Si hay un personaje que siempre ha gozado de buena salud en España ese ha sido nuestro bárbaro favorito, cuyas aventuras han sido publicadas por estos lares de forma ininterrumpida y en los más diversos formatos. Con Las Crónicas de Conan, cuyo sexto volumen acaba de llegar a las librerías, Forum/Planeta de Agostini nos presenta una nueva oportunidad de disfrutar del material originalmente aparecido en la serie Conan the Barbarian (Marvel). No tengo la menor duda de que ésta no será la última edición de las historias clásicas de Conan, lo que sí cabría preguntarnos es si se trata de la definitiva.
Crónicas Bárbaras
El origen de esta primera adaptación al cómic de las andanzas del personaje de Robert E. Howard se remonta a finales de los sesenta/principios de los setenta, publicada por Marvel en formato comic-book mensual. Aquí la importó Ediciones Vértice en los setenta en forma de aquellas entrañables “novelas” de considerable grosor que destrozaban la composición de página original y nos mostraban las viñetas retocadas. Precisamente mi toma de contacto con Conan fue de la mano de uno de tales librillos, en concreto el que contenía la historia ¡El que acecha en el interior!, en aquella ocasión titulada Los anillos del hombre serpiente. Si mi memoria no me engaña Vértice también publicó material de Conan en tebeos de grapa en blanco y negro.
Lo siguiente que supe del bárbaro fue a través de otra infame edición, los míticos Pockets de Ases de Bruguera, cuyas diminutas viñetas sí me permitieron al menos descubrir los magistrales dibujos de Barry Windsor Smith y John Buscema.
No podría leer esas aventuras clásicas de Conan en condiciones hasta varios años después, ya de la mano de Forum. La editorial catalana –que publicaba La Espada Salvaje de Conan- comenzaría la edición de Conan El Barbaro en 1983 en forma de tebeos de grapa mensuales que contenían un número y medio americano. Siendo que la colec empezó su andadura con el material de Conan The Barbarian inédito en España, los primeros números de la serie original –que son en definitiva los que nos ocupan- no serían rescatados hasta algunos años después dentro de esa misma serie mensual. Así, por fin pudimos disfrutar dignamente de aquellas historias en un formato fiel al original -eso sí, a un tamaño ligeramente mayor, que era el utilizado por Forum por aquel entonces- y con el clásico coloreado a base de tramas de puntos.
Posteriormente la misma editorial rescató en lujosos álbumes en glorioso blanco y negro –y en este caso no es una ironía- el Conan de Roy Thomas y Barry W. Smith, y parte del material ilustrado por el gran John Buscema, como la saga de Belit. Además, nos brindó una nueva edición de Conan the Barbarian desde su primer número americano en una serie mensual de tebeos de grapa, que sí representó en sus casi cien entregas la primera edición cronológica y a color de la serie original del bárbaro desde su número 1, destacando su fidelidad a la original USA.
Conan, el remasterizado
Por un momento el futuro editorial de Conan pudo resultar algo incierto, y es que a principios de éste nuevo siglo Marvel perdió los derechos sobre las creaciones de Robert E. howard a favor de Dark Horse. Por fortuna, las intenciones de ésta última no pasaban solo por la publicación de nuevo material del bárbaro, sino también por la recuperación del antiguo.
Ello nos lleva a estas Crónicas de Conan (The Cronicles Of Conan), reedición cronológica del material de Conan The Barbarian, que nos presenta una vez más Forum/Planeta de Agostini tras las oportunas negociaciones con Dark Horse. Y lo hace en forma de libros en tapa dura de unas 176 páginas (en realidad el número varía según entregas), y lo que es más interesante, con un nuevo coloreado infográfico.
El tema del coloreado digital siempre es polémico, máxime tratándose de una técnica que en manos poco adecuadas se presta a incurrir en excesos. Aunque el resultado en estos casos no suele ser del agrado de todo el mundo, debo decir que con alguna pequeña salvedad, el trabajo realizado en Crónicas me parece equilibrado y hecho con buen gusto.
Habrá quien piense que la edición definitiva de estas historias solo cabe concebirla sin coloreado alguno. Yo mismo me rindo ante la visión de una página de Windsor Smith o Buscema en B/N y admito ser incapaz de decidirme por una u otra opción, pero bueno, eso más o menos ya lo teníamos en anteriores ediciones y ahora se nos ofrece una nueva posibilidad de elección, lo cual beneficia en última instancia al sufrido lector.
En cualquier caso, y al contrario que el material dibujado para Savage Sword, el de Conan the Barbarian fue creado para ser coloreado, y también es verdad que el resultado de estas Cronicles nos hace olvidar de un plumazo las viejas ediciones con coloreado de puntos.
No podemos soslayar el que es uno de los verdaderos valores añadidos de Las Crónicas de Conan: los extensos comentarios de Roy Thomas al final de cada libro en torno a la concepción de las historias incluidas. Los artículos de Roy nos revelan cuales de esas maravillosas aventuras fueron adaptaciones de relatos de Howard y en que medida, y cuales creación propia, y lo que es más, nos dan a conocer la influencia de los entresijos editoriales, e incluso del estado de ánimo del propio escritor, en el resultado final.
Ello convierte estos libros en una auténtica biografía autorizada del Conan de los cómics, lo que por si solo ya los hace indispensables para cualquier fan del bárbaro que se precie.
Como único punto negativo, decir que un papel de grosor ligeramente mayor evitaría que en algunas ocasiones se transparentaran las impresiones del dorso de la página. Por otra parte eso conllevaría un encarecimiento de un producto que se caracteriza por una razonable relación calidad/precio.
Classic Conan
Poco más se puede añadir en torno a estos primeros cómics de Conan, para eso ya están los extensos apéndices de Roy. Solo decir que esta edición me ha permitido disfrutar una vez más de unos tebeos inolvidables, y recordar cómo Barry W. Smith pasó con este trabajo de ser un artista más de los muchos influenciados por Jack Kirby, a convertirse él mismo en uno de los grandes. La prueba irrefutable de ello está en obras como La torre del elefante, ¡El que acecha en el interior! (Las Crónicas de Conan Vol. 1), El jardín del miedo, Villanos en la casa, La hija del Gigante de Hielo (Vol.2), o la que para muchos es el momento cumbre del británico en Conan, Clavos rojos (Vol.4).
Roy Thomas realiza una tarea que ya de por sí constituye una auténtica epopeya al combinar adaptaciones de relatos originales de Howard con otros de elaboración propia, creando un universo sólido y coherente. De hecho, me atrevería a afirmar que es su Conan y no el literario –por cierto, bastante más bárbaro que el de Roy- el que ha acabado trascendiendo como el icono cultural que la mayoría de gente conoce.
En mi opinión uno los puntos álgidos del escritor lo encontramos en La Guerra del Tarim (vols. 3 y 4), la primera saga de larga duración en que se vió envuelto el bárbaro. Pese a contar con más de treinta años, la historia -que se debe mayoritariamente a la pluma de Thomas- plantea algunas reflexiones en torno a la guerra y la religión absolutamente vigentes en un mundo asolado por fanatismos de todo signo.
Es precisamente en el curso de esta saga que el gran John Buscema comienza su andadura en Conan. John nos va deleitar con grandes aventuras, empezando con el enfrentamiento final entre Conan y Kharam Akkahd (Vol. 4), además de brindarnos la imagen definitiva del personaje tal y como hiciera su tocayo Romita con cierto trepamuros. El dibujo de Buscema se beneficia del entintado de Ernie Chan, algo que paradójicamente no parecía agradar demasiado al dibujante.
Tampoco podemos olvidar las puntuales colaboraciones de artistas de la talla de Gil Kane o Neal Adams.
En fin, esto es solo una pequeña muestra de lo que hemos visto en los seis primeros volúmenes de Las Crónicas de Conan (en USA llevan ya once publicados), y en el futuro nos queda todavía material de gran calidad como la aplaudida saga de Conan junto a la Reina de la costa negra, Belit. Es cierto que con el tiempo Conan the Barbarian se acomodaría e incluso se tornaría algo monótona con alguna excepción como la trepidante Saga del Devorador de Almas, pero bueno, mientras siga apareciendo Crónicas, estoy dispuesto a darle una segunda oportunidad a todas aquellas historias. Es más, no me importaría que Dark Horse se planteara hacer algo parecido con el material de King Conan.
Crónicas Bárbaras
El origen de esta primera adaptación al cómic de las andanzas del personaje de Robert E. Howard se remonta a finales de los sesenta/principios de los setenta, publicada por Marvel en formato comic-book mensual. Aquí la importó Ediciones Vértice en los setenta en forma de aquellas entrañables “novelas” de considerable grosor que destrozaban la composición de página original y nos mostraban las viñetas retocadas. Precisamente mi toma de contacto con Conan fue de la mano de uno de tales librillos, en concreto el que contenía la historia ¡El que acecha en el interior!, en aquella ocasión titulada Los anillos del hombre serpiente. Si mi memoria no me engaña Vértice también publicó material de Conan en tebeos de grapa en blanco y negro.
Lo siguiente que supe del bárbaro fue a través de otra infame edición, los míticos Pockets de Ases de Bruguera, cuyas diminutas viñetas sí me permitieron al menos descubrir los magistrales dibujos de Barry Windsor Smith y John Buscema.
No podría leer esas aventuras clásicas de Conan en condiciones hasta varios años después, ya de la mano de Forum. La editorial catalana –que publicaba La Espada Salvaje de Conan- comenzaría la edición de Conan El Barbaro en 1983 en forma de tebeos de grapa mensuales que contenían un número y medio americano. Siendo que la colec empezó su andadura con el material de Conan The Barbarian inédito en España, los primeros números de la serie original –que son en definitiva los que nos ocupan- no serían rescatados hasta algunos años después dentro de esa misma serie mensual. Así, por fin pudimos disfrutar dignamente de aquellas historias en un formato fiel al original -eso sí, a un tamaño ligeramente mayor, que era el utilizado por Forum por aquel entonces- y con el clásico coloreado a base de tramas de puntos.
Posteriormente la misma editorial rescató en lujosos álbumes en glorioso blanco y negro –y en este caso no es una ironía- el Conan de Roy Thomas y Barry W. Smith, y parte del material ilustrado por el gran John Buscema, como la saga de Belit. Además, nos brindó una nueva edición de Conan the Barbarian desde su primer número americano en una serie mensual de tebeos de grapa, que sí representó en sus casi cien entregas la primera edición cronológica y a color de la serie original del bárbaro desde su número 1, destacando su fidelidad a la original USA.
Conan, el remasterizado
Por un momento el futuro editorial de Conan pudo resultar algo incierto, y es que a principios de éste nuevo siglo Marvel perdió los derechos sobre las creaciones de Robert E. howard a favor de Dark Horse. Por fortuna, las intenciones de ésta última no pasaban solo por la publicación de nuevo material del bárbaro, sino también por la recuperación del antiguo.
Ello nos lleva a estas Crónicas de Conan (The Cronicles Of Conan), reedición cronológica del material de Conan The Barbarian, que nos presenta una vez más Forum/Planeta de Agostini tras las oportunas negociaciones con Dark Horse. Y lo hace en forma de libros en tapa dura de unas 176 páginas (en realidad el número varía según entregas), y lo que es más interesante, con un nuevo coloreado infográfico.
El tema del coloreado digital siempre es polémico, máxime tratándose de una técnica que en manos poco adecuadas se presta a incurrir en excesos. Aunque el resultado en estos casos no suele ser del agrado de todo el mundo, debo decir que con alguna pequeña salvedad, el trabajo realizado en Crónicas me parece equilibrado y hecho con buen gusto.
Habrá quien piense que la edición definitiva de estas historias solo cabe concebirla sin coloreado alguno. Yo mismo me rindo ante la visión de una página de Windsor Smith o Buscema en B/N y admito ser incapaz de decidirme por una u otra opción, pero bueno, eso más o menos ya lo teníamos en anteriores ediciones y ahora se nos ofrece una nueva posibilidad de elección, lo cual beneficia en última instancia al sufrido lector.
En cualquier caso, y al contrario que el material dibujado para Savage Sword, el de Conan the Barbarian fue creado para ser coloreado, y también es verdad que el resultado de estas Cronicles nos hace olvidar de un plumazo las viejas ediciones con coloreado de puntos.
No podemos soslayar el que es uno de los verdaderos valores añadidos de Las Crónicas de Conan: los extensos comentarios de Roy Thomas al final de cada libro en torno a la concepción de las historias incluidas. Los artículos de Roy nos revelan cuales de esas maravillosas aventuras fueron adaptaciones de relatos de Howard y en que medida, y cuales creación propia, y lo que es más, nos dan a conocer la influencia de los entresijos editoriales, e incluso del estado de ánimo del propio escritor, en el resultado final.
Ello convierte estos libros en una auténtica biografía autorizada del Conan de los cómics, lo que por si solo ya los hace indispensables para cualquier fan del bárbaro que se precie.
Como único punto negativo, decir que un papel de grosor ligeramente mayor evitaría que en algunas ocasiones se transparentaran las impresiones del dorso de la página. Por otra parte eso conllevaría un encarecimiento de un producto que se caracteriza por una razonable relación calidad/precio.
Classic Conan
Poco más se puede añadir en torno a estos primeros cómics de Conan, para eso ya están los extensos apéndices de Roy. Solo decir que esta edición me ha permitido disfrutar una vez más de unos tebeos inolvidables, y recordar cómo Barry W. Smith pasó con este trabajo de ser un artista más de los muchos influenciados por Jack Kirby, a convertirse él mismo en uno de los grandes. La prueba irrefutable de ello está en obras como La torre del elefante, ¡El que acecha en el interior! (Las Crónicas de Conan Vol. 1), El jardín del miedo, Villanos en la casa, La hija del Gigante de Hielo (Vol.2), o la que para muchos es el momento cumbre del británico en Conan, Clavos rojos (Vol.4).
Roy Thomas realiza una tarea que ya de por sí constituye una auténtica epopeya al combinar adaptaciones de relatos originales de Howard con otros de elaboración propia, creando un universo sólido y coherente. De hecho, me atrevería a afirmar que es su Conan y no el literario –por cierto, bastante más bárbaro que el de Roy- el que ha acabado trascendiendo como el icono cultural que la mayoría de gente conoce.
En mi opinión uno los puntos álgidos del escritor lo encontramos en La Guerra del Tarim (vols. 3 y 4), la primera saga de larga duración en que se vió envuelto el bárbaro. Pese a contar con más de treinta años, la historia -que se debe mayoritariamente a la pluma de Thomas- plantea algunas reflexiones en torno a la guerra y la religión absolutamente vigentes en un mundo asolado por fanatismos de todo signo.
Es precisamente en el curso de esta saga que el gran John Buscema comienza su andadura en Conan. John nos va deleitar con grandes aventuras, empezando con el enfrentamiento final entre Conan y Kharam Akkahd (Vol. 4), además de brindarnos la imagen definitiva del personaje tal y como hiciera su tocayo Romita con cierto trepamuros. El dibujo de Buscema se beneficia del entintado de Ernie Chan, algo que paradójicamente no parecía agradar demasiado al dibujante.
Tampoco podemos olvidar las puntuales colaboraciones de artistas de la talla de Gil Kane o Neal Adams.
En fin, esto es solo una pequeña muestra de lo que hemos visto en los seis primeros volúmenes de Las Crónicas de Conan (en USA llevan ya once publicados), y en el futuro nos queda todavía material de gran calidad como la aplaudida saga de Conan junto a la Reina de la costa negra, Belit. Es cierto que con el tiempo Conan the Barbarian se acomodaría e incluso se tornaría algo monótona con alguna excepción como la trepidante Saga del Devorador de Almas, pero bueno, mientras siga apareciendo Crónicas, estoy dispuesto a darle una segunda oportunidad a todas aquellas historias. Es más, no me importaría que Dark Horse se planteara hacer algo parecido con el material de King Conan.
Aprovecho para dar las gracias a mi amigo Ximo, cuyo entusiasmo por las aventuras de Conan fue lo que me introdujo de lleno en la Era Hyboria.
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