martes, febrero 12, 2008

CRÍTICA: LA PEQUEÑA DEE de Chris Baldwin

Acabo de leer una pequeña delicatessen que os aconsejaría que, si pudierais, le dierais un bocado y que la degustaseis lenta y pausadamente. Me estoy refiriendo a La Pequeña Dee, de Chris Baldwin, publicada por Dolmen Editorial, dentro de su Colección Burbujas.

La Pequeña Dee recopila en un bonito tomo de formato cuadrangular una serie de tiras que rondan entre las cuatro y cinco viñetas cada una, escritas y dibujadas por el joven Chris Baldwin, creadas en el 2004 (en formato on-line), dentro del género de la tira cómica para adultos, tiras de humor blanco aptas para todo tipo de público, donde es imposible que se te escape una sonrisa o unas risas, siempre con un toque irónico y dobles sentidos que propician que sea una buena excusa para pasar con ellas un buen rato y de paso aprender sobre comportamiento partiendo de las lecciones que te da la vida en según que situaciones.

Esta obra está dentro de ese conjunto de pequeñas obras, aunque me atrevería a calificarlas verdaderamente como grandes dentro del noveno arte, donde los protagonistas son principalmente animales con capacidad de habla y de razocinio, y con humanos también presentes capaces de entenderse o no entre ellos. Nos referimos a obras como Félix el Gato, Calvin & Hobbes, Ciudadano Can, Liberty Meadows, donde sí que hay interlocución entre humanos y animales, o Peanuts, Garfield, Mutts, Over the Hedge, donde no existe interlocución entre ellos, pero sí contacto y convivencia. Por lo tanto, esta tira de Baldwin la podríamos incluir dentro del primer grupo, pero casi rozando la línea que lo separa del segundo grupo, y todo por la nula capacidad para hablar del único personaje humano que aparece: Dee.

En esta ocasión, los protagonistas de nuestra historia son cuatro: La pequeña Dee, Ted el oso, Vachel el buitre y Blake el perro. Aquí cada uno de los personajes tiene su propio rol muy bien definido y muy diferente los unos de los otros.

Dee es el personaje central sobre la que gira toda esta serie de situaciones y hechos que suceden en un bosque donde viven estos animales y donde la pequeña Dee se ha perdido. Dee es una niña que aún no sabe hablar y que reacciona y se comunica con sus amigos los animales a base de gestos. Gran observadora, que fácilmente se asusta, buscando siempre algo caliente y peludo donde protegerse, pero no carente de la picardía que caracteriza siempre a los niños, donde, a veces, su ingenuidad a primera vista es aparcada en pos de conseguir lo que quiere, volviendo locos a sus "amigos", sobre todo a Vachel el buitre. Aquí el autor demuestra el dominio que posee de caracterizar a la niña con una amplia retahíla de expresiones con unos pocos trazos, que van desde la felicidad más absoluta a la expresión más atónita.

Ted el oso es, podemos decir, la mente sensata del grupo, el Jefe, el que razona y sopesa las situaciones, aunque no carezca de una cierta ingenuidad que no es óbice para que, a veces, saque la fiera que lleva dentro. Por ser quien es, tiene el rol de protector de la pequeña Dee, la cual constantemente se abraza a él cual osito de peluche (aunque de un tamaño considerable). Aquí el autor ha sabido plasmar perfectamente esa dualidad que caracteriza a un gran oso, su fortaleza de cara al grupo y la ternura más directa hacia su pequeña protegida, convirtiéndole en un gran animal carente de absoluta maldad.

Vachel el buitre es, de nuestros cuatro protagonistas, mi preferido. Como buen buitre que es, hace el papel de protestón, "carroñero", irónico, borde, duro de corazón (aunque Dee sabe cómo ablandárselo constantemente), que siempre tiene un toma y daca con la pequeña, pero que normalmente siempre sale perdiendo él. Pero, también conoceremos a un Vachel intelectual y culto, leyendo constantemente libros, o a un buitre diestro y habilidoso, capaz de hacer punto de cruz. Es el típico personaje de cualquier obra capaz de tener las dos caras de una misma moneda, y que produce en el lector una constante duda de hacia dónde se encamina verdaderamente su actitud, pero que como personaje da un tremendo juego a las diferentes situaciones que se producen, y es, siempre, el que es más capaz de producirnos hilaridad.

Blake el perro, como buen can que es, es el que aporta más experiencia desde la perspectiva de su convivencia con los humanos, haciendo de puente entre la ciudad y el campo, y es fiel como pocos, un trozo de pan, que provoca que sea muchas veces un poco inocente, atolondrado y bobalicón, de lo cual se aprovecha constantemente Vachel para hacerle la puñeta. Aunque, de los cuatro, es el que menos protagonismo tiene, siempre en un plano más secundario, pero no carente de su importancia, ya que por ser tan ingenuo da pie a muchas situaciones sin sentido.

Toda esta serie de tiras interrelacionadas unas con las otras en un continuum en el tiempo que comienza con Dee perdida en el bosque donde encuentra a Ted, y a partir de este hecho puntual, y al ser adoptada por estos animalitos a la espera de encontrar a sus padres, se suceden una serie de situaciones a cual más entrañable y, como no, imposibles e impensables a la vez.

Vemos como sus "padres adoptivos" intentan cuidar de la niña como si de "Tres solteros y un biberón" se tratara, y cómo se las tienen que ingeniar para poder sacar adelante a una niña humana desconociendo totalmente el cómo hacerlo, lo que provoca que muchos de los momentos vividos por nuestros protagonistas sean de lo más risibles y entrañables.

Son animales, como ya hemos dicho, capaces de pensar, razonar y hablar, en claro contraste con la protagonista humana carente del don de la palabra. El cuento al revés.

Animales capaces de comportarse y reaccionar como cualquier humano, capaces de hacer lo mismo y reproducir los mismos hábitos y comportamientos que estos, e incluso son capaces de adentrarse en el mundo de los humanos (naturalmente "vestidos" para la ocasión) en pos de ayudar e integrar a Dee con los que son los suyos realmente.

Para acabar, sólo volver a recomendaros la compra de este volumen, serie aún abierta en la que está trabajando el autor, y que si queréis, en un pequeño (kit kat) del que podáis disponer a lo largo del día, pasaros un rato divertido, desenfadado, de lectura rápida y amena, no busquéis más y aquí tenéis una obra en la que encontraréis todo eso que estáis buscando. Y, de paso, como moraleja ejemplarizante, comprobaréis que la convivencia entre seres vivos de diferente condición y estatus es posible hoy en día, con sólo mirar la vida con otros ojos y convivir con la naturaleza que nos rodea con otra actitud y mentalidad, lejos del estrés, los problemas y el individualismo que nos produce la urbe actual en su día a día.

Y para más información podéis consultar la web sobre esta obra y la del autor:
http://www.littledee.net/

Un saludo cordial.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que medidas-tamaño tiene el "bonito tomo de formato cuadrangular" ???

EduXavi dijo...

21x21 cm.
¡¡¡Espero haber saciado tu curiosidad!!!