Siete misioneros
Guión: Alain Ayroles
Dibujo: Luigi Critone
Color: Lorenzo Pieri
Editorial Planeta DeAgostini
Cuarto título de la serie 7
Cartoné, color, 54 páginas
PVP: 8,95 euros
Guión: Alain Ayroles
Dibujo: Luigi Critone
Color: Lorenzo Pieri
Editorial Planeta DeAgostini
Cuarto título de la serie 7
Cartoné, color, 54 páginas
PVP: 8,95 euros
Tras arrancar con un ataque vikingo a un monasterio en la Irlanda del siglo IX, se da paso a la divertida presentación de los siete monjes, que terminan persiguiéndose en una ginkama al estilo de una película de Charlot, justo delante de las narices del Abad, su superior eclesiástico. Cada uno de ellos es la perfecta encarnación de uno de los siete pecados capitales, la soberbia: Oran, la envidia: Enan, la ira: Conan, la avaricia: Curnan, la lujuria: Lugan, la gula: Goban, y la pereza: Tristan (todos ellos con el sufijo –an en sus nombres). Para redimirse se ven obligados a aceptar la casi suicida tarea de convertir al cristianismo a los temibles hombres del norte.
Lectura entretenida, que no sólo se queda a un nivel humorístico y de aventura, a la que hay que añadir la temática religiosa y social: el anticlericalismo, la necesidad del hombre de creer en algo superior, la pervivencia de mitos y leyendas paganos en la cristiana Irlanda, la utilización en cualquier sociedad de la religión por parte de los poderosos para adaptarla a sus intereses, o las diferencias que provoca el cambio de creencias, aquí Odín y Thor por Jesucristo.
Prácticamente todo lo que nos cuenta Alain Ayroles tiene una base histórica real: la modesta arquitectura de pequeñas iglesias y fortificaciones todavía de madera, la gran casa alargada tradicional escandinava con un hogar central y bancos alrededor y, sobre todo, los magníficos drakkars.
Entre sonrisas y humor -irónico y sutil en ocasiones y más evidente en otras-, se nos descubre la organización social de un asentamiento de vikingos noruegos en el siglo IX: el poder no está centralizado -no hay un rey sino un jefe tribal o Jarl elegido por los bondis (hombres libres)-, vemos a las mujeres que mantienen el hogar tejiendo en el telar, cómo se repara y calafatea la nave que ha regresado o el ritual funerario otorgado a los grandes jefes.
Entre sonrisas y humor -irónico y sutil en ocasiones y más evidente en otras-, se nos descubre la organización social de un asentamiento de vikingos noruegos en el siglo IX: el poder no está centralizado -no hay un rey sino un jefe tribal o Jarl elegido por los bondis (hombres libres)-, vemos a las mujeres que mantienen el hogar tejiendo en el telar, cómo se repara y calafatea la nave que ha regresado o el ritual funerario otorgado a los grandes jefes.
A veces piratas, en ocasiones comerciantes, los noruegos son los primeros en realizar incursiones en las costas irlandesas en las que posteriormente se instalarán de forma más permanente, ya que conquistarán la isla y fundarán Dublín.
Aunque la mayoría de datos que observamos sobre los vikingos se pueden encontrar en muchos manuales (incluso infantiles), es de agradecer que los autores se hayan tomado la molestia de documentarse sin recurrir a Hollywood. El mejor ejemplo: no veremos ningún casco con cuernos, sino a guerreros con los cascos cónicos con y sin protector nasal, con terribles hachas, cotas de malla en los jefes principales y escudos redondos que cuelgan en la borda de sus naves durante las travesías. Los irlandeses (monjes aparte) muestran una clarísima apariencia céltica con sus largas cabelleras, tatuajes y algún gaitero animando a los hombres en la lucha.
El dibujo de Luigi Critone sigue el estilo tradicional de cómic franco-belga, en su vertiente más clásica, no será muy experimental ni innovador, pero es muy correcto y eficaz a la hora de narrar. Buena nota tanto para los primeros planos como para las viñetas de mayor profundidad. Encontramos un gran trabajo en el estudio de personajes, ya que los 7 misioneros no son los únicos protagonistas, la historia es absolutamente coral, con un gran numero de personajes tanto irlandeses como escandinavos. Critone no sólo dibuja de forma suficientemente diferenciada y reconocible a casi una veintena de figurantes, sino que consigue unas bastante buenas caracterizaciones, logrando dotarles de un mínimo de personalidad a tantos “participantes con texto” en la obra.
Si en “7 Ladrones” la referencia literaria era el pasaje de las Minas de Moria de “La Comunidad del Anillo” de J.R.R. Tolkien, y en “7 Piratas”, “ La Isla del Tesoro” de R.L. Stevenson, en este caso se ajusta muy bien la novela “Bizancio” de Stephen Lawhead (publicada hace unos 10 años por Emecé Editores y Círculo de Lectores), que narra las aventuras de San Aidan (también la terminación en –an), monje irlandés que tras ser capturado, vendido como esclavo y convivir con los vikingos daneses, llegó a la corte bizantina, para posteriormente regresar a Escania y predicar el cristianismo, en la misma época.
Otros trabajos de los autores publicados en estos lares:
De Luigi Critone podemos leer los dos primeros títulos de la serie “La Rosa y la Cruz”, también con color de Lorenzo Pieri, editados por Norma Editorial.
Alain Ayroles es el responsable de los guiones de la serie “De capa y colmillos” también en Norma Editorial y que ya va por el tomo 7.
Respecto a la edición, tenemos un tomito en tapa dura, de tamaño a medio camino entre el álbum europeo y el prestigio americano, a un precio bastante ajustado, aunque grafismo y color lucirían mejor en una edición un poco más grande.
Os dejamos con una imagen clásica, de siempre, habitual o como queráis llamarla, pero imprescindible en una historia de vikingos:
Otros trabajos de los autores publicados en estos lares:
De Luigi Critone podemos leer los dos primeros títulos de la serie “La Rosa y la Cruz”, también con color de Lorenzo Pieri, editados por Norma Editorial.
Alain Ayroles es el responsable de los guiones de la serie “De capa y colmillos” también en Norma Editorial y que ya va por el tomo 7.
Respecto a la edición, tenemos un tomito en tapa dura, de tamaño a medio camino entre el álbum europeo y el prestigio americano, a un precio bastante ajustado, aunque grafismo y color lucirían mejor en una edición un poco más grande.
Os dejamos con una imagen clásica, de siempre, habitual o como queráis llamarla, pero imprescindible en una historia de vikingos:
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