miércoles, enero 30, 2008

DESEOS PUBLICABLES: Je suis Cathare # 1: Le parfait introuvable (Makyo/Calore)

Cuando estudiaba, una de mis asignaturas favoritas era Historia de los movimientos sociales. Si en la baja Edad Media las revueltas urbanas y campesinas eran interesantes, las herejías, por razones evidentes, lo eran mucho más.

Yo sentía predilección por una en concreto, la cátara, quizás porque la lectura de uno de esos libros que se graban a fuego en la memoria (Montaillou, aldea occitana de 1294 a 1324, de Enmanuel le Roy Ladurie) me había hablado de un camino recorrido por heréticos pastores que, provenientes de esta aldea del Midi francés, próxima al Languedoc, habían creado una pequeña colonia albigense en la zona de Peñíscola, Càlig, Sant Mateu y Morella (a un tiro de piedra de casa, como quien dice), lugares a los que habían llegado con sus rebaños de ovejas practicando la trashumancia, en una época en que la riqueza económica de esa zona, que ahora era la mía, se basaba principalmente en el comercio de la lana.

La curiosidad alimenta la imaginación y ésta crea y recrea paisajes en cuya búsqueda dedicamos parte de nuestra vida. Por eso, cuando en el año 97 Pili y yo partimos de viaje hacia Occitania, lo hicimos buscando una geografía y una historia que se nos antojaban comunes a la nuestra, creyendo encontrar en los castillos de Lastours, la abadía de Caunes-Minervois, Rieux-Minervois, Limoux, la cité de Carcassonne o Beziers, los restos de un país cátaro que habíamos inventado, pero que perfectamente podía haber existido, como, de hecho, lo sigue haciendo hoy, al menos en nuestra memoria.

Así que cuando cotilleando en la web de Editions Delcourt encontré Je suis cathare # 1. Le Parfait Introuvable, que la editorial había publicado dentro de la colección Histoire & Histoires, descubrí una historia y un dibujo que captaron de inmediato mi atención, cayendo en la tentación de sumergirme en un viaje en el tiempo y en la lectura de las 20 páginas que el editor deja a disposición de los lectores para ponerles los dientes largos.

Teniendo cierta información que nos permite saber quiénes eran los “perfectos” o el papel que desempeñaron en esta historia los “domini canis”, reconocer en cierto acto la administración del sacramento del “consolamentum” o asistir a la eterna lucha entre el bien y el mal (la luz y la sombra), sólo queda recrearnos con los dibujos de Alessandro Calore, magníficos y llenos de detalles, y con el color de Claudia Checcaglini, que han conseguido plasmar gráficamente de una manera espléndida el excelente guión de Pierre (Fournier) Makyo.

Es el año 1310 y en esta zona del Midi francés la Inquisición continua su lucha contra la herejía cátara con su particular forma de hacer las cosas, o sea, haciendo “ce que Dieu attend de nous”. Mientras, Guilhem, un joven que ha perdido la memoria tras enfrentarse a una “sombra” y que tiene el don de curar a los enfermos sin utilizar remedio alguno, trata de recordar quién es y qué ocurrió antes de olvidarlo todo, escribiendo sus reflexiones en un pequeño libro en cuya cubierta de madera “j’ai gravé le nom d’un dieu que le monde expérimente tous les jours mai que personne ne reconnaît”.

Esperemos que algún día podamos ver tanto el desarrollo de la historia como su desenlace, cuando alguna editorial tenga a bien publicar aquí este tomo y los sucesivos. Que así sea.

Si queréis ver las 20 páginas a las que he hecho referencia más arriba, pinchad el siguiente enlace:


Pasadlo bien.

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