A mi, la palabra piratas me lleva a un mundo lejano, el de mi infancia y adolescencia, a las largas poesías que nos hacían aprender en el colegio para recitarlas después, y aunque a mí siempre me tocaban las Coplas a la muerte de su padre, de Jorge Manrique, prefería mil veces más la Canción del pirata de José de Espronceda ("Con diez cañones por banda, viento en popa, a toda vela,…"). La memoria, con sus malas pasadas, me hacen acordarme de mi padre y de una canción de Joan Manuel Serrat que escuchábamos cuando íbamos en el coche (“Una de piratas”, de un disco memorable, En tránsito, del año 1981), de una ciudad mítica preciosa (Saint-Malo, en la Bretaña francesa), de las películas clásicas de Errol Flynn y Burt Lancaster y de las más actuales de Johnny Depp (un actor que me encanta desde que lo vi en Benny y Joon y ¿A quién ama Gilbert Grape?), de mi eterna duda infantil (¿qué diferencia a un pirata de un filibustero, de un bucanero, de un corsario?), de las lecturas inolvidables de antes (La isla del tesoro, de Robert Louis Stevenson, Sandokan y el Corsario Negro, de Emilio Salgari, La Taza de oro, de John Steinbech o El Galeote de Argel, de Bartolomé de Bennassar) y de las que han de venir (Pérez-Reverte ha publicado en Alfaguara Corsarios de Levante, la sexta de las aventuras del capitán Alatriste), del barco pirata de los clicks de Famobil de mi hermano con el que hemos jugado toda la familia, pero también de las aventuras del Corsario de hierro, de los cuentos ilustrados y troquelados de piratas que les regalaba a mis sobrinos o de las canciones que inventaba para ellos cuando eran pequeños ("Había una vez un pirata, que tenía una pata de palo…").
Me gustan los piratas, me gustan sus historias y si puedo leerlas en formato cómic pues mejor que mejor, sobre todo si la trama es buena, el dibujo increíble y el color perfecto, como es el caso de El ojo del Diablo, publicado por Recerca Editorial.
El ojo del Diablo fue un regalo, o debería decir dos, de Eduard, quien no sólo me regaló el cómic realizado por Wander Antunes, Tirso Cons y Javi Montes, sino que me consiguió una dedicatoria de Tirso en el Expocómic de 2005 que levantó pasiones y envidias entre conocidos y allegados.
Tirso Cons dedicándome El Ojo del Diablo (Expocómic # 03-12-05)
Sorprende esta historia de piratas que tiene los ingredientes de las clásicas: venganzas, traiciones, motines, tormentas en la noche, abordajes, islas desiertas y náufragos, muchos muertos y mucha sangre e incluso, como toda historia de piratas que se precie, una maldición que persigue a los protagonistas. De ella te engancha lo cinematográfico de la puesta en escena, los continuos flashbacks, la cuidada composición, el dibujo perfeccionista en los detalles, con un color (de Javi Montes) que imita la acuarela utilizando la técnica del photoshop, pero también los conflictos éticos del protagonista, al que las contradicciones internas y la ambición acaban llevándole a la locura.
Lo que menos me ha gustado es que sea un número autoconclusivo. Yo, la verdad, hubiera preferido que la historia de Wander Antunes tuviera una segunda parte para seguir disfrutando, una vez más, de “una de piratas”.
2 comentarios:
Destacar además que la edición de Recerca aunque no sea en tapa dura es muy muy buena, con papel de calidad que deja disfrutar de dibujo y color.
Y por tan solo 9,60 euros.
Soy de los que piensan, que el genero de piratas es de lo mejor que se ha parido nunca, aunque en comic no conozco casi nada, excepto una serie de Crossgen que tenia una pinta impresionante, pero como cerro la editorial, nos quedamos con las ganas. Tengo aun por leer una serie de especiales sobre todas las grandes películas de piratas de la historia, que es canela fina.
Y que envidia me da lo del barco pirata de los clicks de Famobil.
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