miércoles, febrero 01, 2012

KOBOLD, EL SEÑOR DE LAS CADENAS de Alfredo Álamo

Estamos ante la primera novela de Fantasía Épica de Alfredo Álamo: “Kobold, el señor de las cadenas” de la Editorial Torre de Marfil. Escritor en otros tipos de novelas: terror, zombis y relatos cortos. Estuvimos en su presentación del Hispacón 2011 en Mislata y ya nos gustó su puesta en escena y el entusiasmo puesto en ella. Nos advirtió que era una novela de venganza, dura y sin concesiones. Pues bien, tiene todo esto y mucho más.

Primero se nota un entusiasmo y unas ganas tremendas de escribir una novela de Fantasía. Y segundo: es una novela no muy larga y autoconclusiva (o no) que lo tiene todo: protagonista carismático, seres fantásticos, acción y la creación de un mundo muy logrado.

En plena misión de marcar unos pozos, Kobold es seguido por unos mercenarios. Se da cuenta enseguida que van a por él y, al tenderles una emboscada, se entera que han puesto precio a su cabeza. Su vida se complica más aún cuando por su causa asesinan a su amada Serezan. Es ahora cuando Kobold, junto a su viejo maestro Caëthar y su hijo Bakol, inicia su venganza. La búsqueda del asesino y de quien a puesto precio a su cabeza se cruza con la misión de la joven asesina Laëna, aliada de fuerzas oscuras. Van surgiendo antiguas fuerzas de la Naturaleza, antiguos enemigos y nuevos aliados.

La acción es un largo camino que le llevará a la lucha final para conseguir su venganza. Es un largo camino que se inicia en las tierras del Sur, lugar de adopción de Kobold, un mundo desértico, caluroso y seco pero con magníficas ciudades y hermosos oasis. Esta parte del mundo mantiene aún a los Antiguos, a los espíritus y djinns, a una serie de alianzas con los mortales que descubrimos muy presentes en Kobold. Porque él tiene sangre antigua y puede oír y tratar con las fuerzas ocultas. Estas facultades se nos muestran poco a poco, a lo largo de la acción y de diversas circunstancias. Kobold actúa según la necesidad del momento: lucha, discute y reacciona para sobrevivir. Hay una expresión de Caëthar que lo define bien: “Cada batalla es la última batalla”... “Para un soldado no existe la mañana siguiente, solo la noche anterior. Así se debe vivir”. Invoca djinns por necesidad, libera fuerzas antiguas a cambio de grandes sacrificios y cierra tratos para poder seguir adelante.

Esta parte del Sur presenta paisajes, desiertos y ciudades llenas de fineza, sensualidad y civilización que nos llevan a mundos exóticos orientales. Hasta los nombres nos lo recuerdan: ciudades como Samarand, Scitar, Kdath, el desierto de Assagh y Arenal Rojo, o nombres propios como el de su amada Serezan.

La búsqueda de venganza y de respuestas nos lleva al Norte, totalmente distinto al Sur: montañoso, frío, con bosques antiguos, otra civilización e incluso otra religión. Caëthar le va contando a Bakol la vida de su padre y por estas historias vamos conociendo mejor a Kobold. Nacido en el Norte, con sangre antigua, recogido por los sacerdotes de Koht, es acusado de tratos con la oscuridad. Porque en el Norte han retenido, arrinconado o destruido a las otras Fuerzas: lobéromes, dríadas, duendes, náyades, lamias, hadas, seres pequeños o grandes, benignos o maléficos pero que, según el dios Koth, no podían permanecer en un mundo de Hombres. La sed de venganza y el camino seguido por Kobold romperá antiguas cadenas y restricciones, abrirá nuevas caminos y renovará antiguas alianzas.

Kobold es un guerrero, un mercenario y tal vez asesino. Pero sus convicciones son sólidas y su fuerza de voluntad enorme. Hará lo que crea conveniente en cada ocasión para seguir dando un paso adelante y no ser subyugado por nadie. Pues a nadie debe su vida. En su camino le acompaña su viejo maestro Caëthar, llamado el Bravo. Antiguo sacerdote de Koth que le recoge de niño y le enseña el arte de la guerra y le ayuda a controlar y desarrollar su poder sobre los Antiguos. Último de los sacerdotes, que ha luchado contra la oscuridad y desea compensación y venganza por la masacre de sus hermanos. A lo largo de toda la acción será quien baje a la realidad a Kobold y sea el punto de unión con su hijo Bakol.

Porque Bakol es el hijo más joven de la hermosa Serezan, uno más de los bastardos de Kobold al que acaba de reconocer ya que se ha dado cuenta que no solo se le parece físicamente sino porque tiene su misma voluntad y su mismo poder de la sangre antigua. Sus ansias de venganza por la muerte de su madre, les acabará de unir. Los problemas de Kobold, el acecho de asesinos y mercenarios, se materializan casi desde el principio en su hijo. Al saber de su existencia y del reconocimiento de Kobold, las fuerzas oscuras y los asesinos se abaten sobre el joven pues saben que es una manera de herir y de debilitar a Kobold. O tal vez sea porque los pecados de los padres lo pagan los hijos.

La asesina de Isla Esmeralda, la afamada Läena, es un personaje que se mueve por sus propios intereses, con un amo siniestro. A lo largo del camino se planteará su posición con respecto a estos hombres y su propio amo. Fuerte, decidida y con pocos escrúpulos, ayudará, en lo que crea necesario, a Kobold.

Este mundo dividido en Norte y Sur queda plasmado en una isla, en un mapa de Pablo Uría que nos explica, con sus trazos inconfundibles, como es este Mundo. Señala con precisión sus costas, marca las principales ciudades y la diferenciación entre Norte y Sur con las montañas y los pasos entre ellas. Y ya intuimos algo en Koht por la manera que nos lo señala. Como siempre me encanta el mapa de Pablo Uría y vuelvo a declararme entusiasta suya. Por cierto la ilustración de la portada también es suya: consigue plasmar por completo la imagen física que te puedes formar de Kobold, pero también de su fuerza y carácter.



Las luchas están muy bien logradas. Son batallas épicas de mortales pero grandes guerreros contra seres oscuros, espectros, fantasmas, muertos vivientes. A pesar de su inferioridad, incluso miedo, Kobold sabe que debe luchar y no perder la fuerza y la voluntad por llegar al fin. Estos momentos épicos vienen a materializarse con las conclusiones y el lenguaje rudo y brutal de Kobold, un lenguaje donde no faltan palabrotas y expresiones muy directas.

Presenta un lenguaje y un vocabulario preciso, sobrio incluso. No se detiene en excesivas descripciones ni narraciones. Conocemos la historia por los diálogos y explicaciones de los personajes y captamos enseguida el ambiente, el paisaje y la atmósfera que nos sugiere Alfredo Álamo en ciudades, bosques o desiertos. Es una de las características que me gustan mucho: la precisión, pulcritud en lenguaje y vocabulario. Tiene un dominio del lenguaje increíble.

Todo esto nos lleva a una acción continua, no paramos de tener encuentros, luchas, emboscadas, la acción avanza con rapidez y no tenemos tiempo de perdernos en otras cosas. Esto nos lleva a una lectura rápida, entusiasta y casi voraz porque queremos más, queremos saber que pasará luego, queremos saber si se resuelve la venganza.

Es una novela autoconclusiva porque la acción la podemos dejar cerrada. Pero por nuestra parte queremos más historias de Kobold, de saber si todo está resuelto porque nos queda un punto de inquietud y uno o dos frentes que se podrían resolver. Así que esperamos que Alfredo Álamo se lo piense bien y que continúe con las aventuras de Kobold, El Errante, Kobold, El Señor de las Cadenas.

Esperando nuevas aventuras, saludos y hasta pronto.

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