Primero he de puntualizar que no soy
aún muy partidario de las lecturas en modo digital, prefiero todavía
sin dudarlo el formato en papel... he leído ya cómics a través de
la pantalla del ordenador, del netbook y de la tablet (me falta aún
probarlo en un smartphone) y, aunque la calidad de la imagen es
muy buena, con muy buena definición y fácil lectura, no acabo de
acostumbrarme a la misma... y no me preguntéis el por qué, no
sabría que contestaros realmente, pero, no sé, quizás el paso de
las páginas con los dedos, el tacto (y, porque no, el olor) del papel, la comodidad de tener
un comic-book al instante, sea el lugar que sea, y utilizando la
postura que uno quiera, provoca que no me decante por el uso de las
tecnologías para estos menesteres y continúe disfrutando de un buen
cómic de la manera tradicional que he mamado desde que tengo uso de
razón (si es que la tengo, claro).
Puntualizado esto, y estando desde
siempre interesado tanto en el trabajo tanto de Brian K. Vaughan (Y,
el último hombre, Ex-Machina, Saga...) como con el de Marcos Martín
(Spiderman, Batman Año Uno, Doctor Extraño: El Juramento,
Daredevil: La sonrisa del Diablo...), no he tenido más remedio que
acercarme a la obra de estos dos “monstruos” de la única manera
que en estos momentos ellos han decidido que podía ser, o sea, a través de la
descarga del primer número de la serie en formato digital.
Ni corto y perezoso entré en la web
antes mencionada, la del Panel Syndicate, me descargué el primer
número, el cual se podía conseguir en cuatro idiomas (castellano,
català, inglés y portugués), en formatos PDF, CBR o CBZ, sin DRM,
mediante pago de PayPal, pudiendo descargártelo gratis o decidiendo
que cantidad darle a los autores que uno considerara apropiada y
razonable, al libre albedrío del aficionado, y todo lo recaudado, por
tanto, iría directamente a los autores, evitando con ello a los intermediarios
al no existir estos, consiguiendo un proceso muy, digamos,
“artesanal”, ya que son los propios autores los encargados de
realizar todo el proceso creativo, desde el guión al dibujo, pasando
por el color e, incluso, la traducción y rotulación, eso sí, con la
inestimable ayuda de colegas suyos, entre ellos el propio Javi
Rodríguez.
Y ya entrando en lo que realmente
importa de una obra, de qué trata, nos encontramos con una historia
ambientada en EE. UU. en un futuro cercano, de como sería la vida en
nuestras ciudades de aquí a 60 años, en una sociedad futurista
donde lo más codiciado e importante para sus habitantes es proteger
como sea su “identidad secreta”. P. I. (Patrick Immelmann) es un
paparazzi que se dedica a descubrir la identidad secreta de las
personas como si de un detective privado se tratara. Esta profesión
está perseguida por el 4º Poder, una especie
reporteros/corresponsales policíacos que se dedican a perseguirlos
porque, como ya hemos dicho, no hay nada tan privado como la
intimidad de los ciudadanos. Para conseguir huir de la “pasma”, a
parte de su habilidad innata para escabuyirse, cuenta con la ayuda de
una “sueñadera”, una especie de sudadera con capucha de
camuflaje que lo convierte en alguien invisible. También conocemos
al abuelo de nuestro protagonista, el cual vive aún anclado en el
pasado, ese pasado donde existía aún Internet, la WiFi, los MP4, la
Nube... Muy interesante, por cierto, toda esa fauna urbana que
utiliza todo tipo de prendas y recursos, muchos de ellos de lo más
estrafalarios, para mantener en el secreto más absoluto su
identidad, pero que conforman una estética muy bien lograda para dar
ese enfoque futurista a la trama.
Una obra donde se demuestra muy a las
claras el enorme talento para contar historias de un Brian K. Vaughan
siempre en estado de gracia, con historias donde la ciencia ficción
tiene una importancia primordial (como también vimos en su
colaboración como guionista en una serie ya mítica como fue Lost),
un Marcos Martín con ese dibujo tan minimalista, como lo definen ya
por la red, sencillo a la vez pero que utiliza unas ambientaciones y
unas puestas en escena realmente increíbles, acordes e ideales para
la historia ambientada en el futuro que nos quieren contar, todo ello
con una magnífica paleta cromática de colores cálidos a cargo de Muntsa Vicente (en esta ocasión) muy
apropiada a este estilo de dibujo e historia. Y apropiadísimo, ya
que había sido pensado desde un primer momento solo para ser
publicado en digital, el formato horizontal de la historia, donde la
lectura es fluida, acoplándose perfectamente a la pantalla a
través, por ejemplo, de Comical, sin tener que aumentar el tamaño
para la correcta lectura del mismo. Tengo que decir que este primer
número me recuerda mucho a otras historias que ya he leído por ahí
por la forma de enfocar el tema, por los términos que se utilizan y
por la forma de representar una ciudad futurista muy, digamos, art
decó en algunos aspectos y salvando, claro, las distancias... nos estamos refiriendo a obras como V
for Vendetta de Moore y Lloyd, la Terminal City de Motter y Lark, Mister X de Motter, los Hnos. Hernández y otros autores e, incluso, porque no, las magníficas ambientaciones
de un Bruce Timm en estado de gracia en su serie de animación de
Batman para la pequeña pantalla.
Bueno, espero que este post os haya
servido para, los que aún no habíais oído de este obra, acercaros
a ella y darle una oportunidad... ya sabéis que podéis descargarla
gratis pero, si el primer número os convence, aportad vuestro
granito de arena para que este proyecto llegue a buen puerto, y más
sabiendo que todo lo que se recaude, aparte de contribuir a esto, va
íntegramente a los bolsillos de sus autores al carecer su
publicación en la red de intermediarios de todo tipo.
Un saludo cordial.
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