Otro de los autores que llevaba apuntados en la mencionada lista fue Guy Delisle, nombre bien conocido en España ya que buena parte de su obra ha sido publicada en nuestro país. Títulos como Pyongyang o Crónicas Birmanas están a disposición de los lectores españoles. Esta vez, la espera no fue muy larga ya que no había demasiada gente y este autor, de trazo fácil y sencillo dibujo, ventilaba cada dedicatoria en un par de minutos máximo. No fue un encuentro muy provechoso, porque este autor de aire muy agradable es parco en palabras, o por lo menos así nos lo encontramos; no habló mucho, salvo por un saludo amable.
No había mencionado antes -que falta de tacto la mía- que este año, a diferencia de los anteriores, no he sido el único Trazero que se ha dejado caer por el festival. Nuestro colega Gonzalo se ha apuntado a última hora para probar suerte con las editoriales francesas y ver si se puede hacer un hueco en el difícil mundo del tebeo. En los ratos que tenía libres, se unía a alguna de las colas para llevarse alguna que otra dedicatoria. En este caso, cada uno de nosotros se llevó su correspondiente dibujito de Guy Delisle.
No había mencionado antes -que falta de tacto la mía- que este año, a diferencia de los anteriores, no he sido el único Trazero que se ha dejado caer por el festival. Nuestro colega Gonzalo se ha apuntado a última hora para probar suerte con las editoriales francesas y ver si se puede hacer un hueco en el difícil mundo del tebeo. En los ratos que tenía libres, se unía a alguna de las colas para llevarse alguna que otra dedicatoria. En este caso, cada uno de nosotros se llevó su correspondiente dibujito de Guy Delisle.
No resulta nada mal encontrar de vez en cuando a ciertos autores bastante disponibles debido a la poca gente que quiere dedicatorias suyas. Eso permite obtener su firma de una forma bastante cómoda y tranquila, sin muchos agobios para los aficionados más fieles. Por otra parte, no sé por qué se producen estas situaciones, aunque de algún modo sirven de indicativo sobre cuál es la popularidad de la obra de cada uno de ellos. Es a partir esta última reflexión cuando se produce un cierto sentimiento de pena, menor en el aficionado porque accede a su autor admirado a pesar de todo, pero más notable en dicho autor, consciente de su situación y de su nivel de popularidad, como ya dije antes. Es ese momento cuando realmente nos damos cuenta de lo difícil que es este oficio, en el que no sólo cuenta la ilusión de un dibujante por la obra que está haciendo, si no que ésta estará siempre marcada por la reacción del público, por su gusto del momento o cómo queramos llamarlo, esa difusa línea que marca el éxito del fracaso y que al final, traducido en ventas, permitirá a unos vivir de sus creaciones y a otros tener que ganarse la vida haciendo cosas menos importantes o menos motivantes.
De los autores que no tenían casi gente, no me fue difícil conseguir dedicatorias como la de Florence Cestac, dama del tebeo francés y que, a pesar de ser un nombre importante dentro de los Grandes Premiados del Festival (presidenta en 2000), parece que no tiene el tirón que la ha hecho famosa. Quizás su estilo y el mordiente de su obra queden un poco lejos del gusto de las nuevas generaciones, más atraídas por otras propuestas. No hay que olvidar que el cambio generacional y la temática que conlleva cada una, cambian con el paso del tiempo y que, a lo mejor, carezcan del interés que despertaron en otros tiempos.
De los autores que no tenían casi gente, no me fue difícil conseguir dedicatorias como la de Florence Cestac, dama del tebeo francés y que, a pesar de ser un nombre importante dentro de los Grandes Premiados del Festival (presidenta en 2000), parece que no tiene el tirón que la ha hecho famosa. Quizás su estilo y el mordiente de su obra queden un poco lejos del gusto de las nuevas generaciones, más atraídas por otras propuestas. No hay que olvidar que el cambio generacional y la temática que conlleva cada una, cambian con el paso del tiempo y que, a lo mejor, carezcan del interés que despertaron en otros tiempos.
A pesar de todas estas nuevas reflexiones, y sin mucha espera, salí de allí con mi dedicatoria en la mano, una más para mi colección.
No muy lejos de allí, es decir, dentro del mismo stand de Dargaud, aproveché también la oportunidad de acercarme a un autor conocido en España, aunque no sé si por muchos aficionados. Se trata de Jean-Paul Krassinsky, el creador de la serie “Corazones Rollizos” y de la que Glènat ha publicado sus dos primeros tomos, aunque, y para no variar, en Francia van por el tercero. Este autor está entre las novedades con sus “Fábulas de la Basura”, en la que, como explica en el prefacio, “todas las más bellas fábulas de este mundo han sido ya contadas, las otras no lo han sido nunca”. Es esta una divertida serie de historias cortas llena de humor negro y que anuncia para muy pronto un segundo tomo.
Para la dedicatoria llevaba un tomo de otra serie de historias cortas publicadas por Fluide Glaciel con el título de “Toutoute Première Fois”, algo así “siempre hay una primera vez”. El hilo conductor del volumen es el de la primera vez contada por diferentes protagonistas y en la que, como muchos se pueden imaginar, las cosas no siempre suceden como se había imaginado. Éste es un autor que domina a la perfección los relatos breves, imaginativos y sobre todo muy divertidos. Espero que en algún momento sus páginas vean aquí la luz. Krassinsky estuvo simpático, a pesar de que no éramos muchos los que allí estábamos haciendo la cola, y tampoco le importó que llevase un álbum de otra editorial. Al ver mi nombre escrito en un post-it (se lo escribo a todo el mundo para no tener que deletrearlo) me preguntó, claro está, por mi nacionalidad. Estuvimos un rato hablando de “Corazones Rollizos”, ya que el título en castellano le hacía gracia y quería saber si la traducción era la correcta. Le dije que sí, que estaba bastante aproximada, ya que el título original es “Coeurs Boudines” lo que viene a ser “Corazones Morcillones”. Como curiosidad, “boudin” es el termino que se aplica a la morcilla en Francia; no sabe exactamente igual que la española, pero tiene un aire. Jo, se me está abriendo el apetito con tanta comida.
(À suivre…)
Así de cruel es el mercado (cualquier tipo de mercado)... siempre el éxito de un autor, y más si quiere subsistir dignamente de su trabajo, depende, primero, que una editorial le de la oportunidad en su opera prima y pueda realizar por fin su ansiado bautismo de fuego, y segundo, quizá la más importante, mantenerse y que el lector en un buen número respalde su obra comprándola porque, a pesar de la calidad que puedad atesorar la misma, y siempre pudiendo tener unos mínimos fieles seguidores, si las ventas no acompañan el autor, lamentablemente, tendrá que buscarse la vida en otros medios... es simplemente la ley de la oferta y la demanda y, por mucho que podamos considerarlo como un arte (e injusto si de un autor que mucho nos gusta se trata), tiene que formar parte de las reglas injustas (siempre) del mercado...
ResponderEliminarLa competencia es grande al igual q la oferta editorial, y encima el lector parece q cada día es más exigente. También hay q tener en cuenta los precios de algunos cómics. Yo creo q esto también nos hace más selectivos a la hora de comprar. Por eso en algunas firmas podemos ver a algunos autores con pocos aficionados, aunque eso no queiere decir q su trabajo sea malo.
ResponderEliminarAunque todo lo que apuntáis cuenta y es muy importante en un mercado tan importante como la BD, tampoco podemos olvidar el gusto del público, que ya sea por su propio interés o por la manipulación a nivel de marketing para reconducir esos mismos gustos,hace que muchos autores pasen de largo, y que sólo sea tiempo después que se les reconozca... o nunca quizás.
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