lunes, septiembre 25, 2006

CRÓNICA: VIÑETAS DESDE O ATLÁNTICO 2006 (y VI)

La impresión que me ha dado este Salón, siendo la primera vez que venía, ha sido muy positiva.

Es un Salón muy diferente a los que se hacen en Barcelona y en Madrid, donde la cantidad de actividades que se hay en ellos al mismo tiempo impide multiplicarse para estar en todas. En cambio, en A Coruña sucede como en Alicante y en Castellón, otros salones a los que he ido, donde cada acto se hace a una hora, posibilitándote el asistir a todo lo que quieras sin pararte a elegir entre varios a la vez. Y, además, al ser un salón que dura una semana, la cantidad de actividades se multiplica, al tener mucho más tiempo disponible, mucho mejor organizado y espaciado, que te permite ver una y otra vez la exposiciones de una manera más detenida, y darte una vuelta por las casetas montadas en los Jardines de Méndez Núñez (que además te hacían un 10% de descuento en tus compras. ¡Genial!).


Un fallo, por poner alguno a la organización, es la coincidencia de horario el día en que hacían la interesantísima conferencia de los tres autores de la BD y la sesión de firmas de los restantes invitados. No tuve más remedio que decantarme por las firmas, y además resultó que mientras los demás autores firmaban dos días, los de la BD sólo pudieron firmar el sábado por la mañana (lamentablemente me quedé sin dedicatoria en mis Píldoras Azules de Frederik Peeters). Y una lástima también que este año no participara en las sesiones de firmas Miguelanxo Prado.

Un segundo fallo, es que no dejaban hacer fotos a los dibujantes mientras firmaban. En los otros salones no hay ningún problema, en cambio aquí tienes que tener autorización para hacerlas. Una pena, la verdad (menos mal que Larcenet nos salvó a todos en este sentido).


Las exposiciones del Kiosko Alfonso y del Palexco eran impresionantes. Desde los espectaculares originales de Anderson y Ribic, hasta los más personales de Ángel de la Calle y Jessica Abel, como los prometedores de dos artistas jóvenes como son Fermín Solís y Lorenzo Gómez, o los más intimistas de Delisle y Peeters (interesante la forma de trabajar y componer la página de Peeters en tres tiras recortadas y unidas), o la exposición increíble de Larcenet, donde trajo todos los originales, página por página, de La línea de fuego. Y que decir de la del rey de la animación, Bruce Timm. Una mezcla de estilos, al cual más sugerente. En la variedad está el gusto.


Fuimos también a la de Kim (y sus desternillantes originales) y la de “La guerra de papel: Los tebeos y el cómic durante la Guerra Civil” (con tebeos que se hacían en ambos bandos en la contienda, y que pudimos contemplar también en el Salón del Cómic de Barcelona), que se mostraban en el Palacio Municipal de María Pita, que tuvimos que ver muy rápido porque cerraban enseguida el Ayuntamiento. Y naturalmente a la de “Un Mar de Viñetas” en la Casa de los Peces, comentada en el primer post de la serie.

Las conferencias muy bien montadas, donde se veía que el invitado estaba a gusto, con un cuestionario de preguntas bien dirigido por Carlos Portela y magnífica traducción de un profesional como la copa de un pino en estas lides que es Diego García.

Hay que decir que el Kiosko Alfonso es un lugar ideal y entrañable para la celebración del Salón, pero los organizadores deberían ir ya pensando en buscar una nueva ubicación, porque, al igual que pasó con la entrañable Estación de Francia en Barcelona, el lugar se está quedando pequeño dada la importancia y crecimiento que va adquiriendo Viñetas desde o Atlántico. Las exposiciones de los artistas invitados ya se tienen que situar en lugares diferentes (Kiosko, Palexco, Ayuntamiento), por no contar con las exposiciones transversales del propio Salón. Este problema repercute en detrimento de los autores que no tienen su muestra en el Kiosko, porque el volumen de visitas que reciben es claramente inferior. El Kiosko, todo hay que decirlo, recibe visitantes de todo tipo, aficionados o no del cómic. Es realmente un foco y punto de reunión cultural de A Coruña. Pero donde se nota realmente que el Kiosko se queda pequeño es en la sala de conferencias del segundo piso. Muy poco espacio para poder distribuir al público en determinadas conferencias, por no hablar también del problema de acústica que acarrea al ser una zona abierta donde se oye todo el murmullo de la gente que sólo va a ver las exposiciones.


También tuvimos ocasión de ver, fuera del Salón, la magnífica exposición de la Fundación Caixa Galicia "La novia cadáver. Del dibujo a la marioneta", sobre la película de Tim Burton. Una gozada de muestra, de gran plasticidad. Desde luego que currada se hacen los que se dedican a la animación en 3D. Pudimos saborear todo el proceso de creación de este magnífico film de la Warner Bros Picture (un sobresaliente al trabajo de los españoles del Granjel Studio, Carlos y Jordi Granjel (diseño de los personajes) y Carles Burgés (caligrafía)). Si hubiera podido me hubiera llevado a casa una de las figuritas expuestas (que digo, todas).


Ahora, a esperar que el año que viene, que se cumple el décimo aniversario, el evento continúe a este nivel tan alto y que el listón no deje de subir más y más.

Un cordial saludo.

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