Se acabó. Una nueva edición del
Festival Internacional e la Bande Dessinèe de Angoulême la de este 2016 que hace la número 43. Son ya unos cuantos años desde su creación y, como cada año, y a pesar de todas las críticas y polémicas, no deja de ser uno de los referentes más importantes para el aficionado al
noveno arte.
Durante cuatro días hemos asistido bajo la presidencia del japones
Katsuhiro Otomo a todo tipo de eventos organizados para la ocasión. Gran afluencia de público este año en comparación con el año anterior marcado por los sucesos de
Charlie Hebdo a principios de enero de 2015. Eso a pesar de los atentados de París en noviembre, ya que el miedo a que algo así se repita en una aglomeración de gente como es este festival pueden hacer que más de uno se quede en casa. Eso sí, las medidas de seguridad y los controles de acceso a los recintos seguían siendo tan rígidos como el año pasado. A pesar de ello, no nos ha impedido disfrutar de la estancia.
En cuanto al contenido, podemos decir en nuestra opinión personal que echamos de menos algunas figuras de peso entre los autores presentes, pero no todos los años van a venir los autores que a nosotros más nos gustan. Por lo demás, ha estado bien y, como siempre, es cuestión de organizarse a la hora de conseguir las dedicatorias. Decir también que Glènat es uno de los peores stands en cuanto a organización a la hora de los sorteos para las dedicatorias de gente como Manara, Liberatore, Serpieri o el americano Don Rosa. Además de hacerte perder el tiempo con colas interminables, mucho nos tememos que había algo de tongo. Las críticas entre los aficionados que esperamos pacientemente fueron numerosas y con razón.
Lo que sí que ha brillado han sido las exposiciones organizadas, muy bien concebidas e interesantes. La escenografía perfectamente conjuntada con los espacios del festival acogía al visitante que disfrutaba en su recorrido. El que la propia ciudad sirva de escaparate dota al evento de un atractivo que nunca podrá tener un único recinto cerrado.
A destacar el
Homenaje a Otomo realizado por un montón de autores diversos, en el que nos encontramos a J
uan Giménez y
Víctor Santos, y que nos a permitido ver las ilustraciones realizadas y que mostraban un nivel de calidad tal que hubiésemos deseado llevárnoslas a casa.
En general, ha sido una buena edición aunque no excepcional. Y, como siempre repetimos, para un aficionado al tebeo, es un festival al que habría que acudir al menos una vez en la vida.
Antes de terminar, os dejamos las dedicatorias del día.
À l'annèe prochaine!