jueves, mayo 15, 2008

CRÍTICA: ¿POR QUÉ HACES ESTO? de Jason

Una de las características que nos transmiten las historias que nos cuenta el noruego Jason es lo mesurado y pausado con lo que las cuenta. Un autor que parece que se toma las historias con calma, poco a poco, y con evidentes y clarificadores silencios (otra de las señas de identidad de muchas de sus obras) que con un leve gesto, movimiento, mirada o situación, nos dicen más que con mil palabras.

La otra característica esencial en Jason es el uso de personajes antropomorfos en cada una de sus obras, pero actuando estos como si de verdaderos seres humanos se tratara, con sus tristezas y alegrías, con sus esperanzas y sus sinsabores. Pero personajes que son tan parecidos anatómicamente hablando algunas veces que son difíciles de distinguirlos, a no ser por sus atributos, la clase de animal que es, o por su atuendo o complementos que siempre están ahí para identificarlos y diferenciarlos. Pero, aún así, cuesta a veces conseguirlo, por ejemplo, distinguir en diversas escenas si el que nos habla es Álex o Claude. Es como si al autor no le importara verdaderamente este hecho, y provocar al lector que sea él el que se haga una composición rápida de lugar para adentrarse rápidamente en lo que son en sí los personajes.

¿Por qué haces esto? es la primera obra a color (Hubert) de Jason, publicada en nuestro país por la Editorial Astiberri. Nos cuenta la historia de Álex, que sin comerlo ni beberlo, se ve implicado en el asesinato de su amigo Claude, cuando realmente él era la víctima pero, por equivocación, muere el que no debía y, para más inri, el asesino se las ingenia para implicarlo en el asesinato y pasar a ser el máximo culpable y perseguido por la policía.

Una historia de intrigas y asesinatos, al más puro estilo del género negro. Y, a partir de este hilo conductor muy hitchcockniano, vivimos las penalidades que sufre nuestro protagonista intentando esclarecer el asesinato de su mejor amigo del que es inocente, contando con la inestimable ayuda de una amiga que conoce por casualidad, Geraldine (aquí podríamos reprochar a Jason que no ha sabido integrar bien el personaje de Geraldine en la trama, muy forzado, y que el hecho de acoger sin más a un desconocido, que es además un presunto asesino, resta verisimilitud al encuentro).

Y todo contado, como ya hemos dicho, con un ritmo muy cadencioso, sin toda la acción desenfrenada de la que beben muchas de las películas de género negro, si no al ralentí, que te obliga a pensar y reflexionar sobre lo que lees y ves, como era muy característico en el cine de intriga y suspense de Alfred Hitchcock.

Por lo tanto, nos podríamos plantear la pregunta de ¿se tendría que haber planteado esta historia de intriga y asesinatos de otra manera? Seguro que para lectores a los que les gusta la acción a raudales, el género policiaco o de espías donde la tensión y las situaciones límites se palpan en la piel, donde el vaciado de munición de las recámaras es constante y atronador, estos posiblemente estarían en contra de esta forma de narrarnos los hechos.

Pero si lo que quieres es una historia de género negro, donde lo importante son los hechos y las relaciones entre los deferentes personajes, que lo que acontece no siempre tiene que resultar como nos lo quiere vender el Hollywood actual o el comic mainstream, que todo siempre resulte más sencillo y llano, sin alardes de ningún tipo, sin escenas de tiros y persecuciones a tutti plen, aquí lo tienes, y más en un autor con Jason, que cuenta sus historias a cámara lenta, muy lenta, dejando a la desbordante imaginación del lector interpretar los constantes silencios dentro y fuera de las viñetas.

Yo, si tuviera que destacar una secuencia, que es un perfecto reflejo de todo lo dicho, con una cámara fija que la filma a cámara lenta, sería la conversación que ocurre dentro del ascensor entre Álex y Nicolas, porque en las 12 viñetas de que consta el descenso de éste, nos hace ver a las claras lo eterno que puede ser bajar por uno mientras la conversación entra por derroteros personales que consiguen que repases toda tu vida reciente, haciéndose eterno el trayecto como si se congelase el tiempo. La tristeza y amargura que llevan como carga en lo más hondo de su corazón es el verdadero leitmotiv de esta historia, que más que ser de tintes de género negro más acaba siendo un drama de sentimientos y remordimientos de los protagonistas. De ahí, entendemos, lo bien que funciona el ritmo pausado a cámara lenta. Todos los hechos son secundarios, a decir verdad, como pretexto para contarnos realmente una triste historia de relaciones de pareja.

Una capacidad que tiene Jason para narrarnos hechos ayudado de un dibujo simple con tonos y colores fríos, con una técnica sencilla y minimalista de composición, perfectamente introducido en viñetas uniformes en cuatro filas por página. La única libertad que se permite es jugar con 2, 3 o 4 viñetas por línea, estando el resto calculado al milímetro como si quisiera simplificar la narración y transmitirnos ese sosiego con la uniformidad del continente, y conseguir que el lector esté totalmente pendiente de los quiere narrar en imágenes, de una manera sencilla sin el uso de artificio alguno.

Lo dicho, si quieres leer un buen drama con trasfondo de género negro, con un tiempo de narración lánguido y cadencioso, lleno de sentimientos humanos, ésta es sin duda tu obra y éste tu autor.

Para completar esta reseña, os ponemos algunas de las opiniones sobre cada una de las restantes obras de Jason publicadas en nuestro país, posteadas en Entrecomics (por Mar) y Trazos (por Ximo), además de una entrevista que pudimos también ver en su momento en Entrecomics (traducida por Tío Berni), pinchando en los siguientes enlaces:

Un saludo cordial.

1 comentario:

juanpejim dijo...

Gracias por la reseña, muy buena. En la página 5, en la última viñeta, dice: "Vale, papa", en lugar de Vale, Claude. Supongo que es para mostrale a su amigo el tono paternalista que Claude le está mostrando, pero no sé. A mí me descolocó. ¿Puedes darme tu opinión sobre ese "Vale, papá". Pasaré por aquí dentro de unos días por si me encuentro con tu respuesta.
A mí también me sorprendió que la chica lo acogiese tan fácilmente. pero creo que es intencionado, como si el autor nos quisiera mostrar el sinsentido, lo caprichoso, lo azaroso de nuestras acciones. Al asesino hay un momento en que también le pregunta "Por qué hace esto" (el bien y el mal como algo azaroso. Por otro lado la chica llega a confiar en él cuando lo mira a los ojos (viñeta de primer plano de los ojos de Alex. Gracias.