En esta nueva historia que reseñaremos hoy, Batman: Jekyll y Hyde, Batman se encuentra por enésima vez con este peligrosísimo enemigo en que se ha convertido Harvey Dent, esta vez de la mano de tres talentos del noveno arte como son Paul Jenkins a los guiones y Jae Lee y Sean Phillips a los lápices (el primero en los tres primeros números y el segundo en los tres restantes de los seis que conforman esta serie limitada), que intentan hacer un símil de Dos Caras con uno de los mitos de la literatura gótica victoriana caracterizado por la dualidad de su ser en dos entes contrapuestos, el Dr. Henry Jekyll y su némesis o doble personalidad Mr. Edward Hyde, en la obra cumbre de la literatura El Extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde del escocés Robert Louis Stevenson. Y, partiendo de esta comparación, un tercero entra en discordia, el propio Bruce Wayne y su álter ego Batman, digamos el verdadero “Jekyll” de nuestro multimillonario protagonista, aquel que surgió a raíz del detonante causado por el asesinato de sus padres siendo el un niño y que le ha convertido en un justiciero fuera de la ley, intentando dominar y controlar muchas veces al vengador justiciero frente al defensor de la justicia, en una cruenta lucha entre la razón y la sinrazón, de lo que está bien o está mal, o aquello de intentar dar validez a que el fin no debe justificar siempre los medios... ¿o sí?
En este arco argumental de seis números, recopilados por Planeta DeAgostini en un único volumen de tapa dura, nos encontramos con Harvey Dent/Dos Caras encerrado en el Asilo Arkham, intentando los especialistas y psiquiatras determinar si padece un desorden de personalidad o si tiene personalidades múltiples, en este caso se nos introduce la máxima de que Harvey Dent, como el mismo afirma, comparte su cuerpo con otra persona, su lado oscuro, por lo que se produce una lucha de egos por conseguir dominar la situación y hacerse con el control del cuerpo y de la mente. Al mismo tiempo Batman y la policia de Gotham, encabezada por el comisario Gordon, se enfrentan a una serie de asesinatos en masa rituales (o eso parece), donde miembros ejemplares o sin antecedentes de la sociedad o de una misma familia se asesinan mutuamente como si se hubieran trastornado y se vieran obligados a acabar con sus vidas y con las de los demás. Y, en esta situación nos encontramos cuando, Dos Caras, consigue escapar de Arkham… ¿tendrán algún tipo de relación las matanzas que se suceden en Gotham con la huida de Dent del manicomio?
Por lo tanto, nos encontramos con otro tour de force típico de Batman con uno de sus más mortíferos enemigos, un duelo a dos bandas que se repite en multitud de ocasiones en el universo del murciélago por lo que podemos comprobar con cada uno de sus adversarios, donde dos fuerza poderosas contrapuestas demuestran la típica lucha entre el bien y el mal, en este caso prolongado en la propia lucha entre el bien y el mal de los dos personajes con sus propios yos internos, demostrando un vez más que siempre hay un lado oscuro intrínseco en todo ser humano que es más o menos dominante en un momento dado. Es la violencia innata del hombre, el mal que arrastra al mal, que surge de uno mismo de manera espontánea o, la mayoría de las veces, un resorte pone en marcha el mecanismo que despierta nuestro odio más primigenio (en estos casos el asesinato de seres queridos y el accidente sufrido en el rostro frente al experimento de la obra de Stevenson).
En cuanto al apartado gráfico, yo me quedaría con el trabajo de Jae Lee frente al de Sean Phillips. Y no porque Sean Phillips no me guste como dibujante (sólo tenemos que ver el magnífico trabajo que hace en Sleeper, una serie muy recomendable, con guiones de un siempre genial Ed Brubaker), si no porque el arte de Jae Lee me encanta sobremanera, un trabajo correctamente elaborado, con ese magnífico dibujo rozando el realismo fotográfico pero perfectamente camuflado por ese uso peculiar que tiene de definir y marcar los rasgos de los personajes (y donde el color de June Cheng favorece aún más si cabe el lápiz de Lee que el de Phillips)... pero una historia que alberga un momento de poca claridad en sus argumentos, casualmente coincidiendo con la entrada en la mitad de la obra de Sean Phillips, que no es debido a él como ya he comentado pero que a mi entender no está a la altura del trabajo ofrecido previamente por Lee, sino al galimatías con que nos obsequia Jenkins hasta que, una vez cruzado el Rubicón, volvemos a retomar la historia y entenderla definitivamente, en un interesante final que alumbra una nueva información acerca de la doble personalidad de Dos Caras (la cual nos retrotrae a su infancia, al igual que le ocurre a Batman cuando vuelve una y otra vez a la suya… ¿tal vez dos almas gemelas ambos a dos?), un verdadero Dr. Jekyll y Mr. Hyde, dejándonos realmente en le aire cual de estas dos identidades sale victoriosa de esta contradictoria lucha de egos.
También quiero y debo puntualizar que ese amor que le tengo al talento de Jae Lee viene de lejos, cuando me maravilló el trabajo que realizó en la serie limitada de los Inhumanos y que supo captar magníficamente la historia que nos quería ofrecer un talentoso guionista como es Paul Jenkins, por lo que al reunirse nuevamente estos dos talentos del noveno arte en esta nueva miniserie, ya me es difícil separar ambos autores, consiguiendo Lee hacer en la primera parte un trabajo perfecto en la introducción y la dualidad que intenta plantear Jenkins respecto a Batman/Wayne y Dos Caras/Dent, cosa que, lamentablemente, a mi entender, no consigue Phillips en la segunda parte del relato después de lo ya visionado en la primera.
Otra obra más al saco del Hombre Murciélago, recomendable para todo aficionado al que le guste las historias oscuras de superhéroes, donde lo importante no son toda una retahíla de superpoderes con los que nos pueden obsequiar los “pijameros” de turno, sino las historias de “interior” donde se intenta dilucidar y penetrar en la psique más recóndita y oscura de los mismos protagonistas y las terribles consecuencias que pueden acarrear sus actos en toda la sociedad que les rodea. Si le echáis un ojo a esta historia, ya me diréis a que conclusión habéis llegado vosotros.
Otra obra más al saco del Hombre Murciélago, recomendable para todo aficionado al que le guste las historias oscuras de superhéroes, donde lo importante no son toda una retahíla de superpoderes con los que nos pueden obsequiar los “pijameros” de turno, sino las historias de “interior” donde se intenta dilucidar y penetrar en la psique más recóndita y oscura de los mismos protagonistas y las terribles consecuencias que pueden acarrear sus actos en toda la sociedad que les rodea. Si le echáis un ojo a esta historia, ya me diréis a que conclusión habéis llegado vosotros.
Un saludo cordial.
Ese comic lo tengo en mi poder y la verdad que es una autentica maravilla. Y los dibujos son buenisimos.
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