viernes, octubre 07, 2011

CRÍTICA: JUSTIFIED de Graham Yost

Resulta emocionante y gratificante a su vez el poder encontrarse, de vez en cuando, con algún guionista que es capaz como Graham Yost (Speed, Band of Brothers, The Pacific, Boomtown, Raines) de desarrollar una historia tan entretenida y adictiva como es Justified. Serie que, por cierto, parte de un relato corto llamado Fire in the hole (2001), escrito por el conocido novelista Elmore Leonard, también co-guionista y productor ejecutivo de esta serie de cable básico perteneciente a la cadena americana FX. Historia de arranque cuyas pinceladas ya se habían asentado, por lo que parece, sobre ciertas bases del personaje de Raylan Givens -eje central de Justified- y de parte de su entorno, desde dos novelas anteriores como fueron Pronto (1993) y Riding the Rap (1995).
Aunque ambientada en la ciudad de Lexinton y en un poblado minero llamado Harlan, ambos pertenecientes a Kentucky, este western del siglo XXI arranca desde Miami, con una especie de pausado duelo a muerte entre el agente judicial Raylan Givens y un mafioso de Florida que se niega a abandonar la ciudad. Como consecuencia de todo esto y de cierto dilema ante la justificación de sus actos, Raylan es obligado a trasladarse a su lugar de origen, donde inevitablemente volverán sus demonios más arraigados. Hasta este momento, Raylan había conseguido dominar la situación en base a sus propias reglas justificadas y enraizadas al estilo del viejo oeste americano, pero todo cambia debido a que ahora la situación ha mutado, pues su pasado a vuelto desde Harlan, por lo que parece para quedarse y para complicarle en lo posible: primero, el poder discernir su idea sobre lo que está bien y lo que está mal, y la fina linea que a veces les puede separar; y segundo, al aplicar un cierto código personal que, si bien es efectivo muchas veces, es también contrario a las reglas establecidas por la ley, con la que se siente a contracorriente.
Desde un principio, la serie arranca en base a ese gran activo actorial como es Timothy Olyphant, cuyo papel de agente judicial, además, le viene como anillo al dedo después de caracterizar al sheriff de esa ciudad sin ley llamada Deadwood (serie imprescindible donde las haya, creada por David Milch y perteneciente a la cadena HBO). Lo que parece en el arranque de la serie una especie de procedimental ambientado en una zona rural, sin más, no lo es tanto. La columna vertebral de esos primeros capítulos suele consistir en la persecución de esos peculiares y alocados delincuentes que parece que nunca han faltado, como variopinta fauna, en una pequeña ciudad como es Harlan. Mientras, Raylan, a la vez que va poniéndose al día con la situación del condado y con todos sus conocidos y familiares que siguen viviendo allí, como agente judicial va aplicando sus propias reglas. Muchas veces rozando esa especie de anti-héroe justiciero, casi siempre sobrepasando el fino limite de lo permitido, aunque, curiosamente, no siempre consiguiendo los resultados deseados pero, eso sí, encajándolo de la mejor forma posible.
Lo cierto es que tal y como va avanzando la serie, todo esto va cambiando. Esa especie de procedimental generador de adrenalina, va dejando paso a un mayor enriquecimiento en la coralidad y definición de los personajes, dándole solidez y, sobretodo, reafirmándose por atreverse inesperadamente a profundizar en el comportamiento humano, siempre complejo y rico en matices. Desde luego, toda una agradable sorpresa. Y más teniendo en cuenta lo enriquecedores que resultan muchos de los personajes que van desfilando en el centro de la trama, convirtiéndose en el apoyo fundamental para sostener la calidad de esta serie catódica. Y es que, en parte, Justified representa la lucha continua a la que son forzados muchos de sus personajes: la soledad de muchos de ellos, a la vez que una necesidad por conseguir ser escuchados; el continuo flirteo que muchos tienen entre el victimismo y la venganza; el contrapunto que representan los diferentes tipos de villanos, dejando tanto momentos de una fuerte crudeza como también ridículos y de sonrisa fácil. También juega con una moralidad que intentará no ahogarse en las pantanosas aguas del desprecio, la tentación, la traición y la ambición que aflora en muchos rincones de esta historia. Sobrevivir a cañonazos o hacer de bala de cañón es con lo que les toca lidiar a más de un personaje y, salir de ahí, siempre se puede cobrar un precio.
En resumen, una serie que engancha mucho al espectador, sobretodo cuanto más va avanzando la trama (su segunda temporada es realmente soberbia), que, más allá de su fachada de western moderno con aires provincianos que puede dar en una primera impresión, consigue transmitir, sin necesidad de esos tópicos tan usados en multitud de ocasiones, un tono propio que, aunque no es original en muchos aspectos, sí que consigue plantarse bien ante el espectador y crecer aportando reflexión, frescura y entretenimiento a partes iguales. Por supuesto que conflictos no faltarán. Tampoco diálogos inteligentes encajados a la caracterización de cada personaje. En cuanto a la acción, pues en su justa medida, nunca sobre-explotada. Y su punto fuerte, pues sobretodo el elenco de extraordinarios personajes, perfectamente construidos desde su base y ágilmente desarrollados y engarzados a la horizontalidad de la trama, sirviendo como la principal garantía para marcar la diferencia con la mayoría de series que se os pueden pasar por la cabeza ahora mismo.
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4 comentarios:

Susana dijo...

No puedo estar más de acuerdo contigo. Si una serie y un actor me han enganchado irremediablemente, esos han sido Justified y Timothy Olyplant. La trama, los personajes y la ambientación hacen de Justified algo realmente diferente a lo que había visto hasta ahora. De hecho, de la primera temporada de Justified pasé a Deadwood, una serie ya finalizada que, desgraciadamente, se me hizo demasiado corta.

Anónimo dijo...

Buen análisis. Perdón por contestar con 2 años y medio de retraso, pero sólo quería aclarar que Kentucky y Arizona son dos estados diferentes, separados por cerca de 5.000 kilómetros...

Ximo dijo...

Pues gracias por la aclaración. Si es que uno, con esto de hacerse mayor es capaz de meter la pata en los sitios más insospechados, aunque sea a unos cuantos miles de kilómetros de distancia, jeje.

Ximo dijo...

Por cierto, para el que le interese, hace poco se presentó en calle13 la nueva temporada de Justified con un interesante debate sobre la serie con Alberto Nahum (Diamantes en Serie) y Alberto Rey (Asesino en serie) entre otros. Muy recomendable.

http://www.youtube.com/watch?v=rQycjeFqMNA&feature=youtu.be