Ediciones Diábolo continúa apostando fuerte por los webcomics que son editados ahora en papel. Aprovechando la celebración del 28è Saló del Còmic de Barcelona, esta editorial madrileña decidió sacar no un título, si no dos, para continuar con el camino que abrió hace ya 3 años con la publicación del primero de estos, a la postre uno de los primeras publicaciones de la editorial neonata, que tan buenos frutos le ha reportado y en vistas ya a publicar un tercer volumen… nos estamos refiriendo a El Joven Lovecraft de Oliver & Torres (si pincháis aquí podéis leer el post que en su momento le dedicó Susana a esta obra).
Para esta ocasión apostaron por dos títulos muy dispares entre sí en cuanto a temática se refiere. Miau de José Fonollosa, donde el propio autor nos narra sus vivencias y peripecias diarias con sus dos gatos, y R.I.P de Aitor I. Eraña, donde nos narra la convivencia y vicisitudes de una serie de personajes que tienen en común el “vivir” o trabajar en un peculiar cementerio, y que podemos afirmar que guarda muchas similitudes, en cuanto a temática nos referimos y siempre con el humor a raudales en primer término, pero marcando las distancias pertinentes, claro está, con El Joven Lovecraft antes mencionado.
A este último título va dedicado el post de hoy.
Hay que ver el juego que da el concepto “muerte” cuando se utiliza éste para sacarle el máximo jugo posible siempre que de la misma nos riamos o igualmente lo hacemos de todo lo que puede estar relacionado con la misma. Uno de estos claros ejemplos lo vemos en estas tiras que Aitor I. Eraña se saca de la manga y que giran entorno a toda la “fauna” que vive y pulula por el cementerio de Santa Burete.
Toda una serie de seres que, inteligente y didácticamente, el autor nos pone en situación en este álbum antes de empezar con las tiras en sí, informándonos y poniéndonos en antecedentes de cada uno de los protagonistas de esta historia para que, de golpe y porrazo, nos hagamos una idea fidedigna de lo que más o menos nos vamos a encontrar desde la primera viñeta de la primera tira.
Así pues nos enteramos que el personaje que podríamos catalogar como principal en R.I.P, Rafa, es el nuevo enterrador de Santa Burete que, a pesar de su juventud, se adapta a las primeras de cambio a su nuevo entorno de trabajo, acostumbrándose rápido a convivir, sin ningún tipo de problema ni temor, con los habitantes de este peculiar cementerio; como contrapunto a Rafa, nos encontramos con el veterano jardinero de este curioso camposanto, Al, que será el que pondrá en antecedentes a Rafa de lo que se va a encontrar y aprovechará su larga experiencia en el lugar para orientarlo por el “buen camino” en su trabajo de enterrador, siempre a veces utilizando unos métodos un poco, digamos, curiosos… pero es que el contexto se las trae; Luna, nuestra joven aprendiz de bruja y buena amiga (y algo más) de Rafa; Ismael, el viejo vagabundo borrachuzo del lugar, siempre buscando un “rinconcito” donde poder dormir la mona; Otto Wurzkoph, el verdadero "terror" de esta historia de "miedo", verdadero azote de nuestros personajes desde el poder que le da su ventana mediática de su programa televisivo “Paranormalidades”, aunque nunca dé pie con bola en sus impertinentes pesquisas para demostrar que hay "auténtica" vida después de la muerte; y, como último “ser vivo” de estas aventuras de “ultratumba”, tenemos al inofensivo Xuxo que, junto a su compañera, son los polis de la zona, aunque, en días de luna llena, es un peligroso y voraz licántropo de tomo y lomo; la Muerte es una de las principales protagonistas de R.I.P, siendo mucho menos fiera que lo que siempre se ha dicho, donde Eraña le saca todo su jugo a base de exprimirla en hilarantes sketchs donde logra que el lector se “muera” de la risa con ella; uno de los personajes para mí más logrado es el zombi de la serie… bueno, más bien la mano del zombi (MZ), una “pútrida extremidad” del personaje que, aunque parece un concepto y representación del mismo, a simple vista sin aparentes posibilidades, tiene una mala baba que te hace desternillarte de la risa con sus constantes ocurrencias para salir de una puñetera vez de la tumba donde está atrapada; no podía faltar un vampiro en un buen relato de “terror” que se precie, Boris, pero un vampiro que la suerte siempre le da la espalda, perdiendo todo el glamour que cualquiera de estos chupasangres siempre han ostentado, siendo en el fondo un verdadero trozo de pan para nada sanguinario; y, como no, los fantasmas no podían faltar, siendo los más carismáticos en Santa Burete la familia Fallen, una peculiar familia de espectros conformada por Jules, el que fuera (aunque intenta continuar siéndolo) un afamado escritor inglés, su mujer Bea y su travieso hijo Ben; otro fantasma protagonista es Ada, una emo que hace todo lo posible por regresar al mundo de los vivos porque esta “vida” le hastía sobremanera; y, finalmente, el toque literario de esta historia lo dan una pareja de cuervos, Edgard y Allan (guiño al canto), que de tanto en tanto nos obsequian con su sabiduría y elocuencia con unos bellos poemas sobre la vida y la muerte de los habitantes “anónimos” que viven su vida eterna en este tan singular y hogareño cementerio donde los haya…
Aitor I. Eraña creó esta historia de “muertos y fantasmas” en el 2007 para la revista La Parada Magazine y que ahora se puede ver parte de ella a través de su propia web... autor atípico en este mundillo por no dedicarse exclusivamente a trabajos relacionados con el mundo de la ilustración o del cómic, ya tiene un interesante bagaje en todo lo relacionado con las webcomics gracias a esa gran ventana al mundo que es la red de redes, donde da rienda suelta a su tremenda imaginación y a su humor contagioso con series como pueden ser Freaks, Area 66 o Htv a través de su blog Con la mano izquierda, viendo algunas de sus obras pasadas al papel en algún que otro periódico o en la mencionada revista ya desaparecida La Parada Magazine donde nació R.I.P, siendo ahora recopilada en este volumen, con su ya característico formato apaisado, por Diábolo Ediciones... pasaros un rato por este personal mundillo de este joven autor vasco y seguro que no os defraudará ni un ápice al tiempo que pasaréis unos buenísimos ratos capaces de haceros desconectar del mundanal ruido diario que nos envuelve.
En definitiva, una obra que os aseguro que os hará pasar un rato de “muerte”, donde no dejaréis de morir de la risa en cada una de sus tiras, donde el humor negro, cínico y borde, pero divertido, respira por los cuatro lados de las viñetas, donde la “muerte” hemos comprobado que se la puede tomar uno a “guasa” según en que momento y en que contenedor se nos es ofrecida, donde podemos huir de ella a cada guiño que la misma nos obsequia, no siendo ésta muchas veces tan terrible como la pintan, y donde un cementerio está demostrado que tiene más “vida” que la que podemos encontrar en extramuros, y que sus habitantes se lo saben montar y divertirse mucho mejor que la vida estresante de los “vivos” en el mundo real… produciéndose situaciones tan reales como la “muerte” misma… ponga siempre una sonrisa en sus labio y tómese uno la “muerte” con más filosofía, porque posiblemente ésta será más divertida a pesar de la mala fama y el San Benito que siempre se le ha asignado… Requiescat in pace…
Un saludo cordial de mueeeerrrrtttteeee!!!
Genial las apariciones de Scooby Doo y su panda!!
ResponderEliminarMagnífico homenaje a esa mítica serie de animación que mucho tenía que ver con el tema de los fantasmas y los misterios paranormales, siempre con un claro enfoque humorístico... cuantas tardes nos pasamos viendo de pequeños la aventuras del gran danés y su panda :-)
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