miércoles, febrero 27, 2013

CRÍTICA: RANKO KAMERAN de Gonzalo Torné & Sergio Sandoval

Echando un vistazo a la portada ya nos muestran y demuestran toda una declaración de intenciones. Lo único que nos enseñan es el torso de un varón vestido con camisa oscura y con traje y corbata blanca, anudándosela como si el trabajo hubiera finalizado de la manera más inesperada y desagradable, pero satisfactoriamente, que contrasta con la cantidad de sangre vertida que impregna toda su vestimenta. Ya sólo con estas tenues y expresivas pinceladas de Javier G. Pacheco en la portada, sabemos bien a las claras lo que seguramente nos encontremos en las páginas de esta obra editada por Random House Mondadori dentro de su Colección Reservoir Books, guionizada por Gonzalo Torné y dibujada, entintada y coloreada por Sergio Sandoval, ayudado en este último apartado por Paco Cavero.


Y lo que nos encontraremos, nada más comenzar su lectura, es una obra que me recuerda muchísimo a ese particular género negro que nos ofreció en su momento un maestro del séptimo arte como es Quentin Tarantino con obras maestras como pueden ser Reservoir Dogs, Pulp Fiction o Kill Bill... ese ritmo lento y mesurado pero que rezuma una tensión y violencia en el ambiente constante, todo como rodado en cámara lenta, sin prisas pero sin pausas, siempre centrándose, a parte de esa cantidad de sangre a borbotones que nunca parece acabar, en la psicología de los protagonistas y lo que estos transmiten con esas expresiones inquietas y esos silencios incómodos, pero reflexivos y significativos.

Porque esta historia va de asesinos a sueldo y de venganzas, de trabajos bien hechos a base de dejar tras de sí un reguero de sangre... Vvlackk Caracortada en un “atípicoJuez de Paz encargado de impartir una particular “justicia” a los que son literalmente condenados. Vvlackk se encamina hacia el casino Ranko Kameran a cumplir una misión más y hacer justicia. Su sola presencia provoca verdadero pánico entre su público (y a la postre sus potenciales víctimas), fortuito o no, que saben que mejor no estar en el mismo sitio y a la misma hora cuando Caracortada hace acto de presencia para realizar su trabajo como un verdadero profesional del medio, usando el siguiente lema: “Líbrate de la vida... y te liberarás del dolor”. Letal como el que más, comienza a dudar de sí mismo, de lo que hace y cómo lo hace... pero con pensar en poder cambiar es algo que sabe que es impensable y debe asumir la consecuencia de su actos, y la acción determina reacción, y debe de luchar por defenderse y vengar a los que intentan causarle dolor.

 

Una historia llena de acción a raudales (pero también de pausas inquietas, de esa calma que precede a la tormenta), un desenfreno sin fin, un psicothriller en toda regla capaz de dejar al lector con una cantidad de dudas y preguntas acerca de las innumerables lagunas que van surgiendo y que son dejadas a propósito en espera de un continuará... pero, las preguntas fundamentales que nos deberíamos plantear son, ¿quién está detrás realmente de la máscara?, ¿hacía donde se encamina nuestro juez?, ¿qué lugar verdadero le corresponde en este intrincado entramado sito entre las sombras del poder y la corrupción?

Torné nos obsequia (magníficamente reflejada por Sandoval) con una verdadera balada de caos y destrucción, un verdadero canto de cisne de una sociedad a simple vista corrupta y autodestructiva, cuyos habitantes aparentemente desean dejar de sufrir y cuya justicia es empleada sin fisuras ni contemplaciones hasta las últimas consecuencias. La manera con que es capaz de expresarse nuestro protagonista nos hace partícipes del caos interno que él mismo sufre y que le hace plantearse en, según qué momentos, como debe de actuar y dejar que actúen los demás sobre él.


Cierto aire retro, muy art decó de los años veinte, tanto en los edificios, como en los vehículos, los casinos, las armas, los bares, las gasolineras muy hooperianas, otro toque que nos vuelve a recordar esa ambientación en la que se movían John Travolta, Uma Thurman y Samuel L. Jackson en Pulp Fiction. Pero, con todo este atrezzo que da un tono distintivo y reconocible a la historia, que nos da a entender el aire años XX que nos han querido dar los autores de este volumen, es curioso como aparece una construcción (y otros elementos menores pero destacables) que nos recuerda muchísimo a esas grandes y mastodónticas edificaciones que por su estructura dan a entender cuales son los centros de poder y decisiones de grandes corporaciones, edificación que deja de lado aquella retro y se adelanta mucho a nuestro mismo tiempo con construcciones claramente futuristas que a simple vista parecen imposibles de que puedan existir hoy en día... ese futuro distópico que todo lo arrambla, llevándose y arrasando con el pasado para construir una sociedad distópica nada idealizada ni utópica.


Sergio Sandoval demuestra bien a las claras su dominio del trazo, de la línea fina y realista, con unos personajes muy reales y perfectamente representados, con unos planos muy bien logrados, que tanto nos demuestran las miserias y temores del ser humano como la inmensidad y vastedad de los espacios, síntoma de la soledad de los mismos en la inmensidad de la naturaleza destructiva que reclama su territorio y su preeminencia en un momento dado. Magnífico arte el de este joven autor que ya ha sido capaz de demostrarlo en el séptimo arte y que esperemos, a no tardar, que lo vaya consolidando en el noveno arte con el salto al otro lado del charco en ese difícil y exigente mercado del cómic mainstream y de los superhéroes.

Aunque es una historia autoconclusiva, deja un monton de interrogantes que logran que esta historia nos sepa a bien poco y queramos saber más cosas de ese enigmático personaje que es Vvlackk Caracortada, de por qué es un “Juez de Paz”, de dónde proviene, a quién sirve, cuáles son sus intenciones, en qué mundo vive....

 

Ésta más que correcta edición en tapa dura y buen papel de buen gramaje se complementa con cantidad de material extra, veintiún páginas llenas de bocetos, diseños de personajes y de objetos que ponen bien a las claras el gran trabajo que hay detrás de Sandoval a la hora de hacer reales y que vayan cogiendo forma los personajes creados por Torné, y conseguir un resultado final de gran calidad con una historia que puede formar parte del mejor género negro en su vertiente más thriller.

Un saludo cordial.

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