece que tengamos que tomarnos un respiro antes de seguir leyendo, y haciendo además gala de una imaginación portentosa, aunque todo hay que decirlo, rozando lo absurdo y surrealista, lo poético y lo grotesco.
Nos encontraremos entre otras cosas con un cementerio de planetas, o unas estrellas fugaces con las que es imposible conversar, sin quedarte a medias debido a su cortísima existencia. También tendremos el villano de turno, bastante particular por cierto, pues es un villano ciego, guiado por una mofeta lazarillo capaz de envolver con su apestoso olor, todo los objetos que le rodean, y así poder proporcionar a su dueño una especie de radar olfativo. Incluso habrá un caballo balancín de madera que cobra vida.
Millionaire -autor del que dice Matt Groening que es tan bueno, que debería llamarse Billionaire en vez de Millionaire- demuestra una gran solidez en su dibujo, donde resaltaremos principalmente el vertiginoso ritmo impuesto, con que nos encontramos a su lectura, sobretodo una vez ha arrancado la presentación de los personajes, donde como si de un experimental Tezuka se tratara, el autor echa mano de unos grandes recursos narrativos, donde la perspectiva de los planos siempre va cambiando de una viñeta a otra, dando esa sensación de fluidez y de dinamismo tan difícil de conseguir, y que exige un sobreesfuerzo en composición y narrativa.
Destacar la magnífica edición en tapa dura y con sobrecubiertas, con la que esta vez, sí ha estado acertada la Editorial La Cúpula, con un bonito diseño, de esos que da gusto mirar una y otra vez en la estantería.
Muy buen tebeo me ha parecido éste, coincido contigo. Y deja con ganas de más, a ver si es cierto y alguien se anima a editar al menos las dos obras que mencionas al principio.
ResponderEliminarPues si Dionoia, esperemos que La Cúpula no tarde demasiado en publicar esos recopilatorios tan molones de Sock Monkey y Maakies, aunque no me acabo de fiar demasiado, ya que también parecían que iban embalados en Unas bollos de cuidado, y ya llevamos tiempo sin que publiquen nada.
ResponderEliminarAunque estemos en marzo, yo ya apunto "Billy Avellanas" en mi quiniela de los mejores tebeos del año ^_^
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