CRÓNICA: 27è SALÓ DEL CÒMIC DE BARCELONA (I)

Un año más hemos acabado contentos y terriblemente agotados (ambas cosas inevitablemente compatibles) de otro Saló del Còmic de Barcelona, que este año celebraba su 27ª edición.

Este año, como todos ya sabemos, las fechas han sido modificadas respecto a los años anteriores, manteniéndose la ubicación en el mismo pabellón 8 de la Fira de Montjuic, pero celebrándose en esta ocasión a finales de mayo y principios de junio, y de viernes a lunes, por ser este último festividad en toda Catalunya. Este cambio se pensaría por parte de la organización que beneficiaría la afluencia de aficionados y público en general en tiempo de crisis pero, visto lo visto, comparando los días de más afluencia (sábado y domingo) de otros años respecto a éste, es que la afluencia ha sido menor, pudiéndose caminar desahogadamente por cualquier zona del Saló y, a pesar de haberse habilitado otra zona del Saló (para la zona de videojuegos y una cafetería), la coincidencia con época de exámenes más la posibilidad de irse de puente gracias al buen tiempo que hemos tenido, seguro que han sido motivos de peso que han posibilitado que se viera mermada considerablemente dicha afluencia a falta de las cifras oficiales, naturalmente, por parte de la Organización del Saló.

Entrando ya en faena, el jueves por la tarde ya tuve mi primera alegría del día: la rúa/recibimiento del Barça celebrando el histórico triplete… como modesto culé que me considero, fue una gratísima sorpresa que auguraba un buen comienzo de lo que me iba a esperar en el Saló y, para más inri, el hotel donde nos alojábamos estaba situado en una de las calles por donde iba a pasar la comitiva del Barça y, al tener la suerte que nuestra habitación tenía un balcón que daba a esta calle, pudimos ver el paso de la rúa desde una situación privilegiada y pude, incluso, grabarla. Tengo que reconocer que se me puso la carne de gallina (podéis ver el vídeo que hice pinchando aquí).

Este año por modificación de fechas, como ya he comentado más arriba, el Saló abrió sus puertas el viernes, por lo que el primer día ya se veía más movimiento de aficionados y de autores (con sus correspondientes firmas) que de costumbre. Aún así, la mañana fue bastante tranquila y nos pudimos acercar con detenimiento a las diferentes exposiciones que se habían montado este año.

No voy a comentar aquí ninguna de ellas (de eso ya se encargará Susana en un futuro post con el consiguiente reportaje visual incluido), sino que simplemente voy a dar unos breves apuntes sobre ellas en conjunto. La que más me gustó, por lo que significaba, por los extraordinarios originales que se podían contemplar y admirar y que lograban hacerte babear, y también por el continente en sí de la exposición (magnífico el cohete despegando), fue la dedicada al Flash Gordon de Alex Raymond, además de estar situada en un lugar privilegiado del recinto ferial para que no pasara desapercibida para nadie. Todo lo contrario que la dedicada a Jim Lee, que parecía que estaba escondida a vistas de todo el mundo, horriblemente ubicada. Flaco favor. Una lástima. También destacar exposiciones como la de Carlös (desternillante), la de Octubre de Pasqual Ferry (también bastante bien montada), la de Esther y sus mundos de Purita Campos (entrañable), y la espectacular dedicada al fútbol, Viñetas en fuera de juego, con campo de fútbol y jugadores incluidos. Y también comentar la de Bruselas-Valonia… ayns que ganas tengo de ir a esta cuna de la BD. Por lo tanto este año, pese a la crisis, había interesantes exposiciones como siempre, aunque todo hay que decir que si nos referimos al continente de cada una, había algunas, como la ya comentada de Jim Lee, la del Arrugas de Paco Roca o la de Gipi, así como la de Batman Barcelona, que se asemejaba mucho a la de Héroes del año pasado, que hubieran merecido un mayor empaque y relevancia.

De izquierda a derecha: Feliciano G. Zecchin, Enrique Fernández, Santi Arcas y Hernán Migoya

Ya por la tarde fuimos a las ya tradicionales y consolidadas Jornades Comiqueres de la Fnac/SD donde, con la asistencia de casi medio centenar de autores, se podían conseguir las preciadas firmas de una manera, digamos, más fácil y tranquila, al estar divididos los autores (y por tanto los aficionados) entre la Fnac y el Saló. Nosotros este año centramos nuestras fuerzas en la zona del Foro donde se concentraron los autores que la Editorial Glénat había reunido para la ocasión, para luego, ya casi al finalizar la sesión de firmas, subir a la segunda planta obtener unas cuantas dedicatorias más, y donde la ubicación de los autores era la misma que el año pasado, repartiéndose en dos zonas, pero en esta ocasión, el orden de acceso al "recinto" de firmas estaba más controlado y organizado, reservándose a Mike Mignola una cola especial y separada del resto. Lo dicho, consolidadas y ya imprescindibles para un servidor estas Jornades Comiqueres.

De abajo a arriba: Paco Roca, Miguel Gallardo, Marcial Toledano, José Manuel Robledo, Jordi Pastor, Pablo Auladell, David Rubín, Alessandro Barbucci, Paolo Cossi

El resto de los días del Saló ya fue un sin parar en busca de las preciadísimas firmas por aquí y por allá, de stand en stand, las cuales podréis ir viendo por aquí en sucesivos posts, obteniendo una muy buena cosecha y hartándome de hacer vídeos sin parar. Sí que se apreció, aparte de la menor afluencia de gente respecto a otros años, la ausencia de autores extranjeros que normalmente traían las diferentes editoriales (aparte de los que traía Ficomic, con nombres de la talla de Bourgeon, David B., Gipi, Lee, Mignola, Starlin, McCloud...), si exceptuamos a Paolo Cossi por parte de Ponent Mon y de las hermanas Tamaki o Tony Sandoval por parte de La Cúpula, o de Terry Dodson conjuntamente con Dolmen, David B. con Sins Entido, Nicolas Wild con Ponent Mon, Mark Waid con Planeta y Todd Nauck con Panini … lo que nos hace intuir que la crisis ha afectado más de lo que aparenta… eso sí, como contrapartida, hubo una buena representación de autores patrios, me atrevería a asegurar que más y de mejor calidad que en años anteriores (bueno, lamentando alguna que otra ausencia por nuestra parte, como pudo ser la de Luis Durán o la de Juan Giménez, que con obra nueva no estuvieron extrañamente estos días firmando por el Saló).

De izquierda a derecha, y de arriba a abajo: Fermín Solís, Alberto Vázquez, Alfonso Zapico y Javier de Isusi; Jali, Sagar Forniés y Andreu Martín; Lean, Daniel Torres, Miguelanxo Prado, Giovanni Di Gregorio, Claudio Stassi y Alessandro Barbucci

Y, como todos los años, las colas del stand de Ficomic eran de infarto. Muchos aficionados haciendo horas y horas de cola para que los autores invitados por el Saló les dedicaran sus obras o consiguieran un dibujo en el bloc que, por lo que se podía ver en los diferentes stands de las editoriales, esto último era harto difícil de conseguir. Hubo gente, por lo que se comentó durante esos días, que se chupó muchas horas para la firma de Jim Lee para luego saberse que no iba a hacer dibujo. Yo creo que todo los autores tienen derecho a escoger unas u otras opciones a la hora de enfrentarse a las sesiones de firmas. Si el autor en cuestión tiene decidido no hacer dibujos (cosa que los aficionados buscan principalmente y, entre ellos, me incluyo), lo más lógico sería, por parte de la organización, el avisar para que así la gente no haga estas agotadoras colas, si su intención es conseguir un dibujo, y así plantearse esta opción en otro stand. En fin, supongo que con el tiempo estas cosas se irán puliendo, en beneficio siempre tanto del aficionado como del autor.

De izquierda a derecha Todd Nauck, Jim Lee, Jeffrey Brown y Mark Waid

Yo ya hace tiempo que decidí que las colas del stand de Ficomic intentaría no hacerlas, simplemente por el motivo de las muchas horas que hay que invertir en ellas y prefiero enfocar ese tiempo en otras opciones más factibles a lo largo y ancho del Saló, pero este año me animé el lunes por la tarde (ya tenía casi todo el trabajo hecho, ya no había tanta afleuencia de aficionados y, por primera vez, habíamos decidido quedarnos íntegramente los cuatro días de Saló) a hacer la cola de Jim Starlin, uno de mis autores preferidos en mis años mozos (inolvidable el Dreadstar que sacó hace ya muchos años Forum bajo el sello Epic Comics), pidiéndole que me hiciera un Vanth Dreadstar y que ahora guardo como oro en paño. Ojalá pronto Planeta reedite esta magnífica obra que marcó un antes y un después en los cómics de ciencia ficción.

De izquierda a derecha: Jim Starlin, Terry Dodson, Nicolas Wild y Jeffrey Brown

Lamentablemente, como pasa cada año, al solaparse las diferentes actividades del Saló, y el anteponer por nuestra parte las dedicatorias como opción prioritaria, no pudimos acudir a ninguna de las charlas, presentaciones o conferencias que se celebraron durante esos días (sólo a parte de la que dio Jordi Ojeda el último día sobre "Un universo marítimo en viñetas"). Y, tampoco completamente a ninguno de los Talleres, solo pudiendo ver parte del de Roger Ibáñez y el de Mike Mignola, y destacando Susana por su parte el didáctico taller que impartió Quim Bou a un grupo de escolares.

Clase magistral de Roger Ibáñez

También fue un salón de encuentros con gente que nos vemos año tras año y que pudimos saludar aunque sea brevemente entre cola y cola… al incansable Diego, en busca de las preciadísimas dedicatorias, y qué decir de Juan Rojas (que nos mostró su book con absolutas "joyas"), otro incansable donde los haya, ambos siempre de los primeros en las diferentes colas… un placer el haber charlado, aunque sea brevemente (está metido en todos los saraos habidos y por haber) con Álvaro Pons… y también un placer el charlar con Jorge Iván Argiz, que estuvo sólo un par de días porque tuvo que marchar a ver el último partido de su Sporting de Gijón de sus amores (y aprovecho estas líneas para felicitarle por haber conseguido la permanencia)… también el haber charlado unos minutos con Hernán Migoya, un referente dentro del panorama tebeístico en nuestro país… y, como no, con nuestro internacional e incombustible Antonio… y, naturalmente, sin olvidarnos de los entrecomiqueros (Mar, Tío Berni, Heckler, Iñaki y Mary), todos unos expertos en el tema de la moderación, de las entrevistas en vivo y en directo, y en el difícil arte de conseguir las dedicatorias más difíciles y preciadas… siempre en ardua lid con los TraZeros.

Tres maestros del pincel en acción: Carlos Giménez, François Bourgeon y Mike Mignola

Mención aparte merecen las charlas improvisadas, los cafés y las comidas con nuestros autores… saludamos a Enrique Fernández, centro de todas las miradas y conversaciones, el "auténtico" rey de la… fiesta (y que ha triunfado como nadie con el ya casi “agotado” La isla sin sonrisa)… a Enrique Corominas (y su inseparable Helena) que dedicó su reciente El arte de Canción de Hielo y Fuego en el novato stand de Gigamesh y que tuvo que duplicar sus sesiones de firmas ante el éxito de las mismas (y que nos enseñó -inconmensurable trabajo artesanal- su ya casi acabado El retrato de Dorian Gray)… un verdadero placer siempre el saludar a Quim Bou y charlar un poco con él, que nos enseñó las páginas de su cuarto álbun de Orn: Historia Universal (y los que quedan aún), que casi tiene acabado, y que cada vez tiene muchas más referencias tolkienianas para alegría de los seguidores de ambas obras… un placer el haber conocido a Javi Montes, un autor con mucho, mucho caché y talento, y que es capaz el solo de amenizar cualquier sarao con la simpatía que reparte a raudales… y también tuvimos la ocasión de compartir mesa con Raule (continúa triunfando con su Jazz Maynard del que se prevé ya un cuarto volumen) y su mujer Lucy, y del maestro Rubén Pellejero que nos contó y puso los dientes largos a sus colegas con algún que otro Salón en la paridisiaca isla de Reunión. Y un saludo a Lydia Sánchez, que sacaba obra colectiva en la Joso, Ellas son únicas, y que le deseamos toda la suerte del mundo en sus futuros proyectos. Y no, no nos olvidamos de una de las alegrías personales del Saló, más concretamente la ilusión que le hizo a Susana el descubrir que José Oliver y Bart Torres le habían dedicado el segundo volumen de El Joven Lovecraft.

Mezclados entre TraZeros y Entrecomiqueros, y algunos con sus respectivas parejas, se pueden entrever en este suculento ágape a Enrique Fernández, Raule, Enrique Corominas, Rubén Pellejero y Javi Montes

En cuanto a las editoriales, agradecer a Diábolo el exquisito trato que nos dispensó tanto Lorenzo como Pilar, con los que conversamos en diferentes momentos y que nos alegramos que este año las ventas fueron buenas y que obras como las de Jazz Maynard, El Joven Lovecraft y Ken Games hayan funcionado tan bien. Y también a José María Carrasco, que nos recibió con los brazos abiertos, con el que pudimos charlar brevemente el último día y al que le deseamos todo el éxito del mundo con su proyecto editorial de Viaje a Bizancio (por cierto, si no lo habéis comprado ya, recomendaros encarecidamente el libro teórico de Rubén Varillas, La arquitectura de las viñetas, que con sangre y sudor por parte de editor y autor llegó a tiempo para el Saló… recomendabilísimo).

Bart Torres y José Oliver en plena sesión de firmas

Como habéis podido comprobar por la diferentes imágenes que os hemos mostrado (parte de ellas gracias a nuestro colaborador TraZero Juanmi, que compartió con nosotros unas cuantas anécdotas sobre la BD, y con el que estuvimos estos días de Saló junto a Marian) fue un Saló, pese a la crisis, intenso y fructífero como ninguno, uno de los mejores de los últimos años en el plano personal, por no decir que el mejor.

Y, el año que viene, puntuales como no podía ser de otra forma a la cita de la 28ª edición.

Un saludo cordial.