Una obra que ya hace tiempo leí, cuando aún los derechos de la Marvel eran propiedad de Planeta DeAgostini, y que merece que le dediquemos un rato de nuestro tiempo escribiendo una reseña, y más sabiendo ahora que hoy mismo sale reeditado el primer volumen (de dos) a través de la Editorial Panini dentro de su Colección Extra Superhéroes, es el Alias del genial (siempre me faltarán palabras para loar el talento de este genio a los guiones) Brian Michael Bendis y del talentoso Michael Gaydos a los lápices.
Alias es una obra realmente atípica dentro del género superheroico... y precisamente nos cuesta bastante meterla en este género de los superhéroes al uso tal como lo conocemos desde siempre dentro de mítico Universo Marvel. Más bien podríamos clasificarla sin reparos dentro del género negro pero con leves toques del de superhéroe, aunque más bien podríamos calificarlo como un perfecto slice of life cuyos protagonistas, dentro de un contexto diario y cotidiano, serían nuestros superhéroes de toda la vida, aunque siempre ellos como actores secundarios invitados a la 'fiesta' donde la protagonista principal es una exsuperheroina que ha dejado las mallas para convertirse en una investigadora privada que se gana la vida como puede solucionando 'casos extraños'.
Ésta es Jessica Jones (cuyo alias superheroico es Joya... y “Alias” (“Investigaciones Alias”) da nombre a la obra, una serie que va de superhéroes pero sin ser sus álter egos los verdaderos protagonistas de la historia) la cual recibe el encargo de encontrar a la hermana de una cliente que está desaparecida. Después de realizar unas pesquisas por fin la encuentra junto a otro hombre, que no es otro que Steve Rogers, el Capitán América, y el caso por tanto se complica... no sabe qué hacer con la cinta que ha grabado donde la identidad secreta de uno de los mayores superhéroes de Norteamérica puede estar en peligro si la hace pública y ve la luz. Pero ahí no acaban sus problemas, sino que no hacen más que empezar... Miranda, la hermana perdida y que se encontraba con Steve Rogers es asesinada esa misma noche y no sabe qué hacer ahora. Enseguida busca el apoyo de su 'amigo' Luke Cage y empieza a indagar sobre el asunto temiendo que todo esto sea una conspiración proveniente de las altas esferas y le hayan tendido una trampa para formar parte de un complot con ramificaciones políticas. A partir de estos momentos, y una vez resuelto el caso, se sucederán los mismos donde, la participación directa o indirecta de diferentes superhéroes o supervillanos, siempre estará presente, y sobre todo si estos forman parte, de una u otra forma, de la vida privada de nuestra protagonista.
Como ya hemos apuntado, cómo son vistos y aparecen los superhéroes en la serie es lo que la hace tan interesante y atractiva para un servidor. Hay que reconocer que la apuesta puede sonar arriesgada, aunque no tanto si tenemos en cuenta que hoy en día los lectores buscan algo más en las historias de superhéroes que, aparte de ser puro espectáculo y entretenimiento de una manera de mostrar la vida día de todos nosotros de una forma hipotética con toques fantásticos y de ciencia ficción posibles si realmente existieran seres con superpoderes, se tiende a exigir a los guionistas (y porque no a los dibujantes) que ofrezcan historias también de un corte claramente más realista, como formando estos seres extraordinarios parte de nuestra sociedad, como unas personas más que se relacionan de manera natural con la gente que les rodea, sea o no ésta superpoderosa, y humanizarlos de tal manera que, aparte de tener sus historias de siempre de lucha del bien contra el mal, también sean capaces de tener sus propios problemas cotidianos, sus naturales relaciones entre ellos o con gente que no tiene esos poderes especiales, sus amoríos y sus rupturas, sus dudas y sus miedos, el tener que ir a comprar para poder vivir en el día a día como el de pagar sus facturas e impuestos como cualquier ciudadano corriente.
Un cambio radical en esa manera de ver bajo otro prisma a estos seres con superpoderes ya nos los mostró claramente Alan Moore en la década de los 80 con obras como Watchmen, un verdadero antes y después en la industria del noveno arte norteamericana (independientemente que muchos autores ya iban profundizando cada mes más en sus historias en este aspecto más humanizado de sus protagonistas), siendo un verdadero revulsivo para que otros autores siguieran sus pasos, con mayor o menor fortuna (y en esto fue fundamental el desembarco de autores británicos), y dar ese aspecto más realista a sus comic-books para adaptarse a los nuevos tiempos que corrían, a las necesidades que demandaban cada vez con más insistencia los fans, siempre teniendo claro que eran obras ya de otra época pronto a caballo entre el siglo XX y el XXI.
Uno de esos jóvenes guionistas que en su momento cogió el relevo fue el estadounidense Brian Michael Bendis. Aunque sus comienzos como guionista (y dibujante) están fuera de todo lo relacionado con los cómics de superhéroes y sí con obras atípicas enmarcadas todas ellas dentro del más puro género negro (Fire, Goldfish, Jinx, Torso...), una vez hecho un nombre y hacerce un hueco en el mundillo recibiendo buenas críticas y el beneplácito del aficionado, comienza a adentrarse en series ya de temática superheroica pero con regusto a género negro (Sam & Twitch, la propia Alias o Powers), antes de entrar ya de lleno en la Casa de las Ideas cogiendo varios títulos cabecera de la misma y siendo el mentor de algunas de las grandes macrosagas hasta la fecha: House of M, Secret Invasion y Secret War. Guionista con una reputación bien ganada a pulso y merecida por ser el que “construye los diálogos más largos” en el mundillo, sabe siempre sacar el jugo preciso a sus personajes para que estos cojan un verdadero peso en las historias más por lo que son y piensan verdaderamente que por los actos fantásticos que realizan (aunque, claro, en los grandes cabeceras de la Marvel no puede siempre aparcar a un lado la espectacularidad de las escenas en beneficio del diálogo en sí con peso más fundamental).
El dibujo irregular y sucio de Gaydos es ideal para dar ese toque oscuro que requiere una serie como ésta, una serie que formó parte del Sello Max de Marvel, un sello especialmente dirigido al lector adulto (recordemos que esta serie fue la punta de lanza (junto al Nick Furia de Garth Ennis y Darick Robertson) de esta nueva línea), y que un dibujante como éste está fuera de los cánones clásicos y espectaculares que tanto caracterizan al género de superhéroes porque, bueno, como ya hemos dicho, la protagonista es una superheroina retirada, sí, y aparecen superhéroes secundarios de lujo, sí, pero en ningún momento podríamos englobarla como una serie perteneciente al género de superhéroes e, incluso, me atrevería a decir que ni al de mainstraim al uso. Michael Gaydos es un dibujante que diseña muy bien el contenido de la página, con muchas viñetas si éstas son necesarias, para adaptarse a la perfección a los extensos diálogos a los que nos tiene ya mal acostumbrados Bendis, ayudándose y apoyándose constantemente (como también hacía Bendis en su época pasada de dibujante) en la repetición (a veces exagerada) de una misma viñeta, para dar consistencia a los diálogos que se suceden en un corto espacio de tiempo, cambiando simplemente (y, a veces, ni eso) algún que otro gesto o expresión facial necesaria según el diálogo lo requiera.
Naturalmente esta atmósfera conseguida no sería posible sin el magnífico trabajo al color de Matt Hollingsworth que aporta es color verdaderamente sucio de colores fríos y oscuros que tan bien le “pega” a un dibujo anticlásico de Gaydos, perfecto para las ambientaciones y contextos de serie negra al uso buscados por un Bendis maestros en estas lides.
Y para redondear aún más la jugada, para quitarse el sombrero ante las 28 portadas de la mano de David Mack... una auténtica maravilla, muy a lo “Mackean”, con un estilo muy expresionista, personal, de fotomontaje llegando a casi el collage, que parecen verdaderos óleos con una atmósfera envolvente única que realzan aún más la calidad que nos vamos a encontrar en su interior. Y si a esto le añadimos un colaboración puntual de Bill Sienkiewicz en los números 7 y 8, y alguna pequeña colaboración especial de algún que otro dibujante a lo largo de la serie (entre ellos del propio David Mack), concluimos finalmente una obra de una gran calidad artística, tanto literaria como pictórica.
Recordemos que aunque esta serie finalizó (una verdadera lástima) en el nº 28, las andanzas de nuestra especial exsuperheroina continuaron en la serie (también ya conclusa) The Pulse, donde nuestra Jessica Jones cambiaba de profesión, convirtiéndose ahora en ayudante de peridismo de la nueva sección sobre los superhéroes The Pulse del mismísimo Daile Bluge, así como seguímos durante bastantes números su embarazo. Y, como este personaje no podía desaparecer así como así del Universo Marvel, continuaremos viéndolo seguidamente en otra cabecera, la de los Nuevos Vegadores post Dinastía M, donde nos esperaba la celebración de un acontecimiento por todo lo alto, dentro del mundo de los superhéroes, entre Jessica Jones y Luke Cage (el cual también se ve inmerso en esa humanización exacerbada y realista de la serie).
Ahora sólo me resta animaros a disfrutar de esta nueva reedición de Panini que, aunque no es el mejor formato que yo hubiera imaginado para mejorar la anterior edición de Planeta, tanto de tamaño como de edición, ya que será publicada dentro de la Colección Extra Superhéroes, y habiendo podido aprovechar mejor, porque no, el Alias Omnimus que hace unos años publicó la Casa de las Ideas... aún así, si algo se merece esta obra es que nuevos lectores tengan la oportunidad de leerla por primera vez (recordemos que se publicó aquí en nuestro país desde diciembre de 2002 hasta enero de 2004) y que ésta pueda formar parte de la biblioteca del lector más exigente.
Un saludo cordial.
2 comentarios:
Alias es cojonuda, sí. Pero ahora mismito me estoy leyendo The Pulse y me parece una tomadura de pelo al lado de ésta. Qué manera más tonta de echar a perder a Jessica Jones.
Sí, tienes toda la razón, ya sea por que la temática era distinta o por otro motivo, "The pulse" fue más floja que su predecesora... pero, muy importante también fue el equipo creativo de "Alias", con un Bendis más "negro" y con un Gaydos que le dio un toque personal e impresionante a la serie que la hacia muy, muy atractiva para el lector.
Publicar un comentario