Todo ello ha sido posible gracias a la lectura de una bella historia como es esta de Relatos de un carbonero de Shigeyasu Takeno, publicada por Dolmen Editorial. Una de las ventajas que puede obtener el lector cuando se enfrenta a la lectura de mangas es la posibilidad que puede tener, en muchas ocasiones, de poder leer obras que, a su manera, son una fuente de conocimiento sobre temas de lo más dispar y de los que menos se puede esperar uno. Los mangas tienen esa capacidad, esa virtud, de poder tratar temas de cualquier tipo, los más impensables, aquellos que muchas veces creemos que en un medio como es el de los tebeos no son factibles de poder ser tratados. Pero los japoneses son maestros y capaces de hacerlo, y lo han demostrado innumerables ocasiones, temas que a simple vista puede parecer que no son tan atractivos o no tienen suficiente potencial para conformar una historia que pueda atraer al lector, ellos te los “fabrican”, te los “dosifican” en un ritmo cadencioso, y te los hacen interesantes y amenos. Y esta obra de Takeno podría ser una de ellas, porque reconozco que nunca me hubiera imaginado que algún día podía aprender en qué consiste el proceso de fabricación del carbón natural leyéndolo en un cómic, en este caso un manga claro, de más de 200 páginas, resultando ser al final del recorrido una lectura pedagógica a la vez que conseguiendo que fuera entretenida.
En ella Toshikatsu Ue nos narra en primera persona sus peripecias como carbonero en la prefectura de Wakaya, al sureste de Japón, en 1957 (relato original “Diario de un carbonero” escrito por Ue, en el que se ha basado Takeno para realizar este manga), de una manera muy realista, sencilla y directa, y amena para el lector, porque, repito, un tema como éste que podría resultar tedio y farragoso, Takeno nos lo sabe desmenuzar de manera clara y concisa para que el lector neófito sepa sacarle el jugo necesario a la lectura, aprendiendo constantemente de ella.
Takeno nos divide en capítulos cada uno de los apartados que comporta el trabajo de carbonero: la tala de árboles (principalmente robles ubames para producir carbón bincho) y su posterior secado, la quema del carbón, la fatigosa extracción de éste de la carbonera, la preparación de la nueva pira que se introducirá en la carbonera aún caliente... todo ello narrado hasta el mínimo detalle, consiguiendo hacerte sentir el tremendo esfuerzo y la sensación de calor que padece nuestro protagonista.
Takeno nos divide en capítulos cada uno de los apartados que comporta el trabajo de carbonero: la tala de árboles (principalmente robles ubames para producir carbón bincho) y su posterior secado, la quema del carbón, la fatigosa extracción de éste de la carbonera, la preparación de la nueva pira que se introducirá en la carbonera aún caliente... todo ello narrado hasta el mínimo detalle, consiguiendo hacerte sentir el tremendo esfuerzo y la sensación de calor que padece nuestro protagonista.
A partir de mitad de este volumen, a medida que Ue nos va introduciendo poco a poco en su trabajo como aprendiz de carbonero, nos va narrando diversas vivencias suyas mientras residía en la montaña por motivo de su tarea, en constante contacto con la naturaleza que le rodea, integrándose en ella, contándonos anécdotas de juventud, tradiciones y leyendas populares que se pasan oralmente entre los habitantes de esta remota región, aportándonos un caudal cultural de nomenclaturas, datos y conocimientos del entorno natural donde trabaja, normalmente aislado casi siempre en su cabaña y su carbonera integrada en pleno bosque de robles como un verdadero eremita.
Y todo ello, como ya hemos apuntado, narrado de manera sencilla, sin estridencias, con un dibujo realista que aunque no trabaje perfectamente las proporciones anatómicas humanas muchas de las veces, sí que representa perfectamente el entorno natural en el que se mueven los personajes, con un buen uso del claroscuro y la iluminación de las escenas nocturnas y de interior, y escenificando visual y pedagógicamente de manera clara y concisa un tema verdaderamente difícil de representar en imágenes, en una narración secuencial, como es éste del proceso de elaboración del carbón natural a la manera tradicional, aportando al relato todo lujo de detalles que facilitan la tarea comprensiva y cognitiva al lector.
Y todo ello, como ya hemos apuntado, narrado de manera sencilla, sin estridencias, con un dibujo realista que aunque no trabaje perfectamente las proporciones anatómicas humanas muchas de las veces, sí que representa perfectamente el entorno natural en el que se mueven los personajes, con un buen uso del claroscuro y la iluminación de las escenas nocturnas y de interior, y escenificando visual y pedagógicamente de manera clara y concisa un tema verdaderamente difícil de representar en imágenes, en una narración secuencial, como es éste del proceso de elaboración del carbón natural a la manera tradicional, aportando al relato todo lujo de detalles que facilitan la tarea comprensiva y cognitiva al lector.
Posiblemente podríamos comparar esta forma de narrar de Takeno con la del Maestro Taniguchi, pausada, sin estridencias, en pleno contacto con la naturaleza, entendiéndola, viviendo con ella, sintiéndola, donde las reflexiones del protagonista nos transmite una felicidad interna propia de los personajes de Taniguchi, pero que no llega a la perfección y al lirismo que Taniguchi impregna en cada una de sus viñetas, donde el detallismo y la sabia utilización de las tramas, da como resultado un dibujo mas limpio, claro y rico en matices, un tanto diferente al dibujo de Takeno que, como ya hemos comentado antes, incide más en el juego de las luces y las sombras, con una profusión en el uso de las tramas, sobre todo en el espacio cerrado de la carbonera, dando al dibujo un tono más oscuro y sucio con el uso particular que tiene del sombreado, pero que favorece posiblemente más y resulta más apropiado para ambientarnos en el trabajo y manipulación del carbón.
Así que, si el lector está buscando un manga repleto de acción enmarcada en el Japón Feudal o que desarrolle su imaginación con obras futuristas que te cuenten de hacia dónde se encamina la humanidad, que no espere encontrarlas en esta obra. Pero si busca y quiere encontrar una historia de lectura sencilla y natural, donde el trabajo, esfuerzo cotidiano y la lucha diaria están siempre presentes, la relación del hombre con su entorno y su simbiosis con él está perfectamente logrado, la presencia constante de la naturaleza que te rodea y te enseña que eres un simple integrante más del ecosistema donde vives, aderezado todo esto con cuentos, leyendas y formas de vivir de zonas más rurales y no tan conocidas del país del sol naciente, puede que esta lectura te pueda interesar y, aparte de hacerte pasar un buen rato, te aporte una riqueza cultural única que es capaz de saciar ese afán de conocimiento que tenemos sobre culturas tan distintas y distantes a la tuya pero no por eso menos válidas e interesantes.
Un saludo cordial.
Un saludo cordial.
Ni me suena el manga, pero vista la reseña, tomo nota :-)
ResponderEliminarSi te gusta leer historias de este tipo, con sello manga, que te cuenten cosas sencillas y cotidianas, del día a día, y, de paso, aprender cosas nuevas, supongo que te gustará su lectura.
ResponderEliminarHay una pelicula española, creo que es "Tasio" sobre los bosques del País Vasco, cazadores furtivos donde (si no me falla la memoria) tb se mostraba la forma de hacer carbon vegetal.
ResponderEliminarVes, esa película no la he visto, pero me parece que Susana la tiene por algún lado... le echaré un vistazo un día de estos. Al final me haré todo un entendido en la materia ;-D
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