lunes, septiembre 05, 2011

EL BAÚL DE VIAJE de Bianca Turetsky

De vez en cuando me gusta husmear en la sección juvenil de las librerías. Conozco nuevos autores, me entero de las temáticas que les gustan a los lectores más jóvenes y puedo descubrir cosas interesantes. Hubo unos años en los que acudía directamente a la sección juvenil porque no se publicaba nada en novela de Fantasía de adultos, por lo menos que a mí me interesase. Allí descubrí a Septimus y a Bartimeo. Posteriormente ya se editaron en España obras interesantes, tanto de extranjeros como españoles. Últimamente la división entre literatura juvenil y literatura adulta no está tan claramente separada. Se publican obras que van dirigidas a un lector joven, por un autor joven pero que admiten una segunda lectura más profunda que los lectores adultos sabemos apreciar. Por eso no he dejado de acudir a la sección juvenil. Y en eso estaba cuando me llamó la atención un libro de tapas moradas, mejor llamarlo de color púrpura, de autora desconocida, de la Editorial Roca Juvenil, que trataba de un viaje en el tiempo y relacionado con unos trajes antiguos. Pero lo mejor de todo, a simple vista, las ilustraciones del interior. Me acabé de decidir y aquí os lo presento: “El baúl de viaje” de Bianca Turetsky.

Louise es una chica interesada en la ropa vintage. Busca un traje especial para su primer baile del instituto y al recibir una invitación para visitar una tienda de ropa vintage, no lo duda. Allí encuentra un maravilloso vestido rosa que al probárselo la transporta al pasado, tomando el lugar de su antigua dueña: la famosa actriz de cine mudo Alice Baxter, en un crucero de lujo con muchas personas célebres, todo elegancia y glamour. Pero no sólo ha viajado al pasado sino que también el crucero es en un barco excepcional.

Lo primero que llama la atención de este libro es su propia edición, una edición muy cuidada, con colores muy sugerentes. Una ilustración de cubierta muy hermosa, rodeada y resaltada por cantos dorados y en relieve, lo que le da aún más un encanto especial. Tiene una sobre-tapa (digámosla así ) que le da el aspecto de una pequeña caja, de un baúl. Pero no sólo el exterior está bien cuidado: el texto está en diferentes tintas, en rojo, color lavanda (que es un sutil tono de morado) y verde mar. Y cada capítulo está señalado por un manchón de cada uno de estos colores. Pero si nos fijamos, no es un manchón: es un encabezamiento muy trabajado, con volutas, un diseño como en los libros antiguos. Y estos manchones son consecuencia de la vida ajetreada de Louise. Estos colores tienen su razón de ser pues nos marcan las partes de la novela.

La primera parte la introducen dos páginas de color lavanda con un plafón con una cita sobre los vestidos, de Diana Vreeland (antigua redactora jefe de la revista “Vogue”). En esta parte conocemos a Louise Lambert, una chica de clase acomodada que vive en una pequeña ciudad de Connecticut, cerca de Nueva York. Le apasiona la ropa vintage, lo que su madre llama “ropa usada” con desagrado... De momento su mayor preocupación y problema es el baile de su curso la próxima semana. Y buscar un vestido adecuado, pero también lo es Todd del que no tiene claro si aceptaría ir con él al baile. Con estas preocupaciones recibe una invitación personal, elegante y estilosa, para visitar una tienda de ropa vintage. Acude sin dudarlo. Es atendida por dos excéntricas damas, Marla y Glenda, donde encuentra el vestido adecuado, El Vestido: un vestido rosa perfecto. Al probárselo sucede algo extraordinario: todo da vueltas y cae inconsciente al suelo.

La segunda parte se inicia en color verde mar y una cita muy esclarecedora de la gran Coco Chanel. Louise se da cuenta que ha aparecido en otra época: los vestidos de las personas que le rodean, la decoración del lugar, el comportamiento, todo es muy distinto a su vida. También es otra persona: la señorita Alice Baxter, célebre actriz que va en un crucero de lujo. No comprende nada pero decide disfrutar del ambiente glamouroso, de la cortesía de la época y, por supuesto, de los magníficos vestidos que tiene en su camarote. Por un periódico conoce que está en 1912 y se da cuenta que viaja en un transatlántico marcado por la tragedia y a pesar de sus intentos no consigue convencer a nadie, salvo a Anna, la joven doncella que consigue verla como Louise. En el barco se le aparecen Marla y Glenda que le aconsejan que recupere su traje rosa y ayude a los que pueda y podrá volver a su mundo y al presente.

La tercera parte es de color rojo, como cerrando las desgracias pasadas. La cita de Hilary Alexander nos lleva a considerar el vintage como un modo de volver a la vida la vieja moda. Louise ha vuelto a la realidad, a su mundo. Su familia y amigos están preocupados por su salud pero sólo ha sido un desmayo. Cree que todo lo ha soñado pero su inquietud le lleva a dudar sobre “lo que ha soñado”, sobre la tragedia. En su ordenador investiga y encuentra noticias sobre el transatlántico, las causas de su hundimiento. Se acaba de convencer que todo fue real cuando en una foto ¡se ve a ella misma! Obtiene noticias de quienes viajaron con ella, unos se han salvado, otros no. La noticia más agradable es encontrar que Anna, su doncella, fue una heroína, se salvó y salvó a muchos y se casó con su enamorado Christopher, intendente del capitán.

La novela concluye con otra carta de Marla y Glenda que la invitan a seguir siendo parte de sus exclusivas clientas porque sólo personas especiales pueden comprender el espíritu del vintage y aceptar la responsabilidad de ese privilegio. Y por supuesto puede ir a su tienda cuando guste.

Ésta es la primera novela de Bianca Turetsky. Sus inquietudes artísticas y su gran amor por la ropa vintage, le llevó a escribir esta novela. Ha trabajado como asistente de producción cinematográfica con el artista y director Julian Schnabel los últimos nueve años. Ha participado en tres de sus proyectos, como “La escafandra y la mariposa” que estuvo nominada a los Oscars. La idea de esta su primera novela, se le ocurrió cuando estaba en una gran tienda de ropa vintage atendida por dos señoras estupendas. Su gran pasión por esta ropa le lleva a mercadillos y tiendas de segunda mano ya de muy pequeña. Este proyecto arranca cuando se probó un traje de fiesta que perteneció a una tal Sra. Baxter de Newport, Rhode Island, que le quedaba perfecto. Le surgen las preguntas sobre que tipo de vida habría tenido, cuándo habría llevado el traje… pero sobre todo si sus recuerdos estaban preservados en este traje. Esta situación le inspiró para dar vida a la señorita Baxter.

A lo largo de la novela ya nos damos cuenta de su amor por el estilismo, de su pasión por la moda, pero sobre todo de su ilusión por el vintage. Por boca de la diseñadora Lucile Duff-Gordon (personaje de la novela y gran creadora de moda y una de las primeras estilistas en la realidad), presenta toda una manifestación de principios sobre la creación y el diseño, aunque sea sobre algo tan efímero como la moda. A ello unimos el deseo que siente Louise al ver todos los esfuerzos que supone, que la moda como arte no se desvanezca.

Su creatividad también se manifiesta en la sencilla pero detallada descripción de los trajes: el fabuloso vestido rosa que entusiasma a Louise, el traje de noche azul metálico, el traje de Lucile en la cena o el que se prueba Anna. Vemos estos vestidos muy hermosos, sofisticados, elegantes, con mucha clase. Esta pasión por la moda es algo más para Bianca: intenta hacernos comprender que cada ropa tiene alma, que recoge la esencia, la vida de la persona que la llevó. Es parte de la historia de una persona, parte de la Historia.

La novela tiene unas ilustraciones fantásticas, con las que está muy de acuerdo Bianca. Según ella, no conoce personalmente a la ilustradora, pero ha plasmado exactamente lo que ella tenía previsto y hacen que lleven a un nivel mayor su propia novela. La ilustradora es Sandra Suy, española de 33 años afincada en Barcelona. Estudió Diseño de Modas en la Llotja y empezó diseñando ropa y estampados. Pero su gran pasión es el dibujo y ha sabido unificar arte y moda. En su página Myspace se dio a conocer como ilustradora. Ha colaborado en ilustraciones de pasarela de las firmas Vivienne Westwood, Balenciaga, Chanel, Givenchy, Comme des Garçons, para el Fashion Issme de la revista Isterógrafo y en varias campañas para Fashion Weekends como las de Sydney y Londres.

Su estilo elegante pero dinámico es muy apreciado en revistas como Glamour de Estados Unidos, Allure de Japón o H Magazine de España. Le encanta dibujar personas, hermosas mujeres con hermosos trajes. Sus dibujos son evocativos, austeros pero muy femeninos, delicados, sofisticados pero realistas. Le encanta que su trabajo sea descrito como elegante y minimalista pero ella busca la atemporalidad porque a pesar de dibujar moda, que por principio es pasajera, le gusta crear imágenes clásicas, que sobrevivan al tiempo y que después de los años sigan siendo actuales. No le gustan los excesos, prefiere utilizar los trazos y el color imprescindible. Su inspiración puede aparecer en cualquier momento: ir en metro, una persona, una revista o en la red. Imagina que su estilo irá evolucionando con el tiempo y cree en nuevos proyectos que sean interesantes, vengan de quien venga.

Sus ilustraciones para esta novela no podrían ser más acertadas porque recogen el ánimo y deseo de Bianca, el espíritu de la moda vintage, la moda del año 1912, donde se desarrolla la mayor parte de la novela. Une su propio estilo a las descripciones de los vestidos y la sutileza de lo vintage.

Es una bonita novela, protagonizada por una chica apasionada por el vintage, lo que le lleva a apasionarse por todo, por la Vida. Su espíritu juvenil y sencillo, lleva a leerla con rapidez pues no dejan de pasar cosas. Pero se comprende el proceso creador de la moda, los esfuerzos y preocupaciones, ya que no es sólo el producto final bonito en un precioso desfile. Nos lleva al respeto de los modistos y creadores como un proceso de otra manifestación del Arte. Una forma de apreciar lo antiguo bien hecho tanto en ropa como en otras manifestaciones artísticas.

Si tenéis ocasión disfrutad de “El baúl de viaje” de Bianca Turetsky, de su bonita historia y de sus ilustraciones. Saludos y hasta pronto.

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