miércoles, mayo 11, 2016

CRÓNICA: 34è SALÓ DEL CÒMIC DE BARCELONA (I)

El fin de semana pasado se celebró el Saló del Còmic de Barcelona en la que fue su 34 edición... un salón un poco raro para nosotros y de corta duración ya que, por motivos de índole familiar, solo estuvimos el jueves, viernes y el sábado por la mañana.


Por lo tanto, como es obvio, tuvimos menos tiempo para nosotros y, yendo a todo correr y más estresados de lo habitual, intentamos acudir a las máximas sesiones de firmas que pudimos y conseguir el tan preciado tesoro que son las dedicatorias, dejando muchos de los objetivos marcados de antemano, muy a nuestro pesar, por el camino.


Como va siendo la tónica habitual, el jueves es el día de menos actividades por parte de los diferentes stands de las editoriales y las librerías y, por lo tanto, el día que aprovechamos para realizar unas cuantas fotografías a diestro y siniestro de las exposiciones que se podían visitar (destacando entre ellas sobremanera por su tamaño e importancia a dos: la de "Vinyetes sobre rodes", que ocupaba casi todo el Palau 1, y la dedicada al 80 aniversario del gran Francisco Ibáñez, "Per molts anys, Ibáñez", situada en una sección del Palau 2) para un futuro post que podréis leer más adelante y que escribirá Susana.


Por lo demás, el jueves ya cayeron las primeras dedicatorias, como las de Lele Vianello en su El Gran Norte en el stand 001 Ediciones, autor que trabajó mucho en su momento ayudando al gran Hugo Pratt en sus obras del Corto Maltés.

Lele Vianello dedicando su obra en el stand de 001 Ediciones

También ya el mismo jueves hizo su irrupción la sin duda la gran estrella del Saló de este año, Frank Miller, que traía bajo el brazo su Dark Knight III, y que ante una tremenda expectación (que se alargó y se vio reflejada todos los días), realizó la primera de sus sesiones de firmas en el stand de ECC Ediciones. Polémicas aparte (y, todo hay que decir, a mi entender los de ECC fueron posiblemente demasiado estrictos en algún punto en las normas a seguir en estas sesiones de firmas (como el de no poder firmar el autor en obra que no fuera de ECC Ediciones, castigando al aficionado con ello (lectores que tenían sus cómics atesorados desde hace más de 30 años (de editoriales ya muchas de ellas extintas) e, incluso algunos de ellos, dedicados por otros autores), cuando parece ser que esta medida iba dirigida a vetar a otras editoriales que se habían aprovechado, al parecer, de la venida por primera vez a España de Miller, para reeditar su obra, sin contribuir por ello a sufragar los gastos a medidas de su estancia en nuestro país). Pero lo que realmente me supo más mal de todo ello fue perderme la charla del sábado tarde con el autor pero, lamentablemente, a esas horas, ya estábamos subidos al tren de vuelta a casa.

El gran Frank Miller dedicando sus obra en el stand de ECC Ediciones

Otra de las estrellas del Saló fue Eleuteri Serpieri, que realizó innumerables sesiones de firmas tanto en el stand de Aleta Ediciones como en el de Norma Editorial y que propició que se formaran larguísimas colas para conseguir su dedicatoria tanto en el tomo de Tex como en los de Druuna.

Eleuteri Serpieri dedicando su obra en el stand de Aleta Ediciones

El viernes por la mañana continuamos con nuestro consabido deambular de stand en stand para conseguir más dedicatorias, y para ir también cerrando (y recogiendo) varios encargos de conventions sketches que ya habíamos comenzado el jueves a solicitar y, por suerte, conseguí que los autores me realizaran casi el 100% de los encargos, dibujos estos que pronto veréis publicador por la red.

Sesiones de firmas en el stand de Aleta Ediciones (Sergio Dávila, Mike Carey, Cafu y Doug Braithwaite) y en el de Panini Cómics (Carlos Pacheco y Daniel Acuña)

Y, el viernes por la tarde, como ya es tradicional, nos acercamos a las multitudinaria sesión de firmas de las Jornadas Comiqueras de la Fnac/SD en la Fnac Callao, donde se reunieron más de 70 autores a la vez y, durante más de tres horas, estuvieron dedicando sus obras. La novedad de este año es que hubieron también unos cuantos autores de cómic americano, tanto de fuera como de aquí (Ribic, Pichelli, Asrard, Messina, Pacheco, Ferry, Acuña, Cafu, Iván Fernández...), firmando en la Fnac, así como unos cuantos autores de la Bande Dessinée, como ya viene siendo habitual, venidos de Francia o Italia, bien acompañados por una buena cantidad de nuestros autores, que trabajan tanto para el mercado francobelga como para el mercado nacional, La lástima fue no poder ir también a la sesión de firmas en la Fnac Arenas del sábado tarde (una treintena de autores se reunieron allí), novedad de este año (y es que en esta edición del Saló, la Fnac no tenía stand, por lo que imposibilitaba que se pudieran realizar estas firmas en el propio recinto).

De izquierda a derecha, y de arriba a abajo: Jason, Patrick Prugne, François Whaltéry, Dany, Iván Fernández, Jaime Calderón, Theo, Étienne Davodeau, Didier Poli, Christophe Bec y Didier Crisse

Como también va siendo tradición, estaba situada en el Palau 1 la Zona de Vídeojuegos, donde los más jóvenes pasaban unas cuantas horas jugando a sus juegos preferidos, y también algún que otro stand dedicado a los próximos estrenos del cine, y donde podíamos ver una réplica a tamaño real de la nave de Independence Day, situada en la Plaça de l'Univers.

Zona de Vídeojuegos

Una de las cosas que más valora uno cuando va a este tipo de eventos comiqueros es el de reencontrarte con aficionados (aparte de los autores, por supuesto) que sólo ves (y echar unas palabras y unas risas) de cuando en cuando cuando acudes a estos salones, Por tanto un fuerte abrazo a los "sospechosos habituales" de siempre: Gonzalo Vázquez, Óscar Martí, Juan Rojas, los Xatuxatubros Xatu, Pedro Domínguez, Juan Luis, Sebas, Carlos Ciurana, Sven Bala, Salva, Ignasi, Cristóbal, David Fernández,,, y a otros cuantos más que ahora mismo no me acuerdo su nombre o que he conocido por primera vez este año, y es que las colas, se quiera o no, aparte de poder producir "ciertas tensiones" en momentos puntuales, son un lugar perfecto donde conversar y conversar en las interminables, muchas veces, largas horas de espera.

La nave de Independence Day

Bueno, aquí concluye esta breve crónica de un salón que parece continuar gozando de buena salud, que aún tiene algunos puntos a mejorar (como lo de las charlas y presentaciones en recinto abierto, o la organización de las colas en ciertos stands (un poco caótica ha sido este año la entrega de los números para las firmas en el stand de Norma Editorial, produciéndose momentos de cierta tensión entre los aficionados que no sabían a qué atenerse sobre el orden real de las colas)) y otros que se han añadido positivamente (como los Food Trucks situados en la Plaça de l'Univers) y que, a pesar de nuestra corta estancia en él, ha sido realmente fantástico y productivo, incitándonos irremediablemente otra vez a volver en el 2017. Nos vemos en una año de na...

Un saludo cordial.

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