miércoles, mayo 06, 2009

CRÍTICA: EVELYN. EL EXTRAORDINARIO CASO DEL DOCTOR CORMAN de Andrés G. Leiva

Hoy nos acercaremos nuevamente (no hace mucho lo hicimos con El Príncipe de la Noche de Swolfs) al mundo de los vampiros, pero ahora desde una óptica más gótica, más victoriana, más acorde si cabe y más cercana en el tiempo a la novela por antonomasia dentro del subgénero de los vampiros de temática del terror, el Drácula de Bram Stoker.

Evelyn: El extraordinario caso del doctor Corman es, en un principio, una típica historia de vampiros al uso que nos llega de la mano del autor cordobés Andrés González Leiva. Una historia que comienza cuando el Dr. Corman (quién sabe si un homenaje velado al gran director de cine Roger Corman) rememora unos hechos acaecidos hace más de cinco años en la aldea de Cavan cerca de Dublin (estamos en el año 1878), cuando éste era ayudante/colega de Mr. Price… dos médicos ingleses que acuden a este misterioso lugar en pos de investigar unos extraños fenómenos que suceden a causa de una joven, Evelyn, la cual es considerada por los aldeanos como hija del diablo, causante de todos los males que sufre la aldea con la desaparición de sus niños, además de la presencia de un ser misterioso que es catalogado por Mr. Price como un vampiro. En este punto entra la disputa entre ambos doctores… el Dr. Price defiende los hechos sobrenaturales que están más allá de todo entendimiento y lógica científica y el Dr. Corman que asevera que todo hecho misterioso o fantástico tiene siempre una explicación lógica y científica.

Los hechos, a partir de ahí, se suceden de manera precipitada, desencadenándose situaciones extrañas y dramáticas que obligarán al Dr. Corman a descubrir qué se encuentra detrás de todo esto y, siempre teniendo presente, por parte de nosotros los lectores, que no todo es siempre lo que parece al fin y al cabo.

La historia está dividida en dos partes (justo casi por la mitad de la obra, 22 + 24 págs. cada una) claramente diferenciadas, la primera que ocurre en el condado de Cavan y la segunda que sucede en la ciudad de Londres, siguiendo el mismo patrón que la mencionada Drácula de Stoker, donde la acción transcurre en dos lugares (Transilvania, Londres y otra vez Transilvania). La ambientación que busca el autor de lugares sombríos, oscuros, fríos, son conseguidos perfectamente en tierras irlandesas e inglesas, donde los páramos desolados, las brumas perpetuas y la ambientación de ciudades tristes y sucias derivadas de la Revolución Industrial (al igual que se percibe también en la pobreza y aflicción del campo irlandés, lleno de supersticiones y desesperanza), son ideales para contextualizar una historia lúgubre y de terror como ésta.

Además esta ambientación la recalca el autor con el empleo de un estilo que bebe, podríamos decir, del impresionismo-simbolismo derivado, por ejemplo podríamos afirmar aunque sin ser influencia directa, claro, de los grandes maestros de la Escuela de Pont-Aven (con Paul Gauguin a la cabeza), cuando representa la escena de la ceremonia de la Comunión que se está celebrando en Cavan a la llegada de los dos doctores, o sobre todo, como podemos ver desde el arranque de la primera página, una influencia directa del maestro romántico inglés William Turner, famoso por sus cuadros representando la atmósfera inglesa conjugándola, por ejemplo, con los avances tecnológicos del ferrocarril… o como también podemos ver una influencia del impresionismo de obras de Claude Monet como los de la Estación de Saint-Lazare o sus nocturnos de Londres. Todas estas influencias, inducidas o no, consiguen dar a la historia la atmósfera apropiada, combinándolo con un uso de tonalidades oscuras, con un uso de negros y grises que dan aún más ambientación lóbrega a este relato de terror. Si algo consigue el autor es causarnos tristeza y frialdad y hacernos sentir desasosiego con escenas tan sombrías, ayudándose con el difuminado de las escenas que se traducen en esos semblantes de los personajes que parecen que lleven rostros pálidos venidos de ultratumba.

Todo esto también lo consigue Leiva con la técnica empleada que, como va siendo habitual en su obra, es la cera, la cuál proporciona esa particular textura irregular en el trazo, donde según leemos en una entrevista al autor que podemos ver en La Cárcel de PapelLa cera es algo mucho más espontáneo, más natural y torpe, no tan mecánico como el pincel. Me encanta el color que consigues con ellas”.

Tengo que reconocer que a Andrés G. Leiva lo acabo de conocer en esta obra. A pesar que ya tiene varios trabajos en su haber (Historia de Iván, Bichos Raros, El misterio de Electra/Horrible hórreo y Juana de Arco (estas dos últimas también bajo el amparo de Ediciones Sins Entido), así como varios trabajos colectivos y colaborador en revistas como Dos Veces Breve, Tos o Androito Ke-Ke), ha tenido que llegar su Evelyn (Premio de Cómic Sins Entido-Diputación de Cuenca) para que decidiera acercarme a su obra, después de las magníficas críticas que recibió su anterior título, Juana de Arco, que además de ser publicada en nuestro país también llegó al siempre difícil mercado francés de la mano de de la misma Sins Entido.

La edición de Sins Entido es la habitual a la que estamos acostumbrados por parte de esta editorial madrileña. Formato álbum europeo en tapa dura, con un papel satinado de buen gramaje, y con una impresión de gran calidad… aunque el cosido del lomo podría haber sido otro, porque parece (y sólo es una sensación mía) que cuando lo abres cruje y se vayan a soltar las hojas. Además nos obsequian con unas cuantas páginas extras de bocetos y apuntes para la realización de esta obra.

En resumen, historia correctamente planteada, con unas tonalidades oscuras de negros y grises que ayudan a creernos la ambientación gótica o expresionista (de las de buenas películas de terror alemanas de la década de los veinte) de fácil y fluida lectura, marcando perfectamente el tempo de narración, con una separación de más e cinco años entre la historia en Irlanda y la que sucede luego en Inglaterra que deja a la imaginación del lector el llenar el hueco, imaginándonos cómo va creciendo y evolucionando nuestra protagonista Evelyn... de cómo pasamos de un inicio donde se nos cuenta por encima la historia de manera rápida para luego en la segunda parte descubrir todos los hechos obteniendo las respuestas a las dudas planteadas en la primera, atando los cabos, acabando en una concatenación de hechos y situaciones que desembocan en un final inesperado. Aunque, un mayor número de páginas (una decena más) podrían haber redondeado más la obra y haberse detenido más en según qué escenas, recreándose más, y no tratándolas tanto de pasada (como los propios origenes tanto de Evelyn como de Eryp Mav)...

Relato que deja abierto más que una posible continuación en un futuro… ya veremos.

Un saludo cordial.

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