Agradable sorpresa (aunque no es de extrañar debido al talento y tablas que atesora su autor) la que me he encontrado con la lectura de esta nueva (y veterana) obra del belga Yves Swolfs, El Príncipe de la Noche, integral publicado en nuestro país por la Editorial Glénat que reúne los seis volúmenes (reunidos en dos ciclos) de que consta esta serie editada en el país vecino por la también Editions Glénat.
Agradable sorpresa (o no tan sorpresa) porque nos encontramos ante un veterano y rodado autor, en esta ocasión realizando tanto el guión como el dibujo (dejando el color en manos de Sophie Swolfs), que demuestra en todo momento una profesionalidad digna de remarcar dentro de la tradición clásica de la BD de trazo realista (en la línea de autores como pueden ser Juillard, Griffo, De Vita, Giraud, Bourgeon, Hermann, Vance, Bourgier, Delaby y tantos otros que me dejo en el tintero…), que por aquí no nos es ningún desconocido, donde ya hemos podido ver publicadas obras suyas como James Healer (sólo al guión) y Leyenda por Norma y, sobre todo, la clásica y recientemente reeditada por Planeta DeAgostini, Durango.
El Príncipe de la Noche es la típica y clásica historia de vampiros… de esas clásicas sagas familiares de cazavampiros a la caza y captura de seres de ultratumba y, por supuesto, destrucción del vampiro hegemónico de turno, en este caso del milenario Vladimir Kergan, y la lucha emprendida desde época medieval por los primogénitos de la familia Rougemont en pos del exterminio de este vampiro y toda su “progenie”. La historia comienza en el París de los años 30, cuando Vincent Rougemont recoge el testigo de la “maldición” de su linaje como cazavampiros, comenzando su misión a partir de las constantes pesadillas que sufre recientemente y la llegada del misterioso virtuoso eslavo del violín Vladimir Kergan, coincidiendo todo ello con las misteriosas muertes de jóvenes con unos lazos en común a todas ellas: muertas desangradas, la ausencia de sangre en el cuerpo, pero sin heridas aparentes que lo puedan explicar. A partir de aquí comienza esta persecución entre hombre y vampiro, rememorando y recordando en sucesivos flashbacks a los diferentes antepasados de Vincent que, en sucesivos periodos de la Historia, se enfrentaron a este terrible ser de las tinieblas inmortal.
Podemos constatar un leve cambio entre el primer y el segundo ciclo (recordemos que el primero de ellos salió publicado en Francia entre 1994-96 y el segundo entre 1999-2001), donde es posible apreciar en el segundo un dibujo mucho más limpio, de línea más suave, pero continuando con un gran detallismo en las composiciones, ayudado por el color de Sophie Swolfs la cual ha aclarado también su paleta de colores, así como la composición de página ha ganado en algunas de las planchas rompiendo con la composición clásica de viñetas con calles, realizando algunas de esas viñetas sin ellas terminando en la propia página como límite… Ligeros cambios que podemos comprobar en un trabajo que tuvo un intervalo de dos años entre ciclo y ciclo.
Mención especial merece la tremenda documentación de los diversos escenarios de toda Europa en que se mueve esta historia (Venecia, París, Praga, los castillos de Centroeuropa…), gracias a la colaboración de varias personas, lo cual reconoce y agradece en cada uno de los volúmenes el autor la ayuda recibida, y que a buen seguro también ayudaron en la documentación de la época a la hora de captar el contexto en que se mueve la historia y los diferentes personajes del mismo linaje, historia la cual se mueve en diversas épocas, desde el periodo medieval hasta llegar al primer tercio del s. XX, más en concreto a la década de los 30, que es el período en que se mueve el relato en época actual. Como estamos comentando, la representación de las diferentes arquitecturas presentes en esta obra, con estilos pertenecientes a cada una de las épocas, es de un detallismo que lo calificaría de exquisito, demostrando el autor que domina perfectamente la representación arquitectónica, documentándose en fotografías y escenarios reales, siempre adaptándolos a cada período en cuestión en el que se ubican en el relato, así como también demuestra un dominio perfecto de los paisajes y de los animales (magnífica la composición y anatomía de los caballos), así como el de la representación humana, sobre todo dibujando mujeres de tremenda belleza. Podríamos destacar, como rasgo distintivo y peculiar, la macrocefalia que caracteriza a Vladimir Kergan, buscada seguramente por Swolfs a propósito, posiblemente representado así para infundir más miedo, terror y repulsión, aparte de su capacidad de “transformación” que le pueda caracterizar.
Mención aparte merece la edición de esta obra por parte de Glénat en nuestro país… como podemos comprobar se va extendiendo la moda que en su momento comenzó Planeta (aunque ya hubieron algunas editoriales (incluida Planeta) que ya hicieron algunos escarceos en este sentido con formatos de la BD de menor tamaño respecto al original) de editar formatos más reducidos de tamaño en tapa dura (en este caso 23x17 cm.) reuniendo varios volúmenes en un integral (cosa que en Francia también se está poniendo de moda y las diversas editoriales apuestan por este formato en algunos títulos que reeditan en integrales), que redunda en beneficio tanto del lector, que puede leer de una tacada arcos argumentales que de otra forma tardaríamos años o meses en poder leer, a un precio mucho más competitivo y económico para nuestros sufridos bolsillos (y seguro que beneficioso para las editoriales que consiguen más ingresos de golpe ya que así también evitan que la gente vaya dejando las colecciones empezadas), a pesar de que con ello podamos equivocarnos a la hora de invertir más de 20 € en una única obra que luego no nos convenza una vez empezada a leer. Para eso están las críticas que puede leer en los diferentes weblogs, aparte del consiguiente vistazo previo a la compra (por eso se agradece que en este caso no sea un tomo retractilado como es habitual en Planeta y Rossell), por lo que aprovecho aquí para recomendar esta obra encarecidamente a todo lector de cómics que le guste la temática fantástica, de intriga y de terror y, en este caso, el subgénero de vampiros. Creo que la inversión realizada será compensada plenamente con la lectura de esta obra, a pesar, eso sí, que hubiera preferido una edición con mejor papel (como el que nos ofrece Planeta en este tipo de ediciones de la Bande Dessinée) y sin ese “tufo” a tinta que te embriaga nada más abres el volumen (cosa que sí padecemos con Planeta en muchas publicaciones).
En fin, nunca llueve a gusto de todos pero, aún así, la lluvia nunca dejará de ser beneficiosa y más en este caso.
Un saludo cordial.
En fin, nunca llueve a gusto de todos pero, aún así, la lluvia nunca dejará de ser beneficiosa y más en este caso.
Un saludo cordial.
Bueno... no lo leí aún, pero... este es de esos tebeos que me gustan, que el cuerpo me pide a veces. Son entretenidos, densos en su lectura (en plata: mucha letra, o eso me parece...este post incluye las primeras imágenes que veo del libro), de peripecias históricas exquisitamente dibujadas, a lo Julliard, sí señor. ¡Y con chupasangres! (una debilidad).
ResponderEliminarTras leer un buen indie, espeso y metalinguístico, nada mejor que un bd comercial de estos que tan bien suelen salirles, sin pretensiones pero sin bobadas frikis ;)
pero... no estoy de acuerdo con que se reduzca el tamaño de algo que nace y se concibe para un tamaño album grandote con un dibujo puntiolloso. Se rompe el ritmo, el abigarramiento se convierte en confusión y lastra. veremos...
Te doy toda la razón, en que de vez en cuando hay que leer obras por el puro goce de entretener a uno o porque la temática le atraiga sobremanera y asegure disfrutar leyendo aquello que más le guste. Y con esto no quiero restar méritos e infravalorar esta obra de Swolf, todo lo contrario, creo que es una obra que supera la media y que está muy bien estructurada aparte de ser una preciosidad en su apartado gráfico.
ResponderEliminarEn cuanto al tamaño, te doy la razón en parte... hay obras que la reducción de éste no les favorece para nada, y en este caso podríamos haber esperado un tamaño mayor, pero también hay que decir que el tamaño, en esta ocasión, no pervierte la obra en ningún momento y consigues igualmente disfrutar plenamente de ella. Yo sí que hubiera puesto un papel de mayor calidad, que hubiera repercutido más favorablemente en el resultado final. Y también tengo que reconocer que, estos integrales que las editoriales están empezando a sacar a tamaño reducido respecto a un álbum BD, nos benefician a nosotros como lectores al fin y al cabo, porque no sé si obras como estás llegarían a publicarse aquí en otro formato o, lamentablemente, serían canceladas si las ventas no acompañaran una vez comenzadas. En resumen, no hay mal que por bien no venga...
"no quiero restar méritos e infravalorar esta obra de Swolf"
ResponderEliminarBuena puntualización, e interesante. Lo "ligero" o "comercial" no se riñe con la calidad, espero no haber dado tal sensación, o que un producto "de entretenimiento" siempre etá per se en un escalón menor.
En cuanto al tamaño, yo me doy la razón en todo :)
Vamos a ver, yo he pillado el Bone a color. Personalmente creo que no es un trabajo gráfico que sufra demasiado (y los colorines, bueno, hago la vista gorda porque siempre pensé que Bone pedía a gritos el todocolor :P). Pero Smith (y Swolfs, y Gibbons, y Bourgeon, y Seth, y Ware, y todos) dibuja en un formato físico sabiendo que en el proceso de imprenta va a "irse" a otro formato. Parte del logro de un buen cómic creo que está en la capacidad del dibujante de contar con ello para ajustar ritmos, equilibrios, densidades de dibujo... un cómic tiene algo de ballet, no mejora por ir más lento o más deprisa: es un todo de difícil equilibrio que hay que saber dominar. Por eso me parece un arte de la releche, dificilísimo. Y por eso cuando empequeñecemos o agrandamos por motivos comerciales, la obra ya sufre. A veces es un tironcillo de orejas que aceptamos, otras se le arrancan de cuajo las piernas, un brazo y el pito, que puede no ser el caso de este tebeo, pero sí el de muchos otros. Como dices, todos aceptamos como lectores las variaciones que las editoriales nos imponen... hasta cierto punto. Pero en plata, eso es lo mismo que colorear La QUimera del Oro, o reproducir por la tele sin bandas una en cinemascope. Estás tocando algo pensado para otro formato, y eso no es bueno, aunque en casos y según grados, sí que es tolerable (¿caso de este cómic? de acuerdo, y siempre en gustos. Lo que no va en gustos es el echo en abstracto.
Y no son opiniones, pregúntale a un dibujante. Será más permisivo o más receloso, pero dudo que ninguno (o ninguno bueno, y así no me podrás pillar :D) te diga que él dibuja y le da lo mismo cómo y dónde lo reproducen.
En todo, aunque no lo parezca, estoy de acuerdo contigo... yo también pienso a creer que se debería respetar lo máximo posible el original a la hora de editarlo por otra editorial o la misma. Sí que tenemos claro (o eso parece) que el autor crea, idea o piensa una obra de una manera determinada y no de otra. Pero, también tenemos que pensar de que ¿ciertas obras llegarían a nuestras librerías de esa forma primera y original, y más pensando en el momento de crisis que corremos?
ResponderEliminarDe todas formas se plantean siempre dudas... ¿"Little Nemo in Slumberland" se debería reproducirse hoy en día en el formato tal cual se publicó en su momento? ¿"V de Vendetta", por poner un ejemplo, debería de haberse coloreado? ¿el formato mayor, por ejemplo, de las planchas de Carlos Giménez a la hora de dibujarlas, tendrían que haber sido respetadas, por ejemplo, por Glénat a la hora de publicar "Paracuellos"? ¿realmente los autores son tan reacios a los múltiples formatos que luego "padecen" muchas de sus obras (me parece que es el caso de "El Príncipe de la noche" en Francia, por ejemplo)?...
Yo, que a lo mejor no soy tan exigente (o sí, quién sabe), siempre espero al final de todo que un cómic me diga algo y me haga disfrutar... y las otras cosas, a veces, seguramente, puedan ser secundarías (o no, quién sabe).
Yo, desde que descubri Durango hace ya mucho tiempo, le sigo la pista a Swolfs. Su dibujo y su narración "cinematográfica" me encantan. Se que sus comics me entretienen hasta la médula y eso es lo que le pido.
ResponderEliminarMe he leido este principe de la noche casi de una tacada ( tengo que decir que aunque es un tema, el de los vampiros, un poco manido, a mi me apasiona y este comic no defrauda si te gustan las maldiciones vampíricas y la Historia en la Vieja Europa.
Respecto a la reducción de tamaño, cuando lo ojeé en la libreria maldije esta costumbre de reducir los tamaños( conociendo el dibujo de Swolfs) pero, es verdad que una vez leido no se me ha hecho tan jodido leerlo ( cosa que si me pasa con La Cosa Nostra por ejemplo, en la que me deje los ojos)
Saludos.
Me ha gustado mucho tu reseña EduXavi. Ayer finalicé la lectura del Principe y he disfrutado bastante. Coincido en bastantes de las cosas que dices. Y he de reconocer que la parte de la ficción que toca la magia y la fantasia no es mi favorita. Pero quizás por leer algo que de entrada no es de mis géneros favoritos, ha hecho que aún me haya gustado más la obra de Swolfs. Una BD a tamaño original siempre será mas vistosa, pero no todo son Comanches y Lanfeusts de Troy. Lo que nos solemos encontrar son integrales a 50 o más euros: El Gavilán, Los Pasajeros del Viento, El Lama Blanco,... Los bolsillos agradecen mucho este formato "americano" para la BD (es curioso como el comic yanqui va al revés y se hace grande para coger glamur: formato Absolute). Por mi parte deseo que Planeta saque más BD con la misma relación calidad/precio que Comanche o Lanfeust. Hoy por hoy nadie le hace sombra. Pero si no es posible, virgencita déjame como estoy, con mis Aldebarenes o Estrigias a 20 euros o los nuevos de Glenat. Antes, esto era o los sablazos de Norma o nada.
ResponderEliminarSaludos,
DavidG
Caracrater:
ResponderEliminarTambién te doy toda la razón... hay algunos dibujantes que tienden a plantear las planchas con una gran cantidad de viñetas y una proliferación de detalles que provoca que la reducción del formato no les favorezca, como ocurre en "La Cosa Nostra", como muy bien apuntas... pero menos mal que estos casos son lo menos, porque si no...
DavidG:
Desde luego la calidad/precio provoca que este nuevo formato de los integrales tenga buena acogida, aunque también está bien que haya variedad y que ciertas obras las saquen en formato álbum europeo... Pero por mí vale, que continúen sacándose estos tipos de formato más reducidos porque así tendremos ocasión de leer obras que de otra manera no llegarían a nuestras manos.
esto de los integrales y las editoriales es más complicado de lo que parece. Norma por ejemplo tiene ahí los de Valerian a tamaño grande mientras que obras de Norma como Los marqueses de Annaon estan muy bien en formato album (solo pensar en reducir a Bonhomme y me da algo).
ResponderEliminarLa que, debido a quien es, puede reventar el mercado es Planeta ( pese a esos fallos como son La cosa Nostra y Santuario),siempre sin olvidar el contraataque de Glenat con este Principe de la noche, el tercer testamento y la anunciada de peter pan( pese a el Triangulo Secreto).
Edu, pues yo tengo el Nemo gigante de Norma, y te aseguro que se lee de otro modo, o se aprecia con otra mirada, que la edición de Taschen (también la tengo).
ResponderEliminarV es un caso de los durillos, porque nació en revista (tamaño revista) y blanco y negro, pero se concluyó a color formato comic book. Si me preguntan, desde luego en Blanco y negro, y del tamaño que crea Lloyd, que por suerte está vivito y pude opinarlo. La verdad es que el cómic es lo que es, no tiene una fuerza industrial para permitir, como cierta literatura best seller, sacar dos versiones, la de luxe y la de bolsillo (aunque con los pijamas algo parece estar pasando, con tomillos de Mondadori versus ediciones absolute de Planeta o Panini.. todo llegará)
Quiero decir que en el mundo real al final hay que dar el brazo a torcer y ver hasta qué punto NOS parace que la obra resiente mucho o poco la distorsión. Pero sin perder la perspectiva, no empecemos a defender que se adultere un cómic como método (es, sí, una alegría para el bolsillo, pero nada bueno para el arte, por entendernos)
Caracter, sobre lo manido del vampirismo, esperemos a ver "Déjame entrar", que todo dios dice es de lo mejor del año
ResponderEliminarMuy ajustada crítica de una obra que se deja leer con gusto y que ofrece un planteamiento gráfico magnífico (por detallismo y ambientación), aunque resulte en conjunto bastante frío (como corresponde al estilo de Yves Swolfs, que yo veo bastante cercano al de Blanc-Dumont).
ResponderEliminarLo peor de todo, con mucho, el formato "cromo" (17x22 cm) elegido por Glenat para publicar esta integral (el tamaño original de la edición francesa es de 24x32 cm.), que no contribuye a realzar, como se merece, el estupendo trabajo del artista belga y que pone en peligro la salud visual del sufrido lector español. La edición será, así, más barata (no lo dudo), pero creo que se le ha hecho un flaco favor a la obra.
Saludos.
Caracrater:
ResponderEliminarNorma de momento parece que no se apunta al carro de los formatos reducidos, pero... tiempo al tiempo. Glénat parece que arranca con fuerza y se prevé, si la cosa funciona en cuanto a ventas, que continuará con el nuevo formato de integrales. Y Planeta... ayns Planeta, una gran editorial que nunca sabremos a ciencia cierta cual es el criterio que sigue a la hora de publicar según qué título con según qué formato.
Sr. Punch:
Con Little Nemo a eso me refería... cualquiera de las dos ediciones que mencionas son respetables en diferente formato... luego depende de la cartera de cada uno. Con respecto a V de Vendetta, y sin desmerecer un ápice el B/N, yo me quedo con el de color, porque aparte de que me encanta como le queda ese color en los lápices de Lloyd, yo siempre la he leído y visto así desde su primera edición en Zinco. En cuanto a la fuerza de la industria del cómic respecto a otras, te doy toda la razón, pero esperemos que dentro de unos años esa situación cambie (y que nosotros lo veamos). Y para finalizar, en el arte todo está sujeto a revisión y reinterpretación, y siempre dependerá de cómo lo vea cada uno, habiendo sus pros y sus contras, naturalmente, pero al final lo que primará es si la obra ha sabido captar el interés del público, sea más o menos numeroso, aunque lo que será inevitable es que todo el mundo tenga su particular opinión, siendo más o menos crítico según el momento y lo implicado que esté previamente con la obra en cuestión (y, si no, mirad las adaptaciones que se realizan a la gran pantalla, por ejemplo, de los cómics, por no decir otro tipo de obras, que dan opiniones para todos los gustos).
Alberich:
ResponderEliminarYo creo que tanto en esta obra en su conjunto de Swolf como en su formato reducido no veo tanto "fallo" como tú lo planteas... yo la pondría en un punto medio, porque a lo largo de mis muchos años de lector de cómics he visto obras mucho más frías y mucho más perjudicadas por el tamaño que ésta en concreto.
Tengo ganas de clavarle el diente (nunca mejor dicho) a esta obra. Mañana mismo me iré de compras.
ResponderEliminarEn lo referente al formato elegido (un tema que da para bastante)no me puedo posicionar, hay obras que deberían ser intocables bien por un dibujo detallista, o con planos largos o abiertos, o bien por la cantidad de texto (como la ya mencionada Cosa Nostra)y hay otros sin embargo como, por poner un ejemplo, el Deogratias de Stassen que se prestan bien a esa reducción (a mi forma de ver).
El comic europeo de dibujo realista es quizás el que más sufre con este tipo de formato pero aún así, prefiero una obra reducida a una obra no publicada y es posible que de no ser en este formato muchos de los comics que nos están llegando jamás se hubieran publicado por aquí.
Octavio, en respuesta a tu frase "es, sí, una alegría para el bolsillo, pero nada bueno para el arte, por entendernos" entiendo lo que quieres decir y para la obra en cuestión no es bueno y para el arte si se toma como norma quizás tampoco. Pero este formato acerca más el comic a la gente debido a su precio y esto es bueno para la industria. Si se venden más comics, los autores noveles tendrán, impepinablemente, más oportunidades de demostrar sus nuevas ideas y su arte.
Desde luego tiene cosas malas pero también muchas buenas.
En este último punto te doy toda la razón Angux. No hace mucho Paco Roca nos comentaba en una charla que hizo de que en Francia las grandes editoriales arriesgan con nuevos valores porque siempre tienen clásicos que ya de por sí venden muchos millones de copias, por lo que incluso dan un adelanto al autor novel para que este trabaje más desahogado sin aún tener la obra acabada ni publicada, y éste luego ya le es más fácil demostrar con su trabajo su valía o no en el medio, lo que provoca que le sea más fácil continuar publicando nuevas obras o arriesgando en nuevos enfoques si ha conseguido convencer al público o a la crítica. Supongo que es lo mismo que ocurre, pero a otra escala, con Glénat cuando, como muchas veces ha comentado Joan Navarro, sólo con las ventas del Naruto y demás mangas les ha dado pie a poder arriesgarse con autores jóvenes de aquí y reeditar grandes clásicos de nuestra industria (y recordemos que con ello, Purita Campos ahora es la reina de las ventas de la editorial).
ResponderEliminarVoy por el cuarto tomo y me está gustando muchísimo. Hacía tiempo que no disfrutaba tanto con un comic. Y es que los franceses se llevan el género de calle. Muy buena reseña.
ResponderEliminarMe alegro que te esté enganchando Cyllan como me ocurrió a mí, porque es una historia que ha sabido engarzar bastante bien Swolfs... a pesar del formato y la calidad del papel, es una obra bastante correcta para que el lector se adentre en un género tan manido ya como es el de los vampiros.
ResponderEliminarHacía mucho tiempo que no compraba ningún cómic. Éste lo adquirí ayer, y tras acabarlo, he de decir que me ha encantado.
ResponderEliminarPuesto que ya se ha comentado la calidad artística, así como la rigurosa documentación para plasmar cada época y lugar, me gustaría comentar otro aspecto de esta gran obra. Se trata de la profundidad en los personajes; realmente me ha impresionado. Aquí, los héroes no son perfectos; algunos son crueles, y tienen motivos para serlo. De hecho, alguno de los protagonistas ni siquiera es un héroe, pero todos tienen una historia que los hace únicos, incluso algún personaje secundario.
Totalmente recomendable.
SEXTO NOBLE DE KHARÉ.
No suelo leer muchos comics, pero ese lo vi en la biblioteca y me lo he leido de una tacada. Precioso el dibujo, algun detalle arquitectonico de flipar.
ResponderEliminarMerece la pena comprarlo desde luego. Yo lo he leido gratis al ser de biblioteca, pero si lo veo en la tienda, lo comprare ya que artistas como Swolfs se lo merecen.