En la literatura fantástica tanto o más importante que las aventuras y los personajes, la magia o los reyes, son los mundos imaginarios en los que se desarrollan. Su representación gráfica es de gran interés para el lector pues suele desarrollarse en sagas, en espacio y tiempo amplios, y de aquí la gran importancia de los mapas para poder orientarse. Personalmente me encantan: leer un buen párrafo, ir al mapa, buscar el lugar, seguir la ruta, orientarme, comprender mejor la acción, imaginarme el lugar... me da una gran satisfacción. A estas alturas es ya rara la edición de alguna obra de fantasía que no cuente con un mapa de su mundo. Pueden ser sencillos con rasgos generales o bien más detallados y complejos, mejor realizados o esquemáticos. Pueden estar realizados por el propio autor de la novela o bien por un ilustrador, y entonces la colaboración da resultados muy buenos.
Esta tendencia arranca, como otras muchas en el mundo de la fantasía, de "El Señor de los Anillos" de J. R. R. Tolkien. Tolkien sentía verdadera pasión por las ilustraciones y los mapas y realizó muchos dibujos para su obra y, por supuesto, realizó los mapas de "El Hobbit" y de "El Señor de los Anillos". De forma detallada y clara nos muestra parte de un continente, la Tierra Media, con sus comarcas, países y paisajes. Da mucha importancia a los bosques y a las montañas y, sobre todo, a los caminos que siempre surgen de la propia puerta del interesado.
En el mapa de la Tierra Media situamos los antiguos reinos (Eriador, Gondor, Lorien, Mordor), el gran Bosque Negro y Fangorn, las montañas de la Sombra o las Quebradas y los grandes ríos como el Brandivino y el Anduin. Quedan marcadas las rutas de comunicación como Camino Viejo o el Camino del Este. La narración desarrolla el paisaje, y vemos la adecuación de las descripciones y el camino que se sigue de la mejor manera posible. El mapa de "El Hobbit" es más antiguo, como observamos en sus trazos y composición, es también más esquemático pues muestra sólo el objetivo a conseguir por los enanos y Bilbo y, claro, orientado hacia el Este, como corresponde a todo buen mapa enano.
En claro contraste con el mapa anterior os presento el mapa de Landover, un reino mágico que está en venta y al alcance de unos pocos elegidos. Terry Brooks nos lleva a El Mágico Reino de Landover al que hemos accedido por simple casualidad y no sabemos bien cómo. Su mapa nos presenta un mundo cerrado, rodeado de montañas y tras ellas nos se sabe bien lo que hay porque el mundo de las nieblas y las hadas puede ser y estar en cualquier tiempo y lugar.
Es un mapa sencillo y nos muestra lo más importante, sin llegar a detalles: el Prado que es la zona más habitable, el río que nace en las montañas, Rhyndwein el centro teórico del reino, los lagos o los páramos desolados del este. Es un mapa simplemente orientativo pero no necesitamos más: Landover está lleno de aventuras y de situaciones equívocas. ¡Como para fijarnos en tales minucias!
En una tierra menos amable, sin hadas que nos guíen ni gente estrafalaria que nos haga reír, en una región dura, cruenta y salvaje, en un continente ni señalado ni ubicado, tenemos "Seis dedos". Para conocerlo mejor, el autor español León Arsenal, nos presenta dos mapas en "Máscaras de matar". Uno es general donde vemos una zona de un continente enmarcado por la cordillera Bal-Bartham al oeste, Sursur, con el río RioRio al sur, Alto Norte y la zona de los lagos al norte y una amplia zona central cerrada por una sierra y un gran lago que cierran el oeste y dan paso a Chan Maior.
Este mapa creado por Manuel Calderón nos marca las zonas principales que nos son descritas en la novela y que es necesario conocer antes de desarrollarse la acción total. Están las principales ciudades, las rutas marcadas y los ríos que marcan fronteras. Comprendemos mejor las líneas de poder político.
Presenta un segundo mapa del mismo autor. Está centrado en "Seis dedos", según unos llamado así por el número de regiones que la forman o por lo pueblos que la habitan: quién sabe, las dos teorías son buenas o las dos son falsas.
Son mapas fuertes y oscuros, realizados con manchas como en aguafuerte, de trazos marcados y prácticos, sin florituras. Nos muestra una zona montañosa, abrupta, boscosa, dura, que nos indica el tipo de gente que la habita: salvaje y rebelde.
Estos tres mapas son una pequeña muestra de los que existen en fantasía épica. Los he elegido para abrir camino porque suponen un gran contraste entre ellos. El de Tolkien es un clásico y un mapa magnífico. En un gran contraste tenéis al del reino de Landover tanto por su sencillez como por la obra que representa. Y por último el mapa de "Seis dedos" es muy importante para mí porque supone una gran obra literaria y gráfica de autores españoles, a los que hay que leer y apoyar más.
Pensaréis que son muy pocos, pero los veo muy adecuados para ir abriendo boca y seguir presentándoos nuevas maravillas muy pronto. Hasta luego...
El que no haya dibujado un mapa parecido alguna es que está muerto.
ResponderEliminarIsmael, el Espermatozón Rodríguez.
Un artículo interesantísimo, al menos para mí, que en este momento estoy documentándome para un ensayo sobre la cartografía de los mundos fantásticos.
ResponderEliminarEs un mundo fascinante. Y habrá otros muchos mapas por descubrir.Espero impaciente tu ensayo.Hasta otra.
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