Guiones de Andre Jobin (Job)
Hace casi un año incluimos una corta referencia a Yakari en una pequeña reseña sobre Buddy Longway, el cómic estrella de Claude de Ribepierre, conocido profesionalmente como Derib.
Yakari comparte numerosos aspectos con la serie de su “hermano mayor”: la temática india, el respeto a la naturaleza, mostrar tradiciones de los nativos..., pero no estamos ante un western, por más que se desarrolle en América del Norte y aparezcan los “pieles rojas”.
La nación sioux se dividía en varias ramas: santees, minneconjous, hunkpapas, oglalas, etc., que en su vida habitual nómada se dispersaban en pequeñas bandas, lo que hacía necesaria una menor organización y causaba un menor impacto en el medio ambiente.
Yakari forma parte de una de estas pequeñas tribus sioux en una época difícil de concretar, pero que evidentemente sucede entre la conquista de México por Cortés (los caballos de las praderas eran descendientes de los ejemplares perdidos por los españoles) y el genocidio final en las postrimerías del siglo XIX.
No vamos a ver contactos entre los nativos y el hombre blanco y tampoco ningún arma de fuego u otros elementos de origen europeo; ni siquiera enfrentamientos con otras tribus indias, por lo que el escenario presentado por Derib es una América del Norte idílica, pacífica y en cierto modo fantástica.
Presenciaremos las migraciones buscando el lugar apropiado para instalar el poblado en función de la época del año, la captura de caballos, la caza del búfalo o las reuniones alrededor del fuego. A través de grandes viñetas veremos a los indios curtir las pieles, cocinar o acarrear agua o leña entre tipis y cercados para sus caballos.
El dibujo de Derib está dentro de la línea franco-belga de Hergé o Franquin, reflejando escenarios (vegetación, animales, etc.) con gran realismo y recreando a los personajes humanos más o menos caricaturizados.
Estamos ante un cómic ideal para que nuestros pequeños, a los que iniciamos en el mundo de la lectura con cuentos o libros de una ilustración por página y breve texto al pie, puedan enlazar con los cómics, asimilando mejor la narrativa secuencial en viñetas.
Los Astérix, Tintín o Lucky Luke que todavía hoy son considerados por muchos lectores de cómic (e ignorantes de la vida) como material para niños, resultan mucho más complicados tanto por su estructura (dibujos más pequeños, un mayor número de viñetas, fondos cargados de detalles) como por tener mucho más textos, contarnos relatos más complicados, con muchos más personajes (en ocasiones caracterizaciones de políticos o actores), dobles sentido o líneas narrativas paralelas a la historia principal. Imaginad cuantas veces se puede repetir una de las preguntitas más habituales de un niño de dos a cinco años: ¿y esto qué es? ¿y éste quién es?
Así pues, las historias son simples, de fácil comprensión. No asistimos a una evolución de los personajes, que no crecen, y, a diferencia de la familia Longway, permanecen anclados en una infancia eterna.
Al final del primer álbum, Yakari, descubre que posee un don especial: puede comunicarse con los animales que se encuentra, caballos, castores, águilas, osos, lobos, incluso mariposas.
Este punto es fundamental para la serie, porque va a permitir desarrollar aventuras con los propios animales como protagonistas, pero también (y vuelve aquí el aspecto formativo) porque va a conferir a las historias un valor ecologista tremendo: los animales piensan, ríen, sufren, tienen sentimientos, forman parte de la naturaleza; son nuestros amigos, por tanto no hay que hacerles daño.
Pensando en el público al que va dirigida, en la serie tendremos momentos de peligro o de cierta tensión, pero siempre con un violencia muy suave o del todo inexistente, incidiendo en los valores de la amistad y en que la maldad no puede triunfar (“Yakari y el grizzly” o “Atrapados en la isla”).
Los autores tampoco dividen la naturaleza entre animalitos buenos y alimañas, un ejemplo: los lobos no son bestias asesinas y deben tener su lugar en el ecosistema (“Yakari en el país de los lobos”).
Galería de personajes:
Yakari
En el primer título se gana la pluma de águila con la que le veremos adornar la banda azul que recoge su pelo. Aunque es un gran jinete (su caballo tiene gran parte del mérito), no destaca en otras prácticas del aprendizaje de los papoose, como pueda ser el tiro con arco.
Utiliza su don especial con inteligencia y siempre en beneficio de los animales.
De buen seguro al hacerse mayor se convertirá en el chamán de la tribu.
Hijo del Trueno
Es un potro mustang imposible de capturar y que sólo deja subir a su lomo a quien él desea. Permite ser montado por Yakari, lo que hará ganarse el respeto de la tribu. La relación entre ambos es de amistad, aunque en “El primer galope” ha de recordar al joven sioux que no es su amo.
Gran águila
Es el tótem particular de Yakari, su maestro y consejero. Aparece en los momentos más necesarios, dándole algunas directrices, un poco ambiguas, a partir de las cuales el niño debe pensar en la posible solución a la situación planteada en la historia.
Arco Iris
De entre los niños indios, ella es la mejor amiga de Yakari. Sin ser fija en todos los álbumes, será la que más veces acompañará a nuestro protagonista en sus aventuras, compartiendo su secreto de hablar con los animales.
Doble diente
Encontramos a los castores en varias ocasiones, pero de entre todos ellos, Doble Diente es el más especial, no sólo por ser el más rápido cortando troncos, sino por ser un artista con la madera, creando grandes figuras cual escultor de la Grecia clásica.
A lo largo de la serie aparecerá prácticamente toda la fauna que poblaba Norteamérica hace unos 200 años.
Aunque infinitamente mejor editado en nuestro país que Buddy Longway (Bruguera) de la mano de Editorial Juventud, dieciséis álbumes en tapa dura en castellano y en catalán, hoy en día está descatalogado, pero pueden encontrarse números dispersos por menos de cuatro euros en algunas librerías de viejo o en ferias de ocasión.
Yakari sigue cabalgando en el mercado franco-belga, este pasado septiembre acaba de aparecer el nº 33 de la serie, clara señal de que el personaje aun mantiene el interés de los aficionados.
Relacion de titulos publicados en nuestro país:
T1 - Yakari
T2 - Yakari y el Bisonte Blanco
T3 - Yakari y los castores
T4 - Yakari y el Nanabozo
T5 - Yakari y Grizzly
T6 - Yakari y el secreto de Hijo del Trueno
T7 - Yakari y el extranjero
T8 - Yakari en el País de los Lobos
T9 - Yakari: Atrapados en la isla
T10 - Yakari: La gran madriguera
T11 - Yakari y el Vellocino Blanco
T12 - Yakari y el coyote
T13 - Yakari: Los señores de la pradera
T14 - Yakari: El vuelo de los cuervos
T15 - Yakari: El río del olvido
T16 - Yakari: El primer galope
Magnífico post, Giuseppe. Qué gratos recuerdos me trae esas interminables horas que pasaba en la biblioteca de la C/. Mayor cuando era nano, devorando y devorando los cómics que habían allí, y entre ellos, como no, las magníficas aventuras de nuestro Yacari. Mi edad me hace perder memoria y capacidad retentiva, y ya no me acuerdo de muchas cosas, pero ¿no habré leído cada una de sus aventuras unas 50 veces o más?
ResponderEliminarPues yo voy camino de leer a mi Daniel cada uno al menos otras 50 veces.
ResponderEliminarLo están editando en inglés:
ResponderEliminarhttp://www.cinebook.co.uk/catalogue~cat~A-008-029B.asp
Se puede pedir a través de Previews.
http://www.cinebook.co.uk/catalogue~cat~A-008-029B.asp
ResponderEliminar