Dolmen Editorial comienza a coger fuerza de nuevo si de publicaciones de cómic americano se refiere. Después de un breve parón donde prácticamente dejó de publicar cómic americano (salvo raras excepciones (como el Moving Pictures de Kathryn y Stuart Immonen, Los Ratones Templarios de Glass y Oeming...) o franquicias delegadas/coeditadas con Aleta Ediciones (Invencible, Savage Dragon)), posiblemente por lo bajo de sus ventas y la galopante crisis a nivel mundial que aún está sobre nuestra cabezas, parece que vuelve a intentar la aventura americana al hacerse con los derechos de una joven y pequeña editorial del otro lado del charco, Radical Comics, una interesante iniciativa donde pretenden adentrarse en temáticas novedosas y arriesgadas, con equipos creativos de primerísimo nivel, y editados con una calidad por encima de la media utilizando la tecnología más avanzada en el campo del grafismo por ordenador.
En Hotwire: Réquiem por los muertos, el primero de los títulos que ha publicado Dolmen de esta editorial, podemos encontrar bien a las claras hacia dónde se encamina la misma a la hora de enfrentarse a las obras, qué temáticas puede ofrecernos poco convencionales o siguiendo un patrón bien definido, y qué tipo de producto determinado quiere ofrecer al aficionado... y todo ello es debido gracias al buen hacer del británico Steve Pugh como autor total de esta historia, idea que en un principio le fue planteada años ha por Warren Ellis en el comienzo de su prometedora carrera como guionista de cómics en el importante desembarco de talentos británicos que hubo allá por las décadas de los 80/90. Pero el proyecto se quedó inédito cuando la primera editorial que debía publicarlo, la británica Tundra UK, quebró. Años más tarde el mismo editor (ahora trabajando para la nueva editorial Radical Comics) decidió dar una segunda oportunidad al personaje de Hotwire que en su momento se quedó a las puertas de ser editado, y fue Pugh, esta vez sin los guiones de Ellis, el que se encargó del proyecto como autor total para darle un nuevo aire al personaje y su contexto, más acorde a los tiempos que corren y siguiendo las directrices que quería ofrecer la nueva editorial, eso sí, sin dejar atrás la esencia del personaje creado por Ellis, que dio su bendición a Pugh para que hiciera con él lo que quisiera, dándole por tanto un nuevo enfoque algo diferente y utilizando el material que durante 20 años fue moldeando el propio dibujante de manera personal, ya que el personaje le marcó y nunca se olvidó de él desde que el consagrado guionista británico lo creó a comienzos de los 90.
La principal protagonista de esta historia, Alice Hotwire, es una detective exorcista especializada en la captura de los “luces azules”, una serie de no-vivos que no daban el siguiente paso de ser verdaderos muertos cuando fallecían y que se convertían en una especie de “fantasmas” que se movían entre los vivos, pero que se les intentaba reducir y controlar en espacios especiales gracias a las torres supresoras. Le ayudarán en esta particular lucha contra esta especie de 'espectros' Peter Mobey, un detective del departamento de policía que está temporalmente apartado a raiz de unos incidentes acaecidos anteriormente, el ex-jefe de policia Hollis, la nueva jefa de policía Josie Barrow y el necro forense el Dr. Love.
Si del arte del Steve Pugh hablamos, todo hay que coincidir que un estilo hiperrealista como el suyo (heredero de la mejor escuela británica de la década de los 70/80 como Don Lawrece, o de los posteriores como Brian Bolland, o de su misma generación como Liam Sharp o Doug Braithwaite o incluso de otros autores del otro lado del charco como puede ser un Alex Ross) siempre me ha atraído sobremanera, acercándose más si cabe a una historia fantástica haciéndola creíble y realista, ambientada a un futuro cercano que provoca que aún sea más acertado el estilo empleado, y con un juego de los colores por ordenador, creando un espectacular y llamativa (incluso explosiva) paleta cromática que te engancha enseguida como si delante de una pantalla estuviera uno visualizándolo todo.
En cuanto al guión, y para ser un neófito en el tema como el mismo Pugh reconoce abiertamente, para nada desentona en la evolución correcta y ordenada de la historia, manteniendo un tempo apropiado en los diálogos para que no nos perdamos en soliloquios innecesarios, siempre yendo directo al meollo de la historia, y consiguiendo ir directo al grano para conocer con cuatro pinceladas el origen y pasado de la historia y del personaje de Hotwire. No sabemos cuanta mano hay de Warren Ellis en esto, si lo dejó bastante detallado desde un principio y si luego Pugh solo tuvo que hacer realmente pequeños retoques y añadidos (que ya de por sí son muchos, como él mismo apunta creando personajes que desde un principio no aparecían en la primigenia historia de Ellis), pero suficientes para darle el impulso definitivo y dejar la historia como él quería ver y desde hace tiempo ya había ido barruntando.
En cuanto a la edición original, e historias cortas (como la que aparece como extra en este volumen, "Guarro", previamente publicada en B/N para luego ser coloreada), el autor ha ido retocando constantemente la morfología de su personaje principal, así como pasando poco a poco de un dibujo más noventero de un principio a uno más pictórico y, por tanto, más realista, con un claro toque futurista/geek. Ese paso anterior en el diseño del personaje protagonista de Hotwire lo podemos ver muy bien en este tomo con la historia corta de "Guarro" que ya hemos comentado y que la realizó el autor dos años antes de la obra de la que hoy hablamos.
La edición de Dolmen está muy conseguida, con interesantes entrevistas al autor, opiniones personales del mismo, un extra con la historia corta antes referenciada, y multitud de ilustraciones y diseños que nos muestran perfectamente esa evolución estilística que ha sufrido la obra desde que esta fue concebida hasta llegar a la definición final conseguida por Pugh, actualizando por tanto el personaje y la obra a los tiempos que corren.
Por lo tanto, una historia que ha arrancado por buen pie, aportando una nueva visión a la temática sci-fi ciberpunk, con una nueva historia de no-muertos (“fantasmas”) que tan en boga están últimamente, y dando una buena dosis de entretenimiento dentro del contexto del comic-book de la mejor ciencia ficción que se pueda encontrar ahora, llena de acción y aventura, acompañada por una buena dosis de realismo futurista de nuestro factible futuro cercano. Y, la semana que viene, esta misma editorial publicará un segundo volumen de este título, Hotwire # 2: Corte Profundo, donde veremos nuevamente como va evolucionando y asentandose este particular universo.
Un saludo cordial.
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