Panini publica el primer Best Of Marvel Essentials dedicado a la aclamada etapa de Brian Michael Bendis y Alex Maleev en Marvel Knights: Daredevil. El relativamente corto espacio de tiempo transcurrido entre la edición en formato comic-book mensual y ésta en bonitos libros con tapa dura y papel de calidad -privilegio que parecía reservado a las series arácnidas y mutantes- es bastante indicativo del interés que han suscitado estos tebeos.
¿Cuáles son las razones de esta renovada popularidad del cómic del cuernecitos? Bueno, Daredevil venía padeciendo desde hace décadas lo que podríamos denominar el Síndrome Miller, o lo que es lo mismo: autor deja profunda huella en una serie realizando un trabajo mítico que termina convirtiéndose en el imposible rasero por el que se juzgará la labor de todos aquellos que traten de seguir sus pasos.
Es verdad que cualquiera que tenga el valor de asumir el reto de escribir la serie lo va a tener muy difícil para igualar la grandeza de la obra de Miller o, ya puestos, la de Ann Nocenti y John Romita Jr. Lo malo es que aun considerando ese handicap con el paso de los años la cabecera se había convirtido en una especie de puerta giratoria por la que hemos visto desfilar de manera fugaz a los más variopintos equipos creativos. Ni siquiera su relanzamiento bajo el sello Marvel Knights pudo borrar esa impresión de falta de rumbo de un título que en su momento fue fundamental, y es que la estabilidad del equipo creativo al cargo es tan importante como lo acertado de la elección del/los autor/es que lo conforman.
La cuestión es que en este Marvel Knights: Daredevil que nos ocupa han confluido los dos factores. De un lado Brian Bendis, un guionista algo irregular cuyo estilo no parece ser el más apto para lo superheroico, pero que siempre divierte, y da lo mejor de si cuando se interna en el género más negro. De otro, lejos de ser el típico culo de mal asiento, cuando Bendis empieza a escribir un título puedes contar con que su trayectoria en él no va a ser corta. Alias, Powers, New Avengers o éste MK: DD se pueden considerar series largas en estos tiempos que corren, y lo de sus más de cien números en Ultimate Spiderman es simplemente de record Guinness.
Tal vez sus detractores achacarían esas dilatadas estancias a lo que son sus dos señas de identidad más criticadas: los diálogos interminables y la narrativa descomprimida. Por supuesto ambos rasgos están presentes en su Daredevil -de hecho resulta francamente difícil hacer una breve sinopsis del argumento del libro sin contar prácticamente todo lo que en él acontece- pero al menos en este caso se ven mitigados por el mayor número de páginas del formato recopilado.
Pero sería injusto elogiar la estabilidad de que se beneficia la serie sin referirnos al otro cincuenta por ciento de su equipo creativo: Alex Maleev es un estupendo dibujante que, al igual que el escritor, parece haber nacido para trabajar en este cómic. De su dibujo me gusta casi todo, pero haría hincapié en su versión de NY, una ciudad sucia, amenazadora y realista, que constituye el escenario perfecto para las andanzas del Hombre sin miedo.
¿Cuáles son las razones de esta renovada popularidad del cómic del cuernecitos? Bueno, Daredevil venía padeciendo desde hace décadas lo que podríamos denominar el Síndrome Miller, o lo que es lo mismo: autor deja profunda huella en una serie realizando un trabajo mítico que termina convirtiéndose en el imposible rasero por el que se juzgará la labor de todos aquellos que traten de seguir sus pasos.
Es verdad que cualquiera que tenga el valor de asumir el reto de escribir la serie lo va a tener muy difícil para igualar la grandeza de la obra de Miller o, ya puestos, la de Ann Nocenti y John Romita Jr. Lo malo es que aun considerando ese handicap con el paso de los años la cabecera se había convirtido en una especie de puerta giratoria por la que hemos visto desfilar de manera fugaz a los más variopintos equipos creativos. Ni siquiera su relanzamiento bajo el sello Marvel Knights pudo borrar esa impresión de falta de rumbo de un título que en su momento fue fundamental, y es que la estabilidad del equipo creativo al cargo es tan importante como lo acertado de la elección del/los autor/es que lo conforman.
La cuestión es que en este Marvel Knights: Daredevil que nos ocupa han confluido los dos factores. De un lado Brian Bendis, un guionista algo irregular cuyo estilo no parece ser el más apto para lo superheroico, pero que siempre divierte, y da lo mejor de si cuando se interna en el género más negro. De otro, lejos de ser el típico culo de mal asiento, cuando Bendis empieza a escribir un título puedes contar con que su trayectoria en él no va a ser corta. Alias, Powers, New Avengers o éste MK: DD se pueden considerar series largas en estos tiempos que corren, y lo de sus más de cien números en Ultimate Spiderman es simplemente de record Guinness.
Tal vez sus detractores achacarían esas dilatadas estancias a lo que son sus dos señas de identidad más criticadas: los diálogos interminables y la narrativa descomprimida. Por supuesto ambos rasgos están presentes en su Daredevil -de hecho resulta francamente difícil hacer una breve sinopsis del argumento del libro sin contar prácticamente todo lo que en él acontece- pero al menos en este caso se ven mitigados por el mayor número de páginas del formato recopilado.
Pero sería injusto elogiar la estabilidad de que se beneficia la serie sin referirnos al otro cincuenta por ciento de su equipo creativo: Alex Maleev es un estupendo dibujante que, al igual que el escritor, parece haber nacido para trabajar en este cómic. De su dibujo me gusta casi todo, pero haría hincapié en su versión de NY, una ciudad sucia, amenazadora y realista, que constituye el escenario perfecto para las andanzas del Hombre sin miedo.
Abundando en la cuestión del principio, tal vez el éxito de este DD radica en que a diferencia de por ejemplo Ann Nocenti, que terminó decantándose hacia una versión más rupturista del personaje, Bendis se sirve de muchos de los elementos sentados por Miller a la vez que lo sumerge un poco más en ese terreno policiaco y gansteril que tan bien domina. Al fin y al cabo Matt Murdock no es sino una perfecta fusión de superhéroe, abogado y protagonista de novela negra.
En idénticos términos se podría hablar de Alex Maleev, a las bondades de cuyo dibujo hay que añadir que se las arregla para dejarnos cierto saborcillo Milleriano sin perder su propio y personal estilo, lo que incide un poco más en esa sensación de cosa novedosa pero a su vez ligeramente familiar que tanto aporta al resultado final.
El punto de partida no es original pero sí eficaz: alguien ha puesto precio a la cabeza de Matt Murdock, hecho que se ve seguido por el aparente asesinato de Kingpin. Esto supone algo insólito toda vez que Wilson Fisk es una de las pocas personas conocedoras de su identidad secreta y, pese a su enemistad -o precisamente debido a ella- el abogado ciego se halla bajo su protección. La historia va tomando forma poco a poco ante los ojos del lector a través de saltos temporales, y concluye con un emocionante continuará.
Al elenco de habituales como Ben Urich, Kingpin -y otros que solo aparecen de refilón como Foggy, Elektra o Bullseye- se añade Sammy Silke, un ganster de Jersey al que Kingpin admite en su banda como favor personal a un antiguo amigo. Silke habla como si fuera el personaje de una película de Tarantino y reivindica las maneras de los viejos tiempos, pero en el fondo no es sino otro matón de baja estofa que para nada está a la altura de su enorme bocaza. Precisamente es su temeridad lo que desencadena la acción y sirve de catalizador de importantes acontecimientos futuros. Estoy convencido de que BMB se lo pasó bomba escribiendo a este menda.
El único pero del libro se lo pondría a la versión Bendis de Richard y Vanessa Fisk. El hijo de Kingpin tuvo una larga y memorable trayectoria en Amazing Spiderman donde, más allá de la habitual unidimensionalidad de que suelen hacer gala los villanos, se reveló como un personaje con un gran potencial que no ha sabido explotar el guionista. El hecho de que ni siquiera su aspecto físico tenga que ver con el de sus anteriores apariciones me hace pensar que ni escritor ni dibujante tenían la más remota idea de sus antecedentes, y confirma mi teoría de que aunque los editores de la Marvel actual se tiraran doce meses de vacaciones al año, no pasaría nada.
Otro tanto se podría decir de Vanessa. La mujer de Kingpin siempre se ha definido por su conflictiva relación con su esposo motivada por las criminales actividades de este último, por contra esta Marvel Knights: Vanessa es…, bueno, es otro rollo.
Aunque me declaro defensor a ultranza de la continuidad soy capaz de admitir que en ocasiones puntuales, y si el guión lo exige, se comprometa. Ahora bien, en este caso en particular y siendo Bendis un escritor suficientemente habil e ingenioso como para conducirnos al mismo destino sin necesidad de desdecir de forma gratuita lo hecho anteriormente, pienso que se ha hecho de forma innecesaria.
De todas maneras, mi incapacidad para reconocer en esta Marvel de Quesada el universo que amo y conozco desde hace tantos años me ha llevado a enfrentarme a sus publicaciones como si de elserworlds o versiones alternativas se trataran, y la verdad es que al menos gracias a ese ejercicio de doble suspensión de la incredulidad puedo seguir disfrutando de algunos tebeos que merece la pena leer. Y este Marvel Knights: Daredevil sin duda la merece.
El punto de partida no es original pero sí eficaz: alguien ha puesto precio a la cabeza de Matt Murdock, hecho que se ve seguido por el aparente asesinato de Kingpin. Esto supone algo insólito toda vez que Wilson Fisk es una de las pocas personas conocedoras de su identidad secreta y, pese a su enemistad -o precisamente debido a ella- el abogado ciego se halla bajo su protección. La historia va tomando forma poco a poco ante los ojos del lector a través de saltos temporales, y concluye con un emocionante continuará.
Al elenco de habituales como Ben Urich, Kingpin -y otros que solo aparecen de refilón como Foggy, Elektra o Bullseye- se añade Sammy Silke, un ganster de Jersey al que Kingpin admite en su banda como favor personal a un antiguo amigo. Silke habla como si fuera el personaje de una película de Tarantino y reivindica las maneras de los viejos tiempos, pero en el fondo no es sino otro matón de baja estofa que para nada está a la altura de su enorme bocaza. Precisamente es su temeridad lo que desencadena la acción y sirve de catalizador de importantes acontecimientos futuros. Estoy convencido de que BMB se lo pasó bomba escribiendo a este menda.
El único pero del libro se lo pondría a la versión Bendis de Richard y Vanessa Fisk. El hijo de Kingpin tuvo una larga y memorable trayectoria en Amazing Spiderman donde, más allá de la habitual unidimensionalidad de que suelen hacer gala los villanos, se reveló como un personaje con un gran potencial que no ha sabido explotar el guionista. El hecho de que ni siquiera su aspecto físico tenga que ver con el de sus anteriores apariciones me hace pensar que ni escritor ni dibujante tenían la más remota idea de sus antecedentes, y confirma mi teoría de que aunque los editores de la Marvel actual se tiraran doce meses de vacaciones al año, no pasaría nada.
Otro tanto se podría decir de Vanessa. La mujer de Kingpin siempre se ha definido por su conflictiva relación con su esposo motivada por las criminales actividades de este último, por contra esta Marvel Knights: Vanessa es…, bueno, es otro rollo.
Aunque me declaro defensor a ultranza de la continuidad soy capaz de admitir que en ocasiones puntuales, y si el guión lo exige, se comprometa. Ahora bien, en este caso en particular y siendo Bendis un escritor suficientemente habil e ingenioso como para conducirnos al mismo destino sin necesidad de desdecir de forma gratuita lo hecho anteriormente, pienso que se ha hecho de forma innecesaria.
De todas maneras, mi incapacidad para reconocer en esta Marvel de Quesada el universo que amo y conozco desde hace tantos años me ha llevado a enfrentarme a sus publicaciones como si de elserworlds o versiones alternativas se trataran, y la verdad es que al menos gracias a ese ejercicio de doble suspensión de la incredulidad puedo seguir disfrutando de algunos tebeos que merece la pena leer. Y este Marvel Knights: Daredevil sin duda la merece.
Lo que esta claro es que una historia, de cierta forma, es buena o mala independientemente de ciertos detalles incongruentes a la continuidad del universo al que pertenece el personaje, y uno al final tiene que hacer de tripas corazón y mirar hacia otra parte cuando ocurren ciertos desaguisados. BMB no es un mal guionista, entretenido por lo menos, pero está a años luz del señor Brubaker. Yo me quedaría sobretodo con Maleev y esas atmósferas tan cojonudas que es capaz de hacer.
ResponderEliminarY ya tardan en sacar la etapa de Nocenti y Romita, aunque me suena que habían problemas de materiales. Por cierto, cuanta razón tienes con los editores, je je, aunque también los hay que lo deben de estar haciendo bien ... digo yo ¿No?
Si... al final tienes que hacer tripas corazon e intentar disfrutar al maximo de la lectura. La pena con la continuidad es que en ocasiones como esta respetarla supondria un esfuerzo minimo que no se hace por la mas absoluta dejadez. Otra opcion seria que en todas las portadas de las publicaciones actuales de Marvel apareciera alguna expresion tipo Quesadaverso, como se hace con los tebeos de la linea Ultimate o con los Elseworlds de DC. De esa manera los lectores sabriamos a que atenernos y los editores no tendrian que molestarse en pedir disculpas cada vez que pasa una cosa de estas. Bueno, creo que en realidad no lo suelen hacer...
ResponderEliminarPor cierto, no es que se me haya olvidado la acentuacion y los entrecomillados, es que se debe haber desconfigurado el rajado teclado!!!
Eso Luis es que ahora tienes un teclado Quesadizado, ya sabes, no importan ciertos detalles sin importancia ... jejeje.
ResponderEliminarLa verdad es que todo este asunto me está empezando a afectar. Por las noches ya sufro hasta Quesadillas (valeee...valeee.. ya se que eso ha sido muy malo).
ResponderEliminarPor cierto, creo que a veces somos muy duros con Bendis ¿qué hay de los buenos ratos que pasamos los viernes entre birra y birra imitando la forma de hablar de sus personajes?
El ultimo párrafo me ha llegado. Esta Marvel de Quesada tampoco me mola a mí...
ResponderEliminarPues si tío, que jodida razón tienes tío.
ResponderEliminarBruce, me alegro que no todo el mundo piense que las decisiones del señor Quesada son siempre cojonudas. Siempre he dicho que la Marvel actual se preocupa sobretodo de vender cuantos más comics mejor (algo lógico, por supuesto), pero sobretodo se preocupa en utilizar ciertos ganchos comerciales que se suelen pasar por el forro al aficionado fiel, para así poder salir como noticia en los principales medios de comunicación, algo que en realidad esta muy ligado a los estrenos cinematográficos de la casa de las ideas que es lo que principalmente les da de comer hoy en día.
Y supongo que con el beneplácito de Stan Lee, al que lo único que le preocupa es salir en todas las pelis y series que pueda..
ResponderEliminarademás es que a mí este Bendis me cae mal y su forma de escribir tambien, va de original y de guay y necesita 5 nºs para contar algo que se puede contar en uno.
Y sus conversaciones "marca de la casa" entre personajes no me molan nada.
Y....
Lo de los ganchos mediatico-comerciales de Quesada como reclamo para empujar unas ventas que ya no son lo que eran lo puedo llegar a comprender. Lo malo es que en demasiadas ocasiones se convierten en golpes de efecto que brillan brevemente con gran intensidad, y se esfuman con igual rapidez dejando detrás situaciones de difícil reparación: muertes de personajes principales que ya nadie nos creemos, muertes gratuitas de secundarios a los que todavía les quedaba potencial por explorar, desenmascaramientos masivos, bodas, etc.
ResponderEliminarLo de las conversaciones de Bendis tiene coña... creo que el problema es sobre todo que ha conseguido que todos los personajes hablen igual, desde Tony Stark a Luke Cage. ¿Os imaginais a Reed Richards hablando así? "Ehh..tío, sí tio tú, te estoy diciendo que me pases ese nulificador supremo...tío!" :-)
Con todo, con alguna excepción como "House Of M" y compañía reconozco que suelo pasarlo bien con los tebeos de Bendis
No, si yo reconozco que los últimos nºs en USA de Los nuevos vengadores me están gustando :)
ResponderEliminarPero del Daredevil este, paso..me voy a comprar el de Bru cuando lo recopilen