El Palacio 2 nos daba la bienvenida en esta ocasión con el abrazo de dos exposiciones bien distintas. Por una parte Las Meninas, de Santiago García y Javier Olivares, una exposición que podía seguirse como una “visita guiada”, ya que, gracias a las citas entrecomilladas de sus creadores en las cartelas, pudimos conocer de primera mano el origen y la planificación del guión, la recopilación de documentación, los bocetos previos, las modificaciones de las diferentes versiones, el diseño de los personajes, el estudio de los colores en las páginas y su finalidad en la representación del tiempo del pintor -su pasado, su presente y su futuro-, la colocación de las viñetas en las páginas y de los personajes en las viñetas, diferentes ideas sobre las portadas... Todo el proceso de creación y desarrollo de un proyecto que nació en 2008 y tardó seis años en ver la luz para acabar convirtiéndose en una “obra de arte” doblemente galardonada, puesto que al Premio a la Mejor Obra de Autor Español en la 33ª edición del Salón Internacional del Còmic de Barcelona que se conmemoraba con esta muestra había que añadir además el Premio Nacional del Cómic que el Ministerio de Educación, Cultura y Educación le había concedido en 2015. Una magnífica puesta en escena que tuvo como protagonista una reproducción a tamaño natural del cuadro homónimo, todo ello para conseguir ofrecer al lector una imagen original y nada convencional del pintor. Y es que, a la vista de lo visto, Las Meninas es mucho más que una biografía al uso de Velázquez.
Junto a Las Meninas, Ellas tienen superpoderes, proponía a los visitantes al Saló conocer a fondo la personalidad de 25 mujeres peculiares que, con sus extraordinarios poderes, nada tienen que envidiar a los superhéroes masculinos. Una tabla cronológica permitía hacer un repaso a través del tiempo a las superheroínas y villanas que han llenado -y están llenando más cada vez- las páginas de los comic books desde que apareciera la primera, Fantomah, de la mano de Fletcher Hank en 1940. Si bien en aquellos años eran como una versión femenina de los superhéroes masculinos, sería más tarde, a partir de los sesenta, cuando comienza a reivindicarse el papel de la mujer en la sociedad, cuando las superheroínas pasan a ser féminas de carácter con identidad y atributos propios, independientes de los de sus homónimos masculinos.
Ordenadas alfabéticamente por su nombre en castellano, páginas originales y reproducciones de cada superheroína, iban acompañadas de una ficha en la que se consignaba su nombre real, su profesión, su grupo de afiliación, su primera aparición, sus creadores, sus poderes, su armamento y accesorios, sus enemigos, una breve historia del personaje y la referencia a la última edición en España, reseñas biográficas que nos permitieron conocerlas mejor y reconocer su arrolladora personalidad: Aquaviva, creada en 1996 por Carlos Pacheco y Rafa Marín; Aurora West, creada en 2013 por Paul Pope y JT Petty y dibujada por David Rubin; Batgirl, creada en 1967 por Gardner Fox y Carmine Infantino; Bruja Escarlata, creada en 1964 por Stan Lee y Jack Kirby; Canario Negro, creada en 1947 por Robert Kanigher y Carmine Infantino; Catwoman, creada en 1940 por Bill Finger y Bob Kane; Dream Girl, creada en 1964 por Edmon Hamilton y John Forte; Elektra, creada en 1981 por Frank Miller; Estigma, creada en 1997 por Carlos Pacheco y Rafa Marín; Hiedra Venenosa, creada en 1966 por Robert Kanigher y Sheldon Moldoff; Hulka, creada en 1980 por Stan Lee y John Buscema; Faith, creada en 1992 por Jim Shooter y David Lapham; Globalita, defensora de los derechos de la infancia, creada en 2015 por Global Humanitaria; Harley Quinn, creada en 1992 por Paul Dini y Bruce Timm; La Cazadora, creada en 1977 por Paul Levitz, Joe Staton y Bob Layton y por Joey Cavalieri y Joe Staton; Moon Girl, creada en 2015 por Amy Reeder, Brandon Montclare y Natacha Bustos; Ms. Marvel, creada en 1968 por Roy Thomas y Gene Colan; Mujer Invisible, creada en 1961 por Stan Lee y Jack Kirby; Painkiller Jane, creada en 1996 por Jimmy Palmiotti y Joe Quesada; Power Girl, creada en 1976 por Gerry Conway, Ric Estrada y Wally Wood; Spiderwoman, creada en 1977 por Archie Goodwin y Marie Severin; Supergirl, nacida en 1959 de la mano de Otto Binder y Al Pastino; Tormenta, creada en 1975 por Len Wein y Dave Cockrum; Viuda Negra, creada en 1964 por Stan Lee, Don Rico y Don Heck, y, para terminar, Wonder Woman, nacida en 1941 de la mano de William Moulton Marston y Harry G. Peter. Lo mejor de la exposición, como siempre, permitirnos disfrutar con los magníficos originales de George Perez, Don Heck, Rick Leonardi, Bill Sienkiewicz, John Buscema, Fernando Dagnino, David Acuña, Ramon F. Bachs o Rafa Fonteriz.
Junto al acceso a la Plaça de l'Univers, la exposición dedicada a Thermozero Cómics: Un escaparate para el cómic de Aragón, cuyo número 6 fue elegido Mejor Fanzine en el Ficómic de 2015, mostraba el fin de su actividad fanzinera y el comienzo de una nueva trayectoria dirigida a fomentar la divulgación de obras de autores del cómic aragonés gracias a la colaboración de GP Ediciones, la editorial de Zaragoza que ya conocemos porque cuya presencia suele ser habitual en las Jornadas del Cómic de Valencia. El primer fruto de la Colección Thermozero es Gummy Girl, de Isa Ibaibarriaga. A la espera de más, la exposición nos obsequió con una muestra de buenas páginas, como las de Jamás había visto tantas estrellas de Rosemary Valero-O'Connell, Giorgios y el dragón de Gonzalo Royo, Visite Yuggoth de Alfonso Pinedo y Miguel Ángel Fecé, Los dioses del exilio de Edgar-Max, Superbarbarian de José Domingo o Viajeros del espacio de Javi de Castro.
Alejada del mundanal ruido, junto al acceso al Palacio 1 y a la isla en la que se ubicaban las librerías, la exposición dedicada a otro ganador en la pasada edición del Salón Internacional del Cómic de Barcelona, Miki Montlló, Premio al Autor Revelación Divina Pastora gracias a Warship Jolly Roger, con guión de Sylvain Runberg, hacía hincapié en la trayectoria profesional de Montlló no sólo en el campo del cómic, sino también en otros tantos que domina a la perfección, como el de la animación, los videojuegos y, sobre todo, la ilustración, de cuyos trabajos se nos ofreció una buena muestra.
En el extremo opuesto, traspasadas la zona de autores y de fanzines, ¡Feliz cumpleaños, Ibáñez! ocupaba la casi totalidad de un cuadrilátero en el que cinco expositores reunían una pequeña muestra de la basta obra de Francisco Ibáñez y del homenaje que ochenta autores españoles (Alfonso Font, Romeu, Ja, Ramón F. Bachs, Calpurnio, Pasqual Ferry, Forges, Kim, Gallardo, Tha, Ricardo y Nacho, Luis Bustos, Jordi March, Manel, l'Avi...) quisieron hacerle para conmemorar los 80 años del que puede considerarse nuestro dibujante más popular. Con un recorrido que para el visitante se inicia el 15 de marzo de 1936 en la calle en la que pasó sus primeros años, comienza la historia profesional de alguien que tenía muy claro que “de mayor quería dibujar. El primer panel, “Quiero ser dibujante de tebeos, si no, lloros y pataleos (1936-1957)”, nos contó cómo, a los 11 años, Ibañez vio publicado su primer dibujo en la sección de dibujos de los lectores de la revista Chicos; qué cosas le gustaban y cuáles le marcaron ya desde niño para hacer realidad su sueño de ser dibujante, desde los cuadernillos apaisados de El guerrero del antifaz o Juan Centella, a la revista Pulgarcito, sin dejar de lado la impronta del cine cómico en sus historias -Charlot, Buster Keaton, el gordo y el flaco, los Hermanos Marx-; sus primeras colaboraciones como profesional en 1952 en las revistas Nicolás, Chicolino, La Risa o Picolín, en los suplementos de varios diarios o en la Editorial Marco de la que pudimos ver sendos originales de las series Don Usura y La Familia Repollino. Ibáñez había compaginado durante mucho tiempo su trabajo en el banco con el dibujo hasta que en 1957 decide dedicarse profesionalmente a los tebeos y entra a trabajar para la Editorial Bruguera.
Bajo el título “En Bruguera me colé ¡Y allí me quedé!” (1957-1985), el segundo y tercer paneles estaban dedicados a las series protagonizadas por los más famosos personajes creados por Ibáñez, con originales y reproducciones de páginas de sus historias más emblemáticas: Mortadelo y Filemón, agencia de información (1958-2016), cuya primera aparición tuvo lugar en 1958 en la revista Pulgarcito, aunque su primera historia larga -El sulfato atómico- no llegaría hasta 1969, ya como agentes de la TIA, junto al superintendente Vicente y el profesor Bacterio, en la revista Gran Pulgarcito. Entre 1963 y 1985 hizo su aparición El botones Sacarino de “El Aullido Vespertino” para El DDT, cuya versión definitiva llegaría en 1967 para DDT. Rompetechos lo haría entre 1964 y 1985 primero y a partir de 2002 y hasta 2006 después con las nuevas aventuras del famoso miope en la revista Top Còmic Mortadelo, de Ediciones B. Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio, se publicaría en Tío Vivo, DDT y Súper DDT entre 1966 y 1985, mientras que los singulares moradores de una particular comunidad de vecinos, la de 13, Rue del Percebe, se dieron a conocer entre 1961 y 1968.
Una tercera sección, bajo el título ¡Más Madera! ¡Esto es la repera!, reunía otros de sus trabajos publicados en la Editorial Bruguera, La historia esa vista por Hollywood; Ande, ríase usté con el Arca de Noé; Godofredo y Pasqualino, viven del deporte Fino; las series de La familia Trapisonda, un grupito que es la monda, publicada en Pulgarcito entre 1958 y 1968, y de Tete Cohete en 1981. En 1985 Ibáñez abandonaría Bruguera y al año siguiente, ya con Grijalbo, publica en la revista Guai! entre 1986 y 1988 la serie Chicha, Tato y Clodoveo, de profesión, sin empleo, y 7, Rebolling Sreet entre 1986 y 1990.
Ibáñez también compaginó la historieta con la publicidad. Entre 1962 y 1968, de sus lápices salieron Uhu y el niño Prudencio, para la cola Uhu, un producto de origen alemán; don Pedrito que está como nunca, para el brandi Fundador; Pepsi Man, para Pepsi-Cola y Kinito, para Kina San Clemente.
En el panel “Curiosidades que no son banalidades”, Ibáñez se convertía en un listado de cifras difíciles de olvidar, mientras a su lado se reproducían sendas portadas de historias de Mortadelo y Filemón en sus versiones griega y alemana , así como de las diferentes revistas en las que los personajes de Ibáñez han sido siempre los protagonistas exclusivos: Ases del Humor, Super Humor, Colección Olé, Súper Pulgarcito, Súper Rompetechos, Mortadelo...: Mortadelo y Filemón han dejado el papel para llegar a su público a través de diferentes formatos, cortometrajes de dibujos, series de televisión, videojuegos, animación o los tres largometrajes de los que son protagonistas: La gran aventura de Mortadelo y Filemón; Mortadelo y Filemón. Misión: salvar la tierra y Mortadelo y Filemón contra Jimmy el “Cachondo”, en animación 3D. y traducciones a otros idiomas, animación. El tiempo invertido en recorrer la exposición estuvo más que bien empleado, ya que nos sirvió para regresar a esas tardes de la infancia en las que no había nada mejor que tener un tebeo entre las manos.
Al fondo del Palacio 2, la exposición Yo aún diría Más. Las Lenguas Tintineras, una muestra de los idiomas a los que se han traducido Las aventuras de Tintin y frente a ella el habitual espacio cedido a Còmic INJUVE para que los beneficiarios de las ayudas del Instituto de la Juventud para la creación joven en 2015 expongan allí sus obras.
Junto a la zona de lectura habilitada para curiosear entre las páginas de los cómics allí dispuestos, dos exposiciones: Ilustr@ y Novelas Gráficas Comprometidas. La primera mostraba la gran acogida que están teniendo actualmente los ilustradores entre los amantes del cómic y el público en general, cómo éstos combinan distintas facetas profesionales, que van desde la más pictórica, a la publicidad, al cómic o la novela gráfica, utilizando las redes sociales para darse a conocer. Quince ilustradores nos mostraron sus trabajos, a algunos ya los conocíamos y ya sabíamos que nos gustaban, como Paula Bonet, Agustina Guerrero, Moderna de Pueblo (Raquel Córcoles), Marta Nael o Ana Oncina; otros nos sorprendieron gratamente, como Ricardo Cavolo o María Herreros y otros nos dejaron absolutamente maravillados: Amaia Arrazola, Juan Díaz-Faes, Óscar Llorens, Laura Pacheco, Gabriel Moreno y, sobre todo, Conrad Roset.
Novelas Gráficas Comprometidas, reunía una colección de historias únicas unidas por la crisis, la denuncia social, la solidaridad, temas que, desgraciadamente, suelen estar a la orden del día más de lo deseable: los indignados, la corrupción política, la emigración y el racismo, los desahucios, la 3ª Edad, la indigencia y la marginalidad, pero también la cooperación y el desarrollo. Yes, We Camp! Trazos para una revolución, de Enrique Flores; ¡No os indignéis tanto!, de Manel Fondevila; 30 años de corrupción, de Víctor Santos; Gran Hotel Abismo, de Marcos Prior y David Rubín; Freda, de Kike Benlloch y Alberto Vázquez; Presas fáciles, de Miguelanxo Prado; Superlópez: El gran desahuciador, de Jan; ¿Quien zurcía los calcetines del rey de Prusia mientras estaba en la guerra?, de Zidrou y Roger Ibáñez; Invisible, de Jaime Martín; La pobreza no es rentable, de Alfonso López; Miguel 15 años en la calle, de Miguel Fuster; Los niños invisibles, de Tito Alba o el colectivo Viñetas de Vida -el proyecto de Oxfam Intermón en el que participaron Sonia Pulido, Isabel Cebrián y Álvaro Ortiz, Cristina Durán y Miguel A. Giner Bou, Miguel Gallardo, Antonia Santolaya y Enrique Flores, Paco Roca y David Rubín-, entre otras, nos ofrecieron una buena muestra de todo ello.
Ahora sólo queda esperar a que llegue el 35è Saló Internacional del Còmic de Barcelona. Ya queda menos.
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