¿Por qué no celebrar de nuevo la
Primavera? Aunque vuelva todos los años no por eso no nos deja de
sorprender y abrir el corazón. Un renacer anual que nos llena de
energía y alegría. Y qué mejor celebración que presentaros
“Ilunabar” de Sarima de la Editorial Dibbuks.
“Ilunabar” fue presentado
en Imagicón-Hispacon de Mislata el noviembre de 2011, donde pude
conocer el libro y un poco a su autora. En ese momento no pude acudir
a todo y lamenté no tener el don de la ubiqüidad. “Ilunabar”
estaba en distintos stands y me gustó mucho su edición, sus
ilustraciones, su ambientación. Fue una lástima no conocer de
primera mano las impresiones, los deseos, de la autora, cómo imaginó
y realizó estas estupendas ilustraciones. Pero “Ilunabar” me
llegó en Navidad, en momentos de ilusión: fue un regalo de amigos
que me conocen bien. Y además con la suerte de la cariñosa
dedicatoria de Sarima.
Sarima es el nombre de guerra
de la ilustradora Marisa López Moreno. Nació y vive actualmente en
Bilbao. Estudió diseño de indumentaria en el Instituto Vasco de Nuevas Carreras y se dedicó durante años al diseño y confección
nupcial y de vestuario escénico. Ha dado clase de dibujo y pintura
tanto a niños como a adultos. Diseñadora gráfica y textil para la
firma “Zen Spirit”, como infografista 3D en Bitart (Bilbao) y con
el ilustrador David Puertas en los escenarios y personajes para un
videojuego educativo de “Gestionet”. Ilustra libros, revistas,
juegos de rol, colabora con fotógrafos para retoques y
fotomanipulación, construye páginas web y realiza numerosos
trabajos de diseño gráfico. Entre sus logros, su ilustración
“Anita” está incluida en “Exotique 3”, 2008, título anual en
el que Ballistic Publishing recoge las mejores ilustraciones
digitales de todo el mundo. Y su ilustración “Amalurra” fue
galardonada con el primer premio de ilustración de Mallorca
Fantástica 2009. Es directora de arte de Imaginarios.
Como veréis, a pesar de la
fantasía que desarrollan sus ilustraciones, su estilo es realista,
con técnicas digitales introduce técnicas pictóricas clásicas,
creando figuras en las que encontramos la delicadeza y finura de una
pintura renacentista, como ya nos indica y reconoce, en la
contraportada, su admirado maestro Luis Royo. “Ilunabar” está
formado por unas 34 ilustraciones y 27 relatos entrelazado de manera
tal que te señalan el camino a seguir.
Así que no dudemos más y
entremos en este bosque que tantas promesas promete. Con el primer
paso una curiosa hada de alas de mariposa nos da la bienvenida y nos
presenta el bosque donde encontraremos a las criaturas que lo
habitan. Podremos oír su música, jugar con ninfas y faunos, la
brisa traerá el rumor del arroyo y el trino de los pájaros y
pequeños animales saldrán a saludarnos. Podremos contar nuestros
secretos y pedir deseos y sueños. Cruzaremos las estaciones y
recuperaremos la inocencia y la ternura. Solo faltamos nosotros en
este bosque lleno de magia.
Una majestuosa, rica y bien
arreglada criatura nos recibe en su reino. Nos agradece nuestra
presencia pero nos advierte que lo cuidemos porque es su hogar pero
también el nuestro. Es increíble el detalle que ha puesto Sarima en
esta ilustración: sus rubios cabellos enroscados y trenzados con
gracia, la suntuosidad del traje, tanto en diseño como en la calidad
del tejido, la originalidad del diseño del collar y del broche,
realizados y realzados como oro y piedras preciosas, el detallismo en
las florecillas del tocado que se pueden tocar y arreglar. Pero me
impresiona más la personalidad que le ha sabido dar. Porque, sí nos
da la bienvenida, pero por como sus manos arrugan la tela y la
limpieza de su mirada, nos muestra su preocupación por proteger el
bosque y que nosotros sepamos cuidarlo bien. Seguimos adelante con tu
permiso y, sin hacer daño, lo pasaremos bien.
Vemos a una elegante damisela
con un hermoso sombrero tocado de plumas que abre el espectáculo. Es
la maestra de ceremonias y despliega su magia: no perdemos detalle.
El susurro del agua nos llama y descubrimos una sensual hada de las
aguas que nos invita a disfrutar de las graciosas y traviesas risas
del arroyo y a bailar con la melodía del agua. Una bella pero fría
criatura nos hace admirarla pero ella anhela un corazón para poder
amar y ser amada y a pesar de su perfección admira la sublime
imperfección de todo mortal.
Una delicada hada de tenues
alas, llena de suavidad y calor, acaricia a un pequeño dragón. Ella
ve su áspera belleza y sabe que el cariño construye puentes de
afecto, a pesar de que nadie lo entienda. Me gusta el contraste de la
suavidad de la piel del hada, su claridad y tonos dorados, con la
rugosidad de la piel del dragón y sus bastas alas. Pero la mirada de
admiración del dragón llega con el cariño y la ternura del hada.
Siguiendo nuestro camino nos
encontramos con una de las imágenes más tiernas y conmovedoras de
todas, que es precisamente la portada. El nacimiento de un pequeño
retoño con toda una promesa de futuro que puede ser líder, guerrero
o maestro o sencillamente un amigo. La ternura de como sostiene el
cervatillo esta joven hada y como se dirige al pajarillo, le dan una
expresión y vitalidad sorprendentes. El fondo en tonos verdes
traspasados por los rayos del sol, el detalle y cuidado de su cabello
adornado por ramilletes de flores, la combinación de los tonos
rosados y el brillo de sus verdes ojos, nos fascinan y trasladan en
verdad a un lugar mágico y de ensueño.
Vaya, no solo encontramos
hadas. Hemos tropezado con un joven fauno que nos invita a un juego
muy sencillo: nosotros corremos y él nos atrapa. Podemos intentar
escapar e incluso nos deja hacer trampas, porque él siempre las
hace: le encanta ganar. Una de las pocas figuras masculinas que
encontramos en este bosque; un joven fauno, atractivo, pícaro,
seductor, con un brillo en los ojos que nos atrapa ya sin necesidad
de correr. Es la alegría de vivir, la fuerza de la naturaleza, de la
vida.
Después de separarnos, con
pena, del joven fauno nos encontramos en el camino con un mago mayor,
que a todos nos recuerda a Gandalf. Quiere proseguir camino a pesar
de la hadita que lleva a sus espaldas, que quiere detenerse a jugar.
La verdad es que es muy divertido imaginarte al serio y profundo
Gandalf con una juguetona hadita a cuestas. El pequeño detalle del
hongo en el cayado tampoco ayuda a formarse una seria idea del mago.
En esta ilustración Sarima ha sabido dar su homenaje y su toque de
humor y alegría a la figura de Gandalf como a la de todos los
sesudos magos.
¡Qué contraste tenemos ahora
entre el joven fauno y sus ansias de vivir y este nuevo encuentro! La
ilustración de padre e hijo descansando tras todo un día de juegos
y risas, es preciosa. Es enternecedor como el bebé-cervato descansa
con total abandono y confianza sobre su padre-ciervo en un prado de
margaritas. Sarima nos hace “ver” la inocencia y la total
confianza del bebé depositada en su padre, la suavidad de su carita,
de sus cuernecillos. Descansa sobre su fuerte padre, que incluso
durmiendo, parece estar a punto de saltar en caso de peligro:
defenderá a su hijo ante todo. Sin hacer ruido para no molestarlos,
seguimos camino.
Un fuerte árbol cobija y
protege a una frágil hada con un tocado de plumas. ¿Es la
personificación de algún ave? El hada da amor y alas al árbol. El
árbol da seguridad y amor al hada. Este texto de Sarima es de los
más hermosos de todos: es una declaración de amor total en la que
los dos compañeros se comprenden, complementan y aman. Y no solo lo
entendemos para este bosque mágico de extrañas y originales
criaturas: también los mortales creemos y necesitamos ese amor.
No solo paseando conocemos este
bosque. Levantamos la vista a lo alto, a la espesura de las ramas.
Allí viven los seres más tímidos, descansan de sus correrías o
guardan sus tesoros. El hada de las de plumas se ha hecho amiga de
una ardilla que le ofrece una manzana. El hada pone todo su cuidado
para no asustarla y muestra en su actitud todo el respeto que siente
hacia las criaturas de los árboles. La luz de esta ilustración te
lleva a lo alto del árbol, atraviesa las hojas y forma figuras y
chispitas ante tus ojos.
En el centro de todo, Amalurra,
Madre de todo lo vivo, animal o vegetal, de lo que duerme en invierno
y despierta en primavera. Despliega su magia y cada día gesta una
nueva vida. También forma parte de nosotros. Esta imagen de Amalurra
presenta tal serenidad en su mirada y en su pose que sosiega y
tranquiliza. Es la clara representación de la Madre Tierra: sus
cabellos son ramas, su broche, el sol, su gestación nos muestra la
vida. En una ambientación verde-dorada, Sarima nos presenta la Vida.
No me extraña que con ella consiguiera el premio de ilustración
Mallorca Fantástica 2009.
Llegamos a lo profundo del
bosque, ¿qué encontramos aquí?: la esencia de los sueños. Es
quien nos borda las estrellas del sueño, nos da las alas para volar
y el suave amanecer que nos despierta. La conocemos pero al
despertar, a veces, la olvidamos. Es un hada de mirada soñadora y
dulce sentada a orillas de un arroyo, rodeada por un tenue rayo de
sol que le da una cálida ambientación, adornada con clavellinas y
una etérea mariposa, minuciosamente trabajada, le acompaña.
Pero no todo es seriedad porque
podemos acudir al concierto a orillas del arroyo con las nutrias,
convertirnos en pequeñas abejas para libar el néctar, invitar al
baile a un hada de cabellos de fuego en un prado de flores, ver magia
verdadera en unas hermosas mariposas rojas que han sido peludas
orugas, cuchicheamos secretos con tres hadas de los árboles, jugamos
con una hadita de verdes ojos al escondite con una mariquita.
Como es un bosque mágico y todo
puede ocurrir nos cruzamos con las estaciones del año. El Invierno
es una hermosa joven, no un anciano cascarrabias. Cubierta de blancas
pieles con un gran lobo blanco a su lado, nos sonríe tímidamente y
nos cuenta que cobija a la tierra, cuida a los seres en sus
madrigueras, cuida a la Vida hasta la nueva Primavera. La delicadeza
de la ilustración y sus tranquilizadoras palabras nos hace querer al
Invierno. Nos lo presenta como protector y cuidador del bosque, no
como una figura tétrica o amenazadora.
Oímos crujir nuestros pasos :
son las hojas secas que nos llevan al Otoño. Con tonos ocres, rojos
y amarillos, vemos a una joven de piel canela y ojos rasgados,
envuelta en hojas que nos indica la madurez de la cosecha de los
hombres y la nueva vida de los animalillos. Y ahora que pienso: ¿la
plenitud del verano podía ser padre e hijo en su siesta? Porque esa
ilustración se podría interpretar como el Verano. La quietud, el
descanso, las flores, la luz cálida, sí, bien podría ser el Verano
descansando de tanta fiesta. ¿Y la Primavera? En este bosque mágico
¡siempre es Primavera!
Por fin hemos llegado a la cita.
Quedamos en nuestros sueños y ya nos esperan los faunos, hadas,
ninfas y mariposas. Celebraremos bailes y cantaremos a la luz de la
luna. Y cuando llegue la aurora todo parecerá un sueño, volveremos
al mundo terrenal y lo olvidaremos todo, aunque algún recuerdo nos
quedará. Así nos habla un hada coronada de rosas que nos mira no sé
si con nostalgia por la partida o con ganas de que volvamos pronto
que queda acentuado por los tonos grises de la ilustración.
La combinación de texto e
imagen es esencial, es una verdadera simbiosis: no sabes si el texto
te explica la ilustración o es la ilustración la que da vida al
texto. El texto conmueve, es alegría y serenidad, emociona y
comprendes las verdades que te explica. Las ilustraciones mantienen
esa aura dorada, fantástica e irreal de todas las criaturas feéricas
del bosque pero al tiempo son hermosas como los elementos naturales,
como lo pueden ser las flores y árboles, los niños y las personas
que quieres. Son reales y empatizas con ellas. Porque cada una de
ellas tiene propia personalidad. Son la mayoría figuras femeninas
pero no son iguales, ni en rasgos, ni actitud, ni en lo que
representan. Está la pícara belleza de las jóvenes hadas, la
helada belleza de quien desea ser humana, la calidez de la que sueña,
la sensualidad de la ninfa de las aguas, la tentación de la que nos
promete lo imposible. Están representadas las estaciones, el
atardecer, la noche, la música, la amistad, el amor, la picardía,
el amor paterno... emociones todas muy humanas y gozosas porque en
este bosque fantástico no cabe la maldad pero sí los más preciosos
sentimientos.
Deseando volver a pasear, reír,
jugar y retozar en este fantástico bosque, me despido y hasta
pronto.
2 comentarios:
Muchas gracias por tan preciosa reseña Pepa. Celebro de verdad que hayas disfrutado del libro. Me ha emocionado leer tus palabras y ver que realmente he llegado a tí. Con tu permiso, he compartido el enlace en mi facebook.
Un abrazo :)
Gracias a tí, Sarima por tu magnífica obra. De verdad que he disfrutado mucho y que me encantan tus ilustraciones y el sentimiento que has puesto en ellas. Por cierto, tal vez me recuerdes: soy la pesada que en el Saló de Barcelona te pidió la dedicatoria de "El pequeño Budy y el Dragón Blanco" de Julio García Robles del que me llamó la atención su portada ¡que era tuya!. Es estupenda.Gracias de nuevo.
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