Hace unos meses reseñábamos en este mismo blog las primeras entregas de Las Crónicas de Conan (ver anterior reseña). Aunque la buena salud editorial de que siempre ha gozado en España nuestro bárbaro favorito nos ha permitido disfrutar de este mismo material en casi todos los formatos posibles, la oportunidad de releer algunas de sus historias más apreciadas en la que probablemente sea la edición “más definitiva” de Conan The Barbarian que vamos a poder disfrutar en mucho tiempo bien merece unas palabrejas.
Este octavo volumen de las crónicas bárbaras es digno de mención por varias razones. Desde una perspectiva nostálgica, porque recupera los primeros números de Conan The Barbarian que publicara Planeta de Agostini/Forum allá por 1983, en lo que supuso la primera edición cronológica y a color de Conan en España. Por otra parte y ya desde un punto de vista artístico, en estas páginas tiene lugar uno de los momentos más importantes de la agitada biografía del bárbaro: la primera aparición de Bêlit.
Pero el libro comienza con otro encuentro, o mejor dicho un reencuentro, cuando el camino de Conan se vuelve a cruzar con el de Murilo. El citado, visto por última vez en Villanos en la casa (Las Crónicas de Conan vol. 2), es una creación Howardiana a la que Roy Thomas saca el máximo partido convirtiéndolo en un carismático personaje que destaca entre otras cosas por su distraída moral.
Tras los acontecimientos de Villanos… el noble venido a menos ha acabado convirtiéndose en Capitán de un ejército de soldados de fortuna. En esta ocasión el pícaro personaje tiene una oferta para Conan que este último no va a poder rechazar, lo que desencadena una mini-saga de tres episodios, a lo largo de la cual la Compañía Carmesí va a tomar parte en un litigio entre tres ciudades estado que queda finalmente eclipsado por un conflicto mayor entre dos antiguas deidades.
En estas mismas páginas Conan va a conocer a Yuseff y Tara, quienes al final de su periplo en Ronnocon deciden acompañar al bárbaro en su camino hacia el mar. Obviamente no va a ser un viaje tranquilo, y de hecho sus andaduras concluyen precipitadamente y sin tiempo para despedidas cuando un Conan al que nunca ha agradado la vida de marinero se ve obligado a enrolarse en un barco para eludir la justicia argoseana. Ese barco es abordado por el Tigresa, capitaneado por Bêlit. Y el resto como suele decirse, es historia.
Destacar el inspirado trabajo de Roy Thomas, quien en la primera parte del libro demuestra que, pese a que ya comienza presentar visos de agotamiento, la fórmula preciado tesoro/mujer voluptuosa/monstruo todavía puede dar buenos resultados si los tres elementos se combinan con la debida sabiduría. Por otra parte la llegada de Bêlit va a marcar un profundo cambio en la existencia del Cimmerio, que renuncia a la tierra en favor del mar y deja atrás su vida de promiscuidad a cambio del amor de una sola mujer. Este nuevo rumbo supone un soplo de aire fresco de una cuarentena de números que va a sentar muy bien a la serie.
El libro concluye con el número 56 USA en el que Thomas, por boca de Bêlit, da a conocer a los lectores el trágico pasado de la Reina de la costa negra, demostrando una vez más su capacidad para crear un universo sólido y coherente partiendo de los esquemáticos conceptos de Howard y sus sucesores literarios.
A nivel gráfico, John Buscema sigue realizando un buen trabajo que en ocasiones se debe tanto a él mismo como al esfuerzo de sus diversos colaboradores, entre los que destacaría a Tom Palmer. Tal vez el gran John no está tan inspirado como cuando comenzó su andadura en la serie, pero desde luego la simple visión de Bêlit dibujada por él ya hace obligatoria la adquisición del libro. Como curiosidad, uno de los números está dibujado por uno de esos genios nunca suficientemente reconocido como lo es Mike Ploog.
La verdad es que si me dieran a elegir entre esta edición con color remasterizado o los tres libros que Planeta editó hace algunos años en blanco y negro y a mayor tamaño probablemente me quedaría con esta última, pero como afortunadamente no se me ha puesto en esa tesitura puedo atesorar aquellos a la vez que sigo disfrutando de esta nueva edición de Conan The Barbarian. Bien pensado hay otra razón para conservar aquellos libros, y es que por cuestiones de derechos, en el próximo tomo 9 de Las Crónicas de Conan se omiten tres números de la serie original Conan The Barbarian en los que aparece Red Sonja. Una verdadera lástima.
Tan solo una crítica a este volumen 8 ¿por qué demonios Planeta ha cambiado por el brillo la más bonita y elegante textura mate de la encuadernación de los anteriores volúmenes de la serie?¿tanto cuesta cuidar este tipo de detalles?
Este octavo volumen de las crónicas bárbaras es digno de mención por varias razones. Desde una perspectiva nostálgica, porque recupera los primeros números de Conan The Barbarian que publicara Planeta de Agostini/Forum allá por 1983, en lo que supuso la primera edición cronológica y a color de Conan en España. Por otra parte y ya desde un punto de vista artístico, en estas páginas tiene lugar uno de los momentos más importantes de la agitada biografía del bárbaro: la primera aparición de Bêlit.
Pero el libro comienza con otro encuentro, o mejor dicho un reencuentro, cuando el camino de Conan se vuelve a cruzar con el de Murilo. El citado, visto por última vez en Villanos en la casa (Las Crónicas de Conan vol. 2), es una creación Howardiana a la que Roy Thomas saca el máximo partido convirtiéndolo en un carismático personaje que destaca entre otras cosas por su distraída moral.
Tras los acontecimientos de Villanos… el noble venido a menos ha acabado convirtiéndose en Capitán de un ejército de soldados de fortuna. En esta ocasión el pícaro personaje tiene una oferta para Conan que este último no va a poder rechazar, lo que desencadena una mini-saga de tres episodios, a lo largo de la cual la Compañía Carmesí va a tomar parte en un litigio entre tres ciudades estado que queda finalmente eclipsado por un conflicto mayor entre dos antiguas deidades.
En estas mismas páginas Conan va a conocer a Yuseff y Tara, quienes al final de su periplo en Ronnocon deciden acompañar al bárbaro en su camino hacia el mar. Obviamente no va a ser un viaje tranquilo, y de hecho sus andaduras concluyen precipitadamente y sin tiempo para despedidas cuando un Conan al que nunca ha agradado la vida de marinero se ve obligado a enrolarse en un barco para eludir la justicia argoseana. Ese barco es abordado por el Tigresa, capitaneado por Bêlit. Y el resto como suele decirse, es historia.
Destacar el inspirado trabajo de Roy Thomas, quien en la primera parte del libro demuestra que, pese a que ya comienza presentar visos de agotamiento, la fórmula preciado tesoro/mujer voluptuosa/monstruo todavía puede dar buenos resultados si los tres elementos se combinan con la debida sabiduría. Por otra parte la llegada de Bêlit va a marcar un profundo cambio en la existencia del Cimmerio, que renuncia a la tierra en favor del mar y deja atrás su vida de promiscuidad a cambio del amor de una sola mujer. Este nuevo rumbo supone un soplo de aire fresco de una cuarentena de números que va a sentar muy bien a la serie.
El libro concluye con el número 56 USA en el que Thomas, por boca de Bêlit, da a conocer a los lectores el trágico pasado de la Reina de la costa negra, demostrando una vez más su capacidad para crear un universo sólido y coherente partiendo de los esquemáticos conceptos de Howard y sus sucesores literarios.
A nivel gráfico, John Buscema sigue realizando un buen trabajo que en ocasiones se debe tanto a él mismo como al esfuerzo de sus diversos colaboradores, entre los que destacaría a Tom Palmer. Tal vez el gran John no está tan inspirado como cuando comenzó su andadura en la serie, pero desde luego la simple visión de Bêlit dibujada por él ya hace obligatoria la adquisición del libro. Como curiosidad, uno de los números está dibujado por uno de esos genios nunca suficientemente reconocido como lo es Mike Ploog.
La verdad es que si me dieran a elegir entre esta edición con color remasterizado o los tres libros que Planeta editó hace algunos años en blanco y negro y a mayor tamaño probablemente me quedaría con esta última, pero como afortunadamente no se me ha puesto en esa tesitura puedo atesorar aquellos a la vez que sigo disfrutando de esta nueva edición de Conan The Barbarian. Bien pensado hay otra razón para conservar aquellos libros, y es que por cuestiones de derechos, en el próximo tomo 9 de Las Crónicas de Conan se omiten tres números de la serie original Conan The Barbarian en los que aparece Red Sonja. Una verdadera lástima.
Tan solo una crítica a este volumen 8 ¿por qué demonios Planeta ha cambiado por el brillo la más bonita y elegante textura mate de la encuadernación de los anteriores volúmenes de la serie?¿tanto cuesta cuidar este tipo de detalles?
¿El de la foto es Roy Thomas?
ResponderEliminar¡GULP!