La foto que aquí propongo de esta pareja la he pillado de alguna página por ahí perdida, ya que por deseo expreso de la autora cuando firmaba en la cola que yo hice, a mi pregunta de si la podía hacer una foto, me respondió que preferiría que no. Respetando sus deseos, así lo hice (más bien no la hice), agradeciendo la autora mi gentileza. ¡Qué le vamos a hacer si uno es todo un caballero!
Bromas aparte, y aunque estaba en el stand de Dargaud, llevaba yo su última obra “Jolies Ténèbres” publicada ésta por Dupuis, un precioso cuento de hadas que no huye de la realidad más cruda de la vida y la muerte. Como siempre, no sé cuando se verá en suelo patrio. Decir que la autora se porto conmigo, ya que aunque dedicaba en “Miss Pas Touche” de la mencionada Dargaud, no tuvo problemas en dedicarme en ese otro álbum; además, respecto a otras dedicatorias realizadas, me obsequió con un bonito dibujo con sus toques de acuarela. Pena de qué no me hubiera metido más colores, tal y como la vi hacerlo en otro stand en una sesión de firmas, esa vez acompañada de su mitad artística.
Bromas aparte, y aunque estaba en el stand de Dargaud, llevaba yo su última obra “Jolies Ténèbres” publicada ésta por Dupuis, un precioso cuento de hadas que no huye de la realidad más cruda de la vida y la muerte. Como siempre, no sé cuando se verá en suelo patrio. Decir que la autora se porto conmigo, ya que aunque dedicaba en “Miss Pas Touche” de la mencionada Dargaud, no tuvo problemas en dedicarme en ese otro álbum; además, respecto a otras dedicatorias realizadas, me obsequió con un bonito dibujo con sus toques de acuarela. Pena de qué no me hubiera metido más colores, tal y como la vi hacerlo en otro stand en una sesión de firmas, esa vez acompañada de su mitad artística.
No sería ésta la última vez que parase en Dargaud. Es cierto que esta editorial es una de las que más cosas interesantes publica y de las que más autores importantes o conocidos tiene entre sus filas. Además, salvo por el número limitado de algunas firmas de tres o cuatro de sus grandes figuras que se resolvían con un sorteo, el hecho de llegar y hacer cola bastaba para una dedicatoria. Bueno, casi, siempre y cuando no se llegue y tengas tropecientos delante tuya y la sesión dure dos horas como máximo; hablamos de puestos razonables, entre los diez primeros digamos. Si además, el autor en cuestión se toma su tiempo para hacer una dedicatoria y tarda, pongamos 20 minutos en hacerte un dibujo, no es extraño que la cosa desespere al más habituado a hacer este tipo de colas.
Tal fue el caso del dibujante Bertail, muy de moda por una serie guionizada por Smolderen y que se llama “Ghost Money”. La historia toma hechos muy actuales y como si de un best-seller se tratase, narra una intriga internacional por saber dónde se encuentra el tesoro de Al-Qaeda. Una historia ágil y trepidante, de la que, como casi siempre, no sé si la podremos leer publicada en nuestro país. Volviendo a la dedicatoria, no es que en la que me hizo se esmerase mucho, pero bueno, ahí está. Lo que sí que es cierto, es que sí que tardaba sus 20 minutos en dibujar, todo en pincel y acuarela azul; además, si le dabas palique, te contaba un montón de cosas, como que la historia se desarrolla tomo a tomo y que los acontecimientos pueden cambiar de uno a otro, que por lo menos, tienen previsto desarrollarla en ocho tomos, etc. No estuvo mal saber que aún tengo lectura para rato.
No son muchos los autores del tebeo anglosajón que visitan Angoulême, pues ésta es tierra de otros estilos, pero también hay cabida para ellos y para las editoriales que los publican, especialmente Pannini Comics con un stand respetable en tamaño y contenidos. Pues bien, este año con ocasión de la publicación de la nueva aventura de “La Liga de los Hombres Extraordinarios”, hemos tenido ocasión de conocer en persona al 50% del tándem responsable, Kevin O’Neill. El otro 50% al que todos conocemos, Alan Moore, no creo que lo veamos ni en pintura, y mucho menos en un festival de tebeos rodeado de gente al asalto por conseguir semejante firma.
A lo que íbamos, el señor O’Neill estuvo presente en el mencionado stand de Pannini firmando sobre cierto número de ejemplares que previamente se habían establecido por sorteo. Como no solamente firmo allí, estaban previstas otras dos sesiones más en el stand de Delcourt, responsable del lanzamiento de “1910”, el primer volumen de la trilogía que durante los próximos dos o tres años será continuación de las aventuras de esta liga de personajes singulares. Es una pena que las ediciones de este tomo no sean como la francesa, en tamaño estándar y en cartoné, para hacerme con él rápidamente. No me siento leyendo este tebeo en francés, no sé porqué, y además la edición en inglés es bastante pobre y muy cara comparada con la de Delcourt.
A lo que íbamos, el señor O’Neill estuvo presente en el mencionado stand de Pannini firmando sobre cierto número de ejemplares que previamente se habían establecido por sorteo. Como no solamente firmo allí, estaban previstas otras dos sesiones más en el stand de Delcourt, responsable del lanzamiento de “1910”, el primer volumen de la trilogía que durante los próximos dos o tres años será continuación de las aventuras de esta liga de personajes singulares. Es una pena que las ediciones de este tomo no sean como la francesa, en tamaño estándar y en cartoné, para hacerme con él rápidamente. No me siento leyendo este tebeo en francés, no sé porqué, y además la edición en inglés es bastante pobre y muy cara comparada con la de Delcourt.
En mi lista de los prioritarios de este año (no puedo decir imprescindibles porque en todas las colas no puedo estar) figuraba Kevin O’Neill, y al dejar su firma para el domingo, me aseguraba el tener más tiempo para poder hacer una cola en condiciones. Y tanto que en condiciones, ya que llegué a poner mi bolsa en la cola en segundo lugar. Esta vez no creía que se me escapase, y no, no se me escapó. Aunque por los pelos, porque yo estaba en otra cola y el Sr. O’Neill, al contrario que la mayoría, llegó con casi media hora de adelanto. Menos mal que estaba Marian conmigo, otra amante del tebeo que se ofreció a vigilarme el sitio y a llamarme por teléfono para acercarle a toda velocidad mis tomos de de la Liga publicados en España por Planeta.
No pude hablar mucho con él, ya que venía corriendo de la cola de Berteil que acababa de terminar; simplemente agradecerle su presencia en el festival y lo felíz que me hizo con su dedicatoria. Se sorprendió al ver que alguien hablaba inglés en condiciones (no es modestia si comparamos cómo lo hablan los franceses), estuvo muy cordial y paciente al posar para mis fotos. De las dedicatorias, ya podéis ver que hizo unos dibujos muy trabajados, tomándoselo con calma y con mucha tranquilidad. Al terminar mi dedicatoria, y antes de que se me tirasen al cuello los demás que hacían cola, tuve que explicarles que el segundo tomo que sacaba era sólo para que me lo firmase. Me lo firmo amablemente y, así, me fui con mis álbumes bajo el brazo.
(À suivre…)
O'Neill, otro de los autores del que no me importaría para nada tener una dedicatoria suya en mi poder... algún día... espero que pronto continúe publicándose La Liga de los Caballeros Extraordinarios por aquí...
ResponderEliminarYa está a la venta lo último de la Liga...aunque la edición es bastante mala.
ResponderEliminar