lunes, mayo 28, 2007

DEL ESCUADRON SUPREMO A SUPREME POWER

Con la publicación por parte de Panini de su tercer volumen recopilatorio, la serie de J.M. Straczynski y Gary Frank Supreme Power ha llegado a una conclusión que en realidad no es tal, sino un respiro antes de iniciar una nueva andadura, ahora sí, bajo el nombre de Squadron Supreme. Es pues un buen momento para recapitular sobre lo visto hasta la fecha

Del Escuadrón Siniestro al Escuadrón Supremo

El Escuadrón Siniestro nació como cuarteto de villanos en las páginas de la serie The Avengers, en un inspirado intento por parte de Roy Thomas de mostrarnos como sería un enfrentamiento entre los míticos héroes de Marvel y el súper-grupo por excelencia de DC. Y es que a estas alturas nadie desconoce que Hyperion, Halcón Nocturno, el Zumbador y el Dr. Spectrum fueron concebidos como trasuntos de Superman, Batman, Flash y Linterna Verde.
El experimento tuvo éxito, y posteriormente se nos dio a conocer que el equipo de villanos tenía a su vez una contrapartida heroica en uno de los muchos sub-universos alternativos que pueblan el universo Marvel: El Escuadrón Supremo. La explicación fue que el Escuadrón Siniestro era una mera copia del Escuadrón Supremo, creada por el Gran Maestro dada su fascinación por estos últimos, con el ánimo de complicarle la vida a los Vengatas.
En posteriores números de Avengers y de otras series como Thor conocimos el mundo del Escuadrón y supimos de la existencia del resto de sus integrantes: la Princesa Poder/Wonder Woman, el Arquero Dorado/Flecha Verde, Alondra/Canario Negro, etc.
El grupo alcanzaría su momento más glorioso con la limited de 12 números escrita por el fallecido Mark Gruenwald a mediados de los ´80, una indiscutible obra de arte que parte de la interesante premisa de qué sucedería si un grupo de seres súper-poderosos asumiera el control mundial. Se trata de un cómic que merecería ser comentado en exclusiva, y que lamentablemente no ha sido reeditado en España desde su publicación original a finales de aquella década ¿no sería bonito verla recopilada en uno de esos bonitos Best of Marvel Essentials con tapa dura y papel del bueno?
Posteriormente Kurt Busiek, con la ayuda de George Pérez y
Carlos Pacheco, nos devolvería al mejor Escuadrón Supremo, una vez más en las páginas de los Vengadores. Estas últimas historias han sido recopiladas recientemente por Panini.
Pero ¿qué pasó con el Escuadrón Siniestro, que fue al fin y al cabo la creación original? El Hyperion malvado encontró su destino final en las páginas de la limited de Gruenwald, el Zumbador se recicló en Demonio Veloz, enemigo de Spidey, y Halcón Nocturno cambiaría de bando adquiriendo el estatus de personaje mítico en la serie original de los Defensores, a la vez que substituiría su antiguo uniforme por uno de los mejores diseños jamás vistos en la larga historia de la Marvel. La ultimísima versión del Escuadrón Siniestro se ha visto hace no mucho en las páginas de
Thunderbolts.

¿¿El Escuadrón Supremo??

Supongo que se nota que me gusta el Escuadrón Supremo original, y es seguramente esa la razón por la que en un primer momento la serie de Straczynski me dejó algo descolocado.
Ello lo atribuyo a que mientras otras series Max como Sang-Chi, e incluso Alias, no se alejan en lo básico de lo que es el Universo Marvel que conocemos, Supreme Power no guarda relación alguna con la creación original, más allá de que los protagonistas conservan el nombre de los integrantes del Escuadrón.
La cuestión es que me cuesta comprender el enfoque de la serie. Si se trataba de ofrecernos una nueva, remasterizada y adultizada versión de la JLA, no veo la necesidad de recurrir a una cabecera con la que nada tienen que ver estos nuevos personajes. Dicho de otra forma, ¿Por qué no poner a la serie otro título y utilizar creaciones de nuevo cuño, cuando hoy por hoy tienen más tirón los nombres de Straczynski y Frank que un Escuadrón Supremo prácticamente reservado a los lectores más freakies?
Dicho lo dicho, y pese a que la serie en sí ha recibido algunas críticas en el sentido de que no ha cubierto las expectativas inicialmente suscitadas, debo decir que para mí SP es una lectura interesante en su planteamiento y lo suficientemente divertida como para continuar siguiéndola.

Algo sobre los personajes de SP

Bueno, ya entrando en materia, La historia que nos cuenta el guionista de Rising Stars comienza con la llegada del niño Hyperion/Superman a la tierra y su “adopción”, no por una bucólica familia de granjeros (aunque él así lo crea), sino por el Gobierno de los Estados Unidos. De producirse tal acontecimiento en nuestro mundo real, es bastante probable que el bebé alienígena hubiera acabado diseccionado en la mesa de algún laboratorio supersecreto en menos de lo que cuesta decir “esto es un trabajo para…”, pero ciertamente la hipótesis que nos plantea J.M.S. resulta más interesante.
De este modo, el primero de los tres volúmenes de SP está dedicado casi en su integridad a narrarnos la infancia y la adolescencia de Mark Milton. Una vida falsa diseñada por políticos y militares con el único fin de controlar a quien consideran, no una persona, sino el arma de destrucción masiva definitiva. Ahora bien, ¿qué sucederá cuando el bueno de Mark –no lo olvidemos, el menda más poderoso del planeta- descubra que sus padres no son sus padres, y que toda su vida es una inmensa mentira? Por otra parte ¿será la humanidad capaz de aceptar que su querido héroe es en realidad un alien?
Pero Hyperion no es el único ser súper-poderoso del planeta. Aunque en un principio sus vidas van a recorrer caminos separados, el destino va a acabar uniendo a Mark con Kyle Richmond (Halcón Nocturno) y el velocista Stanley Stewart. Si éste último es una persona gentil y optimista, Richmond es un auténtico capullo.
Al igual que Bruce Wayne, el millonario personaje presenció siendo un niño el asesinato de sus padres. La diferencia es que, al contrario que Batman o el Kyle original, esta versión Max es de color, dándose a su vez la circunstancia de que tras la muerte de sus padres existió un móvil racista. Ello motiva que el personaje se convierta así mismo en un racista amargado, cuya misión en la tierra parece ser la de chinchar a Hyperion, a quien ve como el gran protector de los blancos.
Supongo que la idea de Joe era crear una química conflictiva que hiciera más interesantes las relaciones interpersonales, y la verdad es que lo consigue, pero creo que el enfoque que le da a Halcón Nocturno, excesivamente pasional, irreflexivo incluso, lo aparta del espíritu del Señor de la Noche. Y es que ni siquiera el Bats menos detective y más obsesionado con su cruzada dejaría que su ira se interpusiera en su misión hasta el punto incluso de entorpecerla, que es lo que le pasa a este Kyle Richmond de sangre caliente,
Es una pena porque este y otros detalles hacen que el nuevo ES se aleje de la idea original del Escuadrón, privándonos a la postre de la posibilidad de disfrutar de una JLA a la Marvel dispuesta, bajo los auspicios del sello Max, a pisar terrenos dónde la Liga original nunca se aventuraría.
En fin, completan el reparto una demente Zarda que no parece sentir demasiado respeto hacia la vida humana, el carismático Dr. Spectrum, encarnado en la persona de un dedicado militar, Joe Ledger, que al final resultará tener su corazoncito, y la criatura anfibia bautizada como Kingsley. Además en las páginas publicadas hasta la fecha se han atisbado otros sosías de los integrantes de la JLA.
Los orígenes de los personajes, que según toda apunta, guardan relación entre sí, dan paso a los primeros encuentros entre ellos. Destacaría el impresionante enfrentamiento entre Hyperion y el Dr. Spectrum en el segundo volumen, una auténtica batalla campal que puede recordar a los combates más intensos de Dragonball.
Después, Hyperion, Halcón Nocturno y Sam aúnan sus fuerzas, no debido a una amenaza de proporciones cósmicas, sino contra un psicópata súper-poderoso que nos va a dejar los momentos más sangrientos de la serie.
Al margen de dicho personaje, en SP vamos a ver pocos villanos al uso siendo el omnipresente Gobierno USA con sus oscuros tejemanejes, así como la desmesura en las actitudes de algunos de los propios protagonistas, lo que va a marcar la dinámica de la serie.

El tebeo en cuestión.

SP es un cómic que se desarrolla pausadamente, pero ello no significa que estemos ante otro ejercicio de esa narrativa descomprimida que está tan de moda últimamente. Más bien se trata de que la serie avanza poco a poco pero sin dejar de crecer, a la vez que nos va ofreciendo pequeños detalles que van a cobrar sentido en el futuro. Tal vez es que al igual que sucede en otros cómics de Straczynski, como por ejemplo en Midnight Nation, el artífice de Babylon 5 le imprime un ritmo propio de serial televisivo que nos recuerda dónde están sus orígenes.
Con todo, y como ya se ha apuntado, a lo largo de la serie hemos visto al menos tres momentos de acción de campeonato que encajan a la perfección con otros menos épicos, como cuando se nos narran pequeños retazos de las vidas de los protas, o las numerosas conversaciones que salpican toda la historia.
Por lo que se refiere a la misma, no se si atreverme a decir que SP es un tebeo “más adulto” que otras series Marvel. Creo que sería más propio hablar de una visión más realista -no obstante los numerosos elementos de ficción- y con mayor presencia de sexo y violencia que en otros cómics. Ese toque realista vendría dado por el mundo en que acontece la historia, nuestro propio mundo real –genial la intervención de George W. Bush al final del tercer volumen- o el tratamiento de los sentimientos y motivaciones de los personajes.
En esas condiciones se me ocurren pocos artistas más adecuados que Gary Frank para acometer la tarea de ilustrar los guiones de Straczynski. Tal vez Frank no es el más hot entre los dibujantes, y es verdad que su estilo puede resultar algo lineal, pero acaba triunfando tanto en los momentos de acción desenfrenada como –lo que probablemente es más difícil- en los más reflexivos, recreando sin ningún problema la atmósfera que exigen tanto unos como otros. A ello también contribuye sin duda el impactante pero equilibrado tratamiento del color por parte de Chris Sotomayor, que nos deja escenas tan bonitas como los pasajes subacuáticos, o tan desasosegadoras como el ya citado combate entre Hyperion y Spectrum, y lo que viene después de esa batalla.
Por cierto, además de lo ya dicho Gary Frank ha realizado unos diseños estupendos para los personajes, o sea que ¿qué más se puede pedir?
SP puede no ser una obra maestra, pero todo lo dicho lo convierte en un cómic altamente disfrutable a la par que adictivo, tanto para los fans del Escuadrón original como para los que no lo conocen.
Ahora, dejando a parte los spin offs dedicados a a Halcón Nocturno, Dr. Spectrum e Hyperion, solo nos queda esperar la inminente aparición en España de la continuación de la serie, ya bajo el título Squadron Supreme.

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