Se inicia con “Camino sin retorno” que es el que da nombre a la recopilación. El propio autor nos cuenta sus inicios como escritor de fantasía y sus publicaciones en la revista “Fantastyka” cuando aún no tenía ni idea de la creación de la saga de Geralt de Rivia. Nos explica ciertos detalles y cómo se inspiró para sus seres fantásticos, al tiempo que insiste cómo emplea el lenguaje que utiliza en sus novelas. Este relato que se publicó en 1988, nos introduce de inmediato en el que será el mundo de Geralt de Rivia. La druidesa Visenna debe destruir un monstruo qua aterroriza a unas aldeas en el paso de montañas. Ya salen los bobolacos, el Círculo, la magia. Posteriormente retomará a Visenna en la saga del brujo. Y también vemos ya el distinto tipo de lenguaje que emplea para cada personaje.
“Los músicos” fue publicado en 1990 en “Visiones alternativas”, antología de literatura fantástica polaca. Es un cuento que se distancia de la obra más conocida de Sapkowski. No es fantasía de magia y espada sino, más bien, se puede incluir en el género de terror, en cuanto produce miedo y desasosiego. Gran conocedor y admirador de los clásicos de terror, reconoce que Stephen King con “Cementerio de animales” fue su inspirador. Además hay que añadir que es un apasionado de los gatos y fue la acción de una vecina contra los gatos lo que le dio el impulso para escribirlo.
“Los músicos” fue publicado en 1990 en “Visiones alternativas”, antología de literatura fantástica polaca. Es un cuento que se distancia de la obra más conocida de Sapkowski. No es fantasía de magia y espada sino, más bien, se puede incluir en el género de terror, en cuanto produce miedo y desasosiego. Gran conocedor y admirador de los clásicos de terror, reconoce que Stephen King con “Cementerio de animales” fue su inspirador. Además hay que añadir que es un apasionado de los gatos y fue la acción de una vecina contra los gatos lo que le dio el impulso para escribirlo.
Se desarrolla en una ciudad, un descampado, en unas fechas cualesquiera, actuales pero nunca determinadas. Sucede algo terrible en el descampado y los gatos deciden unirse a los músicos para poder rechazar lo que les amenaza. Está dividido en distintos párrafos según sea el personaje protagonista.
Es un relato inquietante pues nos hace ver la crueldad humana hacia los animales, su indefensión y, a pesar de todo, su amor por los humanos. Es un canto contra el maltrato de los animales y un claro homenaje a la literatura popular, al cuento de “Los músicos de Bremen” donde los protagonistas son animales que han sido rechazados por los humanos. Se unen la fantasía (la humanización de los gatos), el terror (la inquietud general que produce) y la novela negra (la investigación policial que se inicia). Este relato me ha llevado a “La canción de Cazarrabos” de Tad Williams (Editorial Timun Mas) tanto por la fantasía que presenta a los gatos como protagonistas como por la crítica que contiene.
Es un relato inquietante pues nos hace ver la crueldad humana hacia los animales, su indefensión y, a pesar de todo, su amor por los humanos. Es un canto contra el maltrato de los animales y un claro homenaje a la literatura popular, al cuento de “Los músicos de Bremen” donde los protagonistas son animales que han sido rechazados por los humanos. Se unen la fantasía (la humanización de los gatos), el terror (la inquietud general que produce) y la novela negra (la investigación policial que se inicia). Este relato me ha llevado a “La canción de Cazarrabos” de Tad Williams (Editorial Timun Mas) tanto por la fantasía que presenta a los gatos como protagonistas como por la crítica que contiene.
“Tandaradei!”, con exclamación final, surge cuando regresaba de la Convención de Nordcon en 1990 y fue publicado en la revista “Fenix” en 1992. Se inspira en una lectura de Tanith Lee y nos dice: “El escritor que afirme que no obtiene la mayoría de sus ideas de otras lecturas no es más que un mentiroso”. Se puede discutir si es un relato de terror o de fantasía porque tiene tanto de uno como de otro. Pero desde luego inquietante y lleno de desasosiego sí que es.
Monika, una joven poco agraciada y bastante gris, decide ir de vacaciones a una colonia de verano. Pero no encaja y, además, tiene extraños sueños con un minnesänger (trovador medieval alemán) que la reclama. Conoce a una viejecita a la que asusta por lo que ve en sus ojos. Siguen sus sueños y premoniciones y se siente seducida por el profesor Jacek. Se desencadenan las fuerzas de la Naturaleza y por fin se siente libre y fuerte para actuar.
Es un relato en el que se unen la dulzura de la canción medieval “Unter der Linder”, la inquietud que producen los sueños de Monika, la fantasía de un mundo distinto, alternativo al nuestro, lleno de magia, y el terror que se presenta en el desenlace. Tiene muchos puntos en común con los cuentos fantásticos del siglo XIX que presentan situaciones anómalas de la vida cotidiana pero que se admiten con gran naturalidad.
“En el cráter de la bomba” se publicó en 1993 en la revista “Fenix” y recibió en 1994 el Premio Zajdel. El autor se muestra orgulloso de afirmar que no es “fantasy” sino totalmente ciencia-ficción. Debo reconocer que me ha sorprendido y hecho pensar. Es ciencia-ficción porque sucede en otro mundo, digamos que alternativo, con tecnología avanzada y una situación extrema. Me ha hecho pensar porque bajo una capa de ironía encontramos los desastres de la guerra, la desesperanza de la gente y, al mismo tiempo, la indiferencia que se apodera de las personas ya acostumbradas al desastre y a una vida marcada por el deseo de sobrevivir.
Se desarrolla en una ciudad que suponemos polaca, dividida en distintas etnias y facciones, en guerra casi permanente pero, como la vida debe continuar, el protagonista decide ir al instituto, a pesar de todo. Y, en un ataque sobre el parque que debe cruzar, cae en el cráter de una bomba. Allí encuentra a un amigo. Nos cuenta en primera persona la situación política, las diferencias existentes, las luchas, el armamento, las fronteras que van cambiando. Se habla de Chernobil, de fechas concretas pero hay situaciones que se me escapan: mis conocimientos políticos de Polonia son escuetos. Pienso que presenta una Polonia alternativa, pero no mejor, a la actual.
Monika, una joven poco agraciada y bastante gris, decide ir de vacaciones a una colonia de verano. Pero no encaja y, además, tiene extraños sueños con un minnesänger (trovador medieval alemán) que la reclama. Conoce a una viejecita a la que asusta por lo que ve en sus ojos. Siguen sus sueños y premoniciones y se siente seducida por el profesor Jacek. Se desencadenan las fuerzas de la Naturaleza y por fin se siente libre y fuerte para actuar.
Es un relato en el que se unen la dulzura de la canción medieval “Unter der Linder”, la inquietud que producen los sueños de Monika, la fantasía de un mundo distinto, alternativo al nuestro, lleno de magia, y el terror que se presenta en el desenlace. Tiene muchos puntos en común con los cuentos fantásticos del siglo XIX que presentan situaciones anómalas de la vida cotidiana pero que se admiten con gran naturalidad.
“En el cráter de la bomba” se publicó en 1993 en la revista “Fenix” y recibió en 1994 el Premio Zajdel. El autor se muestra orgulloso de afirmar que no es “fantasy” sino totalmente ciencia-ficción. Debo reconocer que me ha sorprendido y hecho pensar. Es ciencia-ficción porque sucede en otro mundo, digamos que alternativo, con tecnología avanzada y una situación extrema. Me ha hecho pensar porque bajo una capa de ironía encontramos los desastres de la guerra, la desesperanza de la gente y, al mismo tiempo, la indiferencia que se apodera de las personas ya acostumbradas al desastre y a una vida marcada por el deseo de sobrevivir.
Se desarrolla en una ciudad que suponemos polaca, dividida en distintas etnias y facciones, en guerra casi permanente pero, como la vida debe continuar, el protagonista decide ir al instituto, a pesar de todo. Y, en un ataque sobre el parque que debe cruzar, cae en el cráter de una bomba. Allí encuentra a un amigo. Nos cuenta en primera persona la situación política, las diferencias existentes, las luchas, el armamento, las fronteras que van cambiando. Se habla de Chernobil, de fechas concretas pero hay situaciones que se me escapan: mis conocimientos políticos de Polonia son escuetos. Pienso que presenta una Polonia alternativa, pero no mejor, a la actual.
“Algo termina, algo empieza” es un vaso de agua fresca del anterior relato. Este cuento se publica en 1993 y se supone que no tiene relación alguna con la saga de Geralt de Rivia. Pues es una lástima. Nos introducimos de nuevo en el mundo del brujo, con su amigo Jaskier, la hechicera Yennefer y tantos otros personajes de la saga. Se desarrolla en un ambiente festivo pues celebramos... ya lo veréis. Tenemos todos los elementos de la saga: los personajes, los paisajes y lugares, los monstruos, la ironía, el lenguaje y situaciones divertidas. El autor no quiere que sea parte de la saga pero sí sería bueno que pudiera pertenecer a ella. Sería un bonito y romántico epílogo.
“Battle Dust” es otro vivo contraste con el relato anterior. Es un fragmento de “space opera”: historia de acción y aventuras en un conflicto interplanetario e interestelar con héroes y acción desenfrenada, situada en un mundo futurista y avanzado tecnológicamente. Esta idea surge en la convención de la Polcon de Lublin de 1994.
Un grupo de mercenarios, al mando del comandante Lemoine, han controlado el Complejo y la ciudad, pero el Consorcio quiere que capitulen porque se ha llegado a un acuerdo y la guerra ya no es necesarioa. Todo el grupo se niega, pero hay un problema: como mercenarios no tienen derechos pero si siguen combatiendo serán masacrados. Reúnen sus armas (modernísimas, con rayos láser, granadas y otros artilugios) y deciden escapar en un carguero que tienen preparado. Van cayendo y pocos consiguen llegar a él. Lemoine hace un juramento en nombre de todos los caídos. “Paciencia. Yo no lo olvido”.
Es un relato increíble, dinámico, sin tregua, con cuatro trazos nos presenta la personalidad de los mercenarios, nos hace saber su situación, su código de honor. Es de una acción trepidante, vemos las ráfagas de las armas, los rayos láser, el destrozo de los torpedos: oímos el estruendo de la destrucción, los gritos de rabia y desesperación; sentimos la caída de los luchadores, y comprendemos perfectamente el juramento del comandante Lemoine. Aquí tenemos la gran maestría de Sapkowski en la descripción de batallas.
“La tarde dorada” empieza de una forma tan relajada y tranquila que cuesta creer que es del mismo autor de lo anterior. Este cuento podría ser la explicación de la inspiración de Lewis Carroll para su “Alicia en el País de las Maravillas”. El gato de Cheskire nos cuenta como estaba en una rama holgazaneando cuando aparece la niña Alicia. Lo que allí ocurre y la intervención de Charles Dogson salva a la pequeña y dará lugar a la posterior narración tan conocida.
Este cuento es una colaboración para la antología “Trece gatos” publicada en “Supernova” en 1997 cuyos protagonistas serían gatos. Se presenta como homenaje a los gatos, de los que Sapkowski es gran amante. Vemos el carácter del Gato, indolente, perspicaz, pasota, haciendo lo que le da la gana. Pero también creo que es un homenaje a la literatura fantástica, en este caso un claro homenaje a Lewis Carroll. Es también un alarde de virtuosismo de lenguas (utiliza al menos cinco) y ya en la introducción nos explica la necesidad de conocer distintas.
La Editorial Bibliópolis nos ofrece una edición ilustrada de este cuento, por los Gallego Bros, autores de las portadas de Sapkowsky en esta editorial.
“Battle Dust” es otro vivo contraste con el relato anterior. Es un fragmento de “space opera”: historia de acción y aventuras en un conflicto interplanetario e interestelar con héroes y acción desenfrenada, situada en un mundo futurista y avanzado tecnológicamente. Esta idea surge en la convención de la Polcon de Lublin de 1994.
Un grupo de mercenarios, al mando del comandante Lemoine, han controlado el Complejo y la ciudad, pero el Consorcio quiere que capitulen porque se ha llegado a un acuerdo y la guerra ya no es necesarioa. Todo el grupo se niega, pero hay un problema: como mercenarios no tienen derechos pero si siguen combatiendo serán masacrados. Reúnen sus armas (modernísimas, con rayos láser, granadas y otros artilugios) y deciden escapar en un carguero que tienen preparado. Van cayendo y pocos consiguen llegar a él. Lemoine hace un juramento en nombre de todos los caídos. “Paciencia. Yo no lo olvido”.
Es un relato increíble, dinámico, sin tregua, con cuatro trazos nos presenta la personalidad de los mercenarios, nos hace saber su situación, su código de honor. Es de una acción trepidante, vemos las ráfagas de las armas, los rayos láser, el destrozo de los torpedos: oímos el estruendo de la destrucción, los gritos de rabia y desesperación; sentimos la caída de los luchadores, y comprendemos perfectamente el juramento del comandante Lemoine. Aquí tenemos la gran maestría de Sapkowski en la descripción de batallas.
“La tarde dorada” empieza de una forma tan relajada y tranquila que cuesta creer que es del mismo autor de lo anterior. Este cuento podría ser la explicación de la inspiración de Lewis Carroll para su “Alicia en el País de las Maravillas”. El gato de Cheskire nos cuenta como estaba en una rama holgazaneando cuando aparece la niña Alicia. Lo que allí ocurre y la intervención de Charles Dogson salva a la pequeña y dará lugar a la posterior narración tan conocida.
Este cuento es una colaboración para la antología “Trece gatos” publicada en “Supernova” en 1997 cuyos protagonistas serían gatos. Se presenta como homenaje a los gatos, de los que Sapkowski es gran amante. Vemos el carácter del Gato, indolente, perspicaz, pasota, haciendo lo que le da la gana. Pero también creo que es un homenaje a la literatura fantástica, en este caso un claro homenaje a Lewis Carroll. Es también un alarde de virtuosismo de lenguas (utiliza al menos cinco) y ya en la introducción nos explica la necesidad de conocer distintas.
La Editorial Bibliópolis nos ofrece una edición ilustrada de este cuento, por los Gallego Bros, autores de las portadas de Sapkowsky en esta editorial.
“Lo que sucedió en Mischief Creek” se fraguó durante años siendo publicada en el año 2000. Su inspiración la encuentra en distintos relatos. Un grupo de hombres, en persecución de una bruja huída, en las Colonias de América, llegan a un pueblo donde son las mujeres quienes organizan la vida. Se mantiene una atmósfera de tensión hasta un desenlace inesperado.
Se puede enlazar con el relato “Los músicos” pues en ambos se hablan de seres indefensos sobre los que actúa con crueldad innecesaria aprovechándose de su debilidad y, en los dos relatos, el desenlace es muy original.
“Spanienkreuz”, este último relato es el más corto y el que más nos llega a los españoles. Se le solicitó al autor en el año 2006 para el festival de la Semana Negra de Gijón. Se nos muestra una consecuencia de un terrible acontecimiento de la Guerra Civil en España. En el relato asistimos al dolor y la humanidad de la hermana en contraste con la ceguera moral del general. No es un relato que se pueda encasillar: fantasía (por el personaje de la hermana), ciencia-ficción (lo que anticipa) o simplemente ficción (por lo que narra).
No sé si os habéis dado cuenta pero utilizo tanto la palabra “relato” como “cuento”. Una "novela" supone una extensión considerable que no es indicadora de su calidad. Un "relato" tienen una extensión más o menos corta, en relación a la novela y “cuento” siempre es de una extensión corta, un relato corto. Pero con “cuento” nos liamos pues tiene connotaciones infantiles o, al menos, raíces populares y pensamos que su calidad e importancia es menor. Pero no. “Cuento” o “relato corto” sólo indica que es breve pero no de menor calidad.
Entre los escritores que escriben “cuentos”, “relatos cortos”, me entusiasman el ruso Chejov y el catalán Quim Monzó, dos autores muy separados en el tiempo pero no en sus intenciones como autores. Y, además, es que también me gustan los cuentos dedicados a niños o los populares.
Esta recopilación de narración corta de Sapkowski ha sido una grata sorpresa. En estos relatos hemos vuelto a ver su calidad, su dominio del lenguaje, su ironía y sus críticas. Hemos conocido otras facetas de su obra porque los relatos de ciencia-ficción y de terror están muy conseguidos. Se vuelve a demostrar que “Fantasía” es muy grande y caben muchos géneros en ella y no es bueno encasillar a un autor, ni a nosotros los lectores, en un tipo determinado de literatura pues nos perdemos verdaderas joyas.
Saludos y hasta pronto.
Se puede enlazar con el relato “Los músicos” pues en ambos se hablan de seres indefensos sobre los que actúa con crueldad innecesaria aprovechándose de su debilidad y, en los dos relatos, el desenlace es muy original.
“Spanienkreuz”, este último relato es el más corto y el que más nos llega a los españoles. Se le solicitó al autor en el año 2006 para el festival de la Semana Negra de Gijón. Se nos muestra una consecuencia de un terrible acontecimiento de la Guerra Civil en España. En el relato asistimos al dolor y la humanidad de la hermana en contraste con la ceguera moral del general. No es un relato que se pueda encasillar: fantasía (por el personaje de la hermana), ciencia-ficción (lo que anticipa) o simplemente ficción (por lo que narra).
No sé si os habéis dado cuenta pero utilizo tanto la palabra “relato” como “cuento”. Una "novela" supone una extensión considerable que no es indicadora de su calidad. Un "relato" tienen una extensión más o menos corta, en relación a la novela y “cuento” siempre es de una extensión corta, un relato corto. Pero con “cuento” nos liamos pues tiene connotaciones infantiles o, al menos, raíces populares y pensamos que su calidad e importancia es menor. Pero no. “Cuento” o “relato corto” sólo indica que es breve pero no de menor calidad.
Entre los escritores que escriben “cuentos”, “relatos cortos”, me entusiasman el ruso Chejov y el catalán Quim Monzó, dos autores muy separados en el tiempo pero no en sus intenciones como autores. Y, además, es que también me gustan los cuentos dedicados a niños o los populares.
Esta recopilación de narración corta de Sapkowski ha sido una grata sorpresa. En estos relatos hemos vuelto a ver su calidad, su dominio del lenguaje, su ironía y sus críticas. Hemos conocido otras facetas de su obra porque los relatos de ciencia-ficción y de terror están muy conseguidos. Se vuelve a demostrar que “Fantasía” es muy grande y caben muchos géneros en ella y no es bueno encasillar a un autor, ni a nosotros los lectores, en un tipo determinado de literatura pues nos perdemos verdaderas joyas.
Saludos y hasta pronto.
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