lunes, abril 02, 2012
CRÍTICA: UNOS DÍAS EN FRANCIA de VV. AA.
Como ya hicimos con el anterior volumen publicado por Diábolo Ediciones, China: Miradas cruzadas, también haremos aquí un breve repaso por cada uno de los relatos con los que nos obsequian estos 10 autores y discernir y desentrañar lo que nos quieren decir con estas breves pinceladas elaboradas en tierra gala. Como ya intuiréis, y más si habéis leído los anteriores álbumes colectivos, aquí cada autor enfoca el relato con total libertad, sin seguir un patrón fijo, tanto por parte de los autores BD como de los autores manhwa, ofreciendo una variedad de propuestas que pueden resultar más interesantes para el lector, demostrando que autores de un mismo ámbito geográfico pueden obsequiarnos con historias de lo más variopintas y con estilos al mismo tiempo diametralmente opuestos.
Sin más preámbulos, comencemos nuestra reseña de esta obra hablando de cada una de estas historias cortas por orden de aparición en el álbum.
En “Una noche de verano en el sur de Francia” de Bastien Vivès, éste nos muestra una historia shakespeariana, narrada con un estilo muy particular y personal, contándonos el sueño de nuestro protagonista anónimo que se imagina conviviendo con su gran amor, siendo todo esto una 'fantasía' que nos quiere transportar del frío del norte de Francia al calor del sur mediterráneo. Una historia muy de Vivès donde las relaciones de pareja fluyen con total normalidad y naturalidad.
“Diálogo” de Doha es una historia donde nuestros dos protagonistas mantienen una larga y extraña conversación que gira entorno al 'poder del amor', amar a todo cuanto te rodea disfrutándolo como si fuera lo último que fueras a hacer o ver y, para ello, hay que “pararse de vez en cuando... para disfrutar de la magia del momento”... y esa 'magia' es la que descubre Doha cuando se topa con un 'mito' del noveno arte. Una historia para enseñarte a saborear la belleza de las pequeñas cosas que te rodean.
“Chosun en Versalles” de Lee Hyeon-sook es una curiosa y surrealista historia donde el autor mezcla y teletransporta el reinado de la Dinastía Chosun que reinó en Corea durante más de cinco siglos al Versalles del XVIII durante el reinado del Rey Sol. Una curiosa e imposible mezcolanza de personajes pertenecientes a la corte de los Chosun con el contexto real/imaginario de la magnificencia arquitectónica de Versalles. La transmutación irreal de dos centros históricos de poder.
Max de Radiguès nos cuenta en “Vacaciones de verano” las niñerías y travesuras que se pueden producir cuando uno es joven, convirtiéndose en insignificantes cuando finalmente los lazos de amistad se estrechan y robustecen cuando las situaciones imprevistas surgen cuando uno menos se los espera. Una de esas típicas historias que te pueden ocurrir de pequeño cuando emigras de la gran urbe para pasar unas vacaciones de verano en el campo.
Oh Sé-young nos cuenta en “Van Gogh y el cigarrillo” como éste fue un referente e inspiración en su obra cuando era joven e imberbe autor gracias al intuir su obra cuando fumó un peta por primera vez y comprendió las formas que le rodeaban, y como también fue la causa de su adicción al tabaco. Con el paso de los años, y gracias a este viaje a la capital francesa, el autor se reencontró con la obra pictórica de Van Gogh y al comparar a éste con las palabras que le dijo su padre cuando era pequeño, “los ojos solo ven la superficie de las cosas. Tienes que aprender a mirar con el corazón si quieres descubrir lo que se esconde tras las apariencias”, comprendió de una u otra forma como veía el 'loco holandés del pelo rojo' las cosas que le rodeaban.
“La sombra de la duda” de Gabrielle Piquet es una dura historia que gira entorno a la prostitución infantil y los culpables que la ejercen y la manipulan para su propio beneficio, siendo los niños las victimas únicas e inocentes de este hecho repudiado por la sociedad. Pero lo más terrible de estos casos es cuando la justicia por falta de pruebas exculpa a los presuntos culpables, provocando a partir de ese momento la 'duda razonable' entre estos capaces de perdonarlos, olvidarlos o estigmatizarlos. Unas de esas historias que uno nunca querría que sucedieran y se narraran.
En “Party in Paris” de Kim Soo-yong entramos a través de una de las famosas bocas modernistas obra de Hector Guimard del metro parisiense, donde dos bandas de jóvenes empiezan una 'disputa', enfrentadas cada una en un anden de una de las estaciones, a través del break dance. Una historia donde la competición a ver quién es el mejor se transforma en una 'noble lucha' que convierte en amigos a ambos contrincantes.
En “Fat Bum”, Anne Simon nos cuenta la historia de Saartjie Baartman, llamada la Venus Hotentote, que fue exhibida a principios del s. XIX en ferias ambulantes como estudio y atracción de la anatomía de una mujer africana. Una mujer que fue humillada y fue mostrada como si un 'pedazo de carne' fuera para divertimento de los europeos que la encontraban exótica y extravagante. Después de morir de sífilis, incluso continuó la humillación siendo exhibido su cuerpo a través de un molde de escayola y algunos de sus órganos conservados en formol. Esto demuestra la depravación y sinsentido a la que es capaz de llegar el ser humano.
“Duelo en Montmartre” de Suk Jung-hyum es la primera de las historias, junto a la siguiente que comentaremos, a todo color, ya que las otras ocho están en B/N. La autora nos cuenta su visita a Montmartre, cuna de los artistas vanguardistas en el París del XIX y principos del XX., donde uno de los artistas callejeros que exponen allí le realiza un retrato, viéndose ella en la obligación de hacerle otro, comenzado con ello una especie de 'competición pictórica' al aire libre.
Con “En busca de Millet”, Kim Dong-hwa nos cuenta como descubrió cuando era pequeño L'Angélus, obra de Jean-François Millet, y como le influenció la obra de este pintor francés. Y, aprovechando su viaje a tierras francesas, visitó Barbizon donde fue pintado a finales del XIX dicho cuadro. Una de las grandes obras de la Historia del Arte, perfecto colofón para finalizar esta serie de relatos franco-coreanos.
Lo dicho, una forma de entenderse y de relacionarse autores de diferentes países y culturas, convivir y compartir vivencias y experiencias, teniendo como poderoso nexo en común y de unión el mundo de las viñetas.
Un saludo cordial.
jueves, diciembre 13, 2007
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Katsuhiro Otomo / Takumi Nagayasu
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miércoles, octubre 18, 2006
CRÍTICA: ¡CORRE, BON-GU! de Byun Byung-Jun
Kim se marcha a Seúl para intentar conseguir trabajo para sacar adelante a su familia. Es la típica historia tan bien conocida. Una familia pobre que vive en un pueblo de pescadores, un entorno que es el ideal para vivir y sacar adelante a una familia, pero donde los recursos escasean y obliga a la gente a emigrar a lugares menos “sanos”, sólo por el mero hecho de sobrevivir en una sociedad exigente donde, si quieres sacar adelante a tu familia, tienes que ganar dinero sea como sea. Y en la gran ciudad hay más oportunidades que en una pequeña aldea, donde el tiempo se detiene, con una cadencia que estrangula, en ciertos momentos y situaciones, a las familias de condición humilde.
Pero las oportunidades en la gran ciudad tampoco son tantas como piensa la gente, que emigra de un lugar para labrarse un futuro en la gran urbe, pero sin saber qué se va a encontrar allí realmente.
Dificultades en el día a día en un pueblo pequeño, y también penurias de la gente para poder salir adelante en la “jungla de asfalto” que te devora y te destroza a las primeras de cambio. La gente, muchas veces, son meros peones que cuando sobran y no se les necesita son fácilmente prescindibles.
Pero incluso en este entorno de tristeza y desesperanza, siempre el ser humano saca lo mejor de sí mismo, y demuestra que el amor y la solidaridad son capaces de remover y reconducir cualquier situación por adversa que sea. Y si a eso le añadimos la inocencia de unos niños, que siempre ven las cosas de una forma más sencilla y no tan adulta, todo tiene la posibilidad de poder llegar a solucionarse si uno comprende que no todo es alienarse de una manera tan radical. Para llegar a un punto, siempre hay diversos caminos posibles a elegir para obtener el resultado deseado.
Un manhwa de gran lirismo el que nos ofrece Byung-Jun, autor coreano que demuestra ser un verdadero artesano de la ilustración. Ese toque de acuarela que le da a la obra transmite la pureza necesaria para conseguir que una mala situación tenga visos de transformarse en una buena, si uno es capaz de comprender que en la sencillez de las cosas radica la verdadera fuerza de la vida.
Ediciones La Cúpula ha cuidado la edición de este material, formato bolsillo, con papel de buena calidad que favorece el efecto delicado de la acuarela de la obra, con sentido de lectura izquierda-derecha, el usado en las obras que nos vienen de Corea del Sur, ya que la escritura nativa de este país, el hangul, normalmente se escribe y se lee horizontalmente y en esa dirección.
Por poner un pero a este relato, éste radicaría en los diálogos a veces demasiado simplistas, como si el lenguaje de los dos niños que aparecen en la narración contagiara a los adultos. Pero, ¿puede que el autor lo aplique de esta manera para transmitir, aun más si cabe, esa sencillez y ternura que quiere hacernos dar a entender en esta obra?
Un cordial saludo.