martes, enero 16, 2007

LA BESTIA DEBE MORIR de Nicholas Blake

Muchas veces me pregunto ¿verdaderamente existe la casualidad? Yo suelo jugar con las palabras e inventar significados para determinadas frases hasta hacerlas mías. Siempre digo, por ejemplo, que la curiosidad es la madre de la ciencia o, en una variación de la misma frase, que la casualidad es la madre del conocimiento. Si bien no podría decir que existe la casualidad, ni el destino, ni el azar, me gusta creer que lo que nos ocurre, lo que hacemos, pensamos, o incluso las decisiones que tomamos, tienen una razón de ser y pueden llegar a tener consecuencias no sólo inesperadas, sino especialmente felices.

Pero, ¿qué tiene que ver la casualidad con Nicholas Blake?

Cuando se me sugirió la idea de hacer cinco recomendaciones de novela para regalar en navidad, si bien en un momento decidí hacer cinco recomendaciones de novela histórica, en lo que de verdad estaba pensando era en hacer cinco recomendaciones de novela negra, mi género favorito, de ahí mi insistencia en hacer un segundo post un poco “sui generis”.

Sin embargo, en este post, José Andrés, alguien a quien no conocía, me hizo un comentario un tanto especial: me recomendaba su blog y me sugería la posibilidad de regalarme algo de novela negra para leer. Me quedé un tanto desconcertada por el ofrecimiento y así se lo hice saber, si bien José Andrés me respondió que pertenecía a la Asociación Cultural NOVELPOL (Amigos de la literatura policial), cuyos miembros se dedican a difundir la novela negra. Me indicó cuatro títulos para elegir uno: El peor remedio, de Donna Leon, Réquiem por Brown, de James Ellroy, Pasaje al Paraíso, de Michael Connelly y La Bestia debe morir, de Nicholas Blake, un clásico del que yo no había oído hablar, así que me decidí por él. El libro llegó a mis manos a los pocos días, y ahora puedo decir que acerté plenamente con la elección.

Nicholas Blake era el seudónimo del poeta, dramaturgo, novelista y crítico llamado Cecil Day Lewis (1904-1972) y La Bestia debe morir fue el libro que Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares eligieron para iniciar El Séptimo Círculo, en 1945. El Séptimo Círculo (nombre que hace referencia al anillo del infierno que Dante reservó a los violentos) era una colección de novelas, publicadas entre 1945 y 1983, reeditada ahora por la Editorial Planeta en el sello Booket, dedicada inicialmente al género policial clásico inglés, pero que acabaría incluyendo títulos del género negro y de la literatura fantástica.

La novela nos narra el plan de venganza proyectado por un escritor de novelas policiales cuyo hijo ha muerto atropellado por un coche que se dio a la fuga. Ante la incompetencia policial, decide investigar por su cuenta hasta descubrir la identidad de los ocupantes del vehículo. Este descubrimiento es debido a una casualidad, a un hecho fortuito que tiene lugar apenas iniciada la novela. Que localizara tan pronto al asesino de su hijo me extrañó en un primer momento. Pensé que no era posible que, siendo calificado como un “maestro del género policial”, recurriera a soluciones fáciles y evidentes, de manera que me puse en guardia porque sabía que en cualquier momento surgiría algo que me sorprendería. Y así ocurrió. Conforme vas leyendo te das cuenta de que hay algo que se te escapa, crees que hay algo que falla, cuando en realidad lo que ocurre es que estás esperando a que la trama se desvele de una vez. Es una explicación un tanto extraña, pero era la impresión que me daba: Las dos primeras partes son como un preludio. Si bien la lectura de las primeras líneas seduce al lector, que difícilmente puede evitar su curiosidad por conocer cómo se desarrollará la historia que comienza de una manera tan contundente (“Voy a matar a un hombre. No sé cómo se llama, ni sé dónde vive, no tengo idea de su aspecto. Pero voy a encontrarlo, y lo mataré”), lo que verdaderamente lo conquista se inicia en la tercera parte, cuando aparece en escena el detective Nigel Strangeways.

Realmente ha sido una de las lecturas con las que más he disfrutado últimamente, no sólo porque me ha entretenido, sino porque me ha divertido y me ha animado a conocer más cosas de este escritor cuya lectura te atrapa por la aparente simplicidad con que el protagonista desgrana cada uno de los perfectos misterios que recrea, pero con un profundo estudio psicológico de los personajes.

Evidentemente, yo no tenía ni idea de lo que acabo de escribir hasta que busqué información en Internet, lo que no habría ocurrido si no hubiera decidido hacer un post sobre recomendaciones de novela negra que llamó la atención de José Andrés, si él no me hubiera hablado de Novelpol y ofrecido la posibilidad de leer la novela de Blake, si no hubiera conocido su blog y los sitios amigos (sobre todo la librería Negra y Criminal).

Por esto me gusta creer que la casualidad es la madre del conocimiento. No nos interesamos por algo si previamente no nos ha llamado la atención y cuando nos interesa lo hacemos nuestro, lo aprendemos (o lo aprehendemos).

Por cierto, hablando de casualidad. No os he contado que los hechos que desencadenan la resolución del caso se producen la tarde del día 12 de agosto. Y qué, diréis. Es que me hizo gracia porque yo nací un 12 de agosto.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también soy del 12 de agosto. ^^

Susana dijo...

Enhorabuena, has nacido el mejor día del año. Por cierto, he estado escudriñando en tu blog. Es la mar de interesante. Yo creía que Lost in Translation era sólo una película, pero he podido comprobar que no, que ese Japón existe de verdad y es más divertido de lo que había imaginado.

Anónimo dijo...

Impresionante tu post, escribes de maravilla y muchas gracias.
José Andrés.

Anónimo dijo...

Siempre he pensado que la lectura es un proceso mucho más amplio que el tiempo dedicado físicamente al libro. Hay un después que le da sentido real a lo encontrado en la obra, que “pasa“ la lectura al prójimo, quien se enriquece. Tu post lo confirma.

Apenas empiezo a buscar La bestia debe morir, pero tú has iniciado mi lectura. Gracias.

Saludos.

Anónimo dijo...

Yo lo estoy leyendo, no lo termine todavia ... Espero no me defraude :)

Unknown dijo...

bueno, soy del once de septiembre, vaya casualidad si las hay. la entera realidad es que estoy siguiendo la colección mencionada (el séptimo círculo) y es un gozo mayúsculo. no había indagado demasiado en el género, la realidad me encuentra embelezado con estas y otras novelas. así mismo creo que ante tales recomendaciones y recomendadores, no hay mucho que dudar; después el que a cada uno le cuadre o no, es asunto aparte. yo, simplemente, admiro lo oscuro (tanto en la música, como en la literatura, como en cualquier arte) y me siento muy a gusto con estas lecturas. por otro lado, creo que aportes del tipo de stevenson y otras figuras han servido para plasmar y catapultar estos impulsos en un altar implacable de sagacidades perversas. viva!

Anónimo dijo...

es una novela maravillosa. es muy buena la pelicula con narciso ibañez menta.

Anónimo dijo...

Estoy leyendo la novela, se presenta muy interesante , estoy deseando llegar al final , da gusto disfrutar del placer de la lectura.

Cyllan dijo...

Buscaba alguna crítica de esta novela y leyéndote me has convencido del todo. Creo que podría gustarme (el género me encanta) y me la apunto para adquirir. Gracias.

Susana dijo...

Gracias por tu comentario Cyllan. Seguro que el libro no te decepciona. Me alegra que siga atrayendo a tantos lectores, teniendo en cuenta que también me enganchó a mí gracias a los comentarios de un amigo, José Andrés, el que más sabe de esto de la novela negra y en cuyo buen criterio suelo confiar plenamente.