lunes, mayo 05, 2008

DISCOGRAFÍAS MEMORABLES: The Cure (1990-?)

Por si todavía queda alguien ahí fuera, con esta entrega terminamos la trilogía dedicada a la discografía de The Cure.

Ver primera parte: DISCOGRAFIAS MEMORABLES: The Cure (1979-1982)

Ver segunda parte: DISCOGRAFIAS MEMORABLES: The Cure (1983-1989)

WISH (1992): Al igual que The Head On The Door y frente a Pornography o Disintegration, Wish es otro conjunto de canciones de variado registro que, en mi opinión y aunque solo sea por la mayor extensión del álbum, hasta supera al que ofrecieran en 1985. Los temas single ya dan idea de lo dicho, así High –bonito riff y buen estribillo- que no entraría en la categoría de oscura ni en la de ultrapegadiza, papel que queda reservado a Friday I´m In Love. Este tema puede no estar entre mis favoritos pero es justo reconocer el enorme papel que jugó a la hora de promocionar el LP. Con la melancólica A Letter To Elise cerramos el apartado hits y pasamos a lo que verdaderamente importa, y es que basta escuchar la apertura con Open para aventurar que estamos ante un álbum colmado de emociones fuertes. La citada está dedicada a la que es la vertiente menos glamurosa de una noche de desenfreno y los sentimientos que quedan cuando el subidón pasa: Ira, asco y cansancio. Realmente el tono de Wish puede ser más amable que el de Disintegration, pero la temática de sus canciones revela que las inquietudes de su autor no difieren en demasía con respecto a las que inspiraron aquel: rupturas bellamente interpretadas en Apart y con bastante más rabia en Cut, relaciones poco deseables en Wendy Time, y amores difíciles o imposibles en la citada A Letter To Elise, Doing The Unstuck, la emotiva Trust o la obra maestra que es From The Edge Of The Deep Green Sea, a la postre una de esas raras ocasiones que ha tenido Porl Thompson en el seno de The Cure para demostrar al mundo su valía a las seis cuerdas. El bonito momento que es To Wish Impossible Things desemboca en End, canción pesada, densa y oscura cuyo título da lugar a pocos equívocos, y que hace las veces de pieza de cierre del último gran disco de The Cure. ¡Ah!, en el apartado social, Roger O´Donnell es sustituido a los teclados por Perry Bamonte.

WILD MOOD SWINGS (1996): Las buenas rachas no duran toda la vida y al final es inevitable que se nos acabe cruzando en el camino un Wild Mood Swings. Los salvajes cambios de humor a que alude el título se traducen en un disco la heterogeneidad de cuyo contenido se lleva al paroxismo, lo que ya queda patente a la vista del ejército de personas que intervinieron en las mezclas finales. ¿El resultado? personalmente el único cambio de humor que experimento cuando escucho este artefacto es para pasar de malo a peor humor. La verdad es que ese engendro a ritmo de cha-cha-cha que fue el single adelanto The 13th me debería haber puesto sobre aviso, pero el imparable carrerón de The Cure les hacía al menos merecedores de un voto de confianza del que finalmente resultaron no ser dignos. El caso es que la inicial Want es una buena canción que cuenta con una buena letra sobre la eterna insatisfacción y la insaciable necesidad de tener más del ser humano, pero a partir de ahí… Club America es desconcertante, This Is A Lie es formalmente bonita pero no emociona como antaño, Mint Car es un burdo remake de Friday I´m In Love, Strange Attraction es un pestiño, Round & Round & Round es una petardada, y así, así, hasta completar un repertorio del que -además de la ya citada Want- salvaría Jupiter Crash y la divertida Gone! Inexplicablemente Robert Smith sigue incluyendo este disco en su top 5 de álbumes de The Cure favoritos. Todavía me hago cruces con esto, y de vez en cuando hasta me pongo el disco para ver si es que lo he escuchado con malas orejas, pero no hay manera… ¿tuvo que ver el resultado con el hecho de que motivos de salud apartaran a Simon Gallup de la elaboración del disco? ¿Influyó la marcha de Porl Thompson de la banda para tocar con Robert Plant y Jimmy Page? ¿tal vez la de Boris Williams? No lo creo, al fin y al cabo aunque el carisma y buen hacer de los citados está fuera de toda duda Perry Bamonte resultó defenderse bien con la guitarra, Roger O´Donnell regresó a los teclados y poco cabe reprochar al batería entrante Jason Cooper.

BLOODFLOWERS (2000) es en mi opinión un magnífico disco que acabó recibiendo una acogida desigual por parte de los fans, algunos de los cuales no podían dejar de verlo como un hermano menor de Disintegration, comparación injusta e improcedente que solo se explica por el hecho de que nos encontramos nuevamente ante un álbum impregnado de tristeza e introspección. Para empezar, el sosegado arranque con la austera y casi acústica Out Of This World poco tiene que ver con la explosión que es Plainsong. Y esto no es una crítica, OOTW no es solo una pieza deliciosa sino también una de las mejores canciones que su creador haya escrito en los últimos años. Watching Me Fall es otro grandísimo momento sobre decadencia personal y sexo a la japonesa que nos devuelve a los The Cure más intensos. Con la pesimista Where The Birds Always Sing el listón sigue sin bajar. Es verdad que este tema puede tener cierto saborcillo a cara B de tiempos pasados, pero no es menos cierto que muchas caras B de The Cure superan con creces algunos de los temas publicados en los álbumes, o sea que el punto crítico del comentario carece de toda razón de ser. Maybe Someday es lo más parecido a un tema comercial en un disco anticomercial hasta el punto de que sus autores declinaron promocionarlo con videoclips, renunciando así a la que es una de sus mayores bazas. The Last Day Of Summer podría recordarnos vagamente a A Letter To Elise. There Is No If… rompe por unos instantes la estela oscura del disco, que retomaremos poco a poco con The Loudest Sound y 39. Si las dos primeras no dejan de ser buenas canciones la última me encanta por mor de ese ritmo monótono pero trepidante a la vez que surge del bajo de Simon, y una letra que vuelve al tema de lo angustioso de sentir que te vas haciendo mayor de manera inevitable. Casi sin darnos cuenta -lo que siempre es indicativo de una escucha placentera- nos plantamos en el último tema del álbum, Bloodflowers, estupenda canción de desesperanzadora letra cuya música –el bajo, la percusión, los arreglos de guitarra… ¡todo!- supone un momentáneo y agradable retorno a la etapa Pornography. Lo dicho, un gustazo.

THE CURE (2004): Por lo general, y salvo que estemos ante un álbum-debut, desconfío de los discos homónimos. La excusa de los autores fue que este trabajo atesora la esencia de The Cure hasta tal punto que solo podían titularlo de esta manera. La realidad es que se trata de uno de esos discos cuya escucha no es desagradable una vez te decides a ponerlo pero que no te engancha hasta el punto de necesitar pincharlo con regularidad, lo cual tras un Bloodflowers que me devolvió la fe más ciega en The Cure no dejó de resultar algo decepcionante. En la parte positiva de la balanza tendríamos el hecho de que el disco tiene un buen single en The End Of The World y que el conjunto sigue siendo superior en coherencia y calidad a Wild Mood Swings. En la parte negativa, que aunque hay canciones que molan (la ya citada, Labyrinth, Anniversary, Us Or Them o alt.end por ejemplo) no puedo quitarme la impresión de que en esta ocasión The Cure se esforzaron demasiado por sonar a The Cure. Con todo reconozco que antes de formarme un juicio definitivo sobre un álbum necesito una escucha intensa y un periodo de asimilación que me puede llevar años, por lo que me reservo la posibilidad de cambiar de opinión sobre este disco en un futuro.

Con todo lo dicho solo nos queda ya añadir dos cosas: La primera, que The Cure cuentan con algunas canciones indispensables publicadas en formato single que no aparecen en ningún larga duración. Es el caso de Charlotte Sometimes (1981) y Never Enough (1990), también encontrables respectivamente en el mítico recopilatorio Standing On A Beach/Staring At The Sea (1986) y en su continuación Galore (1997), la cual a su vez contiene un buen tema creado ex profeso, Wrong Number. La segunda cosa es recordar la inminente publicación de su disco de estudio número 13, prometedor a la vista de los tres temas que vienen interpretando en directo a modo de adelanto.

Forever...

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