Este año, muy a última hora, tuvimos la oportunidad una vez más de acercarnos al Salón del Manga de Barcelona, el cual estaba de celebración al cumplir ya 20 años de vida.
Eso sí, solo pudimos acercarnos el sábado, en teoría el día por antonomasia más concurrido de los cuatro días que dura este evento comiquero.
Este año ya leímos de antemano unos días antes que, para el sábado, ya se habían agotado las entradas en venta en taquilla y on-line, en previsión de evitar el caos que se originó el año pasado ese mismo día donde, gente que estuvo haciendo horas de cola, y con entrada, no pudieron finalmente entrar por problemas de aforo según se estipulaba desde Fira Montjuïc. Como era de esperar, este hecho ha generado una nueva oleada de críticas por toda la red de gente que se ha quedado sin entrada por la falta de previsión, ya que éstas estaban a la venta desde el pasado julio... de todas formas, tema a mejorar para el año que viene, por ejemplo, dejando un remanente de entradas para su venta en taquilla el mismo día, aunque, la gente que finalmente también se quede sin su entrada ese mismo día después de hacer la pertinente cola, igualmente protestará. Nunca, creo yo, lloverá a gusto de todos.
También este año el Salón abría una hora antes, lo que posibilitaba que los aficionados y visitantes estuvieran más tiempo en el recinto los cuatro días.
Otro gran punto a favor de la organización fue la redistribución más coherentemente y racional de los diferentes espacios este año donde, por ejemplo, el desangelado pabellón 1 del año pasado, en esta ocasión estaba a tope de actividades y de aficionados, gracias a que allí ubicaron dos de los platos fuertes de este Salón: la zona de vídeojuegos y la zona de la comida/gastronomía (aumentando al doble el espacio de mesas donde poder comer)... por tanto, tanto el pabellón 1 como el 2 (donde estaban situados los stands comerciales y de las editoriales, así como la todas las exposiciones), estuvieron mucho más equilibrados, aunque pienso, eso sí, que el aforo tendría que ser revisado ya que podría ser mucho mayor visto lo visto, punto a tener en cuenta para la edición del año que viene. Y si a esto le añadimos que el escenario donde se celebraba el cosplay, el karaoke y las diferentes actuaciones musicales y exhibiciones, se ubicó en una gigantesca carpa en la plaça de l'Univers, y que se habilitó también el segundo piso del pabellón 2 para el resto de exposiciones, stands y actividades varias, llegamos a la conclusión que este año, en este punto en concreto, hay que ponerle un 10 a la organización por el criterio seguido y haber solucionado el problema de reorganizar equilibradamente a los aficionados en las 5 grandes zonas del Salón que coexistían en esta edición.
Una vez entramos a las 09:00 al Salón, lo primero que hicimos es ir a comprar los imprescindibles dorayakis de Doraemon que nos habían encargado, momento que aprovechamos para ver la ahora increíblemente despejada zona de vídeojuegos, donde se podían probar los últimos juegos de la casa Nintendo (Pokémon Rubi Omega o Pokémon Zafiro Alfa, entre otros...), una zona acotada el centro mismo del palacio y y bastante grande con multitud de consolas de todo tipo, presidida por un enorme Pikachu aéreo.
A continuación, ya nos dedicamos a deambular por las diferentes zonas que componían el pabellón 2, comprando, como no, unos cuantos cómics y diverso merchandising, donde en eventos de esta magnitud siempre acabas encontrando (y picando) cosas realmente interesantes. También aprovechamos para ver los diferentes stands de las editoriales donde podías hojear con calma las novedades que sacaban a la venta para la ocasión.
Este año, al ser su 20º Aniversario, las editoriales y la organización apostaron fuerte, acudiendo como invitados tres autores nipones de peso, como eran Takeshi Obata (autor de Death Note, Bakuman, All you need is kill), Takehiko Inoue (autor de Vagabond y Slam Dunk) y Kengo Hanazawa (autor de I am Hero). Tres autores de enorme talento en el panorama actual del manga que estuvieron muy solicitados por los aficionados, habiendo números para sus sesiones de firmas, y donde me sorprendió que no me dejaran que le hiciera una foto a Takeshi Obata mientras éste estaba realizando una de sus sesiones de firmas en el stand de Norma Editorial.
Kengo Hanazawa en una de sus sesiones de firmas en el stand de Norma Editorial
Otro de los puntos fuerte de todo salón que organice Ficomic son sus exposiciones... la principal de este año estaba dedicada al Universo Pokémon, por ser uno de los títulos que más se ha asentado entre los aficionados y más reconocible por todos, situada en la parte central de la primera sección del pabellón 2... toda una serie de originales con los innumerables personajes que componen esta serie así como arte visual y de diseño de los escenarios y fondos utilizados para la misma.
Junto a ella, y de igual importancia que la anterior en cuanto al número de paneles expuestos, se situaba la exposición J-Pop, donde se nos contaba a través de numerosas imágenes, fotografías y diverso material musical, los orígenes del pop japonés a comienzos de los 60, y como ya en los 90 se consolida el concepto JPop/JRock, una mezcla moderna de Folk Japonés + Pop Occidental, dando lugar al JPop.
Al otro extremo del pabellón 2, junto al Taller de Música, se situaba una isla dedicada a la obra del autor hispano-japonés Ken Niimura, autor del cartel de este año, y donde, presidido por una mesa de restaurante, se podían contemplar originales de sus obras como Soy un Matagigantes, Traveling, Henshin, trabajos de para Marvel en Spiderman e ilustraciones varias.
En la sección 2 de la planta baja del pabellón 2 podíamos visitar dos exposiciones más. La primera dedicada a dos de los autores invitados este año al Salón: Kengo Hanazawa (autor de I am Hero) y Takeshi Obata (autor de Death Note, Bakuman, All you need is kill).
La segunda exposición, justo al lado de estas dos, era la dedicada a la Filateria Manga, donde se nos mostraban reproducciones de los sellos dedicados a series manga y anime japoneses, incluyéndose una pequeña selección de los llamados “Kawaii Kitte” o “Sellos Bonitos”.
Si nos trasladamos a la segunda planta del pabellón 2 se podían visitar las 4 restantes exposiciones de este año.
La primera a destacar era la dedicada a los 20 años de Salón del Manga donde pudimos ver los carteles de cada una de sus 20 ediciones, así como fotografías de muchos de los invitados del salón y otras de varias del recinto en sus 20 años de vida, tanto en la Estació de França, en La Farga de l'Hospitalet i en Fira de Montjuïc.
Al lado de esta exposición nos encontrábamos con otra dedicada a “El Espíritu de Japón” que, a través de 14 paneles, nos mostraba 14 conceptos (con sus respectivas ilustraciones de estos) que definen muy bien la forma de ser y pensar de la sociedad nipona.
También podíamos ver, a través de unas vitrinas, una muestra de “Máscaras Mitológicas Japonesas”, con representaciones en forma de diferentes figuras y máscaras de los Yokai (monstruos y seres mitolígicos del folclore japonés) o de los Kappa (criaturas mitológicas que viven en los lagos).
Y, finalmente, también había una muestra del arte japonés de los arreglos florales, Ikebana, tradición que se remonta al siglo XI d. C., y donde podíamos ver una muestra de los mismos, así como diversos bonsais y un jardín zen.
En esta segunda planta del pabellón 2 también habían situados varios talleres de meditación, de macrobiótica, así como había zonas de relajación donde podían aplicarte el shiatsu, el kobido y el reiki.
Charla de Takehiko Inoue
Como conclusión personal de este salón, y para ir finalizando ya esta crónica, tengo que reconocer que este año la organización de Ficomic se ha puesto las pilas y, como ya he comentado más arriba, a organizado con más raciocinio los diferentes ámbitos, evitando con ello pues ese problema de aforo tan grave que tuvieron el año pasado y comprobando que cada una de las zonas de este evento estaban siempre llenas de aficionados, mejor redistribuidos equitativamente en ellos, ya no viendo espacios desangelados, todo lo contrario, y donde se podía caminar igualmente de manera fluida y sin aglomeraciones. Y aunque las largas colas para comprar la correspondiente entrada y acceder al salón se redujeron a la mínima expresión el sábado, si que debería replantearse la organización el conseguir que desde Fira de Montjuïc se aumentara el aforo de los pabellones (comprobamos perfectamente que dichos pabellones en ningún momento estaban saturados a lo largo de todo el día, pudiendo ir de uno a otro sin ningún problema de accesibilidad), y si esto no fuera posible, aprovechar otros pabellones circundantes para aumentar con ello el aforo permitido y que los aficionados que quisieran visitar el salón tanto el sábado como el domingo no se quedaran sin entrada. Estoy convencido que estas mejoras son factibles y mantener la ubicación de Fira Montjuïc creo que es primordial por su ubicación céntrica en la ciudad y su fácil accesibilidad. A buen seguro que desde la organización ya están trabajando desde el minuto 0 para que el próximo año estos problemas se solucionen y posibilite que se haga un Salón del Manga aún mejor que el de este año que, para nosotros, ha sido fantástico y de visita obligada para todo amante de la cultura proveniente del País del Sol Naciente.
Un saludo cordial.
4 comentarios:
Excelente crónica, como siempre. Te has convertido en el reportero imprescindible para este tipo de eventos.
Información detallada y profusamente ilustrada para los que no hemos estado allí.
Esperemos que no te pierdas las próximas citas del calendario.
Para eso estamos... el próximo, más madera... ah!, y que cunda el ejemplo ;-)
Muy buena Edu!!
A mi me hubuera encantado ir. Gané una firma para Inoue, y aunque me la recogió un amigo, admito que me quedé con la cosilla de no estar alli.
Un saludo!
Al menos pillaste número para una firma, no es mucho consuelo quizá, pero algo es algo... a ver si nos vemos por lo mandriles ;-)
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