Rucka nos cuenta en el primer arco la historia del supervillano superinteligente, capaz de ser el ser más cruel y despiadado con el mero propósito de experimentar, plantear hipótesis y demostrar que es más inteligente que nadie, incluso que los policías de la Unidad de Crímenes Mayores del Departamento de Policía de Gotham City.
El Dr. Albert Desmond, alias Doctor Alquimia, presunto culpable de que un policía esté ingresado en el hospital con quemaduras de primer grado, está encerrado en Iron Heights, centro penitenciario de la ciudad de Keystone, y el caso que nos ocupa, el de la bomba incendiaria, ocurre en Gotham City, excusa perfecta que utiliza Rucka para unir a dos integrantes del Departamento de Hostilidades Metahumanas de la ciudad de Keystone, detectives Chyre y Morillo, ayudados por la psicóloga Dr. Ashley Zolomon (habituales en los cómics de otro superhéroe, Flash, quien tuvo un encuentro no hacía mucho con el Dr. Alquimia), con dos de la UCM, los detectives Allen y Montoya. Y recalca lo importante que es la policía (y las “parejas” de policías, especialmente) a lo largo de la historia del cómic de superhéroes, teniendo cada vez más protagonismo en las series de sus respectivos salvadores y dejando de ser, casi siempre, meras comparsas en el baile de héroes con mallas. Por lo tanto, la aparición de Batman en este arco, como durante toda la serie de Gotham Central, es testimonial, y nula la de Flash.
El Dr. Albert Desmond, alias Doctor Alquimia, presunto culpable de que un policía esté ingresado en el hospital con quemaduras de primer grado, está encerrado en Iron Heights, centro penitenciario de la ciudad de Keystone, y el caso que nos ocupa, el de la bomba incendiaria, ocurre en Gotham City, excusa perfecta que utiliza Rucka para unir a dos integrantes del Departamento de Hostilidades Metahumanas de la ciudad de Keystone, detectives Chyre y Morillo, ayudados por la psicóloga Dr. Ashley Zolomon (habituales en los cómics de otro superhéroe, Flash, quien tuvo un encuentro no hacía mucho con el Dr. Alquimia), con dos de la UCM, los detectives Allen y Montoya. Y recalca lo importante que es la policía (y las “parejas” de policías, especialmente) a lo largo de la historia del cómic de superhéroes, teniendo cada vez más protagonismo en las series de sus respectivos salvadores y dejando de ser, casi siempre, meras comparsas en el baile de héroes con mallas. Por lo tanto, la aparición de Batman en este arco, como durante toda la serie de Gotham Central, es testimonial, y nula la de Flash.
En la segunda historia, que abarca sólo un número americano, Rucka saca a relucir la podrida corrupción que existe en la policía de una ciudad tan corrupta como es Gotham. Y parece avisarnos que esta corruptela es inmune a cualquier investigación, donde la “camaradería” de los policías impera y la libertad de movimiento para según que “negocios” es el pan nuestro de cada día y donde la gente da la espalda a los desmanes de ciertos defensores de la ley. Y es que la mafia sabe como extender sus tentáculos los cuales son capaces de hacer callar y también de saber cuándo estrangular.
Pero a veces unos actos de extorsión y chantaje realizados por los defensores de la ley pueden afectar a terceros, írseles de las manos, y las consecuencias que produce puede abrir la “Caja de Pandora”.
Pero a veces unos actos de extorsión y chantaje realizados por los defensores de la ley pueden afectar a terceros, írseles de las manos, y las consecuencias que produce puede abrir la “Caja de Pandora”.
Como siempre, Rucka genial, tratando los puntos oscuros como nadie, y entre toda esta locura, esta oscuridad falta de esperanza, surge la luz, la del amor, es igual que sea paternal, maternal, filial, conyugal, de pareja o de simple amistad.
Gaudiano hace un excelente trabajo, que nos hace no pensar tanto en el añorado Lark, pero no llegando al nivel de narrativa de éste ni a su estilo de dibujo tan característico, aunque hace un esfuerzo para mantenerlo en esa línea haciendo un trabajo correcto. Sabe como jugar con las luces y las sombras, con un difuminado de los personajes que los mimetiza perfectamente en el escenario de la acción. Mencionar el trabajo de entintado del español Kano, que a la postre sería el que se encargaría de los lápices de los posteriores números de la serie.
En cambio, Lieber no llega a la altura de los dos dibujantes antes mencionados, y aunque hace un trabajo de relleno que abarca sólo un número, no transmite esa “oscuridad” y “cotidianidad”, ni ese enfoque de cámara a lo Lark, que requiere un título como es éste, trabajado como de un cómic televisivo se tratara que, desde que se inició la serie, fue el buscado por el equipo creativo.
Con todo, este cuarto tomo, publicado por Planeta DeAgostini, es otro título más que recomendable para cualquier lector que le guste el género negro, que aunque no está al mismo nivel que otros arcos argumentales mejores de la serie, producirá un buen momento de entretenimiento y buena lectura, que de eso se trata al fin y al cabo.
Gaudiano hace un excelente trabajo, que nos hace no pensar tanto en el añorado Lark, pero no llegando al nivel de narrativa de éste ni a su estilo de dibujo tan característico, aunque hace un esfuerzo para mantenerlo en esa línea haciendo un trabajo correcto. Sabe como jugar con las luces y las sombras, con un difuminado de los personajes que los mimetiza perfectamente en el escenario de la acción. Mencionar el trabajo de entintado del español Kano, que a la postre sería el que se encargaría de los lápices de los posteriores números de la serie.
En cambio, Lieber no llega a la altura de los dos dibujantes antes mencionados, y aunque hace un trabajo de relleno que abarca sólo un número, no transmite esa “oscuridad” y “cotidianidad”, ni ese enfoque de cámara a lo Lark, que requiere un título como es éste, trabajado como de un cómic televisivo se tratara que, desde que se inició la serie, fue el buscado por el equipo creativo.
Con todo, este cuarto tomo, publicado por Planeta DeAgostini, es otro título más que recomendable para cualquier lector que le guste el género negro, que aunque no está al mismo nivel que otros arcos argumentales mejores de la serie, producirá un buen momento de entretenimiento y buena lectura, que de eso se trata al fin y al cabo.
Un saludo cordial.
Me gusta mucho Rucka, pero aún no me he atrevido a comprarme nada desde que se dedica a los Superheroes. WonderWoman me lo desaconsejaron. ¿Crees que Rucka roza Q&C o Whiteout, con esta serie?.
ResponderEliminarEs pasable o muy recomendable?
Un saludo,
José Andrés
Lamentablemente, por mi parte, no he leido "Q&C" ni "Whiteout", por lo que no puedo responderte si esta serie está al mismo nivel o no que éstas.
ResponderEliminarYo sólo te puedo decir que, Gotham Central (con el duo Rucka/Brubaker), es una serie muy recomendable, por su excelente guión, su magnífico dibujo, y si también añoras series como "Canción triste de Hill Street".
Pues yo te recomiendo Queen & Country, y Whiteout (que se va a hacer una película).
ResponderEliminarSon fantásticas.
Aunque si vienes a BCN, te dejaré alguna para que la leas y decidas por tu mismo.
Con la última frase me has convencido "Hill Street Blues".
Un saludo,
José Andrés