En este año, el 25º, las ha habido para todos los gustos: unas se han encargado de mostrar la obra de autores premiados en ediciones anteriores, como las de Víctor de la Fuente (doblemente homenajeado también por su 80 cumpleaños), Blacksad o Pablo Auladell; otras para conmemorar aniversarios, como los 80 años que Uderzo ha cumplido el 25 de abril y al que homenajean con la exposición Astérix y sus amigos, los 30 años de la revista El Jueves (elegida Mejor Revista de Cómics del año 2005) o los 25 años cumplidos por la Escola de Còmics Joso. Las ha habido que han servido para indicar cómo se ha divulgado y promocionado la cultura y la historia de Cataluña, desde la Edad Media hasta nuestros días, a través del cómic, como la Historieta de Catalunya.
Otras, para revivir las aventuras de nuestros héroes favoritos, esos que formaron parte de nuestra infancia y adolescencia, gracias a Los tebeos de la Comunidad Valenciana o a los personajes de La serie negra en viñeta, mientras la de 300 servía para mostrarnos la adaptación al cine (dirigida por Zack Snyder) de la famosa novela gráfica de Frank Miller sobre la batalla de las Termópilas, en la que trescientos hoplitas espartanos trataron de frenar el avance de los persas de Jerjes.
Por otra parte, la de los concursos de cómic nos han dado a conocer los trabajos ganadores y finalistas de jóvenes estudiantes, con vistas a descubrir posibles futuros valores dentro del mundo del noveno arte (Premi Tira Còmica Més Jove, concurso de Cómic e Ilustración del Injuve, Primer Concurs d’Humor Gràfic Esportiu de la Fundació Catalana de l’Esprt, Concurso Blasillos-Blasillas, concurs de Còmic Ciudad de Cornellà y la primera edición de los premios Josep Coll) .
Se ha notado que este año Ficomic se ha instalado en un palacio de la Fira de Barcelona de mayor tamaño que en años anteriores, no sólo en la disposición de los expositores y de los “stands” de las diferentes editoriales, sino también en la ubicación de las exposiciones.
Se ha notado que este año Ficomic se ha instalado en un palacio de la Fira de Barcelona de mayor tamaño que en años anteriores, no sólo en la disposición de los expositores y de los “stands” de las diferentes editoriales, sino también en la ubicación de las exposiciones.
La primera que te encontrabas en cuanto accedías al recinto era la de Víctor de la Fuente, en el típico Saloon del Lejano Oeste dispuesto para la ocasión, el lugar más adecuado para que en sus paredes colgaran algunas de las reproducciones e ilustraciones originales más significativas de este gran genio a quien la Editorial Glénat ha reeditado la obra de su personaje más famoso, con guión de Víctor Mora: el ex coronel del ejército nordista Sunday. A pesar de su edad (nació en 1927) y de su basta obra (desarrollada principalmente en Francia, país al que se trasladó en los años 70, por motivos profesionales y económicos), el Gran Premio del Saló Internacional del Còmic de Barcelona 2005 sigue siendo desconocido en este país para gran parte del público, sobre todo entre el más joven. Fue increíble verlo dedicar su Sunday, dibujando directamente, sin abocetar, y, sin embargo, desde la cola, podías escuchar a adolescentes que pasaban y preguntaban quién era y qué había hecho Víctor de la Fuente.
Después de trabajar recreando historietas bélicas de la II Guerra Mundial, fue precisamente Sunday, en el año 1969, la obra con la que inició la serie de producciones propias (Haxtur, en 1971 y Mathai Dor, en 1972, ambas para la revista Trinca; Amargo, en 1975, para la editorial Hachette de Paris, o Haggart, en 1978, para A suivre, revista de historietas publicada por la editorial Casterman) que le darían el reconocimiento internacional. La exposición recoge fragmentos de todas estas obras, francamente extraordinarias por el dominio anatómico de personajes con escorzos imposibles, por la aparente facilidad con que recrea paisajes, objetos, ropajes, armas o por la cuidada composición de las escenas (sólo hay que ver las ilustraciones sobre la Historia de Francia o de la Biblia para darse cuenta de ello).
Después de trabajar recreando historietas bélicas de la II Guerra Mundial, fue precisamente Sunday, en el año 1969, la obra con la que inició la serie de producciones propias (Haxtur, en 1971 y Mathai Dor, en 1972, ambas para la revista Trinca; Amargo, en 1975, para la editorial Hachette de Paris, o Haggart, en 1978, para A suivre, revista de historietas publicada por la editorial Casterman) que le darían el reconocimiento internacional. La exposición recoge fragmentos de todas estas obras, francamente extraordinarias por el dominio anatómico de personajes con escorzos imposibles, por la aparente facilidad con que recrea paisajes, objetos, ropajes, armas o por la cuidada composición de las escenas (sólo hay que ver las ilustraciones sobre la Historia de Francia o de la Biblia para darse cuenta de ello).
Justo en el extremo opuesto del resto de las exposiciones, junto al “stand” de la editorial Salvat, los organizadores decidieron ubicar la empalizada de forma circular que simulaba el poblado galo de Astérix y en cuyo centro Obélix había decidido dejar un menhir que había traído especialmente para la ocasión.
Alrededor de la empalizada se disponían los expositores de los originales de algunas de las ilustraciones e historietas que aparecen en el álbum que 34 grandes artistas del cómic internacional han confeccionado para conmemorar el 80 aniversario del nacimiento de Uderzo, creador de Astérix junto a René Goscinny en 1959. De esta manera que todos podíamos ver en este reconocimiento a su trabajo a un pequeño Juanjo Guarnido abrazado a la pierna del Maestro y a los galos haciendo de las suyas con compañeros como Ric Hochet, Oumpahpah, el Pato Donald y el tío Gilito, XIII, Titeuf o Lucky Luke, puesto que aparecen personajes de grandes dibujantes como David Lloyd, Boucq, Vance, Zep, Tibet, Vicar, Milo Manara, Forges y Achdé, entre otros. Después de ver tanta publicidad del evento en periódicos y televisión, de contar con la presencia incluso de Sylvie, la hija de Uderzo, que acudió en representación de su padre al estreno mundial de este nuevo álbum que en Francia salió a la luz ayer, 25 de abril, día del cumpleaños de su padre, siento tener que decir que me defraudó un poco, ya que esperaba que se hubiera recreado mejor el poblado de los irreductibles galos.
Entrando, al fondo a la derecha se ubicaban la mayoría de las exposiciones. Encontrabas primero las de Los Tebeos Valencianos, dentro de un espacio delimitado por cuatro naranjos en flor cuyo perfume característico se hacía evidente, sobre todo cuando te acercabas a primera hora, cuando aún no había llegado la gente y apenas se escuchaban los susurros de los encargados de colocar los cómics en los “stands”.
Era una de las que más me interesaba por proximidad geográfica, por la curiosidad de conocer las antiguas editoriales valencianas dedicadas a la publicación de tebeos, también por descubrir a nuevos valores del cómic dentro de la Comunidad Valenciana, pero, sobre todo, por “morriña”: yo era de las que cuando era pequeña leía las revistas Pumby (el gato negro con cascabel dibujado por José Sanchis) y Jaimito, pero también leía El guerrero del antifaz, de Manuel Gago, Roberto Alcázar y Pedrín, de Eduardo Vañó o El corsario de hierro de Ambrós.
La exposición te ayudaba a recordar a las editoriales valencianas que hicieron posible todas esas horas de lecturas infantiles y retrocediendo en el tiempo volví a recrearme en la lectura de Bartolo el as de los vagos, como antes había hecho en otra exposición con los dibujos de Josep Coll que había visto en el TBO, pero también servía para conocer el trabajo gráfico de Daniel Torres, Ana Miralles, Sergio Córdoba, Antonio Segura, Sergio Aragonés, Sento Llobell, Víctor Santos, Daniel Torres o Pablo Auladell, quien tenía, además, una exposición propia, por haber sido galardonado con el Premio autor revelación en la 24ª edición del Saló, ubicada en un espacio un tanto desangelado y que, a mi parecer, quedaba demasiado abierto y carente del recogimiento que precisa la lectura intimista de sus obras (La torre blanca, El Camino del titiritero, Lanza en astillero...) y la contemplación de sus ilustraciones.
Me han sorprendido, como ya viene siendo habitual, un montón de cosas, entre ellas que una escuela de cómics de Barcelona, la Escola JOSO, creada por José Solana, haya cumplido 25 años. Imaginad el tiempo que lleva en activo esta escuela que fue la primera en enseñar la técnica del cómic (con profesores conocidos por todos como Pasqual Ferry, Sagar Forniés o Kenny Ruiz), la cantidad de alumnos que se han formado en ella y han acabado convirtiéndose en dibujantes, guionistas e ilustradores a los que se augura un prometedor futuro. En el Salón de este año descubrí a uno de ellos, Quim Bou, cuya obra, Orn, Historia Universal, 1. “Herdez”, me dejó realmente asombrada.
Y qué decir de los 30 años de El Jueves, la revista que sale los miércoles. ¿Quién no conoce esta revista de humor tan irreverente, ingeniosa, irónica, satírica y políticamente incorrecta? Aunque yo no solía comprarla, solía gorrearla a los compañeros de clase o de trabajo que normalmente sí lo hacían para leer a Martínez el Facha, de Kim, Clara de noche, de Bernet, ¡Dios mío!, de José Luis Martín, La parejita, S.A., de Manel Fontdevila, Makinavaja, Historias de la puta mili o Nasío pa matá, de Ivà, o Mamen, de Mariel y Manuel. En la exposición 30 años de el Jueves ¡Nosotros fuimos los primeros! pudieron verse muchas de estas historietas dispuestas en sacos de boxeador, mientras un cartel anunciaba que la entrada a la exposición no estaba recomendada ni a los niños ni a los obispos. Habrán pasado 30 años, pero los de El Jueves continúan igual, yendo siempre a su bola.
Aunque ya se hizo, en el año 2002, una exposición sobre Blacksad, el personaje de Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido, porque éste último había sido galardonado con el Premio al autor revelación del Saló en el año 2001, la de este año ha tenido una puesta en escena francamente espectacular para conmemorar los dos premios conseguidos por Blacksad # 3: Alma roja en el año 2006 (el Premio a la mejor obra del 2005 y el Premio al mejor dibujo concedido a Juanjo Guarnido). Seguro que el Blacksad de tamaño más que natural, con la camisa arremangada, un ojo amoratado y un cigarro en la mano, sentado junto a la entrada esperando la llegada de visitantes, ha sido uno de los más fotografiados durante este año.
La espectacularidad continúa con la disposición del espacio en el que se ubican los paneles con impactantes imágenes sobreimpresas de los personajes antropomórficos que acompañan a este gato detective en sus cinematográficas historias con temática de novela negra y sobre los cuales se disponen las ilustraciones originales (en lápiz y tinta y en color) de los tres volúmenes: Blacksad # 1: Un lugar entre las sombras, Blacksad # 2: Arctic-Nation y Blacksad # 3: Alma roja.
También me ha parecido magnífica la exposición El género negro entre viñetas. Todo en perfecto blanco y negro, tal y como corresponde a la temática.
De hecho, sobre el fondo negro de los paneles se alineaban las páginas originales con la vida y milagros de personajes del género negro de todos los tiempos y los símbolos que les identificaban (la pipa, el eterno cigarrillo, la pistola, el antifaz…): Desde The Spirit, de Will Eisner, el Agente Secreto X-9, con guión de Dashiell Hammet y dibujo de Alex Raymond, o el Dick Tracy de Chester Could, hasta personajes más próximos a estos lares como Alack Sinner, dibujado por José Muñoz, con guión de Carlos Sampayo; Torpedo de Jordi Bernet y guión de Enrique Sánchez Abulí, o Kraken, también de Bernet, pero con guión de Antonio Segura. A estos iconos del género negro hay que añadir los que surgen como resultado de las adaptaciones que se hacen de determinadas novelas negras, como la que Andreu Martín hace de El sueño eterno, de Raymond Chandler, con dibujo de Luis Bermejo, la que Jacques Tardi hace de la serie del detective privado Néstor Burma creado por Léo Malet, o la que Florenci Clavé hizo de Corre, hombre, corre, de Chester Himes. Valió la pena, no sólo para recordar, sino para agenciarme posteriormente la que sería mi primera adquisición en el salón de este año: Historias Negras de Bernet y Abulí, con sus correspondientes dedicatorias y la consiguiente advertencia de Abulí sobre las pesadillas que podría causarme su lectura.
La verdad es que si no dormí bien aquellos días no fue por las pesadillas, sino por la emoción de las experiencias vividas en esta edición del Saló del Còmic de Barcelona. Había sido mi primer Saló, pero estaba casi segura de que no sería el último.
Las exposiciones habran sido magnificas, sobre todo la de la Serie Negra, la de Victor de la fuente y la del Tebeo Valenciano, también podría haberlo sido la de Asterix, ya que me han comentado que dejaba mucho que desear.
ResponderEliminarLástima que queda tan poco tiempo... entre exposiciones, cnferencias, hojear novedades y conseguir dedicatorias... Ah GRACIES por las dedicatorias, que ya apareceran en este blog