jueves, octubre 10, 2013

MIÉRCOLES de Juan Berrio

Algunas veces se presenta la ocasión de conocer obras y autores que en un principio no imaginabas. El Saló del Còmic de Barcelona es un buen lugar para conocer y contactar con obras y autores, reencontrar viejos conocidos y hacer nuevos amigos. Y en este año de 2013, con pocas noticias y mucha intuición, llegó a mis manos “Miércoles” de Juan Berrio, novela gráfica publicada por Ediciones Sins Entido. Su prestigio venía avalado porque obtuvo el V Premio Fnac-Sins Entido de Novela Gráfica 2012 (cosa que me enteré en el mismo Saló).


Juan Berrio (Valladolid, 1964) lleva más de veinte años dedicado a la ilustración, el cómic y a la fotografía. Promotor del cómic independiente y costumbrista, ilustra libros infantiles y de texto, trabaja en publicidad y colabora con todo tipo de revistas. Iniciándose en la revista “Madriz”, ha montado fanzines y revistas como “La maleta”, “AEIOU” y “Usted está aquí”. Es autor de los álbumes “Mañana es martes” (1997), “A saltos” (2003) en Under Cómic, “Siempre la misma historia” (2004, Astiberri). En 2009 publica “Calles contadas” que se autoedita, contándonos anécdotas de la vida urbana, y su primer libro infantil, escrito e ilustrado por él, “El castaño” (Editorial MacMillan). En 2010 “Dentro de nada” en Astiberri. En la Editorial Dibbuks publica en 2010 la colección de su tira de prensa “La tirita” (desde septiembre de 2006 en el suplemento “Exit” de “El Periódico”) centrada en el mundo infantil de Pau y Ona y “El zoo infantil” en Bang Ediciones. También es autor de libros ilustrados como “Plaza de Cibeles”, “Plaza de Oriente” y “Puerta del Sol” (2011-2012 en Editorial Treseditores) y “Aritmética ilustrada” (2006, Astiberri). En 2011 fue finalista del Premio Nacional de Cómic con el álbum “Dentro de nada”, y en 2012 ha ganado el V Premio Internacional Fnac-Sins Entido de Novela Gráfica con “Miércoles”, dotado con diez mil euros y su publicación. 


Y en el Saló del Còmic de Barcelona 2013 es donde conocí a Juan Berrio. En el stand de Sins Entido dedicaba su obra, en un lugar sencillo y algo apartado. Con simpatía y, dicho sea de paso, humildad, me hizo una bonita y graciosa dedicatoria. Y cuando salieron las propuestas a los premios del Saló, me sorprendió muy gratamente ver que “Miércoles” estaba nominada a “Mejor obra de autor español publicada en España en 2012” (el premio se lo llevó en dura competencia el estupendo “Ardalén” de Miguelanxo Prado, Norma Editorial). Ya en su momento “Miércoles” me gustó, pero mucho menos de lo que me gusta ahora que lo he saboreado y disfrutado con mayor tranquilidad e intensidad.


Amanece en una ciudad cualquiera, en un barrio cualquiera, en una comunidad cualquiera. Y el primer rayo de sol, reflejándose en diversos objetos, despierta a la muchacha de una joven pareja. Y empieza el devenir diario: prepara el desayuno y sus ruidos despiertan a un vecino y éste a su vez, a una madura pareja que inician su vida cotidiana y, estos,despiertan a la portera de la finca. Una serie de hechos encadenados que nos llevan a la calle. Y en la calle estos mismos personajes se cruzan con otros que a su vez, se relacionan unos con otros: en el parque, la cafetería e incluso en la comisaría. Porque se nos presentan con su vida cotidiana: el despertar, su trajín diario, sus paseos, las relaciones que establecen. Suceden algunos hechos destacables como la pérdida de un cachorro o el robo de una mochila. Hechos que aumentan las relaciones y los sentimientos entre este grupo de personas. Las situaciones se van aclarando, sucede el devenir del día y a la hora de la cena, todos en casa y a descansar hasta mañana. Y todo esto en un miércoles cualquiera de una comunidad de vecinos cualquiera, en una calle cualquiera, en una ciudad cualquiera.

De todos estos hechos lo más singular es su normalidad, su cotidianidad. Pero no solo vemos lo que hacen sino lo que sienten, lo que sucede entre ellos, las relaciones de los vecinos. Pequeños hechos que molestan al vecino: un tropiezo, el ruido de las cañerías, el tono alto de la tele o la radio. Pequeños fastidios como tirar las migas del mantel al patio del vecino, pequeños piques sobre quien de las vecinas compra mejor o más barato. Situaciones cotidianas como poner la mesa, bajar la basura, ir al baño. También hechos que rompen la monotonía del día: la pérdida del cachorro, la indecisión de una señora sobre su enamoramiento, las tres parejas en el parque y el embrollo del robo de la mochila.


Las tres parejas en el parque nos muestran el pensamiento de cada una de ellas sobre las otras dos. Son una pareja de adolescentes, otra de jóvenes y otra de gente madura. Me ha gustado mucho como lo ha planteado y resuelto Juan Berrio: es claramente lo que piensa la gente en estas situaciones.

Muy graciosa y dinámica me ha parecido la situación del robo de la mochila, como se encadenan los sucesos y como se relacionan los personajes entre sí hasta la resolución del caso. Es una línea de acción que se cierra implicando a muchos de nuestros vecinos personajes. El desarrollo de la toma de fotos me recuerda a las películas de los hermanos Marx, llegando a la culminación con una comisaría abarrotada, como el famoso camarote de los Marx. Resuelto este asunto, vuelve la calma, la vida cotidiana, la cena, ir a bajar la basura, ver la tele, prepararse para ir a la cama, hasta que en un ambiente sosegado, cae la noche.


Es una delicia, un descanso y total relax, leer esta novela gráfica en la que nos plantea lo que sucede en un miércoles cualquiera, un día en medio de la semana, con sus cosas diarias y hechos normales. Con tranquilidad, paso a paso, llegando a la cumbre de la acción para llevarnos de nuevo al sosiego. Y es de agradecer porque, de vez en cuando conviene descansar y relajarnos de tantos superhéroes salvadores del mundo, de tanta acción y parar a ver que sucede a nuestro alrededor día a día. Que en un principio parece que no suceda nada en especial o de nuevo pero sí que sucede pues esa misma normalidad es ya un gran suceso.

Y toda esta cotidianidad, esta normalidad, la plasma Juan Berrio con sencillez y naturalidad, un punto de humor e ironía, con un trazo fino, claro y delicado. Conocemos caracteres que bien podemos encontrar en la calle todos los días. Tipos altos, bajos, delgados, gordos, jóvenes o ancianos, pues abarca toda la gama de la gente de una vecindad. Esta línea de trazo fino se complementa con una paleta de colores cálidos como marrones, tierra, siena o rojos, dando calidez y cercanía. Con colores neutros que nos arropan y nos acompañan en la historia.

Cabe destacar las onomatopeyas que utiliza. Unas veces sirven como texto para completar los diálogos y otras veces son plenos protagonistas de las viñetas como las voces de radio o televisión que acompañan a los personajes.


Y para redondear la novela, Juan Berrio nos ofrece un anexo “Miércoles. Minutos musicales” en los que los personajes o parejas de personajes bailan e interpretan distintas canciones, muy adecuadas a su propia situación. Con los mismos trazos finos y claros, en blanco y negro y con gran soltura y alegría nos interpretan “Fantástico” de Nat King Cole que me encanta con graciosos movimientos de la pareja madura y gordita, “Dile” de Karina con el desmelene de la portera, “Yo soy un poeta” de Luis Aguilé con la poesía del vecino que está solo o la graciosa sincronización de la pareja joven en “Lady Dilema” de Carlos Berlanga.


Para completar la trayectoria de “Miércoles”, a lo largo de todo el año se muestra una exposición de sus originales que recorre toda España. Se inició en la FNAC Castellana de Madrid, siguió en la FNAC L'Illa de Barcelona, en la FNAC San Agustín de Valencia, la FNAC Triangle de Barcelona, en la FNAC de Bilbao, en la FNAC de A Coruña y finalizó en la FNAC Plaza España de Zaragoza (del 9 de septiembre al 2 de octubre). Consta de veinte originales con sus páginas finales donde se aprecia el acabado de la técnica de Juan Berrio, su minuciosidad y líneas limpias. Una buena tournée para la novela.

Con la exposición se cierra un círculo en el que están presentes la gracia, la sencillez y trazo limpio de Juan Berrio unidos a una historia, sin más historia que la Vida misma, ni más ni menos.

Saludos y hasta pronto.

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