sábado, julio 19, 2008

¿LA LITERATURA DE CIENCIA FICCIÓN VIVE UN PERIODO DE "VACAS FLACAS"?

Interesantísimo artículo de Jacinto Antón el que hoy aparece publicado en el suplemento Babelia del periódico El País sobre la crisis de ventas y de lectores que está padeciendo la literatura de ciencia ficción, donde los grandes mitos de este género nos han dejado o ya son octogenarios, y las nuevas generaciones de escritores sci-fi no acaban de encontrar y ocupar el hueco que han dejado los grandes maestros de la ciencia ficción, así como escritores de otros géneros ya son más permeables a utilizar temas antaño reservados exclusivamente al género de la ciencia ficción.

Ha habido una bajada de ventas de este género literario por la irrupción de internet y otras tecnologías que provoca que la gente se decante por otro tipo de soportes a la hora de imbuirse en el género de la ciencia ficción, como puede ser el cine o las series de televisión, que con los avances y mejoras en los efectos especiales hacen que sea un mecanismo visual más atractivo que la simple lectura de una novela, así como se ha visto reducida la disponibilidad de tiempo de ocio que antes se dedicaba a la lectura o cómo las nuevas generaciones potenciales de lectores no se decantan tanto por este género como antes.

Sobre todo esto reflexiona Miquel Barceló, editor de la conocidísima colección Nova de Ediciones B, basada en el género de la ciencia ficción.

El futuro parece ya demasiado cerca para imaginarlo. La literatura de ciencia-ficción pasa por una crisis achacable a los nuevos hábitos culturales, aunque el género funciona en otros formatos. Los viejos maestros desaparecen y no surgen nombres a su altura.

Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana...
... snif.

La ciencia-ficción está de capa caída, un manto más oscuro que el de Darth Vader parece haber caído sobre nuestro querido género, en el terreno literario. La muerte y el crepúsculo se han adueñado de los viejos grandes maestros: el risueño Arthur C. Clarke ha fallecido (adieu Rama), JG Ballard se enfrenta a su personal apocalipsis en forma de cáncer y Ray Bradbury, a punto de cumplir 88 años, estruja su melancolía soñando con que esparcirán sus cenizas en los desiertos de Marte. Ya no están con nosotros Stanislaw Lem, Zelazny, Heinlein, Asimov... Son unos ancianos Aldiss, Pohl, Harry Harrison. No se ve surgir nombres a la altura de aquellos grandes que desaparecen. Muchos buenos autores se pasan a la fantasía. Ursula K. Le Guin acaba de publicar en Estados Unidos Lavinia, ¡una relectura de la Eneida contada por una mujer! Pero es que además, y esto es lo peor, nadie parece leer ya ciencia-ficción. Las colecciones languidecen. Editoriales que se lanzaron a publicar sellos nuevos, confiadas en un boom como el de la historia militar, se replantean la decisión. Los aficionados de siempre aparecen como aquellos vagabundos solitarios de Fahrenheit 451 que deambulaban como fantasmas con los viejos libros memorizados buscando infructuosamente a alguien a quien traspasar el legado. ¿Alguien ha oído hablar de La Fundación? ¿Qué ha sido de los Heechees? ¿Queda vida en el superjoviano planeta Mesklin, aunque sea vida muy aplastada por la gravedad?


Para continuar leyendo este artículo, pinchad en el siguiente enlace:
También podéis leer otros artículos de José Manuel Sánchez Ron y Ricard Ruiz Garzón, respectivamente, relacionados con este tema que aparecen también publicados hoy en el suplemento Babelia:
  • La ciencia ya no es ficción: "Huxley, Verne, Wells..., los escritores pueden imaginar el futuro, pero los científicos lo vislumbran con mayor seguridad. Algunos descubrimientos científicos parecen más ficción que realidad".
  • La era de las mutaciones: "La ciencia-ficción española explora fórmulas mestizas para un género que se encuentra en plena metamorfosis".
Un saludo cordial.

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