De todas las series Marvel que se han venido publicando de manera ininterrumpida desde los ‘60, Fantastic Four es una de las que ha tenido una trayectoria más uniforme, sin confusos crossovers, gran inestabilidad en los equipos creativos o fiascos sonados del estilo de ‘la saga del clon’. Tal vez la razón es que al no tener el éxito de público de mutantes o arácnidos, la del cuarteto ha quedado relegada a un plano más discreto que en ese aspecto ha terminado por resultar beneficioso.
Bien es cierto que ese devenir tranquilo ha dejado tras de sí muy, muy buenos tebeos pero, salvando los originales de Lee/Kirby y la merecidamente reconocida etapa de John Byrne, pocos que hayan alcanzado la consideración de obra maestra. A medio camino entre lo uno y lo otro con algunos toques de auténtica genialidad que los acercan a lo segundo se situarían este puñado de episodios que nos dejaron Mark Waid, Mike Wieringo y Karl Kesel la pasada década, y es que si hay una fórmula ideal para hacer los 4F los citados estuvieron muy cerca de encontrarla y este recopilatorio de los primeros pasos de su andadura en el título es buena prueba de ello.
El ingrediente básico de esa fórmula es la visión de Waid de los propios personajes: qué son los 4F y cómo se relacionan entre ellos. Y no tiene nada de secreto hasta el punto de que en el episodio inicial de los que integran este libro (Fantastic Four, vol. 3 nº 60 USA) el autor lo expone a los cuatro vientos por boca del personaje del publicista que contrata Reed para mejorar la imagen del grupo en el primer caso, y a través de las palabras del cuarteto protagonista en el segundo.
Pero este 60 americano también contiene ya el resto de elementos de la fórmula, que se irán repitiendo con éxito en las sucesivas entregas: acción de la buena en clave fantacientífica, grandes dosis de humor, y algunos momentos de gran ternura que te hacen comprender cómo es posible seguir teniendo cariño a estos personajes después de tantos años.
Respecto del primero de ellos, frente a lo que sería un enfoque netamente superheróico, Mark Waid pone el acento en la faceta científico-investigadora del cuarteto. No en vano acuña para definirlos el término “imaginautas”, expresión que da título al libro y explica lo que para él significan Reed y los demás. Este aspecto se manifiesta en la clase de situaciones a las que debe enfrentarse el cuarteto: viajes interdimensionales, tecnología más allá de la imaginación y enemigos como la criatura a la que se enfrentan en la saga ‘Sentiente’, villano de nueva creación e interesante diseño que sin hacernos olvidar a los adversarios clásicos del grupo pero cumple sobradamente con su papel. En la misma onda, la última historia del libro (si no contamos el fill-in protagonizado por la Cosa a cargo de Karl Kesel y Stuart Immonen) nos muestra qué puede suceder cuando se hace un uso indebido de algo tan inestable como lo son… las moléculas inestables!
El humor siempre ha estado presente en la serie y tradicionalmente se ha debido a la química entre Ben y Johnny, pero Waid, con el maravilloso dibujo de Wieringo, se las arregla para hacerlo extensivo al cuarteto entero destacando por derecho propio en este aspecto el “cabeza de cerilla”. Lo que acontece cuando Ben decide investigar quién lleva años mandándole todos esos paquetes-broma desde Yancy Street, o las tribulaciones de la antorcha como forzoso responsable de las finanzas de la familia, van a dar lugar a no pocas situaciones de gran hilaridad. Impagables la escena de la peluquería en la que irrumpe la Antorcha en plena disputa con Ben, o el momento “salvad a las modelos”.
Por último y en cuanto al aspecto más dramático me quedo con lo que son para mi tres de los mejores momentos de este libro: Reed explicando a Valeria por qué decidió convertir a sus amigos en celebridades, Ben explicando a Johnny cómo las pesadas bromas de la banda de la calle Yancy le traen a la memoria unos tiempos que no van a volver, y Franklin justificando ante sus padres una peligrosa travesura que comete para que le hagan caso debido a que estos parecen tener solo atenciones para su hermana pequeña. Es increíble que un tebeo de superhéroes que lleva tantísimo tiempo publicándose pueda continuar resultando tan conmovedor.
Y por lo que se refiere al dibujo, destacar las aptitudes de Mike Wieringo tanto para lo épico como para lo cotidiano, lo cómico y lo dramático, así como el perfecto trabajo de uno de los grandes del entintado como lo es Karl Kesel. Vistas desde la perspectiva de la lamentable pérdida del dibujante estas historias adquieren además el valor añadido de lo que no se va a poder volver a repetir.
Sin alcanzar el nivel del artista titular Mark Buckingham hace un buen trabajo en los dos episodios que dibuja. No en vano el dibujante de Fábulas es uno de los herederos naturales de Jack Kirby.
En resumidas cuentas, un tebeo imprescindible cuyo asequible precio -9,99 € junto al recopilatorio del Capitán América de Rogern Stern y John Byrne del que habrá que hablar en otra ocasión- unido a la calidad de la edición (tapa dura, buen papel, un artículo introductorio de Julián Clemente y varias páginas de bocetos de 'Ringo' a lápiz) hacen inexcusable su presencia en la estantería de cualquier comicófilo que se precie.
Dado que todavía no sabemos con qué materiales proseguirá el coleccionable Marvel Héroes (Panini) es difícil aventurar si esta etapa de los 4F va a tener continuidad dentro del mismo. Siendo que también han publicado el primerísimo Spiderman de Straczynski/Romita Jr. y que hay previsto algo de los 4F de Byrne hay razones para pensar que esta línea de libros podría convertirse una especie de “coleccionable de coleccionables”.
Desde luego sería muy bonito tener todos los 4F de Mark Waid y Mike Wieringo en este formato.
Pues esperemos que sean los arcos argumentales de la Zona Negativa y la del Dr. Muerte de Byrne los que publique Panini dentro de esta fantástica colección... caerían fijo... aún me acuerdo con verdadero deleite de esa etapa de los 4F de Byrne de Forum... qué tiempos aquellos!!
ResponderEliminar... por lo demás, bienvenido de nuevo al redil TraZero, Luis :-)
El tomo que hay anunciado de los 4F de Byrne responde al título "regreso a los orígenes", lo que a falta de más información sugiere que podrían ser los primeros números de Byrne, lo que -al igual que en el caso de los 4F de Waid y el Spiderman de Straczynski- a su vez sugiere que podría ser la primera de más entregas :-)
ResponderEliminarSon todo suposiciones e imagino que en última instancia dependerá de las ventas, pero sería una gran oportunidad para recuperar todos esos materiales. Y con respecto a Byrne: el origen de Nova, los 4F viviendo dentro de muñequitos hechos por el Amo de las Marionetas, las vacas Skrull,... esos tebeos son memorables.