miércoles, febrero 27, 2008

CRÍTICA: LOS BOSQUES DE ÓPALO de Scotch Arleston & Philippe Pellet

Muy recomendable la lectura de esta obra de fantasía si vuestra intención es la de pasar un buen rato con una narración perfectamente estructurada, con su ritmo adecuado y con un dibujo muy bello de ejecución, con Scotch Arleston a los guiones (autor ya con una larga experiencia en el terreno de la fantasía para la BD, como por ejemplo su conocido Lanfeust de Troy y sus series derivadas), Philippe Pellet a los lápices, y Christian Goussale a los colores, publicada aquí por la Editorial Aleta, dentro de su sello Hegats, en la colección Otros Mundos.

¿Y por qué una obra más de las innumerables que hay en el mercado sobre temática fantástica considero que le debéis dar una oportunidad? Las diferentes razones que han motivado que llegue a emitir este juicio, y empujarme a recomendárosla encarecidamente, son las que voy a esgrimir a continuación. El resto, ya sólo depende de vosotros.

Los bosques de Ópalo, que de momento aquí se han publicado los dos primeros tomos, El Brazalete de Cohars y El Reverso del Libro Mágico, y que en Francia es una serie abierta que ya va por el quinto volumen, publicada por Editions Soleil, es pues una de esas series de fantasía que tan bien nos tiene malacostumbrados la BD franco-belga, donde una serie de personajes viven un sinfín de aventuras creadas ex profeso para la ocasión, que nos transportan a mundos de fantasía inimaginables que nos aíslan del mundanal ruido durante un rato, y nos distraen de nuestros quebraderos de cabeza cotidianos, y donde vemos, una y otra vez, la eterna lucha entre el bien y el mal, entre la luz y la oscuridad, todo ello redondeado con un grafismo primoroso y un cromatismo adecuado, que hace perfectamente creíble lo increíble, y que a más de uno seguro que le apetecería pasar una temporadita de relax en esos bucólicos parajes que se nos muestran.

Ópalo es el mundo de los bosques. Aquí, lo silvestre cubre todo el mundo conocido, desde las selvas australes del Imperio Mardoz hasta las frías regiones septentrionales de Khanerat, pasando por los cuatro mares interiores y los cinco reinos... Es este universo, reposando desde hace siglos sobre un frágil equilibrio, el que el destino de Darko se disponía a tambalear”.

Así comienza el primer tomo de esta saga, donde ya nos damos cuenta que en este mundo lo bosques y su espesura tienen una importancia vital en la manera de vivir y de ser de sus habitantes, y donde nuestro protagonista principal, Darko, será el que ponga fin al poder que ejerce sobre el pueblo el Clero de la Luz con ayuda de las Piedras Mágicas desde su centro de poder que es el Santuario de la Luz, capital espiritual de los Cinco Reinos, antigua morada de los Titanes y actual sede del Pontífice Xarquias, cabeza visible de la Iglesia de la Luz, verdadero tirano y déspota, capaz de inflingir a sus súbditos las mayores atrocidades y la mayor de las penurias en pos de obtener la eterna juventud y ostentar un poder que no le corresponde por derecho “divino”.

Darko, junto a su tío el bardo Urfold, su hermana la juglar Sleiloy y la inestimable ayuda del monstruo-demonio Ghörg, intentará cambiar las injusticias que imperan e impregnan todo Ópalo, el mundo de los bosques.

Una característica de esta obra a resaltar es el sentido del humor que supura constantemente por toda la obra, donde los personajes protagonistas hacen continuamente gala de él, sobretodo si del bardo Urfold nos referimos, y no digamos el del demonio Ghörg, un demonio de otra dimensión, que tras su fiero rostro y su poderosa fuerza, se esconde un monstruo con un sentido del humor irónico y exquisito, siempre teniendo prisa una vez acabada su tarea para volver con los suyos y a sus quehaceres domésticos y cotidianos, y que da esa “nota de color” de personaje divertido que parece ser necesario en cualquier obra que se precie.

Arleston ha intentado diferenciar claramente el Bien del Mal, utilizando para el primero personajes sencillos, buenos y simpáticos, con su forma de ver la vida con ilusión y optimismo, pero con ansias de justicia y de tenacidad para lograrla, junto a su opuesto, representándolo con frías mentes asesinas, despiadadas y constantemente haciendo el ridículo, demostrando así su verdadera mediocridad, gente de poder corrupto que sin las Piedras Mágicas serían meros fantoches de pacotilla, odiados y temidos por todo el pueblo llano.

Tenemos multitud de razas, seres fantásticos, ciudades magníficas de ensueño, artilugios inimaginables, desde unas simples lentes para la vista hasta armas de concepción mecánica y rudimentarias, pero de gran efectividad. Todo un alarde de imaginación al servicio de una tecnología precaría y anticuada que nos induce a fantasear más si cabe a causa de ella, y que está perfectamente integrada en un mundo de fantasía heroica, de una edad indeterminada en el tiempo, donde convive lo corriente con lo fantástico de manera natural. Un mundo verdaderamente, como no podía ser de otra forma, de ensueño.

En el apartado gráfico, Pellet nos obsequia con un dibujo meticuloso, con multitud de detalles llevados hasta un extremo increible, con multitud de viñetas en una sola página, que a pesar de tener el formato grande típico de la BD, parece como si el tamaño de las viñetas se redujera a las de un simple comic-book, con un estilo que lo podríamos hasta calificar de miniaturista, donde los bosques, los animales, las diferentes aldeas y la gran ciudad del Santuario de la Luz están magníficamente representados, dando a la obra una solidez y una exquisitez que da como resultado un producto que hará las delicias a todos los aficionados del género fantástico. Los personajes están tratados con un grafismo realista en claro contraste con las diferentes especies y razas que aparecen en esta obra, mostrándonos la gran capacidad de Pellet de crear seres fantásticos acompañados por humanos que dan veracidad y realismo a esta trama fantástica que Arleston nos quiere narrar. Claro ejemplo de esto último es la representación gráfica del demonio Ghörg, los Wafans, los Murgs, los Titanes, los Furloings, los Anshü y multitud de razas más que pululan por la serie, aunque siempre la que parece predominar más en toda la obra, por encima de todas ellas, es la humana.

Como buena continuadora de la tendencia creada dentro de la literatura de género fantástico, en las guardas de los diferentes tomos aparece el típico mapa al que nos tienen acostumbrados para situarnos en un mundo imaginario y totalmente nuevo, para que así sepamos situarnos rápidamente en él para saber con exactitud por donde se desarrolla la acción y se mueven nuestros protagonistas, y para facilitar correctamente, y memorizarlos más fácilmente, los diferentes nombres y topónimos que aparecen en la obra, siempre difíciles de retener inicialmente por el lector.

La edición de Aleta es muy buena, y a pesar del tiempo transcurrido entre la publicación del primer y del segundo tomo, hemos de reconocer que hemos ganado con la espera porque la calidad, aunque el gramaje del papel es parecido, ha subido enteros con el segundo tomo, con un cartoné más grueso y un papel ahora satinado, dando más calidad y resaltando sobremanera los colores de Goussale, que con su riqueza cromática a base de colores vivos da el toque definitivo de calidad al conjunto de la obra (¿puede que esto sea debido a que el primer tomo se imprimió en Slovenia y el segundo en España?).

Ahora solo nos resta esperar que Aleta tenga más celeridad a la hora de sacar al mercado los siguiente tomos, porque la historia que aquí se nos cuenta nos deja ansiosos de continuar y saber el desenlace final de las aventuras de Darko y su “Compañía”.

Un saludo cordial.

No hay comentarios: