Cada vez que Laura Gallego publica una nueva novela es una gran alegría para mí. Está claro que son novelas para un lector juvenil y que yo ya paso, con creces, ese límite pero no me importa: el lenguaje que utiliza, la historia que nos cuenta, el tratamiento que hace de los personajes, nos lleva a una obra literaria de gran calidad y emoción.
Con su nueva novela “Donde los árboles cantan” (Editorial SM) lo ha conseguido plenamente. Viana es una joven dama, heredera de Rocagrís, enamorada y prometida en matrimonio con Robian. De vida fácil y acomodada, no conoce la dureza de la vida, de sus campesinos ni las intrigas políticas. Pero el peligro se abate sobre Nortia: los bárbaros atacan y asolan su país. A partir de este momento los desastres de la guerra, las penalidades, la muerte de seres queridos, la harán madurar y enfrentarse a los hechos. La frágil damisela debe superar sus propios prejuicios y convertirse en una mujer fuerte, capaz de solucionar sus problemas, tomar responsabilidades y ayudar a los demás. Ayudada por Lobo vivirá en el bosque, intentará rescatar a su mejor amiga y conocerá a un extraño joven, al que llamará Uri. Uri marcará su vida y su corazón y se ayudarán mutuamente. Pero un gran secreto y unas graves circunstancias se les cruzan en el camino.
Con una ambientación medieval y contada como un romance, sobre todo en la primera parte, conocemos un país, un pueblo pacífico y próspero, con sus damas y caballeros, un singular juglar llamado Oki que cuenta maravillosas historias y unos campesinos y sirvientes que adoran a su señora. El ataque de los bárbaros rompe esta sociedad idílica, al tiempo que también el lenguaje cambia: se hace más conciso y fuerte, desaparecen las cortesías y suavidad del lenguaje cortesano. Éste es uno de los grandes valores que consigue Laura Gallego en su novela.
La segunda parte es mucho más fantástica: la atracción del Gran Bosque, donde los árboles cantan, en Viana, nos lleva a un lugar de Fantasía. Encontraremos monstruos, seres diferentes, delicados o fuertes, plantas y originales árboles. Porque los árboles son seres en contacto con la Tierra y el Cielo y nos “cantan” sus vivencias, sus visiones. En este entorno fantástico es donde Viana encuentra al joven, al que llama Uri, pues éste no sabe hablar, no sabe quién es. El proceso de adaptación, de poder hablar y comunicarse está logrado poco a poco de forma natural y lógica. Laura no fuerza la situación y así llegamos a comprender que Uri es un ser especial.
Conseguidos los fines principales, la novela se cierra con un “Epílogo” que nos lleva de nuevo a las historias medievales, de cuento, cerrando el círculo que se inicia con la descripción de la joven Viana y la hermosa vida de la corte.
La novela está dividida en catorce capítulos, de una longitud muy adecuada y de manera que puedes parar a reflexionar sobre lo leído. Cada capítulo está presentado como en las antiguas novelas: “en el que se cuenta...”, “que trata de ...”, que ya nos anticipan lo que que se nos va a contar. Y nos recalca el aire medieval y de leyenda de la novela.
Me parece una gran originalidad la unión que ha realizado Laura Gallego de una historia de romance medieval con los elementos fantásticos. El tono de encanto y sutileza de la primera parte, la vida cortesana, los banquetes y la relación con su aya están muy bien definidos, con un lenguaje apropiado, claro, sencillo y con toques de “antaño”, con un vocabulario en el que se marcan esta cortesía, como el tratamiento de “vos”, los elementos de la caballería o simplemente el lenguaje comedido de los campesinos a sus señores. En la segunda parte este lenguaje tiene una marcada tendencia actual y es más directo e incluso cruel, sobre todo cuando Lobo le enseña, el tuteo que le otorgan los rebeldes o el lenguaje poco considerado de los bárbaros.
La parte más fantástica tiene un ambiente angustioso cuando entra en el Gran Bosque: la aprensión de Viana es real al entrar en un lugar desconocido, y luego porque sí sabe que hay seres, animales y plantas peligrosos. La guía y ayuda de Uri transforma esta angustia en un conocimiento del Bosque y la comprensión de sus criaturas le llevan a relajarse y disfrutar de un ambiente diferente.
La edición del libro es preciosa, empezando por la portada. La ilustración de cubierta es de Cris Ortega (Valladolid, 1980, autora de “Forgotten” en Norma Editorial) que nos muestra una dulce damisela en el bosque. Su rostro marca la determinación que tiene al entrar en el bosque para descubrir sus secretos. Este bosque guarda sorpresas que las podéis ir descubriendo en matorrales, hojas y ramas. Las solapas interiores son lo suficientemente grandes para mostrarnos más maravillas del Bosque. Pero el interior también es muy original: volutas, más claras , más oscuras que giran, que parecen claves de solfeo, a veces las anotaciones musicales y nos dan una pista y un complemento al título: que los árboles cantan. Cada capítulo está introducido por una gran letra inicial hecha de ramas y hojas que nos siguen indicando que estamos en un bosque y además cada número de página está apoyado en una delicada ramita. En todo el conjunto se consigue una edición preciosa y todos estos detalles te llevan a un bosque de Fantasía donde todo es posible.
Con esta última novela Laura Gallego ha conseguido llevarnos a un mundo medieval y a un mundo de Fantasía donde la superación personal, encarnada en la joven Viana, el saber tomar decisiones, ayudar y confiar en los demás, es esencial. Si añadimos el tono, el ambiente conseguido en toda la narración, el lenguaje empleado, tenemos en nuestras manos una hermosa novela llena de sentimiento y fantasía y nos quedamos con una buena sensación, como de un cuento de antaño. Laura Gallego ha conseguido con “Donde los árboles cantan” un nivel muy alto así que no os la perdáis, quedaréis encantados.
Saludos y hasta pronto.
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