viernes, abril 30, 2010

CRÍTICA: SILHOUETTE de Víctor Santos & Jesús Alonso Iglesias

Nuevamente Víctor Santos nos obsequia con una nueva obra marca de la casa, donde este joven autor valenciano sabe moverse como pez en el agua. Pero en esta ocasión sólo a los guiones, ya que del apartado gráfico se encarga otro joven autor, Jesús Alonso Iglesias, que hace un magnífico trabajo a los lápices, en la que podríamos calificar como su opera prima, Silhouette, publicada dentro del sello Siurell de Dolmen Editorial.

Víctor Santos se enfrenta a una temática novedosa en su ya extensa producción tebeística (aunque algún pequeño atisbo podemos ver en la historia corta de El legado sangriento en el recopilatorio Los Reyes Elfos: La doncella y los lobos y otras historias (Dolmen), así como de refilón en su Black Kaiser (Planeta), donde su protagonista es descendiente del Black Kaiser original que aparece en los extras de este volumen como integrante de la Alianza de Héroes), un periodo histórico que nos sitúa en plena II Guerra Mundial y, más concretamente, en la ocupación nazi de París.

Por lo tanto, la historia arranca en París, mayo de 1942… la ciudad está ocupada por el ejército alemán bajo el mando del general Tomen von Olfrsson, que espera la inminente llegada de un enviado de Himmler, Herr Svarstein, miembro de la Orden Negra, que viaja a la capital francesa por orden de la Ahnerbe, el instituto de investigación histórica nazi, con la misión de realizar cierto ritual esotérico y ocultista que permita a los nazi dar un giro radical de 180º a la guerra que en esos momentos se decanta a favor del bando aliado. En medio de esta trama, surge la figura misteriosa de un vengador enmascarado, Silhouette, que se encargará de frustrar los planes místicos del enviado de la SS.

Víctor Santos nos demuestra una vez más que historias de este tipo las trabaja y las cuida con mucha dedicación y meticulosidad… Bebiendo directamente del género pulp de inicios del XX que tan bien le ha funcionado siempre, con unas historias de fácil lectura, entretenidas, y llenas de acción y una magnífica propuesta a la hora de elegir a los personajes protagonistas de la trama (incluyendo ciertos zombies, tan de moda últimamente), en esta ocasión en un contexto histórico bien definido al que aplica su consabida dosis de imaginación y fantasía al relato propuesto, vemos que trabaja siempre bajo la premisa de algunos referentes que le ayudarán enfocar la historia y el periodo, como claramente vemos con respecto a Mignola, y que también vemos esa segura pasión por las historias bélicas que siempre hemos degustado desde pequeños a través de la gran pantalla, dándole ahora un toque más fantástico con un personaje misterioso y enmascarado en la línea del Hombre Enmascarado, La Sombra o Doc Savage y haciendo suyas claras referencias de una serie mítica inglesa que pudimos disfrutar en la década de los 80 en la pequeña pantalla, ’Allo, ’Allo!, claramente visualizado en la “base de operaciones” de nuestro héroe, el Mesón Chevalier, donde acuden los altos mandos alemanes a desconectar de la cruda realidad que les envuelve, el cual regenta monsieur Reneé, un clarisimo homenaje al René de esta mítica serie inglesa, de la cual también extrae las referencias contextuales así como ese finísimo humor inglés velado que aparece en esta obra.

Y, para redondear este volúmen, Santos nos ofrece como extra un relato típico de las ediciones pulp, ilustrado por él mismo, donde nos narra una de la innumerables aventuras en las que se habrá visto envuelto en multitud de ocasiones nuestro Silhouette.

Ayudando a la historia nos encontramos con el dibujo de un novel podríamos decir en estas lides del noveno arte, Jesús Alonso Iglesias, que demuestra a las primeras de cambio que tenemos un dibujante para rato y que, a buen seguro, dará que hablar a partir de ahora en los mentideros del mundo de la historieta. Con un estilo que nos recuerda claramente al de Mignola, sobre todo en su aclamada obra Hellboy, aunque con matices, utilizando una línea más clara en sus escenificaciones y, aunque no llegando al límite al que nos tiene acostumbrados Mignola con su impresionante juego de luces y sombras y su minimalismo en el trazo, sí que nos ofrece muestras de este estilo que se amolda perfectamente a este período oscuro de nuestra historia como es el de la II Guerra Mundial, así como toda la parafernalia ocultista que se evidencia en varios momentos de esta conflagración bélica por parte de los nazis, y como muy bien también se refleja en los cómics del chico del infierno. Yo también añadiría, y puede que más cercana que la anterior, en cuanto a trazo y textura, y como el propio autor reconoce sin tapujos, una influencia clara y directa del añorado Alex Toth y, una más cercana, la del gran Miguelanxo Prado.

Jesús Alonso Iglesias era, por tanto, hasta la fecha un auténtico desconocido en el medio, habiendo realizado varios trabajos de ilustración para diversas editoriales generalistas, en el mundo de la animación y otros encargos varios… de momento parece que ha reemprendido un viejo proyecto, Los Hombres de Octubre, que casualmente da título a su blog, así como también ha realizado una historia para el tercer volumen de Los Reyes Elfos: Historias de Ferie # 3 con guión, como no podía ser de otra manera, de Víctor Santos.

Una obra más a añadir en la cada vez más extensa bibliografía de Víctor Santos, donde demuestra su valía tanto a los guiones (como es éste el caso) como a los lápices, y un prometedor primer trabajo de Jesús Alonso Iglesias en el dibujo, que nos da esperanzas de verlo más a menudo haciendo trabajos en el mundo del cómic, así como esperemos ver una continuación de las aventuras de nuestro defensor enmascarado de mediados del siglo XX, que materia para ello hay y deja muchas puertas abiertas para futuras historias. Me temo que, como casi siempre ocurre, dependerá de cómo funcione en el mercado este primer volumen.

Un saludo cordial.

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