Tengo que reconocer que cuando leí que la nueva serie mensual de los Mas Buscados de Marvel iba a iniciar su nueva andadura bajo el título New Thunderbolts (a partir de ahora NT) sentí cierta preocupación. Quiero decir, si nos atenemos al patrón sentado por New X-Men y New Avengers era de esperar que la nueva colec de los T-Bolts fuera tan rompedora con el pasado como las citadas, lo que en mi humilde opinión hubiera sido un error, considerando que los 75 primeros números de la serie, junto con sus correspondientes especiales y series limitadas son lo más cercano que he visto en los últimos años al perfecto Marvel comic book. Después de leer los primeros 12 números de la serie, aquí recopilados en dos bonitos tomos de la mano de Panini, debo decir que mis temores carecían de todo fundamento.
Los villanos que querían ser héroes
NT no es otra cosa que la continuación natural de las aventuras de los T-Bolts tal y como los conocemos a partir de la que fue su última aparición, la imprescindible miniserie Avengers/Thunderbolts: La Causa de la Justicia, también publicada por Panini en formato libro en 2005.
La historia comienza con Abner Jenkins (Match IV), quien tras haber cumplido su condena voluntariamente asumida anuncia al mundo su propósito de fundar unos nuevos Thunderbolts. Abe quiere brindar a otros ángeles caidos la oportunidad de redimirse que tuvieron él y sus colegas. De los T-Bolts clásicos solo quedan una escéptica Melissa Gold (Pájaro Cantor) en la que ya se vislumbra la Vengadora que algún día será, y Eric Josten (Atlas). Este último, al que no tardaremos en ver recuperar sus poderes iónicos, ha superado su talante indeciso pero por contra parece mostrar un comportamiento cada vez más vehemente y agresivo.
Por lo que se refiere a los nuevos Nuevos Thunderbolts, Ventisca (Donnie Gill) ocupa el papel de personaje inseguro, y el ex-Capitán Marvel, ahora Fotón (Genis Vell) da una dimensión cósmica a lo que significa ser un T-Bolt. Genis es en esencia un héroe, pero su incapacidad para controlar su consciencia cósmica le ha llevado en el pasado a hacer cosas horribles que ahora busca expiar. Sin duda ha encontrado el lugar ideal para hacerlo.
Aunque el nuevo equipo ya aparece al completo en la portada del número 1, el resto de los NT se irán incorporando al grupo poco a poco. En primer lugar Demonio Veloz (Jim Sanders), personaje de moral más que distraída que nos va a brindar algunos de los momentos mas divertidos de este primer año de la serie; seguidamente la adicta a los subidones de adrenalina Joystick (Janice Olivia Janicesky), enfundada en un uniforme diseñado por Mark Bagley que no desentona para nada con los de los T-Bolts originales; y por último un enemigo clásico de Thor y Iron Man: el Hombre Radioactivo (Dr. Chen Lu), que demuestra una vez más que hasta el villano en apariencia más anodino puede tener mucho que decir en las manos de un buen escritor.
Los villanos que querían ser héroes
NT no es otra cosa que la continuación natural de las aventuras de los T-Bolts tal y como los conocemos a partir de la que fue su última aparición, la imprescindible miniserie Avengers/Thunderbolts: La Causa de la Justicia, también publicada por Panini en formato libro en 2005.
La historia comienza con Abner Jenkins (Match IV), quien tras haber cumplido su condena voluntariamente asumida anuncia al mundo su propósito de fundar unos nuevos Thunderbolts. Abe quiere brindar a otros ángeles caidos la oportunidad de redimirse que tuvieron él y sus colegas. De los T-Bolts clásicos solo quedan una escéptica Melissa Gold (Pájaro Cantor) en la que ya se vislumbra la Vengadora que algún día será, y Eric Josten (Atlas). Este último, al que no tardaremos en ver recuperar sus poderes iónicos, ha superado su talante indeciso pero por contra parece mostrar un comportamiento cada vez más vehemente y agresivo.
Por lo que se refiere a los nuevos Nuevos Thunderbolts, Ventisca (Donnie Gill) ocupa el papel de personaje inseguro, y el ex-Capitán Marvel, ahora Fotón (Genis Vell) da una dimensión cósmica a lo que significa ser un T-Bolt. Genis es en esencia un héroe, pero su incapacidad para controlar su consciencia cósmica le ha llevado en el pasado a hacer cosas horribles que ahora busca expiar. Sin duda ha encontrado el lugar ideal para hacerlo.
Aunque el nuevo equipo ya aparece al completo en la portada del número 1, el resto de los NT se irán incorporando al grupo poco a poco. En primer lugar Demonio Veloz (Jim Sanders), personaje de moral más que distraída que nos va a brindar algunos de los momentos mas divertidos de este primer año de la serie; seguidamente la adicta a los subidones de adrenalina Joystick (Janice Olivia Janicesky), enfundada en un uniforme diseñado por Mark Bagley que no desentona para nada con los de los T-Bolts originales; y por último un enemigo clásico de Thor y Iron Man: el Hombre Radioactivo (Dr. Chen Lu), que demuestra una vez más que hasta el villano en apariencia más anodino puede tener mucho que decir en las manos de un buen escritor.
Se han dicho muchas cosas positivas de los T-Bolts, pero para mí ese darnos a conocer personajes que siempre han estado ahí a la espera de que alguien nos los presentara es uno de los logros de la serie. Otro sería el permitirnos adentrarnos en las motivaciones de los siempre impredecibles protagonistas, y lo que les lleva a hacer el mal o a decidir dejar de hacerlo y buscar otro camino.
Ello unido a un gran plantel de antihéroes, cada uno de ellos con una razón distinta para estar en el grupo, es lo que conforma esa química especial que hace de los T-Bolts algo único.
Los auténticos Villanos
En cada tomo de Panini (seis números USA por barba), nos encontramos con un villano de alto nivel. En el primero… no, no lo voy a decir. Que sea una sorpresa para los que aún no lo han leído, aunque el hecho de que el motor del conflicto en que se ven involucrados los T-Bolts sea una guerra interna entre dos facciones enfrentadas de Hydra es una buena pista. Como condimento los Cinco Abisales -terroristas atlantes-, la inevitable Brigada de Demolición, un nuevo Espadachín cuya identidad, origen y motivaciones van a ser uno de los típicos misterios de la serie, y el regreso del Escarabajo???
Además, el misterioso benefactor de los T-Bolts (¿cómo se financia un supergrupo sin tener a mano un Warren Worthington o un Tony Stark?), la pelea antológica en la sede de la ONU, y una batalla de las que hacen historia en los muelles de NY, de cuya lectura solo puedo decir que me ha hecho disfrutar como un enano.
El título del segundo libro, Reino Púrpura, nos revienta la identidad del villano. Desde que Zebbediah Killgrave pasó por las manos de Brian M. Mendis en Alias, ha regresado más sádico, lascivo y mortal que nunca. Killgrave no viene solo. Lo acompañan un clásico villano Marvel con vastos poderes telepáticos y otro personaje, cuya identidad solo descubriremos en la última página del libro en uno de esos mágicos momentos T-Bolts que te dejan babeando a la espera de más.
También disfrutamos de la Brigada de Batroc, un viaje a Atlantis -que nos permitirá conocer un poco mejor al Dr. Chen Lu- y el inevitable crossover con Dinastía de M, distraído pero inoportuno a más no poder dado que corta por la mitad la conclusión de la saga del Hombre Púrpura. De lo que más me ha gustado, el episodio coprotagonizado por Demonio Veloz y el Shocker (que suena más molón que el Conmocionador).
Por otra parte, semejante avalancha de villanos exige una pequeña ayuda de los buenos, lo que explica la presencia en estas páginas de Namor, Reed Richards, Spidey, Lobezno, Carol Danvers, la antigua Capitana Marvel, el Capi y una Spiderwoman que puede ser difícil de reconocer después de que el pervertido Killgave la obliga a despojarse de su uniforme.
El Veredicto
Gracias al buen hacer de Fabian Nicieza con una pequeña ayuda de Kurt Busiek, verdadero padre del invento, la serie sigue siendo lo que siempre ha sido y mucho más.
Los T-Bolts ya no son los Amos del Mal fingiendo ser héroes para dominar el planeta, ni tampoco los fugitivos liderados por Ojo de Halcón que intentan probar al mundo que se han redimido. Aunque el tema de la redención sigue estando presente, ahora los T-Bolts han adquirido tintes de de fenómeno mediático y gozan de un nivel de aceptación popular envidiable en una NY que todavía no ha superado el golpe de la desaparición a los Vengadores. Un escenario nuevo con algunas pinceladas de los viejos, que puede dar mucho de sí.
Además NT es todavía la colección de las tramas secundarias minuciosamente hilvanadas –nada de lo que hacen los personajes es casual, y toda acción va a acabar teniendo una reacción- y los cliffhangers que quitan el hipo.
Con todo, hay algo que merece la pena resaltar, y es que si Mark Bagley definió la estética de la serie a base de constancia y buen hacer y Patrick Zircher mantuvo el listón bien alto con un dibujo eficaz, Tom Grummet está que se sale y creo no exagerar si digo que nos deja a los Thunderbolts mejor dibujados que jamás hayamos visto.
En fin, el futuro de los T-Bolts no podría ser más prometedor. Por lo pronto y siguiendo lo que ya es una tradición, es inminente un crossover con los New Avengers que, dado lo movido del último encuentro entre ambas formaciones, la identidad del personaje que aparece en la última página del Tomo 2 de Panini, y lo que éste lleva en la mano, promete ser de órdago. Yo desde luego no me lo pienso perder.
Los auténticos Villanos
En cada tomo de Panini (seis números USA por barba), nos encontramos con un villano de alto nivel. En el primero… no, no lo voy a decir. Que sea una sorpresa para los que aún no lo han leído, aunque el hecho de que el motor del conflicto en que se ven involucrados los T-Bolts sea una guerra interna entre dos facciones enfrentadas de Hydra es una buena pista. Como condimento los Cinco Abisales -terroristas atlantes-, la inevitable Brigada de Demolición, un nuevo Espadachín cuya identidad, origen y motivaciones van a ser uno de los típicos misterios de la serie, y el regreso del Escarabajo???
Además, el misterioso benefactor de los T-Bolts (¿cómo se financia un supergrupo sin tener a mano un Warren Worthington o un Tony Stark?), la pelea antológica en la sede de la ONU, y una batalla de las que hacen historia en los muelles de NY, de cuya lectura solo puedo decir que me ha hecho disfrutar como un enano.
El título del segundo libro, Reino Púrpura, nos revienta la identidad del villano. Desde que Zebbediah Killgrave pasó por las manos de Brian M. Mendis en Alias, ha regresado más sádico, lascivo y mortal que nunca. Killgrave no viene solo. Lo acompañan un clásico villano Marvel con vastos poderes telepáticos y otro personaje, cuya identidad solo descubriremos en la última página del libro en uno de esos mágicos momentos T-Bolts que te dejan babeando a la espera de más.
También disfrutamos de la Brigada de Batroc, un viaje a Atlantis -que nos permitirá conocer un poco mejor al Dr. Chen Lu- y el inevitable crossover con Dinastía de M, distraído pero inoportuno a más no poder dado que corta por la mitad la conclusión de la saga del Hombre Púrpura. De lo que más me ha gustado, el episodio coprotagonizado por Demonio Veloz y el Shocker (que suena más molón que el Conmocionador).
Por otra parte, semejante avalancha de villanos exige una pequeña ayuda de los buenos, lo que explica la presencia en estas páginas de Namor, Reed Richards, Spidey, Lobezno, Carol Danvers, la antigua Capitana Marvel, el Capi y una Spiderwoman que puede ser difícil de reconocer después de que el pervertido Killgave la obliga a despojarse de su uniforme.
El Veredicto
Gracias al buen hacer de Fabian Nicieza con una pequeña ayuda de Kurt Busiek, verdadero padre del invento, la serie sigue siendo lo que siempre ha sido y mucho más.
Los T-Bolts ya no son los Amos del Mal fingiendo ser héroes para dominar el planeta, ni tampoco los fugitivos liderados por Ojo de Halcón que intentan probar al mundo que se han redimido. Aunque el tema de la redención sigue estando presente, ahora los T-Bolts han adquirido tintes de de fenómeno mediático y gozan de un nivel de aceptación popular envidiable en una NY que todavía no ha superado el golpe de la desaparición a los Vengadores. Un escenario nuevo con algunas pinceladas de los viejos, que puede dar mucho de sí.
Además NT es todavía la colección de las tramas secundarias minuciosamente hilvanadas –nada de lo que hacen los personajes es casual, y toda acción va a acabar teniendo una reacción- y los cliffhangers que quitan el hipo.
Con todo, hay algo que merece la pena resaltar, y es que si Mark Bagley definió la estética de la serie a base de constancia y buen hacer y Patrick Zircher mantuvo el listón bien alto con un dibujo eficaz, Tom Grummet está que se sale y creo no exagerar si digo que nos deja a los Thunderbolts mejor dibujados que jamás hayamos visto.
En fin, el futuro de los T-Bolts no podría ser más prometedor. Por lo pronto y siguiendo lo que ya es una tradición, es inminente un crossover con los New Avengers que, dado lo movido del último encuentro entre ambas formaciones, la identidad del personaje que aparece en la última página del Tomo 2 de Panini, y lo que éste lleva en la mano, promete ser de órdago. Yo desde luego no me lo pienso perder.
1 comentario:
Coincido completamente contigo. Los NT sorprenden gratamente y se perfilan como una de las colecciones más interesantes del panorama Marvelita. Eso sí, siempre que no se rompa el matrimonio Nieza - Grummet
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